Diez años de "Ruta 42", música y radio con la firma de Joaquín Martín
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En Radio Intereconomía, desde 2014
"La radio que menosprecia la palabra ya no es radio sino un hilo musical despersonalizado"
- Joaquín Martín se autodefine como 'radiofonista', un profesional del medio que conoce su lenguaje y sabe utilizar sus recursos, pero, sobre todo, siente un profundo y sincero amor por la radio. No solo la hace con profesionalidad, sino que la vive intensamente. Para los radiofonistas, la radio forma parte de su vida, la miman como un orfebre de la palabra, la música, los efectos y los silencios
- En el caso de "Ruta 42", la música es la protagonista, pero engarzada coherentemente por la impecable voz y palabra de Joaquín Martín, que crea una atmósfera sublime de ritmos templados que acarician al oyente con temas cuidadosamente seleccionados
- Es un honor para esta web dedicada a la radio contar con la firma y, sobre todo, la sensibilidad de este profesional de la radio que en 2017 publicó el libro "La radio de los prodigios", el libro que logró atrapar la radio, casi toda la radio
Un faro en la noche; esa es la imagen. Un faro emitiendo destellos de luz desde la oscuridad de la última costa para que los barcos desnortados o en apuros arriben a un puerto de abrigo.
Joaquín Martín, en los estudios de Radio Intereconomía (Archivo personal) |
El programa musical 'Ruta 42', que cumple su primera década en la antena de Radio Intereconomía tiene mucho de faro, de torre luminosa que asomada a un farallón resiste vientos y mareas porque sabe de su utilidad. La luz y la música, tanto como el agua y el sol son necesarios para que la vida prospere en todas sus dimensiones.
"La radio musical de hoy se basa en la 'radiorepetición', con presentadores convertidos en voces de centralita automática o máquina de tabaco. Incluso existen emisoras que se pavonean de poner música sin palabra. Presumen de haber amordazado al locutor. Pero, ¡habrase visto! La radio sin palabra es un mero tocadiscos, una plataforma cualquiera de las que tanto se prodigan por ahí. La radio que no cuenta con la voz humana es una paella a la que le falta el arroz, un reloj sin horas ni tiempo, una fuente seca, de la que solo brota arena"
No me tachen de pedante, pero en su tiempo el filósofo Friedrich Nietzsche lo dijo bien clarito: “Sin música la vida sería un error”. Por otra parte, el escritor ruso León Tolstói, que era un gran pianista y lloraba como una magdalena cuando escuchaba a Beethoven llegó a comentar con cierta visión “putinesca” de la geopolítica mundial que…, “la única razón por la que salvaría a la vieja Europa de su desaparición sería por su música”.
'Ruta 42' nació de una necesidad. En la primavera del año 2014, Matías Vara, que por entonces era jefe de programas de Radio Intereconomía, me propuso hacerme cargo de la selección musical de jazz, que hasta el momento se emitía en los fines de semana sin una voz que la presentara. Por aquel entonces la emisora especializada en información económica contaba con una selecta y excelente programación musical los sábados y los domingos que, curiosamente, atendía a los mandatos del sol. Otra vez la luz. Y me explicaré. Durante el día, a la hora de los jardines, las barbacoas y la vida al aire libre se ofrecía música clásica magníficamente presentada por Carlos de Matesanz, mientras que por la noche, dada la magia de los neones encendidos, el brillo de la calles mojadas y el resplandor del tráfico, se programaba una variada selección de piezas de jazz, titulada 'Tiempo de jazz', pero como he dicho sin el concurso de un locutor.
A los pocos días acepté el reto y le expuse a mi superior una fórmula basada en grabar piezas sonoras conformadas por una presentación seguida de un tema. Luego, a esa pieza se le asignaría una matrícula y quedaría lista para su emisión. Una vez aprobado el proyecto se trataba de reunir cuanto antes un buen fondo de grabaciones, pues el estreno de la nueva modalidad de jazz presentado se ensayaría en agosto, cuando la programación se relaja y hay más horas vacías de actualidad.
Quedaban cuatro meses para el estreno, de manera que el tiempo jugaba a nuestro favor.
Por suerte, después de tantos años como profesional de la radio, en mi casa disponía de una surtida discoteca, de manera que, primero, me enfrasqué con los guiones sobre las canciones que más conocía y después me dediqué a todas las demás. Fue un trabajo que calificaría de fascinante, y que no dejo de realizar en la actualidad, pues sigo buscando e indagando hasta en el último rincón de mis estantes para recrearme con esas composiciones que nos perfeccionan y enriquecen como personas y que tienen como último destinatario al oyente de 'Ruta 42'.
Pero las contrariedades no tardaron en llegar. Se ha dicho que el refranero es la filosofía del pueblo y me apliqué el cuento cuando llevaba muy avanzada la tarea. Resulta que al comenzar la temporada, en septiembre de 2014, la dirección de la emisora decidió dar paso a nuevos programas durante el fin de semana e ir retirando paulatinamente los tiempos dedicados a la música clásica y al jazz. El primer refrán que me vino a la mente fue “Mi gozo en un pozo”. Sin embargo, para no desperdiciar el esfuerzo que había realizado junto a mi amigo Javier González, gran técnico de sonido, de espíritu creativo y conocedor también de muchos recovecos musicales, Matías Vara, que mostró su satisfacción por la manera en cómo había sonado 'Tiempo de jazz' durante el mes de agosto, me propuso reunir todas las grabaciones existentes, seguir trabajando para aumentar su número y radiarlas en un programa semanal de dos horas. Lo más urgente que me encomendó fue buscar título. Entonces vinieron a mi mente nuevos refranes: “Nunca es tarde si la dicha llega” y “No hay mal que por bien no venga”, que suponen el colmo del optimismo.
