Los privados ante la DAB+: de la negativa al condicional
- El pasado Congreso Internacional de la Radio de Barcelona, organizado por la Cadena SER, con motivo de su centenario, y la Universidad Autónoma de Barcelona, fue el escenario elegido para que las radios, privadas y pública, así como la administración, se reunieran en torno a una mesa redonda para hablar abiertamente, y con sinceridad, del futuro de la radio hertziana, que es lo mismo que hablar de la Radio Digital Terrestre, en estándar DAB/DAB+, por cuanto la FM no puede constituirse, a estas alturas, como una tecnología de futuro (aunque claramente sea la dominante) y mucho menos la OM
Momento de la mesa redonda sobre el futuro de la radio broadcast (Fotografía SER Comunicación) |
“¿Para qué quiero yo una frecuencia nacional sin desconexiones?”, planteó Augusto Molina, director técnico de la SER. “Es extraordinario que exista, tal vez, para la radio pública, pero para los privados, no”. Está claro que el modelo de negocio de las privadas se basa en la emisión en cadena a través de la suma de emisoras locales. No existe, como tal, una señal nacional, sino una señal de cadena difundida por los centros emisores de las emisoras locales. Es más, en esa red de emisoras con que cuentan las grandes cadenas, hay miembros asociados, o afiliados, que son los titulares de la concesión de la frecuencia de radio local, que actúan como socios y difusores de la señal de la cadena en su plaza. ¿Este nuevo modelo de RDT respetará este statu quo, algo improbable, o concederá a las grandes cadenas presencia en todos los mercados locales del país, ahora que hay frecuencias de sobra para tejer esta red?
Participaba en esa misma mesa redonda Antonio Fernández
Paniagua, exsubdirector general de Planificación y Gestión del Espectro
Radioeléctrico, dependiente del Ministerio de Transformación Digital y de la
Función Pública, un viejo conocido del primer proceso que siguió la llegada de
la RDT a España, e interlocutor del fenecido, por inútil, Foro de la Radio
Digital, que citó expresamente en su intervención, en cuyo grupo de trabajo
comercial tuve la suerte de aportar (y de aprender). Fernández Paniagua, como
representante de la administración en este encuentro, era también el
corresponsable de la inacción del Gobierno (de los diferentes gobiernos) en la
lucha contra el pirateo radiofónico. Como denunció Nuria Domínguez, esos
piratas “que están en la FM, ahora también están en DAB+”, y aquí nadie
hace nada. La dejación de funciones de la administración supone el hazmerreír
en el resto de Europa, que no entienden cómo un país del primer mundo permite
una situación como esta, que se prolonga en el tiempo desde hace décadas,
aportando una imagen penosa del sector allende nuestras fronteras. Paniagua,
por cierto, ha abandonado la subdirección general de Planificación y Gestión
del Espectro Radioeléctrico, para ser destinado a Bruselas, como Consejero del
Gabinete Técnico de Subsecretaría de Economía, Comercio y Empresa, que tendrá
mucho que decir en el futuro a corto/medio plazo sobre la RDT en el territorio
europeo.
Se refirió Fernández Paniagua en su intervención a que las
primeras frecuencias concedidas en el múltiplex nacional en estándar DAB, allá
por principios de los dos mil, “están activas”, y es cierto. Durante
estas dos últimas décadas, las radios, privadas y públicas, han emitido en RDT
para Madrid y Barcelona, sin que nadie se haya enterado. Se han gastado
millones de euros en abonar las correspondientes facturas a los distribuidores
de señal para nada. Y, lo peor, estaban dispuestos a seguir abonando este sobrecoste
de sus cuentas de resultados, per secula seculorum mientras no les
molestasen mucho con la transición digital a DAB+. Una broma, muy cara.
