Javier Sánchez (RTVE): “Ya era hora”
- Javier Sánchez estuvo en los principios de la llegada de la DAB a España, como uno de sus agentes impulsores, cuando el Partido Popular de José María Aznar potenció el primer Plan de Radiodifusión Sonora Digital (1999), que desarrollaba el Digital Audio Broadcasting, y enfrentó al sector ante la imposibilidad de trasladar todas las emisoras de la radio privada a su nuevo reacondicionamiento digital. Aquí empezó el principio de las desavenencias
- Sánchez es consciente de que aquello nació mal desde el principio y que el nuevo proceso no puede repetir los mismos errores
- Acaba de ser elegido miembro del Comité de Dirección del WorldDAB, el organismo internacional que vela por el desarrollo de la RDT, para impulsar la DAB+ durante los dos próximos años, España incluida
Javier Sánchez representará a España, a través de RTVE, en el Comité de Dirección del WorldDAB (Fotografía RTVE) |
-La radio, Gorka, no puede perder el control ni la
integridad de la distribución lineal de sus contenidos, que es la piedra
angular en la que se sustenta. Ni tampoco puede seguir utilizando eternamente
estándares analógicos de difusión de hace casi un siglo. Porque ahí fuera el
mundo gira. Y en caso de los prestadores públicos del servicio audiovisual, el
servicio tiene que seguir proporcionándose en abierto, en digital, con la
máxima cobertura social y siendo accesible (y asequible) para toda la población,
sin necesidad de estar abonado a ningún servicio o tener que pagar por una
conexión.
"Muchos dispositivos de escucha han cambiado, el acceso a la radio ya no es ni tan directo ni tan sencillo y, a su vez, sigue habiendo escucha en dispositivos del año 2000 y muy anteriores. Pero, fíjate, en un escenario mayoritariamente de internet, resulta que el modelo de negocio de la radio se sigue sustentando en la emisión en FM en la mayoría de los países. Y no se controla totalmente la distribución por internet, sino más bien todo lo contrario"
-¿Y tu entrada en el Comité de Dirección del WorldDAB?
-Debe entenderse sobre todo como vocación de servicio a los
más de cien miembros que integran WorldDAB, contribuyendo en todo lo que se
pueda. Date cuenta de que el Comité de Dirección se encarga de ejecutar las
decisiones de la Asamblea General, estableciendo las líneas generales de
actuación para conseguir los objetivos que se fijen. Aparte, claro está, de
prestar apoyo y asesoramiento a nivel nacional a miembros que lo necesiten o de
la labor de defensa de los intereses y posiciones de WorldDAB ante distintos
organismos.
-Pero también pasa por representar a España, a través de
nuestra principal Corporación pública audiovisual.
-Obviamente. Pero se
trata, sobre todo, de impulsar la implantación de DAB+ en el mundo. Y en España
queda prácticamente todo por hacer, comenzando por la aprobación de un Plan
Técnico Nacional de Radiodifusión Sonora Digital Terrestre que responda a las
necesidades reales y actuales del sector. Recordemos que el que está en vigor es
¡de 1999!
-Tú eres uno de los
primerísimos actores de la puesta en marcha de la DAB en España, desde los
Grupos del Foro de la Radio Digital (Técnológico, Jurídico y Comercial) y has
sufrido el impasse de dos décadas. ¿Qué debemos esperar ahora en España? ¿Qué
ha cambiado?
-El marco legislativo de partida no satisfacía a ningún
agente. No extrañará, por tanto, que en aquellas reuniones de los grupos del
Foro de la Radio Digital la constante era la celebración del desencuentro, adornándolas con la distribución
o confección de papeles que justificasen presuntamente la actividad. Los
miembros del foro no estaban alineados, ni tenían unos objetivos mínimos comunes,
ni tenían voluntad de impulsar absolutamente nada. Y a los hechos me remito.
Entre “vete tú a la reunión, que a mí me da la risa” y “mientras fulano
no haga esto, yo no haré lo otro” se pasó una década, hasta que el Foro se
disolvió por inanición. Cabe recordar que en su última Asamblea General se
acordó fijar un presupuesto anual de cero euros para el siguiente ejercicio,
proveniente de los cero euros de las cuotas de cada entidad miembro.
"El futuro de la radio no es el pódcast, sino la propia radio. Pero siempre y cuando la radio crea en sí misma y actúe. Porque si bien el contenido siempre seguirá siendo el rey, la distribución seguirá siendo la reina. Y la radio necesita seguir controlándola a largo plazo directamente y con integridad extremo a extremo, por su propia supervivencia y para que el acceso a sus contenidos lineales siga siendo universal, en abierto, gratuito, sin suscripciones, sencillo y para todos"
-Aquella (presunta) unión constituyó el mayor
despropósito de la historia de la radiodifusión en España. Pero, sin llegar a regodearse
en el pasado, convendría analizar de donde venimos, ¿no te parece?
-Correcto, resultaría ridículo ahora ponernos a cantar el Imagine de Lennon. Pero sí hay que saber
que aquella, la del año 2.000, era una realidad completamente diferente a la
actual. No había ninguna presión por digitalizar la radiodifusión sonora
utilizando DAB. La radio en las casas se recibía en las cadenas de música y en
los receptores convencionales (radio portátil, radiocassete con o sin CD y
radio despertador). La radio por internet era cosa de los que tenían ordenador
y ADSL, porque con módems de 56 kbps me dirás tú cómo se podía recibir aquello.
