Mar Abad: "Para que un pódcast sea original tiene que ser algo que surge de las tripas"

- Mar Abad es una de esas personas que reparten energía positiva allá por donde va. No solo es una delicia escucharla en sus pódcast, donde ha logrado, tal vez lo más difícil en la radio y en el pódcast: afianzar una personalidad única e inconfundible; sino también en una conferencia o charla. En comunicación, lo más difícil de alcanzar es que la imagen de uno mismo proyectada a los demás coincida con el original. Y Mar es auténtica. Auténticamente natural, familiar y cercana. Divertida
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Mar Abad durante una grabación, en una imagen de Ignacio Izquierdo |
"Las palabras tienen música. Las palabras tienen vida. Las palabras construyen escenarios, universos, seres fantásticos, lo que nos dé la gana. Y cuando se pronuncian, cobran todo se esplendor. Leídas en un texto son bonitas. La grafía es bonita. La puntuación les da movimiento, les da ritmo. Pero donde se hacen corpóreas, donde se hacen inmensas, teatrales, es en su pronunciación. Ahí es cuando expresan toda su fuerza. Y la maravilla de la voz es que expresa texto y subtexto a la vez. Y eso es una belleza. Crear varios planos de pensamiento y emociones pronunciando, con la interpretación requerida, unas pocas palabras"
-Me encanta eso de “inquieta”, Gorka. Me encanta el
significado y la palabra misma, porque está poco gastada y tiene una sonoridad
bonita. Supongo que lo que me hace inquieta es una mezcla de curiosidad, muchas
ganas de experimentar y de aprovechar la vida con glotonería.
-¿Siempre proactiva?
-Creo que muchas personas tenemos un motorcillo dentro que
no nos deja parar y que siempre quiere hacer cosas. Aprender cosas. Probar
cosas.
-De todo tu
curriculum, que es muy amplio, lo que más me llama la atención es el
Máster en Economía que hiciste por la Complutense.
-(Risas) En ese momento trabajaba en la revista Anuncios
y pensé que aprender economía era un buen complemento para entender bien la
publicidad. Porque la creatividad y las narrativas son lo mejor de la vida,
pero si no entiendes la cara B de todas estas cosas (los modelos de
financiación, los planes de negocio…), puedes acabar viviendo en un globo. Es
maravilloso vivir en los anillos de Saturno, pero hay que tener un pie en la
tierra si no quieres acabar a la deriva.
-¿De verdad te veías en una redacción hablando del PIB,
del IPC, de la renta fija, la Bolsa o de los tipos de interés?
-¿Dedicarme a hablar de renta fija? ¡Puf! Hubiese salido
huyendo para hacerme monitora de Body Balance...
-Prensa, revistas, radio, televisión... trabajadora por
cuenta ajena, ahora por cuenta propia, ¿todo suma experiencia?
-A mí lo que me gusta decir es que me busco la vida.
Buscarse la vida es una expresión muy bonita, muy de nuestra literatura. Es muy
táctil, muy cercana, muy exacta. Me gusta cambiar porque la monotonía me parece
cicuta. Y por supuesto, sumar experiencias te hace más sabia, más templada, más
comprensiva y mejor en tu trabajo. Pasar por muchos sitios y hacer cosas
distintas te enseña muchas cosas. Hay personas que son felices en la
estabilidad y en lo conocido, y otras nos morimos de aburrimiento cuando no hay
retos y cambios constantes.
-¿Te consideras una profesional multifacética?
-Um… me considero periodista que hace lo que haga falta. Y
mi gran descubrimiento y mi gran pasión ahora son las ficciones sonoras y el
trabajo con los actores. ¡Me fascina!
¿Vives del cuento? "Me encanta. Podría ser un poco 'vivir de contar cuentos', pero 'cuentos' en el sentido más noble de la palabra. 'Cuentos como esas historias que necesitamos para aprender, para ubicarnos en la vida, para empatizar con otros. Es muy difícil vivir del pódcast, desde luego. Muy muy difícil, aunque luego escuchemos en muchos foros eso de que no sé quién empezó en la cocina de su casa y acabó construyendo un imperio… Eso sí que es un cuento de las mil y una noches. Que como poder, ha podido pasar, pero es una excepción remota"
-¿Tu ‘tipo de interés’, ahora, es todo lo
relacionado con el audio?
-Siempre me ha encantado el audio. Llevo oyendo la radio
desde que tengo uso de razón y, en cambio, nunca he visto la tele. De pequeña
me flipaba ir a visitar los estudios de Los 40 Principales y ver trabajar a los
periodistas que seguían la Vuelta Ciclista a España cuando venían a Almería. Siempre
ha sido el sonido de fondo de mi vida y cuando llegaron los pódcast, ¡uoh!,
¡más programas!, ¡más historias que escuchar! Yo estaba feliz.