Fernández Paniagua informó a los presentes en la sala cuáles
son las frecuencias disponibles por España en DAB (que duplican su capacidad en
DAB+): tres múltiplex de ámbito nacional (uno sin desconexiones y dos con
desconexiones provinciales); dos múltiplex de ámbito autonómico (uno sin
desconexiones y otro con desconexiones provinciales) y, por fin, 297
demarcaciones con RDT local. Y, ante esto, Nuria Domínguez, de Atresmedia Radio
fue muy clara: “no podemos perder lo que ya tenemos en FM y OM”, comenzó
diciendo, refiriéndose a que su negocio se basa en publicidad de ámbito
nacional, pero también de ámbito regional (autonómico) y sobre todo local, para
lo que demandan emisoras con desconexiones provinciales y locales. Ante este
cambio de modelo, y ante el previsible vía crucis en la concesión de las
nuevas frecuencias (nacionales, autonómicas y locales) al que tendrían que
enfrentarse los departamentos jurídicos de las cadenas y emisoras ante las
diferentes administraciones competentes, sin obviar la polémica
discrecionalidad y equidad de las concesiones, en función de las simpatías
ideológicas entre administración de turno y concesionarios, no me extraña que
la directora técnica de Atresmedia Radio plantee este asunto como uno de los
más problemáticos a la hora de abordar. “Aquí la Administración nos tendrá
que ayudar”, pidió, con razón.
“¿Para qué quiero yo una frecuencia nacional sin
desconexiones?”, planteó más tarde Augusto Molina, director técnico de la
SER. “Es extraordinario que exista, tal vez, para la radio pública, pero
para los privados, no”, insistió. Está claro que el modelo de negocio de
las privadas se basa en la emisión en cadena a través de la suma de emisoras
locales. No existe, como tal, una señal nacional, sino una señal de cadena
difundida por los centros emisores de las emisoras locales. Es más, en esa red
de emisoras con que cuentan las grandes cadenas, hay miembros asociados, o
afiliados, que son los titulares de la concesión de la frecuencia de radio
local, que actúan como socios y difusores de la señal de la cadena en su plaza.
¿Este nuevo modelo de RDT respetará este statu quo, algo improbable, o
concederá a las grandes cadenas presencia en todos los mercados locales del
país, ahora que hay frecuencias de sobra para tejer esta red? ¿Dónde quedan,
pues, las emisoras asociadas o afiliadas? En principio, a muchos directores
financieros les agradará la idea de pensar en que no tendrían que repartir ni
un euro en este nuevo modelo en que su empresa fuera titular de concesiones en
todas las plazas, una realidad que no se produce en este momento, donde hay
zonas donde no existe señal de algunas marcas, por falta de frecuencias legales
(otra cuestión son los postes ilegales).
La ausencia de receptores de DAB+ en las casas, donde más se escucha la radio, fue uno de los problemas planteados por la SER (Fotografía catálogo Majority) |
Pero no solo es un problema de frecuencias, sino también económico. Molina comentaba que en la actualidad la cobertura de su señal DAB, en la que emite la SER desde hace veinte años para nadie, se corta a cada momento y su inestabilidad es evidente. Cualquiera que haya hecho este ejercicio, no solo con las frecuencias en DAB, sino también en DAB+, habrá constatado la misma realidad frustrante (incluso los piratas suenan mejor que los legales). De nada sirve abrir centros emisores en las ciudades, si la señal no llega bien a los hogares, o se corta en cuanto sales en coche de la demarcación municipal. “En el caso de la FM, es posible que pueda oírse algo, mal, con interferencias, pero algo se oye. En el caso de la DAB no se oye nada, si no hay cobertura”, señaló Molina. El mismo director técnico aportó la solución: repetidores de señal para cubrir todas las áreas (incluidas carreteras). Y aquí vino el pero: “¿Y quién paga la fiesta?”, dijo. “Porque -añadió- yo no puedo apagar la FM para encender la DAB+, porque la gente no tiene receptores de DAB, no los hay. En el coche, sí. Pero en las casas tendrían que gastarse dinero en comprárselos”, describió la situación. “Y yo vivo de esto”.
El camino que sigue la radio privada española es el mismo de Francia. La radio privada gala ha solicitado ayuda al Estado para asumir el cambio a DAB+. En aquel país los privados resumían en cuatro puntos sus condiciones: 1) No podemos renunciar a nuestra programación y estrategia local, 2) Hay que definir y delimitar los operadores disponibles para no diluir la financiación, 3) Hay que prohibir la venta de receptores que no dispongan de DAB, para garantizar la accesibilidad de los franceses a la RDT y 4) Debemos contar con la ayuda y el compromiso del Estado para afrontar los gastos derivados de la implantación de la DAB en Francia. “En 5 o 6 años nos va a costar un millón de euros por radio”
Durante más de dos décadas, además de su red de OM y FM, la SER, al igual que otras marcas, ha pagado religiosamente la minired de DAB para Madrid y Barcelona, sobre cuya continuidad en algún momento habrá que tomar una decisión, pero también pagan por el transporte de su señal a través de TDT (alquiler de frecuencia y transporte de señal), sin olvidar la señal digital (radio online, apps y altavoces inteligentes). Los costes de la difusión/distribución broadcast/broadband se han disparado en estos últimos años, y ahora, según Molina, pretenden sumar la nueva red de DAB+. Es muy lógico que se pregunte: “¿Qué empresa es capaz de asumir esta multiplicación de costes, porque mis oyentes van a seguir siendo los mismos”, y habría que añadir, ¡y los anunciantes! Las mismas voces de los privados explican el caso de la extensión de la DAB+ por parte de RNE “porque tiran de pólvora del rey”. Y no les falta razón. Pero también porque su mandato de servicio público no les permite pensar en la posibilidad de migrar a radio por IP, por cuanto ya no sería ni gratuita ni universal ni accesible.
