"La radio, en los comienzos de su segundo siglo de vida", por Isaac Moreno Peral
- Una de las firmas de mayor prestigio en el sector de la radiodifusión en España traza un preciso relato de estos primeros cien años de vida de la radio, y describe los retos del futuro, aportando una hoja de ruta para sortearlos y hacerla más fuerte
- Critica la velocidad que pretendían imponer algunos agentes en el proceso de digitalización, pero también la excesiva pasividad de quienes se niegan a afrontar un proceso que beneficia a la radio, en tanto en cuanto continuaría controlando su propio canal de difusión de contenidos sonoros
La radio digital terrestre representa una solución alternativa a la FM, según Isaac Moreno (Fotografía RockPro) |
La radio fue tan innovadora en su momento, que el crecimiento del parque de receptores fue especialmente importante en sus primeros años. Así en U.S.A. en 1921 existían ya 60.000 receptores. Solo diez años después, el receptor ocupaba la friolera de 12 millones de hogares. A pesar de su tremendo crecimiento no parece que la industria de la radio jugase un papel de especial liderazgo en la promoción de este medio: la radio se vendía sola. La radio estaba dando unos pasos iniciales gigantescos, los usuarios compraban el receptor porque el servicio realmente era muy atractivo para ellos, a pesar de los elevados costes. Tiempo después, la FM vino a dotar a la radio de una mejor calidad en la audición, propiciando la incorporación de la joven audiencia, sobre todo con los contenidos musicales. Unos años más tarde la FM incorpora la estereofonía, otro poderoso salto en la calidad de las emisiones de radio. El éxito de la estereofonía movió al desarrollo de esta tecnología para la AM, pero fue un fracaso, dejando de esta manera patente que las tecnologías compiten en su implantación, pero no pueden imponerse a la fuerza. En la década de los 80 se incorporó a la FM estéreo la tecnología RDS, que permitía un uso mucho más eficaz de la radio, posibilitando la sintonía continua de una determinada emisora, sin cambiar la sintonía en el dial durante desplazamientos en automóvil, la aparición, en una pequeña pantalla, del nombre de la emisora y alguna otra información de servicio (tráfico etc.).
"La radio digital sigue su firme implantación en Europa, con un sostenido aumento del parque de receptores, sostenida por la Directiva europea que obliga a los coches nuevos a incluir de serie receptores de DAB y DAB+. Pero aun así el desarrollo no será fulgurante y hay que prepararse para apoyar este proceso no solamente por parte de los propios radiodifusores, sino también por otros estamentos y organizaciones interesadas en la permanencia y fortalecimiento de la radio digital"
Con esta radio analógica (AM y FM reforzada), el uso de Internet como plataforma de distribución, sobre todo a los móviles y la introducción incipiente, hace ya casi un cuarto de siglo, de la radio digital (DAB), la radio pasó ya sus primeros 100 años de servicio y se ha adentrado en su segundo siglo de existencia.
Aunque algunos han dicho de la radio que está “fosilizada”, no me parece en absoluto que esta expresión tenga fundamento alguno: sus contenidos siguen siendo atractivos para el oyente, que responde con el mantenimiento de una audiencia, que a su vez posibilita el mantenimiento del mercado publicitario, que difunde y distribuye sus contenidos utilizando eficazmente las diferentes plataformas disponibles que permiten llevar el producto allá donde se encuentre el oyente, y que mantiene la calidad y la confiabilidad del producto por encima del que gozan otros medios. Aquellas expresiones no dejan de ser desahogos de impaciencia por ver que el desarrollo de la radio digital no es lo rápido que ellos desearían. Pero todo lleva su tiempo y, sobre todo, las tecnologías tienen su ventana de oportunidad. La radio llega a su primer centenario con unas tecnologías en retirada (AM), otras en su explotación ordinaria (FM, Internet) y otras en proceso de implantación (DAB+), y entra en su segundo siglo de existencia con energías, optimismo y espíritu de innovación.
