La radio despierta la Navidad en nuestra memoria sonora
- Para quienes hemos vivido pegados a la radio, voluntaria o involuntariamente, como oyentes cautivos o como oyentes deliberados, la Navidad llega a la radio, y a nuestras vidas, con el Sorteo de la Lotería Nacional
- El soniquete de los niños de San Ildefonso dispara nuestros recuerdos y nos retrotrae a Navidades pasadas, que compartimos con familiares y amigos en otro tiempo y espacio
Vemos la fotografía y 'oímos' el canturreo de los niños de San Ildefonso (Fotografía Sorteo Lotería Nacional, Onda Cero.es) |
Quería rendir un merecido homenaje a esa radio íntima, cómplice, cercana y cálida que se pone en marcha durante la Navidad, y que encienden miles de colegas en todo el globo. Un homenaje también a aquellos oyentes que sienten la radio de manera especial, bien porque la necesitan tener más cerca que nunca, ante una soledad involuntaria; bien porque, escuchándola desde un hospital, se sienten vivos cuando suena; bien porque tienen muy interiorizado que su presencia forma parte de su paisaje vital en estas fechas. Sea por lo que fuere, gracias a todos por seguir alimentando la magia de la radio y de la comunicación persona a persona
Gracias a esa cantinela recuperamos de inmediato espacios, familiares, amigos, que un buen día tuvieron relación, directa o indirecta, con este día, que se repite todos los años incesantemente. En realidad, visto así, nuestra vida no consiste más que en acumular, sin nosotros saberlo, una Navidad tras otra. ¡Y cuantas más, mejor!
Y no todas las vivimos igual, con la misma intensidad. De niños participamos, en conexión directa, de la magia que la rodea y la impulsa. Vivimos, con ardor guerrero y militante, la fantasía de los Reyes Magos (o el Papá Noel importado, además de otras tradiciones regionales como el Olentzero en el País Vasco) y construimos nuestro mundo navideño infantil en torno a las comidas familiares que quedarán grabadas para siempre en nuestro disco duro.
Cuando crecemos, y nos convertimos en padres, nos vemos en la obligación de mantener esa tradición mágica en torno a los Reyes Magos y al significado de los regalos en Navidad. Nos vemos por supuesto obligados a mantener en secreto el código regio de su origen, algo que, de manera tácita, todos los medios de comunicación no solo respetan, sino que también alimentan y perduran. Si hay alguien que se atreve a saltarse esa regla no escrita es rápidamente reconducido por el entorno cómplice.
Y, cuando ya somos mayores y llegan los nietos, la Navidad recobra el sentido mágico que la inspira. Los niños, en definitiva, son sus grandes estimulantes.
Pero, si nos fijamos, la Navidad es una retahíla de sonidos, y la radio siempre los ha recogido y nos los ha incrustado en el hipocampo, la estructura encargada de almacenar los recuerdos, que se encuentra ubicado en el sistema límbico, y que asocia emociones -positivas o negativas- a los recuerdos, gestiona el almacenamiento de la información reciente en la memoria a largo plazo y los ordena y clasifica. La radio es uno de los instrumentos que más alimenta el hipocampo.
Si nos proponemos enumerar los sonidos de que consta la Navidad, comenzaríamos, sin duda, por el Sorteo de la Lotería Nacional de este 22 de diciembre, y deberíamos sumar, por supuesto, las campanadas del reloj de la Puerta del Sol madrileña, con la que cada Nochevieja recibimos un nuevo año, esperanzados. O el sonido de las canciones de “Cortilandia”, gracias a la generosidad de El Corte Inglés. Y nunca podríamos olvidarnos del sonido de la Cabalgata de los Reyes Magos, con la que millones de niños por toda España reciben a sus Majestades de Oriente, entre toneladas de caramelos. A esto hay que añadir los villancicos, y en mi caso, con protagonismo muy especial -y estoy convencido de que en muchos otros casos- “El Tamborilero”, cantado por Raphael.
En todos estos escenarios, recogiendo todos y cada uno de estos sonidos, la radio está presente, trasladando esos sonidos -que conforman recuerdos- a todos sus oyentes, a quienes viven la Navidad de mil y una formas y maneras diferentes: unos entusiastas, otros desesperanzados, otros incrédulos, algunos ajenos... pero a nadie deja indiferente.
El reloj de la Puerta del Sol es otro sonido que anida en nuestro cerebro, y que se asocia con el cambio de año (Fotografía Carlos Delgado, CC, Wiki) |
Esa radio en la cocina escupiendo números y premios al compás, con el soniquete de la Navidad: sonido, sonido y sonido; o sea, RADIO. Comunicación. Es, sin duda, la época del año en la que la radio más compañía hace. Siempre hay alguien al otro lado que agradecerá el esfuerzo de quien le hable
La radio acompaña a quien quiere hacerse acompañar. Siempre hay alguien al otro lado que agradecerá el esfuerzo de quien le hable. El esfuerzo de miles de compañeros, en todo el mundo, que se coloquen delante de un micrófono en las horas de fiesta y de reunión familiar en torno a una comida o una cena. Ellos, los de la radio, también están solos, apartados de su familia, cumpliendo con su deber y, en la mayoría de los casos, disfrutándolo, porque quienes hemos vivido estos episodios percibimos, más que nunca, el agradecimiento de los oyentes. Y su cercanía. Hoy, además, los canales de comunicación se han multiplicado con las redes sociales y, especialmente, con ese invento maravilloso (¿pensado para la radio?) de las notas de audio de WhatsApp.
Desde aquí, y en estas fechas, quería rendir un merecido homenaje a esa radio íntima, cómplice, cercana y cálida que se pone en marcha durante la Navidad, y que encienden miles de colegas en todo el globo para llegar hasta sus oyentes. Un homenaje también a aquellos oyentes que sienten la radio de manera especial en estas fechas tan señaladas, bien porque la necesitan tener más cerca que nunca, ante la ausencia de sus seres queridos que le ha provocado una soledad involuntaria; bien porque, escuchándola en un hospital, se sienten mejor cuando suena; bien porque tienen muy interiorizado que su presencia forma parte de su paisaje vital en estas fechas. Sea por lo que fuere, gracias a todos por seguir alimentando la magia de la radio y de la comunicación persona a persona.
¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO 2024 a todos mis lectores!
Feliz Navidad,
ResponderEliminarLa radio y la soledad por algún qué, van unidas... Aunque cuando yo era "peque" comiéramos con la radio puesta y la escucháramos, además, pues hay que reconocer que en grupo es más difícil ponerle atención.
Gracias, radios varias, por todos los momentos en que habéis estado ahí.
podi-.