La radio siempre está ante la tragedia
- Por desgracia, la evolución del cambio climático, está reproduciendo episodios de catástrofes naturales y haciéndolas más frecuentes, como si la propia naturaleza protestara por la degradación a la que la someten sus pobladores
- En este contexto, la población requiere de información sobre lo que está ocurriendo y pautas sobre las medidas de seguridad que deben adoptar ante la catástrofe que viven, y también compañía para sobrellevar la situación, y no hay mejor medio que la radio por aire, que no deja de emitir aunque se interumpa el suministro eléctrico
Carlos Núñez, director de "24 Horas", de RNE, en Utiel (Captura video RNE) |
En julio de 2021, Alemania vivió una de sus más grandes tragedias naturales. La llamada tormenta ‘Bernd’ provocó casi doscientos muertos por las inundaciones en sus cuencas fluviales. Ya en aquel momento volvió a demostrarse que las comunicaciones móviles carecían de la seguridad necesaria para garantizar el servicio y de nuevo la radio surgió como el medio ideal para mantener informada a la población. La defensa del papel de la radio ante las catástrofes naturales condujo a la creación de un sistema de emergencias de seguridad en DAB+, bautizado como ASA que enciende los receptores de forma autónoma desde una central, para emitir la alerta
La urgencia impone el plan de emergencia: primero, intentar
salvar las vidas humanas. Pelear por encontrar a los desaparecidos, como están
haciendo los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y los medios de las
comunidades autónomas implicadas. Después, y solo después, habrá que proceder a
la necesaria depuración de responsabilidades de las actuaciones de la
administración, y al imprescindible debate que debería realizarse sobre las
construcciones, en determinadas zonas, que alteran irresponsablemente el curso
de los ríos, como han denunciado colectivos expertos en el estudio de los
recursos hídricos y geográficos.
Y, en medio de esta realidad difícil de gestionar, en medio
del caos provocado por las lluvias torrenciales y hasta pequeños huracanes, que
todos hemos podido ver en las imágenes difundidas a través de los medios de
comunicación tradicionales y de las redes sociales, la radio ha intentado poner
orden. Y, sobre todo, se ha implicado, como siempre lo hace. Con
responsabilidad y profesionalidad.
Como escribía en su perfil de Facebook el profesor Salvador
Saura, murciano, químico y licenciado en Imagen y Sonido, “Esta
ha sido, o mejor, debería haber sido otra "noche de los transistores"
en Valencia y Castilla La Mancha. La SER, COPE y -solamente hasta medianoche-
RNE dieron voz a los afectados por las riadas, quienes como en otras ocasiones
como en octubre del 82 con la rotura de la presa de Tous en la que Radio
Popular de Valencia Onda Media dedicó toda su programación a servir de
intermediaria entre los afectados”. Saura recuerda algunos de los
testimonios de aquella tragedia del 82, y los califica de “espeluznantes”, pero
señala algunos aspectos más que tienen que ver con la radio y su papel en estas
catástrofes naturales: “La
radio de toda la vida, el ‘transistor’ está desapareciendo de nuestras vidas,
pero cuando Alexa no obedece, o nos quedamos sin batería en el teléfono, nos
sentimos desinformados, aislados y perdidos. La radio convencional en Onda
Media y FM sigue pero la escuchamos a través de internet, y nos olvidamos que
una simple radio de bolsillo, con un par de pilas, puede vincularnos con el
mundo cuando estamos en lo alto de un tejado, mojados, con frío y tres metros
de agua debajo”.
Saura recuerda hechos como que la Onda Media es el canal de radio
que cuenta con mayor cobertura y área de difusión, aunque la última tendencia,
por el alto coste energético que supone, y la alta huella de carbono que
provoca, es reducir la potencia emisora, cuando no, directamente, su cierre y
apagado. En
los Estados Unidos de Norteamérica el Congreso ha impuesto en los coches la OM,
pese al deseo de muchos fabricantes por eliminarla, precisamente, por su papel
en situaciones críticas como las que ocurren en aquel país. Habría que apuntar
también, por ser fieles a la realidad, que la OM en Norteamérica y en España
nada tienen que ver en cuanto a repercusión y públicos.
