"El bus de Alsina" en el #DMR: todos íbamos dentro

- Lo que consigue la radio, no lo consigue ningún otro medio: Alsina lo ha vuelto a demostrar con este nuevo ejercicio de originalidad: fletar un autobús con una 'hoja de ruta' escrita en un guion, pero sometida a los imprevistos que nadie puede prever, que son, en definitiva, los que más verdad aportan a la antena
- Poner en marcha un programa para conmemorar el "Día Mundial de la Radio", desde Onda Cero, con 'colaboraciones especiales' de la SER, con Carles Francino y de RNE, con Ángel Carmona, y con una ausencia destacada, dice mucho de la generosidad de quien lo lidera
- Reivindicar la historia y poner en su sitio en el pódium a Radio Ibérica, la primera emisora española, basándose en las investigaciones del profesor de la UCM, Manuel Fernández Sande, merece otra lectura añadida: el respeto al dato, y al rigor de Carlos Alsina
Las gestiones del equipo del programa, desde Onda Cero, ante el Ayuntamiento de Madrid, contribuyeron a desbloquear y acelerar la fabricación de la placa conmemorativa del lugar desde donde se emitió la primera programación radiofónica diaria de España, en el madrileño Paseo del Rey, a manos de tres jovencísimos pioneros, los hermanos de la Riva, desde Radio Ibérica, en mayo de 1924, todo un hito en la historia de la radiodifusión española
En argot periodístico, la ‘percha’ (el leit motiv,
perdón por el palabro) de Alsina este “Día Mundial de la Radio”
era contar (la radio siempre cuenta) la ‘verdadera historia de la radio
española’. Aquella que no tiene que ver con la burocracia de la Dictadura
de Primo de Rivera, cuando concedió a Radio Barcelona el primer indicativo de
la radio española, EAJ-1, y la encumbró, sin pretenderlo, como la (presunta)
primera radio de España. Cien años después, o sea, el año pasado, la Cadena SER se encargó de construir el relato de que Radio Barcelona fue la primera emisora
de radio, cuando no fue así. Llegamos a leer en El País, perteneciente al mismo
grupo empresarial, PRISA, que “La SER cumplía cien años”, lo que era el culmen
de la inexactitud y del triunfalismo, porque tuvieron que transcurrir dos años hasta que la
adquirió Unión Radio, embrión de la actual Sociedad Española de Radiodifusión.
Mientras tanto, un grupo de intrépidos vecinos celebraron en
su barrio el pasado año, entre Plaza de España y el Paseo de la Florida, una fiesta, con muy poca repercusión mediática, recuperando las melodías de los felices años veinte que sonaron por primera vez
en Radio Ibérica hace cien años, para reivindicarla como la auténtica pionera, orgullosos de que en su barrio naciera la primera radio española. Esta vez sí. “Esto es muy
emocionante para mí, no acierto a imaginarme cómo era la España de hace 101
años”, comentaba Alsina en directo. Y, ciertamente, lo era. Meses atrás, un
Alsina siempre pensante, había descubierto un libro, titulado: “Los orígenes
de la radio en España” (Editorial Fragua) en dos volúmenes (hoy agotados),
escrito por el profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Manuel
Fernández Sande, que investigaba en este capítulo de la historia de la
radiodifusión española, tan poco conocido. Y hasta casi ignorado. Y a Alsina ‘le
tocó la patata’ (no la de Hijolusa, anunciada en “Más de Uno”... sino la del pecho).
"Hoy voy a cumplir el sueño de mi padre"
Tanto le gustó ‘el descubrimiento’ de la historia -la
verdadera historia de la radio en España- que decidió dedicar el ‘Día
Mundial de la Radio’ a pregonarlo a los cuatro vientos, desde un primoroso autobús
muy ‘ecológico’ (por lo intensamente verde) recorriendo las calles de Madrid,
hasta llegar al punto exacto donde tres jóvenes, Carlos, Adolfo y Jorge de
la Riva pusieron en marcha Radio Ibérica de Madrid, en un episodio
histórico que guarda algunas similitudes
con lo que había ocurrido, cuatro años antes, en Argentina, con otros jóvenes
entusiastas por la radiofonía, conocidos por ‘Los Locos de la Azotea’.