-¿Y ese giro, cuándo llegó?
-En ese momento trabajaba en la revista Yorokobu y,
por supuesto, nos planteamos hacer un pódcast. Pero siempre falta tiempo y
dinero, y no lo hicimos. Entonces, cuando me fui de Yorokobu y había que
pensar qué hacer, cómo buscarse la vida, volvió a aparecer la idea con más
fuerza que nunca. Y en unas pocas conversaciones con nuestros maravillosos
socios de SOLO, creamos “El Extraordinario”. Y ahí sigue siendo lo que más me
gusta, por mucha cantinela que den ahora con el videopodcast y el videopodcast
y el videopodcast, como si solo se pudiera hacer un formato y tuviera que
acabar con todo lo demás.
-Pero otra de tus grandes aficiones, que es perfectamente
compatible con el audio, son las palabras. ¿Lo tuyo, más que la economía,
hubiera sido una filología?
-No creo que hubiese sido muy feliz trabajando como
filóloga. A mí me gusta estudiar las palabras desde el oficio periodístico y
desde el fantaseo del periodismo literario. La seriedad que veo en las
universidades y los ámbitos académicos… no sé yo si me veo ahí. Sí lo sé: no,
no me veo. Las palabras me fascinan como herramienta. Porque las palabras
construyen nuestras vidas y crean las relaciones que tenemos con los demás.
Porque inventan esos mundos paralelos de la ficción tan necesarios para disfrutar
de la vida y tener salud mental.
-¿Cómo suenan las palabras? ¿Tienen vida propia cuando se
convierten en sonidos?
-Las palabras tienen música. Las palabras tienen vida. Las palabras construyen escenarios, universos, seres fantásticos, lo que nos dé la gana. Y cuando se pronuncian, cobran todo se esplendor. Leídas en un texto son bonitas. La grafía es bonita. La puntuación les da movimiento, les da ritmo. Pero donde se hacen corpóreas, donde se hacen inmensas, teatrales, es en su pronunciación. Ahí es cuando expresan toda su fuerza. Y la maravilla de la voz es que expresa texto y subtexto a la vez. Y eso es una belleza. Crear varios planos de pensamiento y emociones pronunciando, con la interpretación requerida, unas pocas palabras.
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Mar Abad participando en el III Foro de Radio de Forta, en Lanzarote, en 2024 (Fotografía Daniel Cabecera García) |
-Se te conoce mucho más por el pódcast “Crímenes. El Musical” que por “Las Palabras”, que hiciste para Podium Podcast. ¿Es justo?
-(Risas) No sé si es justo. Quizá ocurre así porque a la
mayoría de las personas les interesan más los crímenes que las palabras (a mí
no, desde luego). También tiene que ver que “Crímenes. El musical” tiene
ya cuatro temporadas y “Las Palabras” son seis capítulos y se acabó.
"Lo primero que hago, cuando me despierto, es poner la radio. Y si no oigo la radio cada pocas horas tengo la sensación de que el mundo puede estar ardiendo y yo no me he enterado. Creo que es una adicción de los periodistas. Necesitamos saber continuamente qué está pasando. Sin radio, me siento aislada, casi desvalida. ¡Que el mundo está ocurriendo y yo me estoy quedando fuera!"
-El episodio de “Las Palabras” dedicado al ‘culo’
es un primor.
-Me hace feliz que te guste el capítulo del ‘culo’, porque a
mí me parece un asunto importantísimo.
-¿Se puede hacer un pódcast de todo?
-Sí. Absolutamente de todo. Creo que se puede y se debe
hablar de todo. Que no debe haber temas tabúes y eso significa que,
efectivamente, puede haber un pódcast de todo. Lo único es que hay que saber
cómo tratar cada tema y ser cuidadoso con los asuntos complicados.
-¿Qué ingredientes son necesarios para que sea original?
-Para que un pódcast sea original tiene que ser algo que
surge de las tripas, la personalidad y la identidad del autor. Pero los humanos
tenemos una querencia terrorífica a copiar, copiar, copiar y, sobre todo, a
copiar lo que funciona hasta que lo banalizamos y lo chamuscamos.
-¿El auto tune es uno de ellos?
-Yo diría que el auto-tune ya es un clásico.
-¿Qué significa la música en tu vida? ¿Y en tu profesión?
