"Una visión a largo plazo del espectro radioeléctrico", por David Fernández-Quijada
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Cofundador y director de investigación de la consultora South 180
"La radio corre el riesgo de perder el espectro que utiliza hoy en día"
- La gestión del espectro radioeléctrico debe tener en cuenta tanto los usos actuales como las futuras oportunidades de negocio
- Hay algunos aspectos clave a tener en cuenta en el equilibrio del negocio de la radio que dependen de factores externos, ajenos al sector
- La pérdida de la banda inferior de la UHF para la TDT, un escenario plausible para la década de 2030, podría aumentar consideramente los costes de emisión de las radios
En el sector de la radio no siempre se ha prestado suficiente atención a la disponibilidad del espectro, dándola a menudo por descontada. Se trata de una suposición arriesgada. El espectro no es sólo la pieza fundacional del medio y el elemento clave de su infraestructura, sino también un activo estratégico para el futuro de la industria.
La radio difundida a través de ondas hertzianas no está garantizada de por vida (Fotografía Pixabay) |
En términos estratégicos, el espectro debe gestionarse teniendo en cuenta tanto su uso actual como su potencial a largo plazo. Para ello, se puede aplicar un marco estratégico como el de los 'Tres Horizontes de Crecimiento de McKinsey'. Este modelo obliga a las empresas a gestionar en paralelo tres aspectos críticos: defender y desarrollar su producto actual, invertir en negocios futuros y generar nuevas ideas y oportunidades a largo plazo.
"La demanda mundial de espectro se ha disparado y su asignación a servicios específicos se debate cada cuatro años en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones. En 2007, el DAB perdió la banda L en favor de la banda ancha móvil. Desde entonces, quienes buscan más espectro no han apuntado a las frecuencias utilizadas por la radio, por la pequeña cantidad de espectro que utiliza la radio, pero también a que implicaría cerrar miles de emisoras en todo el globo para un servicio de amplio uso por parte de la audiencia. Esta pesadilla política proporciona cierta tranquilidad a la radio"
Del negocio actual al futuro
En los 'Tres Horizontes de Crecimiento', el Horizonte 1 se refiere a los negocios principales actuales de la organización. Es decir, los productos que generan los ingresos y mantienen el negocio a flote. La mayoría de los ingresos actuales de las emisoras de radio proceden de la FM, de forma testimonial de la OM y, en gran parte de Europa, cada vez más del DAB/DAB+.
El Horizonte 2 se refiere a los negocios o productos emergentes de las organizaciones radiofónicas. Estos se encuentran aún en su fase inicial y requieren inversiones o investigación y desarrollo adicionales. Sin embargo, generan mucho interés entre inversores, clientes y otros grupos de interés. Hoy en día, es el caso de los podcasts, pero también de la diversificación de los productos y formatos radiofónicos, así como la programación de nicho gracias a los servicios en línea y, en aquellos mercados en los que se está implantando, la Radio Digital Terrestre en DAB+. Los operadores de radio más avanzados también están explorando el potencial de fuentes de ingresos complementarias como las suscripciones, los eventos relacionados con la radio y los contenidos de audio, el branded content y la explotación de su propiedad intelectual por parte de otros medios, como la televisión y el cine.
Por último, el Horizonte 3 se centra en las inversiones e ideas semilla de la organización para futuros negocios. Puede tratarse de proyectos de investigación, primeras conversaciones con innovadores, alianzas para desarrollar tecnologías o servicios aún en fase de prototipo. El Horizonte 3 es vago por definición y, como tal, difícil de comprender desde la perspectiva actual. Para la radio, podría incluir desarrollos en línea en torno a la inteligencia artificial y la realidad aumentada. De forma más tangible, la distribución de radio a través de la tecnología 5G Broadcast emerge como una herramienta de distribución potencial en este horizonte.
Una organización bien equilibrada debe invertir tiempo, energía y recursos en explorar estos tres horizontes simultáneamente. Sin la innovación continua que ello genera, el crecimiento acaba por estancarse y las organizaciones decaen.
Tomar decisiones en el presente para prosperar en el futuro
Como activo estratégico clave, aconsejo a los líderes de la radio que consideren el papel del espectro en estos tres horizontes.
En el Horizonte 1, hay que gestionar el espectro para obtener y renovar las licencias de radio y, de forma más práctica, gestionar los emplazamientos de transmisión directamente o a través de un operador de red. Este es el día a día de muchos directivos del medio.
Paralelamente, los gestores deben invertir tiempo y recursos en los negocios emergentes del Horizonte 2. A pesar de que el enfoque en este horizonte a medio plazo se desplaza claramente hacia la radio por Internet, el nivel actual y previsto de inversiones en DAB+ en toda Europa, Asia-Pacífico y África apunta a una oferta ampliada de radiodifusión lineal en este horizonte. Lógicamente, ello requiere de una gestión adecuada.
El espectro no es infinito, y cada vez hay más demanda porque crecen las necesidades de las telecomunicaciones (Fotografía Pixabay) |
El Horizonte 3 suele ser el gran olvidado. Requiere pensar a largo plazo y plantearse preguntas como las siguientes: ¿Cómo podría ser el mercado dentro de 10 ó 15 años? ¿Qué competencias y recursos necesitaremos para prosperar en cualquier escenario?
"La amenaza para la radio podría llegar de forma indirecta, sobre todo si se expulsa a la Televisión Digital Terrestre (TDT) de su actual posición en la banda inferior de la UHF, un escenario plausible para la década de 2030. Un número cada vez mayor de emisoras de radio no son propietarias de sus infraestructuras, sino que las comparten con la TDT, lo que en la práctica supone una subvención cruzada de sus costes"
Al formular estas preguntas sobre el espectro, hay que entender una potencial amenaza: la radio corre el riesgo de perder el espectro que utiliza hoy en día.
La demanda mundial de espectro se ha disparado y su asignación a servicios específicos se debate cada cuatro años en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones. En 2007, el DAB perdió la banda L en favor de la banda ancha móvil. Desde entonces, quienes buscan más espectro no han apuntado a las frecuencias utilizadas por la radio. Esto se debe en parte a la pequeña cantidad de espectro que utiliza la radio, pero también a que implicaría cerrar miles de emisoras en todo el globo para un servicio de amplio uso por parte de la audiencia. Esta pesadilla política proporciona cierta tranquilidad a la radio.
No obstante, la amenaza para la radio podría llegar de forma indirecta, sobre todo si se expulsa a la Televisión Digital Terrestre (TDT) de su actual posición en la banda inferior de la UHF. Se trata de un escenario plausible para la década de 2030. Una decisión de este tipo haría insostenible el mantenimiento de las infraestructuras actualmente utilizadas para la difusión de la TDT para cualquier otro usuario de las mismas. Es el caso, entre otros, de la radio terrestre. Un número cada vez mayor de emisoras de radio no son propietarias de sus infraestructuras, sino que las comparten con la TDT, lo que en la práctica supone una subvención cruzada de sus costes al soportar la mayor parte de ellos. Aquí, las diferencias en los sistemas de propiedad de la infraestructura varían mucho entre países.
Paralelamente, este escenario pondría en peligro el despliegue de los servicios de 5G Broadcast, que se espera que utilicen el espectro actualmente asignado a la TDT en algún momento de la década de 2030. Esta tecnología puede ofrecer servicios lineales de televisión y radio a dispositivos móviles de forma gratuita para los consumidores. Por consiguiente, la pérdida de la banda inferior de la UHF podría bloquear esta posible vía de desarrollo que la radio lleva tiempo buscando.
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