Lo dicho anteriormente no rebaja un ápice la preocupación e interés del sector de la radio por implantar las nuevas tecnologías de difusión digital: llevamos años estancados con ellas y no acaban de arrancar. Algunos afirman que la radio digital comenzó mal en España a causa del Plan Técnico de la radiodifusión digital que no prosperó por el escaso interés de los radiodifusores que vieron como una amenaza esta nueva radio que permitía la entrada de nuevos operadores en el mercado con los que compartir audiencia y tarta publicitaria. En algunos casos se eleva el tiro y se habla de que la situación de la radio digital ha convertido a España en "plusmarquista mundial de la incompetencia", señalando como culpable al sector privado y con la connivencia de los poderes públicos (todos culpables menos la radio pública). Con independencia de lo anterior cabe decir que la situación de la radio digital no tiene a mi juicio una sola causa sino varias, de las que cito algunas.
La radio digital no acaba de arrancar: algunas de las causas:
La radio continúa en plena forma cien años después. El futuro es otra cuestión, es impredecible (Fotografía Pexels) |
- A la radio digital le faltaba madurez. No había receptores, los que había eran muy caros y en esto no es posible evolucionar deprisa sin grandes esfuerzos normativos y económicos (y esto ¿quién lo paga? ¿Los radiodifusores, que tienen un servicio con el que están plenamente satisfechos?). Por cierto, una vez que se puso en marcha la tecnología DAB apareció varios años después una evolución de aquella (DAB+), que propiciaba una emisión más eficiente y de mejor calidad. El problema era que muchos de los receptores existentes a la sazón, pensados para DAB, no servían para las nuevas emisiones DAB+ (los nuevos eran compatibles con las antiguas emisiones DAB y las nuevas (DAB+). Esto no ayudó mucho al desarrollo inicial de la radio digital.
- El modelo de introducción, que no otorgó frecuencias suficientes a los agentes existentes como para distribuir todos sus productos en digital. Esta, desde luego, no es precisamente la mejor manera de implicar en esta tarea a los agentes existentes. Pero, por otra parte, se otorgaron numerosas licencias que permitieron la implantación de la radio digital por nuevas empresas.
- El problema de los receptores. En este servicio, el receptor y su adquisición queda fuera del alcance de la actuación de los radiodifusores: se lo tiene que comprar el oyente, aunque este (a diferencia de lo que ocurrió cuando apareció la radio) no estaba por gastarse el dinero para escuchar la radio con mejor calidad y con más variedad de contenidos, ya que disponían de una oferta razonablemente variada y de calidad. Pero, además, las cosas se ponían más difíciles: no había sitio para el receptor portátil; el bolsillo del usuario ya estaba ocupado por el teléfono móvil, con el que también podía escuchar la radio. Igualmente, la radio de sobremesa también ha desarrollado un enemigo formidable: el altavoz inteligente, gobernado con la voz y conectado a Internet en casa. La consecuencia de todo esto es que se están reduciendo las compras de receptores de radio de todos los tipos, (excepto los de automóvil). Ello tiene una consecuencia directa en el parque de receptores de radio en los hogares: en 2020 casi la tercera parte de los hogares USA ya no disponían de ningún receptor, cuando en 2008 solo carecían de receptores el 4% de los hogares. En un país de mucha menor renta, México, la situación de la radio en los hogares no difiere mucho: un 87,3 % de los hogares poseían radio en 2008, mientras que el año 2018 solo el 56,2 % estaba en esta situación. Con esta situación, el proceso de digitalización de la radio no está para prisas.
El hecho es que, si comparamos el retraso que parece sufrir España en la implantación de la radio digital en relación a los países de nuestro entorno, no parece ser tanto ni tan grave.
