10 verdades sobre la DAB+ en España (I)
- Casi un cuarto de siglo después de su puesta en marcha en España y Reino Unido, fracasar estrepitosamente aquí y triunfar allí, el desierto de la Radio Digital Terrestre se empieza a poblar de oasis, que anuncian un cambio de ciclo, y la llegada de una nueva manera de escuchar la radio. Pero no todo está claro
- En las líneas que siguen analizamos la realidad que rodea a la DAB+ en España en estos momentos, cuando se presenta como novedad, después de que, durante más de veinte años, se ha estado emitiendo en DAB (el anterior estándar, menos eficiente) sin que nadie se haya enterado
Los miedos de la industria privada se han confirmado, pero en sentido contrario. Los únicos competidores que se encuentran presentes en ese nuevo escenario que, de momento, se concentra en los coches, son las emisoras piratas. Ilegales que aspiran a llevarse un trozo de tarta publicitaria, pero de manera fraudulenta: sin abonar los correspondientes impuestos al Estado, ni pagar las tasas de ocupación del espacio radioeléctrico. En definitiva, compitiendo con los legales en inferioridad de condiciones. O sea, les ha salido competencia, pero de la mala...
Cuando
la Unión Europea aprobó una Directiva, de obligado cumplimiento para los
estados miembros, por la que todos los coches fabricados en Europa, y vendidos
a partir del 21 de diciembre de 2020 debían incorporar, de serie, un receptor
de radio capaz de captar las emisiones digitales de DAB y DAB+, ya sabía que,
en algún momento, ese nuevo parque de receptores iba a servir para apoyar el
despliegue de la RDT en el Viejo Continente, como así ha sido. Según datos de
ANFAC, difundidos por RNE, en la primavera de este año se calcula que habrá
tres millones de receptores de DAB/DAB+ ‘sobre ruedas’ circulando por las
carreteras españolas.
De momento, la única que impulsa la RDT en España es la
radio pública nacional. Nada ha dicho la otra radio pública, la autonómica, a
través de FORTA, aunque individualmente, algunos de sus miembros, muestran una
actitud positiva ante el nuevo canal digital. También se ha producido un primer
contacto entre RNE y las radios privadas representadas en la AERC. Pero, de
momento, nada se ha avanzado en la posibilidad de que los privados se sumen a
las emisiones en DAB+. De hecho, en noviembre del año pasado ya se
manifestaron claramente en contra de este canal, por considerarla “una
tecnología superada”, en palabras del director general de la Prisa Radio, Ignacio
Soto.
Pese a esa negativa, el Gobierno de Navarra ha hecho público
que, mientras que la SER ha renunciado a las cuatro frecuencias en DAB+ locales
que se le habían otorgado, posiblemente como estrategia para cerrar el mercado,
sin embargo,
la misma Cadena SER aspira a tres frecuencias de DAB+ autonómico en Navarra, al
igual que sus competidoras, COPE, Onda Cero y Kiss FM, a través de sus
respectivas empresas, que se han presentado a una. O sea, “no vaya a ser
que esto triunfe y yo no esté...”. Que una cosa es criticar y otra, bien
diferente, perder negocio.
Mi reciente artículo sobre la
extraordinaria salud que vive el mercado radiofónico británico, con aumento
constante de oyentes y de ingresos publicitarios, así como de oyentes jóvenes,
tradicionalmente alejados de la radio tradicional, confirma, con datos, que el despliegue
de la Radio Digital Terrestre ha resultado proverbial para la industria de este
país. Los que se nos adelantaron, han confirmado que sus expectativas eran
realizables. Y nos muestran el escenario que la radio española también puede
compartir.
No todo son certezas; al contrario, por mucho que nos embarquemos en la RDT no está claro que termine, al menos en nuestro país, reproduciendo el escenario británico. Por eso, pese a la (aparente) desorientación del mercado, sus diferentes intereses y la apuesta determinada de la radio pública por impulsar la RDT, hay algunos aspectos que no están claros en esta expansión. Es lo que vamos a tratar de analizar
Las evidencias y la experiencia británicas no han servido
para que el sector privado español apueste por esta solución. Prefieren proteger
su statu quo e impedir que el negocio de la radio en España se vea obligado, en
el nuevo escenario digital, apadrinado por la RDT, a contabilizar nuevos
actores -nuevas empresas- que aspiren a compartir la tarta publicitaria, en un
movimiento lógico por su parte, pero inconcebible por parte del Estado, que
debe garantizar, además de la libre competencia, la igualdad de oportunidades
de todos los ciudadanos y su derecho a contar con una mayor y más completa oferta
radiofónica, que solo vendrá de la RDT.