Ante esta situación límite en la que internet deja de funcionar por falta de electricidad, al igual que las líneas telefónicas de 4G o 5G, por las características de sus centros emisores, soportados durante las urgencias en baterías de duración muy limitada, Salvador Saura concluye su reflexión en Facebook con el siguiente consejo: “La radio convencional debe seguir viva, y conviene escucharla en una radio, no a través de móviles, ordenadores ni altavoces inteligentes. Busque usted por casa una radio, póngale pilas y téngala siempre a mano: es el canal informativo más directo, inmediato y gratuito”. No es mal consejo. De hecho, es el único que nos puede permitir seguir las emisiones de radio, igual que en los coches. El objetivo es ser autónomo de la red de alimentación eléctrica que suele verse afectada en estas tragedias naturales. Y los centros de emisión de OM y FM cuentan con grupos electrógenos para responder ante las emergencias.
Juanma Castaño charlando con Paula, que le cuenta cómo sobrevivió a los efectos de la riada (Captura video COPE) |
La radio, como industria, también debería pensarse muy seriamente su actual papel en la lucha contra el cambio climático y en la necesaria reducción de su huella de carbono. Esta es una razón poderosa que está llevando en Europa a algunas corporaciones, como la RAI o Radio France, a cerrar sus centros emisores de Onda Media, los más contaminantes, debido a su altísimo consumo energético y a otras empresas, como antes comentaba, a reducir potencias de sus emisores de OM para reducir sus efectos, y también reducir su factura de la luz. Con la FM ocurre algo parecido, en menor medida y efecto, pero también contaminan y son muchos más, en número, que los centros emisores de OM. Por eso la mayoría de países europeos están implantando la Radio Digital Terrestre, en DAB y DAB+, que reduce, entre un 70 y un 90 por ciento, los efectos de la FM, en función de la ocupación de sus múltiplex. Otra cuestión será el consumo energético de la IA, que exige más energía para funcionar, dada la compleja red neuronal que emplea. Se empieza a hablar de que exigirá reforzar la red eléctrica en el corto plazo, tal vez, de nuevo, con las polémicas centrales nucleares. Lo veremos.
Mientras tanto, con independencia del sistema de recepción por parte de los oyentes afectados por una tragedia, las radios, y sus profesionales, han vuelto a darlo todo por informar. José Luis Sastre, en el “Hoy por Hoy” de la SER, reflexionaba, como valenciano y conocedor del histórico que acumula esta región de España en su relación con la gota fría, hoy conocida como DANA. “Es que yo dudo de que seamos conscientes de la magnitud de lo que ha ocurrido esta madrugada en Valencia”. En pocas horas cayó todo el agua registrada en una año. Luego las tremendas imágenes se ocuparon de ponernos los pies en el suelo. En la misma cadena, Carles Francino comentaba en “La Ventana”: “tengo la sensación de que esta descomunal tragedia va a marcar un antes y un después en muchas cosas. Ojalá, y ojalá sea para mejor”, deseaba. Por la noche, Aimar Bretos, desplazado con su “Hora 25” a Utiel, comentaba a través de un video en sus redes sociales que “La Unidad Militar de Emergencias se prepara para seguir buscando supervivientes, para rescatar también cadáveres, entre los escombros que todavía quedan por las calles de Utiel”.
Aimar Bretos, director de "Hora 25" en las calles de Utiel (Captura video Cadena SER) |
Carlos Núñez, director del “24 Horas” de RNE, desplazado también a Utiel para emitir desde allí el informativo nocturno de la radio pública, saludaba en un video a sus oyentes, a través de X, diciendo: “saludos desde Utiel, un pueblo devastado, un pueblo roto, cubierto de barro”. Carlos Alsina, desde el “Más de Uno” de Onda Cero, apuntaba a que “en las imágenes no hay cadáveres, aunque son los cadáveres los que dan la medida del desgarro. Cuando las palabras se quedan cortas -añadía- es que el desastre es tan enorme que no cabe acotarlo en unas pocas frases”. Juanma Castaño, desde “El Partidazo”, de COPE, decidió aparcar los deportes en la noche más dura de la historia contemporánea de Valencia, para contemplar el papel de la radio de compañía en estas situaciones, y logró encontrar a Paula, cuyo tío, Vicente, había llamado al programa, muy preocupado, porque no la localizaba y no sabía dónde se encontraba, temiendo por su suerte. El equipo de COPE logró localizarla: “¿cómo estás, Paula?” la saludó Castaño. Y Paula, llorosa, respondió: “Aquí, sensible, y en shock”. Había estado a punto de morir por la inundación. Pero estaba viva y resguardada. La radio, una vez más, había cumplido su misión de servicio público en estas situaciones.
