Miguel de los Santos: “La radio se ha vuelto clientelista”
- Javier del Castillo vuelve a recuperar en su sección “Fuera de micrófono”, en The Objetive, a un profesional de la radio (y la televisión). En este caso, Miguel de los Santos, un todoterreno que comenzó en la ‘radio del espectáculo’ y evolucionó luego hacia la televisión de los reportajes y documentales, siempre con una característica impronta y sello personal. Aquí destacamos algunas de sus respuestas, pero recomendamos leer la entrevista completa, porque aborda no solo temas relacionados con la radio
Miguel de los Santos en el estudio de grabación de "Fuera de Micrófono" (Reportaje fotográfico de Carmen Suárez para TheObjetive.com) |
-Claro, claro. Era lógico. Toda la parte de espectáculo que
ofrecía la radio –los seriales, los concursos, las actuaciones musicales en
directo, los shows…- pasó a la televisión. Ya no era cuestión de
escuchar, sino de ver. Entonces, la radio se reinventa maravillosamente.
¿Cuál es mi sitio? Mi sitio es la información y la opinión. En 1956 la opinión
era única –todas las cadenas tenían que conectar con el Diario Hablado de
Radio Nacional-, pero la información -sin opinión-, sobre todo la municipal,
local y cultural, sí tenía mucha fuerza. La inmediatez que ofrecía la radio era
incontestable y no podía ser combatida por la televisión. ¿Qué sucede ahora con
Internet y las redes sociales? Que no sólo no han venido a molestar a la radio,
sino que la apoyan. Porque muchos jóvenes que pasan del transistor
escuchan la radio a través de las redes sociales y del teléfono móvil. La
radio, si te paras a pensarlo, tiene algo que no tiene ningún otro medio de
comunicación: la compatibilidad. Puedes escuchar la radio mientras conduces,
mientras trabajas en tu taller o paseas con el perro por el campo; en cualquier
circunstancia. Cuando me piden una definición de la radio, digo que es
un medio inmortal. Por más que lo agredan, vivirá para siempre.
"Esta radio ha eliminado la competencia del medio para convertirla en una competencia ideológica y de líderes radiofónicos. Las cadenas se han alineado con grupos de opinión. Ahí están Carlos Herrera o Carlos Alsina, contratados porque su pensamiento sigue la línea editorial de la empresa. Los oyentes buscan una respuesta coincidente con su opinión. Y la personalidad del comunicador juega un papel importantísimo. Por eso la cobertura gigantesca de la SER ha sido equilibrada por la fuerza personal que tiene Carlos Herrera, con menos soporte técnico para llegar a la sociedad"
-¿No crees que hay demasiada opinión en la radio actual?
-Esta radio -tan densa, tan informativa, tan continuada- ha
eliminado la competencia del medio para convertirla en una competencia
ideológica y de líderes radiofónicos. Las cadenas se han alineado con grupos de
opinión. Cuando escuchas la SER sabes la línea editorial que vas a escuchar. Lo
mismo que cuando escuchas Onda Cero o la COPE. Y en ellas están Carlos
Herrera o Carlos Alsina, contratados porque su pensamiento sigue la
línea editorial de la empresa. La radio se ha vuelto clientelista. Los oyentes
buscan una respuesta coincidente con su opinión sobre la sociedad, la política
y los acontecimientos que están sucediendo. Por otra parte, la personalidad del
comunicador juega un papel importantísimo. Por eso la cobertura gigantesca de
la SER ha sido equilibrada por la fuerza personal que tiene Carlos Herrera, con
menos soporte técnico para llegar a la sociedad.
-¿Por qué te quería tan mal Tomás Martín Blanco, por
entonces director de El Gran Musical?
-Sé por qué lo dices. Me dolió mucho la actitud de Tomás.
Nunca entendí por qué simulaba conmigo una actitud y luego era todo lo
contrario a la hora de actuar. Te resumo lo que ocurrió. Tomás
Martín Blanco vino con su padre a verme presentar un programa cara
al público cuando él todavía no estaba en la radio y me saludaron muy
atentamente. De manera que, cuando yo llegué a la SER y encontré ese vacío
entre los compañeros, me acerqué a Tomás porque era el amigo que yo veía más
próximo. Un día, Eugenio Fontán me ofreció la dirección
de Los 40 Principales y la rechacé amablemente, porque no era
mi vocación meterme en un despacho. Quería seguir en la trinchera. Fontán
entendió mis razones y le hizo la oferta a Martín Blanco, que la aceptó.
-Segundo plato…
-Claro. Él ahí empezó a sentirse mal. Tanto es así que nada
más tomar posesión del cargo a la primera persona que llamó al despacho fue a
mí para decirme: «Miguel, voy a explicarte por qué yo sí he aceptado el
puesto». Y le dije: «Tomás, tú eres amigo y compañero mío, no tienes que
explicarme nada. Cada uno tenemos una idea de futuro y una vocación. La mía es,
hasta que me muera, seguir en la comunicación porque es lo que me gusta». Y
terminó diciendo: «Vas a saber lo que es tener por jefe a un amigo». Se lo
conté a mi mujer y me dijo: «No te fíes». Efectivamente, ese año desaparecí de
la programación, prácticamente. Menos mal que, como sabía idiomas, el director
general de la SER me enviaba a retransmitir el Festival de San Remo, a Viña del
Mar, y a viajar por el mundo. Aquello cambió mi vida y me llevó luego a hacer
en TVE reportajes internacionales y coberturas informativas. Tomás se fue de
este mundo sin que yo entendiera su actitud hacia mí. La última vez que
lo vi en vida fue saliendo del casino de Madrid. Me habían dicho amigos comunes
que le había dado por jugar. Luego, me llamó un día Manolo Martín Ferrand, que
era vecino del hermano de Tomás, para decirme que acababa de fallecer. Que se
había tirado por una ventana.
Miguel de los Santos con Javier del Castillo. Sobre la mesa, el libro del comunicador, del que ya hemos hablado en esta web |
-Es difícil. Te puedo dar algunos nombres. El maestro fue
Bobby Deglané, pero el gran depositario de todos los valores de Bobby
Deglané -el que los llevó a una excelencia más importante– fue José
Luis Pécker. Yo me miraba en Pécker porque veía que era un tipo que estaba
casado con el micrófono; que todo lo que decía por el micrófono tenía un valor,
atraía a la gente… Entre los actuales, el animal de radio más importante que ha
habido en los últimos quince años es Carlos Herrera. Carlos es lo más completo
en radio.
-Lee
la entrevista completa de Javier del Castillo en TheObjetive.com
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