Por eso, su primera parada importante se produjo en el Paseo del Rey, para
descubrir una placa conmemorativa dedicada a la gesta de los hermanos de la Riva.
Y allí, para descubrir la placa que tardaba en llegar, hasta que lo aceleró
Alsina ante el Ayuntamiento, se encontró con Diana de la Riva, hija de
Carlos de la Riva, quien, emocionada, se subió con alguna dificultad –“¡yo
no llego!”, comentó Diana, entre risas- a una pequeña escalera para correr
la cortina que descubrió la placa, entre aplausos de los vecinos. ¡Y también
protestas, aprovechando la presencia del concejal del distrito Moncloa-Aravaca!
“Esto es la radio, se abren los micrófonos y se oyen estas cosas”, reconoció
Alsina.
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Placa conmemorativa de la "primera programación radiofónica diaria" de Radio Ibérica (Fotografía F.Sande) |
Diana de la Riva, que reside en Barcelona y se desplazó ex profeso, y feliz, según propia confesión, a Madrid para participar en el programa, se mostró especialmente emocionada por el momento: “Mi padre peleó porque se rompiese el tópico de que Radio Barcelona era la primera radio en España. Por eso, Carlos, hoy voy a cumplir el sueño de mi padre", le confesó Diana a Alsina. Los hermanos de la Riva tuvieron que exiliarse en la Guerra Civil por militar en el bando republicano, el perdedor, y la familia se dispersó durante muchos años. “No fueron años fáciles, mi padre se fue a Francia y, al volver, se abrió una etapa más oscura. Por eso creo que me he quedado con los buenos recuerdos, y no con los malos”, apostilló Diana.
Después de poner en su sitio la historia, y reafirmarla con
una placa conmemorativa, la comitiva volvió al autobús y prosiguió su camino,
en busca de más sorpresas. Carlos Alsina encabezaba una expedición que pronto
iba a sumar muchas más emociones al recorrido. La primera, tras despedir a los
contertulios de la mañana, fue saludar a tres tipos que han hecho de la quinta
hora de “Más de Uno” un bálsamo de fierabrás, basado en el humor:
Goyo Jiménez, Agustín Jiménez y Leo Harlem. Con ellos habían
quedado cerca de la calle Alcalá, en un quiosco donde, por primera vez, los
vecinos de Madrid, se arremolinaron para escuchar la primera retransmisión de
la Lotería de Navidad, el 22 de diciembre de 1923. “Fue un auténtico fenómeno
en la época, y despertó una gran expectación”, comentó el profesor
Fernández Sande. “Aquí también, en el Teatro Alcázar, prosiguió la historia
de Radio Ibérica, porque tuvieron que trasladar la emisora a este local, tras
embargarles el banco el anterior, por falta de pago. Aquí vivió sus últimos
años, hasta que cerró en 1927”, completó.
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Los dos Carlos, Alsina y Francino, unidos por la radio en el "Día Mundial" |
Cuando el profesor Fernández Sande proseguía su relato histórico y citó a Unión Radio, que pronto se iba a convertir en la cadena privada de radio más potente y relevante del país, Carlos Alsina “coincidió”, en la calle Alcalá, con una de las voces actuales de Unión Radio, hoy Cadena SER: Carles Francino. “Estoy jodido, llevo tres días sin hacer el programa, estoy con antibióticos, aerosoles, y he decidido reaparecer hoy. ¡Qué buena idea, de puta madre este ‘Día Mundial de la Radio!”, comentó. Francino llegaba con dos regalos: uno, un cupón de la ONCE para cada uno. “¿Si toca, nos retiramos juntos, Carles?”, le preguntó Alsina. “¿Tú te quieres retirar ya?”, le respondió a la gallega el director de “La Ventana”, de la SER. Y Alsina fue rotundo: “¡¡SÍ!!”, aunque luego matizó forzado por la extrema sinceridad de su aserción. Pero añadió el director de “Más de Uno”: “Los 55 años son una edad perfecta para la jubilación”.