A los pocos días ya tenía nombre para el bautizo. Era muy sencillo: 'Ruta 42'. Con lo de ruta homenajeaba a la mítica 'Ruta 66' estadounidense, mientras que el 42 fue elegido porque en aquellos días Radio Intereconomía se encontraba en el número 42 de la calle Modesto Lafuente, donde siempre estuvieron los estudios de la mítica Radio Intercontinental de Madrid. Y hasta hoy. Son ya diez años.
Joaquín Martín en un descanso de la grabación (Archivo Personal) |
Está claro que la radio privada, por lo general, concibe la música como un simple relleno o una radio fórmula que no deja de repetir día tras día los mismos esquemas. Se trata de la “radiorepetición”, con presentadores convertidos en voces de centralita automática o máquina de tabaco. Incluso existen emisoras que se pavonean de poner música sin palabra. Presumen de haber amordazado al locutor. Pero, ¡habrase visto! La radio sin palabra es un mero tocadiscos, una plataforma cualquiera de las que tanto se prodigan por ahí. La radio que no cuenta con la voz humana es una paella a la que le falta el arroz, un reloj sin horas ni tiempo, una fuente seca, de la que solo brota arena. La radio que menosprecia la palabra ya no es radio sino un hilo musical despersonalizado.
Con 'Ruta 42' no pretendo compararme, porque es imposible, a Ángel Álvarez, Raúl Matas, José María Íñigo, Joaquín Luqui, Rafael Revert, José Manuel Rodríguez, “Rodri” para los amigos, Carlos Finali, José Ramón Pardo, pero sí reivindicar la radio musical de esos maestros que informaban, ambientaban y recreaban las composiciones elegidas con infinidad de datos y comentarios. Estoy por una radio musical hecha por profesionales con conocimiento y sabiduría, que reclama la atención de un oyente culto y exigente, que todavía celebra el hecho de conectar su transistor, la radio del coche, determinada aplicación o recuperar un pódcast para escuchar ese paraíso sonoro que le cuenta, canta y narra hechos y cosas con sinceridad, honradez y originalidad.
En 'Ruta 42' nos guarecemos a la sombra del frondoso árbol del jazz y de las conexiones de esta música con la bossa nova, el rock, el pop, incluso la clásica, sin olvidar el importante papel de las grandes orquestas y las partituras dedicadas al cine. Pregunto: ¿Cuánto tiempo hace que no escucha en la radio a Ella Fitzgerald, Billy Holliday, Chet Baker, Frank Sinatra, Johnny Hartman, Anita O´Day, Mel Tormé, Sarah Vaughan, Blossom Dearie, Jeff Meegan, Gato Barbieri, Astrud Gilberto, Stan Getz, Michael Bublé… y un universo de compositores, cantantes e intérpretes, actuales o pretéritos, que están desterrados, postergados, discriminados por los mediocres planteamientos de los prescriptores y directivos encargados de las radios musicales, que van a lo sencillo, a lo de siempre.
Joaquín Martín en el estudio de Producción de Radio Intereconomía (Archivo Personal) |
“No me dejéis morir de repetición”, decía Ramón Gómez de la Serna, uno de los primeros locutores españoles, mediada la década de los años 20, apostando por un medio imaginativo, creativo y evocador. Ese gran vitalista de nuestra cultura promovía con entusiasmo el arte sonoro radiofónico, ahora en almoneda, prácticamente olvidado.
En pocas palabras, y sin vehemencia, en 'Ruta 42' se escucha la esencia musical del siglo XX que, excepto alguna isla en la radio pública, ninguna emisora se ha dignado en programar. La filosofía de 'Ruta 42' se resume en los mismos indicativos del programa. Les pongo algunos ejemplos: “Canciones para la gran minoría”, “Llenamos de oro tu silencio” o “La música ha vuelto a la radio”. Y hay muchos más.
La identidad gráfica del programa |
Acabo esta crónica agradeciendo con un brindis a la anónima audiencia su sintonía y mencionando a todas esos profesionales de Radio Intereconomía que de una manera u otra me han ayudado a culminar esta efemeride, estos diez años. Guillermo Cerezo, Guille por nuestra amistad, que sigue mezclando con gusto y sabiduría mi voz y las músicas que yo selecciono con más o menos acierto; además de César García, Yolanda Donoso, Alberto González, Almudena Ruíz, Candy Sánchez y Remedios Márquez, cuya fascinante voz me sirve para abrir el programa y enunciar los distintos indicativos que le abren puertas y ventanas sonoras al que escucha. Remedios es una locutora de leyenda, de tonos atmosféricos, limpios y poderosos como su alma. No podría llamarse de otra manera, Remedios. Su voz es sanadora, balsámica cuando toca tu oído.
'Ruta 42', que también se puede disfrutar en Ivoox, se emite los sábados de ocho a diez de la noche y ya cuenta con cientos y cientos de piezas musicales presentadas y comentadas para entretener a todo aquel que va y viene al otro lado de la radio; son músicas relacionadas con el cine, las teleseries, el teatro, los musicales, la publicidad, la literatura, la pintura, la moda, la arquitectura, los mapas y paisajes y, por supuesto, los viajes, porque este programa, que es el tuyo, es justamente eso, un viaje infinito por las grandes composiciones del pasado siglo. La música, con la altura emocional de sus pentagramas se funde con todas las artes y fluye en busca de ese oyente que desea encontrar armonía, equilibrio, calma y belleza en un espacio radiofónico.
En 'Ruta 42' creo que le ofrecemos una pizca de todos esos ingredientes.
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