-Nietzsche lo dijo a la perfección: “La vida sin
música sería un error”. La música crea escenas, aporta subtexto, mueve
emociones. Pero, ¡cuidao!, porque una música mal utilizada es ruido. A
mí me parece una barbaridad cuando ponen música de fondo a las noticias. A
información de actualidad. Uuuff… terrible.
-¿Y la radio?
-Es lo primero que hago cuando me despierto: poner la radio.
Y si no oigo la radio cada pocas horas tengo la sensación de que el mundo puede
estar ardiendo y yo no me he enterado. Creo que es una adicción de los
periodistas. Necesitamos saber continuamente qué está pasando. Sin radio, me
siento aislada, casi desvalida. ¡Que el mundo está ocurriendo y yo me estoy
quedando fuera!
-Acabas de estrenar la cuarta temporada de “Crímenes. El
Musical”. ¿Hay correa para rato? ¿Cómo se te ocurrió ese maridaje entre el
‘True crime’ y el bolero, la bossa nova o la música disco? ¿La sangre no
deja de bailar?
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Mar Abad, posando para la cámara del fotógrafo Jeosm |
-Hay mucha correa para rato, porque hay mucha historia para rato y, por desgracia, muchos crímenes a nuestras espaldas. Supongo que la idea surgió por dos motivos. El primero, porque no me gusta el true crime, ni la oscuridad, ni lo trágico, y así, como musical, con cierta teatralidad, es la única forma en la que puedo contar crímenes sin que se me corte el cuerpo. La segunda, porque amo el folletín, el cabaret, el género chico, el burlesque, la cultura gamberrona de principios del XX que sigue siendo tan desconocida y esas ganas de pasarlo bien de los locos años 20.
"'Crimenes. El Musical" tiene mucha correa, porque hay mucha historia para rato y, por desgracia, muchos crímenes a nuestras espaldas. Supongo que la idea surgió por dos motivos. El primero, porque no me gusta el true crime, ni la oscuridad, ni lo trágico, y así, como musical, con cierta teatralidad, es la única forma en la que puedo contar crímenes sin que se me corte el cuerpo. La segunda, porque amo el folletín, el cabaret, el género chico, el burlesque, la cultura gamberrona de principios del XX que sigue siendo tan desconocida y esas ganas de pasarlo bien de los locos años 20"
-¿El humor está presente en la vida... y en la muerte?
¿Tu humor es negro?
-Mi humor es omnipresente. Voy al humor como las polillas a
la luz. Me gusta tanto que muchas veces pienso, en serio, que el sentido de la
vida es el sentido del humor. Es que si no… la vida es intransitable. Qué
aburrimiento crónico. Yo no lo soportaría.
-Esta pregunta es una de las más buscadas: ¿se puede
vivir del pódcast, Mar? ¿Esto, literalmente, es “vivir del cuento”?
Me encanta. Podría ser un poco “vivir de contar cuentos”,
pero “cuentos” en el sentido más noble de la palabra. “Cuentos” como esas
historias que necesitamos para aprender, para ubicarnos en la vida, para
empatizar con otros. Es muy difícil vivir del pódcast, desde luego. Muy muy
difícil, aunque luego escuchemos en muchos foros eso de que no sé quién empezó
en la cocina de su casa y acabó construyendo un imperio… Eso sí que es un
cuento de las mil y una noches. Que como poder, ha podido pasar, pero es una
excepción remota.
-Antes te posicionabas sobre este tema, el videopodcast,
¿tú te mantienes fiel al audio? ¿Por qué te resistes, si la imagen te refuerza
la visibilidad?
-No me resisto ni lo tomo como una cruzada. Lo que pasa es
que no ha surgido el momento ni el interés por hacerlo. Aunque podría ocurrir.
Y si ocurre, lo haré con ganas y alegría.
-¿Una madre quiere a todos sus hijos por igual? Móntate
un pódium de tus tres mejores trabajos.
-(Risas) Pero una tía puede tener sus favoritos y yo diría
que los que más he disfrutado son “Crímenes. El musical” (¡espero que
tenga larga vida!) y “Las Palabras” (mucha fiesta, los signos de
puntuación convertidos en personajes, socarronería…) y, por supuesto, junto al
insuperable director de sonido Andreu Quesada, y también el libro “Romanones.
Una zarzuela en 37 actos” (porque tiene ese mismo tono zarzuelero popular
que me divierte tanto).
-Hasta dónde va a llegar el pódcast? Imagina...
-El pódcast va a vivir hasta que inventen un formato de
audio mejor. El audio va a vivir hasta la extinción de la humanidad.
-Visita "El Extraordinario" y disfruta de sus pódcast, si no lo has hecho ya.
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