Los miedos de la industria privada, sin embargo, se han
confirmado, pero en sentido contrario. Los únicos operadores que se encuentran
presentes en ese nuevo escenario que, de momento, se concentra en los coches,
son las emisoras piratas. Ilegales que aspiran a llevarse un trozo de tarta
publicitaria, pero de manera fraudulenta: sin abonar los correspondientes
impuestos al Estado, ni pagar las tasas de ocupación del espacio
radioeléctrico. En definitiva, compitiendo con los legales en inferioridad de
condiciones. O sea, les ha salido competencia, pero de la mala...
No obstante, no todo son certezas; al contrario, por mucho
que nos embarquemos en la RDT no está claro que termine, al menos en nuestro
país, reproduciendo el escenario británico. Por eso, pese a esta introducción,
la (aparente) desorientación del mercado, sus diferentes intereses y la apuesta determinada de la radio
pública por impulsar la RDT, hay algunos aspectos que no están claros en esta
expansión. Es lo que vamos a tratar de averiguar, a continuación:
1 La calidad técnica no es determinante esta vez
En los años sesenta del siglo pasado, la llegada de la Frecuencia
Modulada supuso un hito, en la medida en que nos descubrió un salto cualitativo
extraordinario entre el sonido proporcionado por la Onda Media y la recién
llegada. Este paso permitió que llegara a nuestro país la llamada ‘radio
musical’ e hizo que la emisión de música por la radio, en estéreo, universal y
gratuita, se convirtiera en un auténtico imán para los jóvenes, que acudieron
en masa a las tiendas de electrodomésticos para hacerse con un receptor de
radio de FM.
La situación no es la misma. La DAB+, con un sonido digital similar
al proporcionado por un compact disk, no aporta una diferencia tan sustancial
como la vivida entre el paso de la OM a la FM. Una buena emisión en FM, aunque
esté sobremodulada, proporciona una calidad excelente en la transmisión de
música. La DAB+ ofrece mayor calidad, sin duda. Pero no resultará tan
determinante como ocurrió en los años sesenta.
Imagen de campaña de la DAB en España aprobada por el Foro de la Radio Digital hace veinte años que nunca vio la luz por desacuerdo de sus miembros |
2 La oferta es (casi) solo pirata
Si uno se adentra en la oferta que se encuentra en DAB+ en
Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Murcia o Bilbao, comprobará que las
emisoras musicales son mayoría. De hecho, el nombre de la
empresa que aglutina la mayoría de estas emisoras se denomina “Emisoras Musicales”,
y nació en Valencia. La empresa TelTower es la que se encarga de
transportar la señal, y okupar (con ‘K’) los correspondientes múltiplex.
El problema es que es ILEGAL.
El conductor que conmute su receptor de radio a DAB+
descubrirá, entre otras, emisoras como Activa FM, MuyBuena, Bikini FM, La
Flamenca, Esencia FM, La Mega, RockStar, Gold FM, La Indie y Corazón FM,
entre otras. Emisoras musicales que en realidad son play list, de muy
diferentes estilos y dirigidas a targets muy distintos, operadas de manera
automatizada, sin la presencia de DJs. Y con publicidad (igualmente ilegal).´
El quid de la cuestión, en el que reside el éxito o el fracaso de la implantación de la DAB+ en España, son los contenidos: la ampliación de la actual oferta y la incorporación de nuevos contenidos destinados no solo a los oyentes tradicionales de la radio en España, los de mayor edad, sino también a nuevos públicos, más jóvenes, que hasta ahora no prestaban atención a la radio, porque esta carecía de contenidos específicos para ellos. Con la nueva autopista de la DAB+ hay espacio para incorporar nuevas emisoras dirigidas a nuevos públicos
La llegada de las emisoras de RNE (R1, R3 y R5) a esta banda
no deja de convertirse en una avanzadilla de la legalidad en este nuevo
escenario digital en el que ya han irrumpido los piratas. Pero no puede negarse
un hecho: a pesar de ser ilegales, la presencia de estas nuevas marcas está
haciendo ‘atractiva’ la DAB+, porque ofrece una oferta claramente diferenciada
de lo que llevamos oyendo en España en los últimos treinta/cuarenta años atrás.
Y, solo por esto, solo por romper la inercia establecida en España por la
industria de la radio, ya han aportado, sin dejar de ser ilegales (al igual que
las más de dos mil emisoras igualmente ilegales que emiten por FM).
