La reciente disposición de cerrar las herramientas digitales tanto de Canal 7 y de las radios, representa un paso más hacia el silenciamiento condicionado de los medios del estado argentino que se suma a medidas tomadas con antelación y que apuntan al objetivo de poder deshacerse, mediante la venta total o parcial, de la cadena.
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Una de las estaciones aisladas por la nieve de Radio Nacional que cumple un servicio público imprescindible (Fotografías Radio Nacional, filiales) |
A través de una circular enviada a las 50 emisoras, el 21 de mayo último, el interventor de los denominados medios públicos, Diego Chaher, ordenó el cierre del servicio informativo de las redes sociales y prohibió subir cualquier tipo de contenido sonoro a esos medios tecnológicos, en el marco de una “reestructuración”, en la que también caen los canales Encuentro y PakaPaka, el primero de contenido cultural y el segundo destinado a los más pequeños.
"Actualmente, no se está prestando asistencia técnica a las filiales cuyos equipos necesitan reparación o repuestos y nunca llegan. Esta desidia provocó que al menos tres de estas dejaran de emitir, y todas están situadas en la zona patagónica, una de las regiones que más necesita del servicio de radio Nacional por la abundante población rural que allí reside y que espera la emisión de noticias de servicio público dirigidos a esa comunidad. Hoy esa gente está incomunicada. Con el agravante de las intensas tormentas de nieve que azotan la geografía y que además, deja poblaciones enteras aisladas y sin energía eléctrica, y donde solamente llegan las emisiones de una filial zonal de la red, que les suministra información del estado de las rutas y caminos, y clima"
Pero dos días después, el 23 de mayo, tanto el Director general de LRA1, Héctor Cavallero, como la titular de la red, Gabriela Mambretti, mantuvieron una videoconferencia con quienes están a cargo de la administración de esas estaciones, con la finalidad de confirmarles que en los próximos días, esas redes estarán nuevamente activas, pero manejadas únicamente desde la central porteña. Esto con la consiguiente pérdida del sentido federal que las caracterizaba. Explicaron que se está diseñando un formato uniforme para todas las emisoras, al tiempo que indicaron que pretenden mantener una radio atractiva para el oyente, aunque también para quienes deseen auspiciarla comercialmente.
En paralelo, bajaron línea a los conductores/locutores de esas filiales:
Nada de críticas al gobierno nacional y mucho menos al presidente, Javier Milei, nada de emitir opiniones, solamente lectura de información, y en el caso de las notas periodísticas a funcionarios, solo introducción y cierre, y al que no le guste que renuncie o se lo despide, restringiendo así la capacidad de informar y cuestionar. Esto es control de narrativa y contenidos del medio. Esas radios, sólo oficiarán de satélites de la central porteña.
A diferencia de un silenciamiento total y permanente, este enfoque busca mantener la apariencia de pluralismo y libertad de expresión, mientras se manipula selectivamente la agenda informativa.
Cabe destacar que, durante abril y mayo últimos, se suprimió de forma definitiva, la figura de Director de filial, haciéndole perder institucionalidad, se eliminaron las horas extras para el personal de esas estaciones, y se estableció la obligatoriedad de retransmitir durante fines de semana y días no laborables, la señal en directo de LRA1 Radio Nacional Buenos Aires, por lo que durante esas jornadas las puertas de las filiales están literalmente cerradas, desconectándose de ese modo de las realidades locales. Se dejaron sin efecto cientos de contratos laborales y no se renovaron otros. Profesionales contratados que llevaban más de diez años en la emisora quedaron literalmente en la calle. Suspendieron el pago de francos y horas extras, y mantienen el programa de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas en aquellas emisoras donde hay superpoblación de personal.
Es evidente que gobierno nacional avanza paulatinamente con estas medidas, en el silenciamiento a las filiales de la “cadena celeste y blanca” distribuidas en todo el territorio, cercenándoles la libertad de expresión a aquellas comunidades donde están emplazadas, y hasta el uso de las redes para conectar con sus oyentes y colgar los contenidos del día so pretexto de una “reorganización”. Hoy las páginas web de las emisoras están inaccesibles.Y si bien se anunció en las últimas horas, que tendrán un nuevo diseño, éste será unificado, es decir que su manejo será exclusivamente potestad de Radio Nacional Buenos Aires.