"Aunque algunos han dicho de la radio que está “fosilizada”, no me parece en absoluto que esta expresión tenga fundamento alguno: sus contenidos siguen siendo atractivos para el oyente, que a su vez posibilita el mantenimiento del mercado publicitario. Estas expresiones no dejan de ser desahogos de impaciencia por ver que el desarrollo de la radio digital no es lo rápido que ellos desearían. Pero todo lleva su tiempo y, sobre todo, las tecnologías tienen su ventana de oportunidad. La radio llega a su primer centenario con unas tecnologías en retirada (AM), otras en su explotación ordinaria (FM, Internet) y otras en proceso de implantación (DAB+"
Si nos atenemos a los datos del WorldDAB Fórum, centrándonos en los receptores de radio digital adquiridos en los últimos tiempos, se encuentran explotando el servicio DAB/DAB+ en el mundo 32 países (25 de ellos europeos). Desde hace 20 años se han venido proporcionando datos del desarrollo DAB solo relativos a infraestructuras de difusión, sin proporcionar datos de receptores… porque no había receptores. Desde hace unos años comenzaron a proporcionarse datos de receptores, referidos a once países (diez europeos y Australia) porque los restantes no disponen aún de receptores. En 2023, existían en el mundo 129 millones de receptores DAB. El país que mayor número de receptores posee es el Reino Unido (52 millones), seguido con 26 millones por Alemania, Los nueve países restantes suman en conjunto 51 millones. Aunque las cifras son aún muy pequeñas para la explotación de un servicio masivo como es la radiodifusión, los datos son importantes y esperanzadores, observándose en los últimos años un notable incremento en receptores de automóvil, debido a los efectos que está produciendo la Directiva comunitaria, que obliga a su equipamiento en los automóviles que se vendan en Europa.
En resumen, la radio digital sigue su firme implantación en Europa, con un sostenido aumento del parque de receptores, y algunos países de Asia y Oceanía (en América, con U.S.A. Canadá y México la digitalización se desarrolla con una tecnología que supone un enfoque diferente, más orientada al radiodifusor) debido, de forma decisiva, a la Directiva mencionada.
Pero aun así el desarrollo no será fulgurante y hay que
prepararse para apoyar este proceso no solamente por los radiodifusores, sino
también por otros estamentos y organizaciones interesadas en la permanencia y
fortalecimiento de la radio digital.
- Adopción de forma inmediata de la norma a implementar (DAB+) con todas sus implicaciones jurídicas en las licencias y sus contratos confesionales (nuevo Plan técnico de la radiodifusión digital). El consiguiente aumento de canales que ello supondrá, aliviará algunos de los recelos de los radiodifusores.
- Mejorar de forma inmediata la calidad del servicio en las zonas de cobertura actuales con planes de extensión de aquellas y calendarios de desarrollo razonables.
- Poner fecha a la finalización de las emisiones de AM. Sin audiencias significativas y con grandes costes de mantenimiento y de energía, su apagado podría liberar recursos que serán importantes para el desarrollo de la radio digital.
- Constituir una oficina que centralice todos los esfuerzos en el desarrollo de la radio digital (“Radio Digital España”), que oriente a los ciudadanos sobre este nuevo servicio, cómo sintonizarlo o en qué áreas está disponible ya, que proporcione criterios de selección del tipo o tipos de receptores más adecuados a los intereses de los oyentes y, en definitiva, que sea un punto común de encuentro para la orientación de esfuerzos de los diferentes organismos implicados. Estas oficinas, establecidas ya en los países que han arrancado el servicio, están demostrando un funcionamiento eficaz y proporcionan un apoyo importante al desarrollo de la radio digital.
- Como se ha visto, el automóvil y en concreto su radio digital es la pieza clave para el desarrollo de esta modalidad de radio. No debemos esperar grandes milagros en el crecimiento del parque de receptores portátiles y de sobremesa, pues no parece haber gran interés en el ciudadano en invertir en dichos dispositivos. Ello es una razón de más para intensificar los esfuerzos sobre el automóvil y, sobre todo, en la accesibilidad de la radio de forma sencilla y preferente frente a otros elementos de servicios e info-entretenimiento presentes en el salpicadero electrónico de los nuevos vehículos. El usuario desea mayoritariamente, y así lo demuestra en diversos estudios, su interés en que la radio siga estando a su alcance como lo está en los vehículos tradicionales.
