AERC: “El DAB+ significa tirar a la basura las inversiones que hemos hecho”
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Entrevista al director de Marketing y Comunicación de AERC Radio Value en PanoramaAudiovisual.com
Luis Fernando Ruiz Bedoya: "El tema digital es una cuestión resuelta fundamentalmente a través del móvil"
- Es pública la postura en contra de los radiodifusores privados a la evolución hacia la Radio Digital Terrestre en estándar DAB+, después del fracaso estrepitoso de la DAB en los años 2000
- Entonces, España y Reino Unido se conviertieron en las locomotoras europeas de la DAB, con desigual suerte. Aquí nació de una estrategia política y fracasó y allí triunfó. Hoy la radio británica es la más sólida del Viejo Continente: ha crecido en oyentes y en ingresos gracias en gran parte a la DAB
- Conviene escuchar los argumentos de los privados reunidos en la AERC, recientemente rebautizada como 'Radio Value' y mucho más activa en defensa del colectivo de radio comercial
Panorama Audiovisual.com, Sergio Julián Gómez, junio 2024. Fragmento. Ábside Media, Prisa o Atresmedia son tan solo tres de los grandes grupos de comunicación cuyas emisoras forman parte de la AERC, asociación nacida en 1960 volcada en la defensa de los intereses de la radio comercial en España. Englobando a la “práctica totalidad” de las emisoras privadas comerciales de España y actualmente presidida (por rotación) por Javier Visiers (Ábside Media), esta veterana iniciativa cuenta con numerosos grupos de trabajo dirigidos a defender los intereses de esta industria que, según datos de InfoAdex, generó en 2023 un mercado de 461 millones de euros.
Luis Fernando Ruiz Bedoya, director de Marketing y Comunicación de la AERC (Fotografía AERC) |
Tras su abandono por parte de la radiodifusión pública desde hace más de una década, y ante las cada vez más acuciantes presiones desde la Unión Europea, el DAB+ ha regresado a España con un impulso renovado y el objetivo de lograr la estandarización del audio digital en la radiodifusión española. La AERC se muestra especialmente crítica con esta tecnología de difusión y, especialmente, con el fantasma de una posible reglamentación que favorezca esta metodología frente a una transformación digital de la radio en España “que ya se ha hecho”. Ruiz reconoce la calidad del audio digital que aporta este formato, pero equipara su aparición con la batalla entre el Beta (DAB+) y el finalmente consolidado VHS: “El tema digital es una cuestión resuelta fundamentalmente a través del móvil. Todas las cadenas tienen su propia web, app, agregadores vía web, agregadores vía app…”. Sucede de manera similar en los vehículos privados: “La gente o escucha su FM, o conectan su móvil a Apple CarPlay o Android Auto”.
“La gente o escucha su FM, o conecta su móvil a Apple CarPlay o Android Auto. El DAB+ implicaría situarnos en una plataforma distinta que ahora mismo no está incluida en los circuitos de radios publicitarios. Lo están promoviendo fundamentalmente las cadenas públicas. A ellos sí que les interesa, ya que permiten dar una serie de servicios públicos que provienen de presupuestos públicos desde nuestro dinero. El DAB+ solamente está triunfando y extendiéndose en los países en los que se ha obligado legislativamente a implementarla. De hecho, verás muy pocos logotipos en iniciativas DAB+ que sean de empresas privadas”
Para la AERC, la radio no necesita el DAB+. Ni por valores de calidad, ni por servicio público (“para dar el servicio del tráfico en tiempo real, el oyente ya tiene Waze o sus navegadores”), ni por su convivencia en el nuevo contexto, ya que “el DAB+ está copado en España por emisoras piratas”. “El DAB+ significa dos cosas fundamentales: primero, tirar a la basura las inversiones que hemos hecho, lo que es absolutamente ineficiente desde el punto de vista económico. Además, implicaría situarnos en una plataforma distinta que ahora mismo no está incluida en los circuitos de radios publicitarios”, comenta Ruiz.
Los inconvenientes del DAB+ enumerados por la AERC hacen prácticamente inexplicable el impulso desde los poderes públicos de esta iniciativa, que choca directamente con los objetivos del mercado radiofónico comercial. Para Ruiz, todo se explica a través del lobby que impulsa esta tecnología a nivel europeo: “Lo están promoviendo fundamentalmente las cadenas públicas. A ellos sí que les interesa, ya que permiten dar una serie de servicios públicos que provienen de presupuestos públicos desde nuestro dinero”. Además, advierte: “El DAB+ solamente está triunfando y extendiéndose en los países en los que se ha obligado legislativamente a implementarla. Volviendo al ejemplo del Beta: si de repente llegas a un país en el que no hay ningún vídeo desarrollado y presentas esta tecnología, a lo mejor lo cogen y triunfaría. Pero si ya existe una tecnología, está desarrollada y tiene éxito, no vas a fastidiar lo que está funcionando y meter al usuario en una nueva guerra. (…) De hecho, verás muy pocos logotipos en iniciativas DAB+ que sean de empresas privadas”.
La intervención pública en el mercado de la radio privada
La excesiva legislación en las operaciones del mercado privado es una de las críticas más recurrentes de la industria hacia los poderes públicos. La AERC, al ser cuestionada por cuáles son los desafíos más acuciantes que enfrenta la radio comercial dentro del ámbito de las administraciones públicas, no duda en reclamar la libertad en la radiofonía para no “entorpecer el desarrollo normal del mercado”.
“El mercado tiene claro hacia dónde va y qué cosas interesan a la audiencia”, comenta Ruiz, quien defiende que la evolución de la radio siempre será en pro del ciudadano ya que, inevitablemente, es fundamental para conseguir el deseado soporte publicitario: “Las cadenas de radio evolucionan para adaptarse a los gustos de la gente. (..) Si vas poniendo raíles por los cuales tienes que ir, lo único que vas a hacer es forzar determinadas cosas”. Ante este contexto, el director de marketing y comunicación de la AERC defiende que “cuantas menos limitaciones se pongan, es mucho mejor para el mercado; tanto para los que escuchan la radio, como para los que compran y venden la publicidad”.
Ruiz no encuentra malicia en las decisiones políticas (“Supongo siempre la mejor de las intenciones para controlar determinadas cosas de las que no tienen por qué tener control”). Ahora, sí considera imprescindible evaluar con atención cada una de estas decisiones para que no tengan una repercusión en “inversiones y otras cuestiones empresariales”. El DAB+, de nuevo, es un buen ejemplo de su posición: “Si obligas a todas las radios a que se pasen al DAB+, eso se verá en la cuenta de resultados directamente. Meterás en problemas a los que estén peor económicamente, y a los que estén mejor, los harás menos rentables”.
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