“La radio de toda la vida, el ‘transistor’ está desapareciendo de nuestras vidas, pero cuando Alexa no obedece, o nos quedamos sin batería en el teléfono, nos sentimos desinformados, aislados y perdidos. La radio convencional en Onda Media y FM sigue pero la escuchamos a través de internet, y nos olvidamos que una simple radio de bolsillo, con un par de pilas, puede vincularnos con el mundo cuando estamos en lo alto de un tejado, mojados, con frío y tres metros de agua debajo. La radio convencional debe seguir viva, y conviene escucharla en una radio, no a través de móviles, ordenadores ni altavoces inteligentes. Busque usted por casa una radio, póngale pilas y téngala siempre a mano: es el canal informativo más directo, inmediato y gratuito” (Salvador Saura)
Cada casa hizo lo que pudo: la SER, RNE, COPE y Onda Cero,
las cuatro grandes. Pero no hay que olvidar el trabajo descomunal que hizo la
radio local para no dejar de emitir en ningún momento, y para informar a sus
vecinos. La importancia de la radio de proximidad. Muchos de ellos
pertenecientes a esas grandes cadenas, pero con la necesaria conciencia local
de servicio público, afectados como sus conciudadanos por los efectos
devastadores de la DANA, pero conscientes de su responsabilidad y papel en
estas situaciones.
Ojalá no hubiera sido necesario que la radio rompiera todas
sus programaciones por la gota fría. Incluso hubiera celebrado que hablaran del
enésimo enfrentamiento verbal del presidente (Pedro) Sánchez con el jefe de la oposición, (Alberto Núñez) Feijóo. Los medios hubieran abierto con la noticia de la incautación, por parte
de la Guardia Civil, de los terminales informáticos del Fiscal General del
Estado, para evitar que pudiera eliminar o manipular pruebas de la causa que se
sigue contra él, como imputado, por un presunto delito de revelación de
secretos. Se trata de un hecho inaudito, la primera vez en la historia de la
democracia que se imputa a un Fiscal General del Estado. Pero no, como
escribía al comienzo de este post, la naturaleza cambió el curso de la historia
y alteró el orden de los titules en los medios de información, para protestar
contra lo que estamos haciendo con ella, maltratarla sin miramientos, y con una
conciencia social insuficiente por parte de la población mundial.
En julio de 2021, Alemania vivió una de sus más grandes
tragedias naturales. La llamada tormenta ‘Bernd’ provocó casi doscientos
muertos por las inundaciones en sus cuencas fluviales, además de efectos en
otros países como Países Bajos, Suiza, Bélgica y Luxemburgo. Ya en aquel momento volvió a demostrarse que las comunicaciones
móviles carecían de la seguridad necesaria para garantizar el servicio y de
nuevo la radio surgió como el medio ideal para mantener informada a la
población. La defensa del papel de la radio ante las catástrofes naturales
condujo a una investigación en torno a lacreación de un sistema de alerta de seguridad en DAB+, bautizado como ASA, que de forma autónoma enciende los receptores desde una central para emitir las alertas, del que ya informamos en su día a través de esta web.
Por lo ocurrido en Valencia, en Murcia, en Castilla La Mancha y en Andalucía, y lo que ocurrirá, porque los meteorólogos avisan de las alteraciones que se están produciendo en el tiempo debido al cambio climático, la UNESCO pide dedicar el próximo Día Mundial de la Radio, el 13 de febrero de 2025, a la relación entre la radio y el cambio climático. Ojalá la sensación de Carles Francino termine fructificando en positivo. Pero la radio no puede obviar su papel en la sociedad, no solo como medio de información, por supuesto, sino también como medio de compañía, porque la palabra sincera infunde ánimo y apoyo psicológico y también fuerza para luchar contra la adversidad. La radio siempre está. Y ejerce siempre de apoyo. Tengamos una cerca, sencilla, de pilas, por si acaso.