El segundo regalo fue una grabadora de la SER de cassette,
con una cinta del programa “A Contraluz”, que presentó, a finales de los
90, Mara Torres. Estaba destinada a la cápsula del tiempo que iba a depositar
en la Biblioteca Nacional. Antes de despedirse, Francino reiteró su
felicitación a Alsina por la idea del autobús, y saludó a Julia Otero, ahora en
los fines de semana de Onda Cero. “Hace
años que tenemos una relación muy especial”, aseguró el catalán. No se
olvidó Alsina del capítulo de agradecimientos: “quiero agradecer muy
personalmente a Montse Domínguez (la directora de contenidos de la
Cadena SER) que hayan querido participar en este programa”. Quedó recogido.
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Alsina y los contertulios de la mañana, en "el BUS de la radio" |
Volvieron a subir al autobús y prosiguieron camino, hacia un nuevo punto relacionado con la historia de la radio. Los humoristas no se subieron solos al autobús. Enrolaron a varios oyentes que se encontraron en la calle, que tenían su particular historia personal con la radio, la veterana Carmen y el joven Pere. Dos generaciones que contaron su especial relación de con la radio. Bromearon sobre quién abriría la cápsula del tiempo en 2050. “Con nosotras no contéis”, respondió con humor, un poco cáustico, Carmen, “que nosotras venimos de ‘Matilde, Perico y Periquín”, de la SER, comentó. Carmen dirigía un programa en la emisora comunitaria de Villaverde, “aunque no le hacemos mucho caso”, apostilló una compañera, sincera. Me quedé con ganas de ver en acción a Goyo, Agustín y Leo improvisando con algunos viandantes... ¡para otra ocasión!
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Alsina |
"Alsina es la esencia de la radio. Alsina es la memoria rica y viva de este país. Alsina es el antibulo, que es lo mejor que se puede ser en este siglo. Alsina es el rigor. Alsina es la independencia. Alsina es la credibilidad ganada minuto a minuto. Alsina es la mano que acerca al micrófono de los reyes, pero también a las familias que acaban de perderlo todo. Alsina es el mago rompe mitos de las entrevistas. Alsina es el prodigio de la voz. Alsina es el nombre genérico de la comunicación. Alsina es tantas cosas tan excelsas cosas, que a veces dudo que sea humano. Por eso pasará a la historia como el divino, el divino Alsina. No es un piropo, es una definición".
Retrato de Fernando Ónega oído en el programa de Radio San Pablo de Fernando Ruiz, en el que se entrevistó a Carlos Alsina, el 9 de diciembre de 2024, que puede escucharse y verse clicando aquí.
Octubre de 2007. Una periodista de radio, de las de toda la
vida, pierde a su madre, muy joven, setenta años, y meses atrás, había perdido
a un compañero de trabajo, al que escuchaba todas las noches en “Hora 25”,
en la SER. Sumida en una pequeña depresión, encontró consuelo bajo la almohada
con una voz que, “por su tono de voz, por su timbre, me aportó un poquito de
calma. Esa voz era la tuya, Carlos Alsina, y quería darte las gracias”.
Quien recordaba este episodio de su vida era Gemma Nierga.
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Carlos Alsina con Ángel Carmona |
Tras el emotivo mensaje de Nierga, Alsina saludó a Antonio, Gema, Miguel y Beatriz, cuatro oyentes con una relación muy especial con la radio. Antonio, que desde que trabaja en Radio San Vicente ha conocido a mucha gente, “nunca hubiera podido imaginar que compartiría este momento con vosotros”, contó que pidió en matrimonio a su novia en la radio; Gema contó que, hace 17 años, le diagnosticaron un cáncer de mama “Y tuve que pasar sesiones de quimioterapia, y la radio me acompañó durante mis sesiones. Escuchaba Cadena 100, con Javi y Mar. Cuando pasó todo les llamé para darles las gracias y, a raíz de mi llamada, nacieron los conciertos ‘Por ellas’, en beneficio de las enfermas de cáncer de mama”; Miguel fue un oyente al que el COVID le cambió la vida. Perdió a su padre durante la pandemia y Alsina le entrevistó. “Tuve la suerte de charlar contigo unos minutos, y aquello me sirvió para seguir adelante, y superar la muerte de mi padre que, además de mi padre, era mi referente en el negocio de impresión familiar”; por último, Beatriz, reconoció que, gracias a un anuncio en la radio, que ofertaba unos cursos, lleva 35 años como monitora de deporte. Todas estas son historias de la radio protagonizadas por los oyentes, que son los que verdaderamente aportan el valor añadido y diferencial.