La respuesta a estas disposiciones, no se hizo esperar. Desde SiPreBa, gremio que agrupa a los periodistas de la ciudad de Buenos Aires, se emitió un comunicado de “rechazo a las medidas”, denunciando que el presidente Milei, “pasó por encima del Congreso nacional y ahora avanza en su plan de destrucción” al tiempo que instaron a los senadores nacionales a defender los “medios públicos”, rechazar su privatización y el proyecto de ley Bases que se discute en comisiones.
"Nada de críticas al gobierno nacional y mucho menos al presidente, Javier Milei, nada de emitir opiniones, solamente lectura de información, y en el caso de las notas periodísticas a funcionarios, solo introducción y cierre, y al que no le guste que renuncie o se lo despide, restringiendo así la capacidad de informar y cuestionar. Esto es control de narrativa y contenidos del medio. Esas radios, sólo oficiarán de satélites de la central porteña"
Mientras tanto en el resto del país, los integrantes de los distintos planteles profesionales, iniciaron una campaña para recolectar firmas y presentarlas a las autoridades nacionales y pedir la suspensión de las medidas anunciadas, en tanto se mantienen en estado de asamblea permanente. A esto se sumaron legisladores de provincias patagónicas y de Córdoba, solicitando al gobierno que se deje sin efecto la comercialización y/o cierre de las emisoras emplazadas en esas regiones. La legislatura cordobesa rechazó por unanimidad la posible venta de la radio de la red federal ubicada en la provincia.
Si bien la privatización depende de la aprobación sobre tablas del proyecto de ley “Bases”, enviado por el Poder Ejecutivo argentino al congreso, no impedirá la posible desatención de las radios del estado, algo que de a poco se está produciendo, para luego ofrecerlas, o en caso contrario, dejarlas “al garete” para en última instancia, cerrarlas tal como se hizo con la agencia Télam y todos sus productos.
En la última semana de mayo, el secretario
de prensa del gobierno, Eduardo Serenellini, mantuvo una reunión con el Interventor
de los medios “públicos” Diego Chaher, el director de Radio Nacional, Héctor
Cavallero y legisladores del partido gobernante. Allí se destacó la importancia del rol de
la emisora del estado en regiones remotas del territorio argentino donde la
actividad privada no alcanza. Al mismo tiempo, se acordó reformular y
repotenciar las funciones de la red federal en todo el país.
En el anexo I del dictamen del proyecto de
ley Bases, figura como una de las empresas del Estado sujetas a privatización. En una reciente visita de Serenellini a la
provincia de Neuquén, este fue recibido por el gobernador, Rolando Figueroa,
con quien abordó la situación de las emisoras de la cadena ubicadas en esa superficie. El funcionario nacional, planteó la necesidad
de que sean autosustentables y aseguró que el gobierno no tiene previsto
cerrarlas.
Según datos del ministerio de economía, los
“medios públicos” registraron en 2023 un déficit operativo de más de 32.860
millones de pesos. En este marco se estaría buscando, además,
el desfinanciamiento de la red si se tiene en cuenta que este año el gobierno
nacional destinó a RTA, apenas 17.290 millones de pesos, lo que representa una
caída del 41,3% en términos reales. El año pasado el tesoro transfirió a la
empresa estatal 34.057 millones de pesos para su mantenimiento.
Actualmente, no se está prestando asistencia técnica a las filiales cuyos equipos necesitan reparación o repuestos, que por lo general se piden a la central de Buenos Aires, y luego sentarse a esperar. Esta desidia provocó que al menos tres de estas salieran del aire, y todas de la zona patagónica, una de las regiones que más necesita del servicio de radio Nacional por la abundante población rural que la caracterizan y que esperan la emisión de segmentos específicos dirigidos a esa comunidad y que en este caso, no irán al aire los fines de semana en ninguna de ellas.
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Otra de las emisoras provinciales de la red de Radio Nacional |
Hoy esa gente está incomunicada. Con el agravante de las intensas tormentas de nieve que azotan la geografía y que además, deja poblaciones enteras aisladas y sin energía eléctrica, y donde solamente llegan las emisiones de una filial zonal de la red, que les suministra información del estado de las rutas y caminos, y clima. Pero el aislamiento no se produce únicamente por la interrupción de la transmisión, sino también por la falta de noticias locales y regionales, como ocurre actualmente en la mayoría de los horarios de programación de esas filiales.
Muy a pesar de las palabras del Director general de LRA1, Héctor Cavallero, que pretendieron llevar tranquilidad al personal de las emisoras sobre que, mantendrán sus actuales estándares, las recientes disposiciones anunciadas consiguieron lo contrario y pese a que con la videollamada referida, intentaron calmar las aguas, ante la presión que ejercieron las audiencias.