Otro de los asuntos planteados por Molina fue el de los
receptores de DAB+. Admitió que su precio ha bajado, pero los de los equipos
más básicos, desprovistos de pantalla de datos, que aporta la DAB+. Para los
receptores más sofisticados hay que pagar más. Y se preguntó si los oyentes
estarían dispuestos a afrontar el gasto para seguir escuchando lo mismo. Admitió
también que los vehículos nuevos vienen que DAB+ de serie, por Directiva
europea, “pero la audiencia desde los coches se desarrolla en períodos horarios
muy determinados a lo largo del día”, apuntó, “y el resto de la escucha
se realiza desde las casas”, recordó. Molina pidió no solo ayuda económica
para las propias radios, para poder afrontar el sobrecoste de la distribución
de señal de la red DAB+, sino también en la subvención a los nuevos receptores
de radio que necesitan adquirir los oyentes para captar la señal de DAB+. Tiene
sentido. No existe un parque de receptores de DAB+ en las casas suficientemente
representativo como para pensar en una rápida migración de FM a DAB+. De
momento, es impensable esta realidad. Y, por otro lado, no se puede mantener
perpetuamente una cuadruplicidad de redes difusoras de radio hertziana
emitiendo simultáneamente OM, FM, DAB y DAB+. Por eso he mantenido en varias
ocasiones que nunca, como hasta ahora, a
las radios les ha costado tanto un oyente, porque los gastos para llegar a él
se han multiplicado.
Es imposible plantear un apagado de la FM para encender la
DAB+ porque no hay infraestructura de receptores para garantizar la migración
de la escucha, lo que obligará durante un período, que debería determinarse,
para consolidar las certezas y las previsiones del sector, a mantener
simultáneamente la emisión, al menos de dos señales broadcast: FM y DAB+. La OM
habrá que irla apagando, como está ocurriendo en países de nuestro entorno, y
la DAB no tiene sentido mantenerla, toda vez que DAB+ mejora su capacidad y la
tecnología.
El camino que sigue la radio privada española es el mismo de
otros colegas europeos, que han recurrido a papá Estado para resolver
las barreras de la expansión de la RDT, como por ejemplo en Francia, donde,
como anunciamos en esta web hace algunos meses, la
radio privada gala ha solicitado ayuda al Estado para asumir el cambio a DAB+.
En aquel país los privados resumían en cuatro puntos sus condiciones: 1) No
podemos renunciar a nuestra programación y estrategia local, 2) Hay que definir
y delimitar los operadores disponibles para no diluir la financiación, 3) Hay
que prohibir la venta de receptores que no dispongan de DAB, para garantizar la
accesibilidad de los franceses a la RDT y 4) Debemos contar con la ayuda y el
compromiso del Estado para afrontar los gastos derivados de la implantación de
la DAB en Francia. “En 5 o 6 años nos va a costar un millón de euros por
radio”. En condiciones muy parecidas se encuentra la radio española.
La campaña de la DAB que nunca vio la luz y nació en el seno del Foro de la Radio Digital |
En la mesa estaba también el representante de la Corporación RTVE, Javier Sánchez, que de momento ejerce de ‘Llanero solitario’ en el sector y, gracias a Cellnex, su socio tecnológico, ha trasladado su señal en DAB+ de momento a catorce capitales españolas, con la finalidad de alcanzar, antes de fin de año, a la mitad de la población. Pero estas señales se cortan cuando los automovilistas salen del término municipal (e incluso dentro de él) por la inestabilidad de la señal, lo que provoca una inevitable frustración que, de continuar, podría conducir al rechazo. Pese a las limitaciones de la estrategia de RNE hay que aplaudir su decisión de dar el pistoletazo en su carrera particular por la DAB+. Ya no podíamos seguir más tiempo alejados del resto de Europa, mirando para otro lado. Y la radio pública tiene un mandato por cumplir, y ha sido, tradicionalmente, la que ha impulsado todos los cambios. Así ocurrió con la llegada de la FM, que contó con la oposición también de los privados, ¡cómo no!