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En el bus |
Como quien no quiere la cosa, como si resultara
insuficiente producir casi siete horas de radio en directo desde un autobús por
las calles de Madrid, Carlos Alsina, perdidamente enamorado de la historia de
los jovencísimos hermanos de la Riva que pusieron en marcha Radio Ibérica, ha
producido el pódcast “La verdadera historia de la radio en España”, en dos capítulos,
titulados “Los adelantados”, y “Es la guerra”, en los que cuenta la vida de
estos ingenieros apasionados en torno a la puesta en marcha de la primera radio
española. Los hermanos de la Riva fueron auténticos pioneros “de ingenieros,
empresarios y periodistas”. La segunda parte abunda en la guerra comercial de
las radios de aquella época, una radio que había “nacido privada, comercial y
más musical que hablada”. El pódcast, a partir de la narración de los hechos y
breves ficciones sonoras, abunda en el reparto de horas de emisión entre Radio
Ibérica y Unión Radio, embrión de la actual Cadena SER. Se repartían los tramos
horarios de la parrilla… porque no estaban permitidas las emisiones
simultáneas. Clicando
aquí puedes escuchar las dos entregas de este pódcast histórico de Alsina.
El final del programa ha sido para agradecer al equipo “que
ha sido el que se ha metido en este lío” su participación; empezando por el
equipo de producción “con María Jesús Moreno, Rocío, Alicia Heras”, y
con la parte técnica, el equipo de Exteriores de Onda Cero, liderado por Ángel
Gómez Bueno, “pero también de Óscar, de Josedu y de Espínola, porque
han hecho maravillas, técnicamente este programa es un prodigio. Ahora que ya sabéis
lo que podéis hacer, vamos a ir pensando más cosas para hacer en los próximos
días”, concluyó Carlos Alsina el programa, retador.
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Carlos Alsina con parte del equipo de "Más de Uno", de izquierda a derecha: Carlos Zúmer, María Jesús Moreno, Alicia Heras, Alsina, Jorge Abad y Diego Fortea |
Casi siete horas de radio en directo a bordo de un autobús, repletas de emociones, reivindicando “la verdadera historia de la radio en España” y poniendo en el pódium a Radio Ibérica, gracias a las investigaciones del profesor Manuel González Sande, encontrándose con los oyentes y sus ‘Historias de la radio’, y confraternizando con los competidores, encarnados por Carles Francino, de la SER, y Ángel Carmona, de RNE. La COPE prefirió declinar la invitación, ¡ellos sabrán por qué! Recuerdo ahora las palabras de Carmona: “Es como cuando dices: ¿puedes venir a mi casa? ¡Pues claro que puedo ir! ¡Gracias por invitarme!”.
Esto es la radio, la casa de todos sus oyentes, un hilo muy personal de comunicación que viaja a la velocidad del sonido, a 343,2 metros por segundo entre dos personas. No solo es un milagro técnico, ante todo es un milagro humano. Definitivamente, y esto no lo sabe el conductor del autobús, porque transgrede todas las normas de ciruclación de la DGT, todos, el millón 627.000 de oyentes de “Más de Uno” viajamos dentro de él en el "Día Mundial de la Radio". ¡Gracias por la excursión, Alsina!
-Aquí puedes recuperar los mejores momentos del viaje en el 'Bus de la Radio"
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Bueno, siempre hay un punto en que agarrarse para mantenerse en haber sido el primero, como la inscripción en un registro; lo que haya ocurrido antes...
ResponderEliminarTampoco, parece ser, fue Marconi quien inventó la radio pero él presentó su patente en primer lugar.
Una buena crónica del viaje en autobús con Alsina.
podi-.