Por otra parte, algunos gobernadores por caso, el de la provincia de Chubut, Ignacio Torres, expresó su intención de quedarse con las cinco estaciones que están en territorio provincial, por lo que ya habría mantenido comunicación con el Ministro del Interior de la Nación, Guillermo Francos, para informarse sobre la posibilidad de su traspaso. Se trata de las instaladas en Esquel, Río Senguerr, Río Mayo y dos en la ciudad de Comodoro Rivadavia, una de las cuales pasaría a manos de la municipalidad local.
"Los integrantes de los distintos planteles profesionales, iniciaron una campaña para recolectar firmas y presentarlas a las autoridades nacionales y pedir la suspensión de las medidas anunciadas, en tanto se mantienen en estado de asamblea permanente. A esto se sumaron legisladores de provincias patagónicas y de Córdoba, solicitando al gobierno que se deje sin efecto la comercialización y/o cierre de las emisoras emplazadas en esas regiones. La legislatura cordobesa rechazó por unanimidad la posible venta de la radio de la red federal ubicada en la provincia"
El eventual “apagón” de las emisoras de la cadena nacional, cercenaría gravemente la libertad de expresión de esas comunidades que necesitan de su radio, con la que están fuertemente identificadas y que forma parte de su tejido social, reflejo de usos, costumbres y cultura regionales, y que dan vida a esas comarcas. Se terminaría la asistencia que desde la radio se suministra a los pobladores en cuanto a los servicios generales a la comunidad, en materia de información. Pero, además, se pondría fin a la soberanía comunicacional.
En Bariloche, hace apenas unos días, un grupo de ciudadanos realizó una pacifica manifestación en respaldo a la permanencia de la filial LRA30, imprescindible para los habitantes de la zona, pueblos aledaños con escasa conectividad, donde únicamente la Radio entra en sus hogares.
En Esquel, el personal de LRA9 ofreció una asamblea pública para informar a la gente sobre el riesgo que corre ésta, en caso de ser privatizada.
En aquellos territorios, no existe un mercado comercial que pueda sostener a una emisora por pequeña que esta sea. Nadie la adquiriría si en un plazo razonable no consigue amortizar la inversión, por esa razón su futuro hoy, es incierto y llena de interrogantes a las personas que en ellas trabajan. Pese a esto último, las autoridades de la central de LRA1 de Buenos Aires, insistieron en asegurar que darán prioridad a las estaciones de las zonas de frontera a las que prometieron no desatender.
Hoy podríamos preguntarnos, ¿Cómo se llegó hasta aquí?
Un ex funcionario del anterior gobierno argentino admitió que las “cosas” no se hicieron bien. Seguramente haciendo referencia a la falta de control sobre quienes dirigían las emisoras del interior, o a quienes se las cedían en pago de favores políticos para que colocaran a su frente a familiares o amigos que nada tenían que ver con la actividad radiofónica, y consecuentemente hacían “desastres” en la gestión del medio que les delegaban. Y esto se repitió a lo largo de la historia de esa prestigiosa institución. Es tarde para arrepentimientos y la realidad exige enfocarse en lo que pueda suceder con ella y a partir de la posible desaparición del aire de las estaciones del interior, al menos con el nombre que hoy las caracteriza.
Héctor Cavallero, Director Ejecutivo de Radio Nacional, consideró que la fórmula es que las provincias se hagan cargo de las que están emplazadas en sus territorios. De este modo, entendemos que el RRHH mantendría sus fuentes de trabajo con la protección de los gobiernos provinciales que pasarían a contar con su propia red.
Como corolario, se evidencia improvisación y falta de un plan de acción, consecuencia ésta de la ausencia total de una política en materia de medios de comunicación en poder del estado, como barco que se hunde en las profundidades llevándose consigo a toda la tripulación hacia el fondo del abismo oceánico.
Sobre el autor:
Horacio Barrios, Periodista, Locutor, Productor, asesor e investigador independiente de Radio argentino y de extensa trayectoria en el medio, habiendo colaborado activamente con Radio Rivadavia, Radio Continental y Radio Nacional, ejerció en los Informativos de Radio 10, FM Mega, Radio del Plata, América 24 TV de Capital Federal, en LU9 Radio Mar del Plata, LU6 Emisora Atlántica y Canal 10 de la ciudad balnearia. Lleva escritos un centenar de artículos sobre la radio, publicó varios libros sobre ese medio de comunicación, y dio charlas en Universidades de Argentina y del exterior sobre radio.