La tercera condición de los privados para apoyar el desarrollo de la DAB+ en España pasa por la lucha contra los piratas. Nuria Domínguez, directora técnica de Atresmedia Radio señaló que "ya estaban en la FM, y ahora también están en DAB+". La dejación de funciones de la administración supone el hazmerreír en el resto de Europa, que no entienden cómo un país del primer mundo permite una situación como esta, que se prolonga en el tiempo desde hace décadas, aportando una imagen penosa del sector allende nuestras fronteras
Sánchez comentó que hay una circunstancia que aprovechar y
es la existencia de los grupos de trabajo de televisión, que podrían albergar
también grupos dedicados a la radio. “¿Podemos ir hacia consensos que nos
impulsen más allá de donde estamos ahora? se preguntó Sánchez. “Por
supuesto”, se respondió. Tras anunciar que la FM no está garantizada en los
coches del futuro, y la DAB+ solo en aquello vehículos que incorporen radio de
serie (ya hay modelos que prescinden de ella para abaratar costes), adelantó: “podemos
anunciar que se ha constituido un grupo de trabajo destinado específicamente a
la radio en que se puedan realizar propuestas consensuadas para llegar a la
Administración”. Confiemos, y crucemos los dedos, en que el resultado en
esta segunda oportunidad sea mucho más eficaz y positivo que en el desaparecido
Foro de la Radio Digital. Tal vez por la desconfianza que generó este Foro,
en que estaban representados agentes con objetivos tan opuestos entre sí, Fernández
Paniagua abogó por un gran acuerdo de todos los actores, porque “solo así
lograremos sacar adelante un proyecto viable y realista”, defendió.
Por su parte, las empresas Cellnex y Axión, presentes en la
mesa redonda, apoyaban el desarrollo de la DAB+, por supuesto, porque para
ellas significa negocio, e ingresos. Los mismos que no quieren cargarse sobre
sus espaldas las radios privadas que han visto aumentar sus costes de
distribución, especialmente en digital (emisión IP, apps y smartspeakers) para
tan poco retorno (solo un 13% de la audiencia escucha la radio a través de su
señal por IP), cuando más del 80% siguen eligiendo la FM. Para estas empresas
su negocio está en el transporte de la señal de radio y la RDT significa una
oportunidad de negocio.
En resumen, las condiciones de los privados para apoyar el desarrollo de la DAB+ en España pasan por estos tres puntos:
- Reparto de frecuencias de acuerdo al mantenimiento del actual statu quo de la radio comercial que vive de la publicidad nacional y local
- Ayudas del Estado para asumir el sobrecoste de la red de difusión de DAB+ a nivel nacional, hasta conseguir, al menos, la misma cobertura existente en FM
- Lucha activa contra la piratería en la radio española, de manera que se garantice la igualdad de oportunidades entre todos los agentes del sector
Este sería el punto de partida ante la administración de los
privados para iniciar el proceso de apoyo a la DAB+ que, de momento, ha
iniciado en solitario la radio pública nacional,
y algunas autonómicas, como la balear IB3 que ya lo ha anunciado oficialmente,
mientras otras se lo piensan.
Hemos avanzado, sin duda. Del “no quiero oír hablar” de la DAB+, del “es una tecnología superada por la IP”, del “ha perdido su oportunidad”, hemos pasado a una postura algo más realista de “vamos a estudiarlo”. Si RNE abre la tarta de la DAB+, los oyentes descubren esta nueva forma de recibir radio hertziana, y se van apuntando al ‘nuevo club’, sobre todo si, como está previsto, la radio pública ofrece en el futuro nuevos productos radiofónicos, que harán aún más atractivo el escenario de la DAB+, los privados no pueden permanecer ausentes, pero hay que apoyarles para que estén, facilitando el cierre progresivo de la vieja OM, el cierre de la DAB, que no tiene sentido, créditos blandos, ayudas fiscales, subvenciones en su caso y un reparto rápido y equitativo entre los actuales operadores legales que deben encontrar su correspondencia en el escenario de la DAB+.
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