- Si bien es difícil el crecimiento de un parque de receptores digitales portátiles, no se debe menospreciar el potencial de los teléfonos móviles que llevan oculto muchos de ellos presentes en el mercado. Merece la pena un esfuerzo para sacarlos de su ostracismo y utilizarlos. Algunos países como México, Argentina, Chile y Brasil ya lo han hecho estableciendo normativas que obliguen a que los teléfonos móviles que se distribuyan o vendan para ser utilizados en el país, si realmente equipan el receptor digital, lo tengan que dejar visible y utilizable por el usuario del dispositivo. Aunque ese receptor de FM es, naturalmente, analógico, la presencia de un receptor FM y un teléfono móvil con acceso a Internet en un solo dispositivo, convierte a este en una radio híbrida, con lo mejor de los dos mundos: radio e Internet.
- El altavoz inteligente está desplazando a la radio de sobremesa en los hogares. Según datos de OMDIA en 2021 se vendieron a nivel mundial 190 millones de altavoces inteligentes, previéndose para 2026 unas ventas de 273 millones con un incremento medio anual de un 7,5 %, muy superior al que tienen los receptores de radio no equipados en automóvil. Será preciso realizar esfuerzos para posicionar la radio en este dispositivo llamado a formar parte de nuestras vidas.
- A pesar de lo dicho en puntos anteriores, el receptor digital para usar fuera de los automóviles (portátil y de sobremesa) tiene un cierto mercado. A ello ayuda la disponibilidad de receptores, marcas, modelos, tamaños y precios existentes en España. Un reciente estudio indica que en España se pueden encontrar una decena de marcas y más de 80 modelos, de precios tan modestos como hasta de 20 y 40 € (53 de ellos por debajo de los 100 €). Con estas variedades y precios es posible pensar en campañas de promoción ayudadas desde las emisoras de radio con apoyo a programas especializados.
- La radio por Internet tiene unas posibilidades que la hacen muy adecuada para ser un eficaz instrumento de ayuda a la radio. Las radios tienen ya un modelo de distribución probado y muy útil en otros países, ya en funcionamiento en España (Radioplayer). Conviene apoyar este modelo y que las radios dispongan de una salida conjunta en una web común que propicia la implantación de la radio híbrida por todas las emisoras de radio, sin perjuicio de los derechos de otros a realizar distribuciones de productos de audio a través de Internet.
- La radio pública debería tomar la iniciativa y salir por delante del sector, liderando la radio digital en España, lejos de expresiones grandilocuentes y en algunas ocasiones lastimeras, empleando recursos para desarrollar nuevas coberturas, probando nuevos servicios, promocionando esta nueva modalidad de radio.
Los coches nuevos han sido determinantes para impulsar la RDT (Fotografía Pexels) |
En resumen, de todo lo expuesto anteriormente se desprende que la radio afronta la entrada en su segundo siglo de existencia con un bagaje importante: goza de la simpatía e interés del público hacia sus contenidos, sus informaciones son vistas con confianza por los oyentes, sus programas entretienen e informan, y su actividad se desarrolla dentro de un mercado publicitario que, aunque maduro, es activo y dinámico.
No obstante, el camino hacia la total digitalización es difícil, hay que allanar obstáculos y asumir esfuerzos empresariales y decisiones estratégicas muy importantes. Pero se dispone de los medios de producción suficientes, acreditados para satisfacer a los ciudadanos, se conoce al ciudadano al que sirve sus contenidos, tiene las capacidades de innovación en sus productos en orden a estimular una mayor demanda y tiene en su mano los medios de distribución al servicio de esta tarea: la radio (digital, analógica e Internet).
La radio digital, adicionalmente, dispone de recursos radioeléctricos que garantizan su futuro desarrollo tanto para los operadores actuales como para nuevos operadores entrantes. Por todo ello, la radio tiene asegurado su futuro, en este su segundo siglo de existencia, con la radio digital DAB+ como columna vertebral de su distribución, apoyada por Internet (y por la FM, desde luego, no sabemos por cuánto tiempo).
Isaac Moreno, autor de este artículo |
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