“El hombre proyecto”: la defensa de una masculinidad conservadora inunda los pódcasts
- Los contenidos sobre crecimiento personal para chicos jóvenes en redes experimentan un auge, pero los sociólogos advierten de que muchos de ellos difunden mensajes misóginos y contrarios a los avances colectivos
Un collage realizado por El País con capturas de pantalla de los vídeos de tres 'influencers' que suben contenido de crecimiento personal a redes sociales |
“Es el hombre proyecto, empresa de sí mismo… Todo muy relacionado con el crecimiento personal y el coaching. Deja de ser el hombre protector y padre de familia a ser una masculinidad independiente y sin cargos, más indiferente. Se centran en el yo, cuando es necesario que se centren en las tareas comunitarias". Ese individualismo también tiene que ver con el mercado laboral: “Está en continuo cambio y los jóvenes no tienen acceso fácil. Para el desarrollo de la masculinidad, el desarrollo laboral ha sido muy importante siempre. El ‘eres lo que trabajas’ (Asunción Bernárdez)
A priori, ¿qué puede tener de negativo centrarse en el
crecimiento individual? Muchos de ellos hablan de fomentar hábitos de vida
saludable, hacer ejercicio e incluso promueven la filosofía estoica, que
defiende que se puede alcanzar la tranquilidad y la libertad a través de la
indiferencia. También la plataforma en la que consumen estos discursos ayuda.
Según el III
Informe de consumo de pódcast en español de IVoox, si bien la media de
oyentes de pódcasts crece cada año, el 63% de los consumidores buscan aprender
algo.
Hay una línea que suele coincidir en todos estos discursos:
el hombre hecho producto de sí mismo. Emprender, tener amor propio, formarse y
el esfuerzo constante para lograr metas. Según el estudio Culpables
hasta que se demuestre lo contrario, del Centro Reina Sofía sobre
Adolescencia y Juventud, donde analizan las derivas ideológicas de los
adolescentes, estos responden mejor ante relatos de experiencias reales. Y
estas figuras se erigen como exitosas en sus proyectos empresariales y en las
redes.
Aquí entra en juego la idea de masculinidad clásica. En otro
estudio del mismo centro, La
Caja mágica de la masculinidad, ahondan sobre las nuevas
masculinidades. Siguiendo sus resultados de los jóvenes entrevistados, solo uno
de cada 10 se siente identificado con los valores asociados culturalmente como
“el hombre con liderazgo”. Entonces, ¿de dónde viene el auge? “Vemos cómo los
gurús de la seducción se han desplazado hacia espacios más rentables, como
hacia cuentas de los bitcoins o de crecimiento personal. Pasaron de YouTube
hacia pódcasts, libros o páginas web. Se han fusionado entre ellos”, explica
Elisa García Mingo, coautora de ambos estudios y profesora en la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid.
Ha habido un cambio en la masculinidad hegemónica. “Es el
hombre proyecto, empresa de sí mismo… Todo muy relacionado con el crecimiento personal y el coaching.
Deja de ser el hombre protector y padre de familia a ser una masculinidad
independiente y sin cargos, más indiferente”, explica García. “Se centran en el
yo, cuando es necesario que se centren en las tareas comunitarias”, agrega. Ese
individualismo también tiene que ver con el mercado laboral. “Está en continuo
cambio y los jóvenes no tienen acceso fácil. Para el desarrollo de la
masculinidad, el desarrollo laboral ha sido muy importante siempre. El ‘eres lo
que trabajas’. Esta gente se dedica a dar soluciones para afrontar esta
incertidumbre a la gente más joven”, argumenta por su parte Asunción Bernárdez,
autora de "Misoginia online: La cultura de la manosfera en el contexto
español" (Tirant lo Blanch, 2023).
Frente a problemas colectivos, priman la salida
individualista antes que la unitaria. “Lo más fácil es nacer y morir en la
misma clase. El ascensor social es algo que a día de hoy no se da tanto”,
asegura Bernárdez, también catedrática de periodismo en la UCM. Según el
estudio "Derribando el dique de la meritocracia", si un niño nace en el percentil
del 1% más rico de nuestra sociedad, tiene 24 veces más posibilidades de seguir
en esa clase social que alguien de otro estrato más pobre. Para ella, al propagar
estas ideas, reproducen un discurso ideológico conservador, “pero en abstracto
y sutil”. Y lo hacen a través de esas ideas positivas: “El cómo poder vivir
mejor la rutina, mejorar la salud o sentirse bien son aportaciones positivas si
no te obsesionas”.
Muchos pódcasts los graban en sus propias casas. La
producción del formato es también clave. “Se salta la diferencia entre lo
público y lo privado. Las redes rompen el límite de las paredes de nuestras
casas”, apunta Bernárdez. Es como el aumento de la agresividad y de los enfados
en un coche frente al que se tiene en el transporte público. También el
lenguaje que usan es clave para la reproducción del mensaje. “Lo de invertir su
tiempo les afecta mucho. Algo que ‘no les renta’ tiene que ver con eso. Es una
generación que quiere salir de un malestar enorme”, subraya García Mingo.
-Sigue
leyendo en ElPaís/Tendencias este interesante artículo de Raúl Novoa