Sin pretenderlo, las emisoras ilegales están mostrando el
camino a las emisoras legales que pretenden ocupar su espacio en el escenario
de la RDT: ofrezcan algo diferente a lo que llevamos escuchando durante décadas
y décadas.
Este es, si duda, el quid de la cuestión, en el que reside
el éxito o el fracaso de la implantación de la DAB+ en España: la ampliación de
la oferta y la incorporación de nuevos contenidos destinados no solo a los
oyentes tradicionales de la radio en España, los de mayor edad, sino también
-como ha ocurrido en otros mercados- a nuevos públicos, más jóvenes, que hasta
ahora no prestaban atención a la radio, porque esta carecía de contenidos
específicos para ellos. Con la nueva autopista de la DAB+ hay espacio para incorporar
nuevas emisoras dirigidas a nuevos públicos.
3 La desconfianza y el desinterés de los privados
En el año 2.000 el Gobierno del Partido Popular de José
María Aznar pretendía que la Cadena SER apoyara la nueva radio DAB
concediéndole solo una emisora. Se quedaban fuera, sin espectro, Los 40
Principales, Cadena Dial y, entonces, M-80 (hoy Los 40 Classic). ¿Cómo se iba a
involucrar la SER en aquella aventura perversa, si no podía trasladar su
catálogo de FM al nuevo escenario de la RDT? Aquello tenía todos los visos de
convertirse en un sonoro (nunca mejor dicho) fracaso. Y así fue. No hacía falta
ser un profeta.
Desde entonces, los privados han gastado millones de euros
en pagar la correspondiente factura de las emisiones en DAB ¡para nada! Porque
no se molestaron en publicitar ese nuevo escenario de Radio Digital Terrestre,
no fuera a fagocitar a la FM. A nadie le interesaba. Pero tampoco podía apagar
las emisiones en DAB, porque perdían la concesión administrativa. En 2011 los
privados consiguieron que el Gobierno rebajara la cobertura de la población del
51% al 20% (Madrid y Barcelona) y, por lo menos, rebajaron costes, que no era
poco. Pero nadie en España sabía que ya se estaba emitiendo en DAB. Era una
banda fantasma...
Uno de los receptores DAB/DAB+ destinado a la cocina que ha puesto en venta online el supermercado alemán LIDL por 27,99€ |
4 El gasto de emisión que representa
La cuenta de resultados de las radios privadas en España
cuenta con una partida gangrenada, que corresponde a la emisión en DAB, abonada
al operador, que, si bien no lastra sus resultados, sí se ha convertido en un
saco sin fondo, que dura dos décadas, que no hay forma de coser para impedir la
fuga de recursos.
¿Se van a volver a embarcar los privados en una nueva
aventura millonaria, ahora con la DAB+, que incremente esa partida, sin ningún
tipo de retorno, bien sea en materia de audiencia, bien en ingresos
publicitarios? Cellnex es, en este caso, el operador de RNE en DAB+. No lo veo fácil,
pero tampoco imposible. Puede suponerle entre 3 ó 4 millones de euros anuales,
¿para qué? A nadie le gusta tirar su dinero.
La estrategia financiera que han puesto en marcha en Europa,
en Francia, Italia, también en Reino Unido, es ir apagando la Onda Media, una
banda del siglo pasado, ya amortizada, que en España aporta solo el uno por
ciento de la audiencia, para destinar sus recursos a la implementación de la DAB+.
5 La presión de los fabricantes de radios DAB
El WorldDAB es un organismo que trabaja con el objetivo de
extender la Radio Digital Terrestre, en estándar DAB+ por el mundo. Pero
también representa los intereses de grupos de presión como el de los fabricantes
de receptores que pretenden hacer negocio con la DAB+.
Todo progreso implica unos intereses, no lo olvidemos. Y, en
este caso, la industria electrónica está muy interesada en que sus productos se
extiendan por todo el mundo en una economía de escala que abaratará los costes
cuanta mayor sea la producción.
El propio WorldDAB se preocupa, con imprecisa periodicidad,
en facilitar el dato de cuántos receptores de DAB+ se han desplegado (y por
tanto se han comprado) en el mundo. El
dato más actualizado hasta la fecha supera los 130 millones. Nada dice de cuántos
existen de FM...
Así, como anécdota, procede señalar que una de las cadenas
de distribución que operan en España ha puesto en venta dos
receptores de DAB+ destinados a las cocinas, que han contado con éxito de
ventas en su país de origen, Alemania. Hablo de los supermercados
LIDL que ofrecen varios modelos, a precios muy competitivos, menos de treinta euros.
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