La banda ancha fija era una quimera y en movilidad, ni te cuento. El 2,5G
(GPRS) se anunciaba a bombo y platillo, pero nada tenía que ver con la radio,
porque los terminales GSM o GPRS que tenían radio era en FM. Los reproductores
portátiles eran de CD o cassette, con o sin radio en OM/FM.
-Por no hablar de los coches...
-Es que los coches tenían navegador en los topes de gama o
como extra caro, y en los salpicaderos seguía predominando el aparato de radio,
todavía con cassette o con CD y, como mucho, con capacidad de controlar un
cargador de CDs. El MP3 estaba en pañales, reservado a ordenadores y con
Napster comenzando a cambiarlo todo. Y si querías escuchar un programa de radio
bajo demanda, lo normal por precio era tirar de una grabación en cassette. En
resumen, la radio estaba muy ligada a determinados dispositivos, en los que tenía
un acceso directo, sencillo y privilegiado. Pero, sobre todo, controlaba
extremo a extremo la distribución de su contenido, con soluciones tan
universales como la OM o la FM.
-Veintitrés años después, la digitalización ‘se ha
comido’ toda esa tecnología de la que has hablado.
-Evidentemente. Hoy tenemos la banda ancha fija y en
movilidad muy extendida. La radio en las casas sigue escuchándose todavía en
receptores convencionales en analógico (con una elevada obsolescencia en muchos
casos), pero también en altavoces a los que te conectas vía Bluetooth desde un
teléfono móvil en el que ejecutas una aplicación de radio o audio o en
altavoces inteligentes. El teléfono móvil es el dispositivo mayoritario de
escucha individual en exteriores, del que ha salido prácticamente la FM al mismo
tiempo que las conexiones mini jack que permitían conectar auriculares cuyo
cable hacía de antena. Los coches tienen sistemas multimedia, en el que la
radio ya no ocupa un lugar privilegiado, en el que se hace mirroring de los contenidos del teléfono móvil, y en el que Google
Automotive (sistema operativo de vehículos que puede llegar a ser lo que ha
sido Android a los teléfonos móviles inteligentes) impide la recepción de radio
por FM, DAB o DAB+.
-Hay más, Gorka. La radio bajo demanda es accesible en
plataformas o apps propias y de terceros, dando la casualidad de que, en las
plataformas mayoritarias de contenidos en español, las radios no solo no tienen control
sobre sus contenidos sino que, además, en algunos casos ni tan siquiera le piden permiso para difundirlos (y, por supuesto, con coste de producción nulo). ¿Hablamos
de Spotify? Pues le ha comido mucho terreno a la radio musical -ahí está el EGM
para demostrarlo- y el pódcast está de moda y es una realidad, por más que las
cifras de penetración y escucha estén muy lejos de la radio lineal. También hay
segmentación de contenidos audiovisuales de radio en redes sociales.
-Y en este escenario, ¿dónde se sitúa la Radio Digital
Terrestre, en estándar DAB y DAB+?
-Pues se han dado pasos muy importantes, el más destacado,
que desde diciembre del año 2020 (va a hacer pronto tres años) el receptor
DAB/DAB+ es obligatorio en todos los coches fabricados en Europa.
"Sabemos que ir a un modelo IP tal y como el que conocemos, en el que la radio comparta escenario con miles de emisiones en streaming que queden en manos de gigantes tecnológicos, consumidas mayoritariamente en plataformas de terceros o en dispositivos de gatekeepers que deciden sobre los contenidos que ofrecen y ponen precio unilateralmente, llegando incluso a impedir la prestación del servicio público audiovisual, supondrá su desaparición a medio/largo plazo"
-¿Se puede saber cuántos receptores “sobre ruedas”
existen en España con posibilidad de recibir la señal de RDT?
-Se calculan, según datos de ANFAC, en torno a los dos
millones y medio.
-Ya es una cifra respetable.
-Sin duda. Pero la situación se complica, Gorka, porque los
piratas son los que han comenzado a ocupar en España el espacio que el sector
radiofónico debía haber ocupado hace años en DAB+.
-O sea, que, si no hacemos nada, y dejamos que esta
situación se prolongue, nos encontraremos en un escenario similar al de la FM,
en el que los piratas campan a sus anchas...
-Tú lo has dicho.
-Lo que se observa, Javier, es que el acceso a la radio
lineal se está complicando cada vez más, y con intereses económicos
contrapuestos de por medio, como en los coches, un espacio estratégico de
consumo de radio lineal.
-Es que, como te he explicado, muchos dispositivos de
escucha han cambiado, el acceso a la radio ya no es ni tan directo ni tan
sencillo y, a su vez, sigue habiendo escucha en dispositivos del año 2000 y muy
anteriores. Pero, fíjate, en un escenario mayoritariamente de internet, resulta
que el modelo de negocio de la radio se sigue sustentando en la emisión en FM
en la mayoría de los países, estándar ampliamente superado a todos los niveles
hace ya más de una década. Y no se controla totalmente la distribución por
internet, sino más bien todo lo contrario.
-¿Qué alternativas tiene la industria radiofónica
tradicional, entonces?
-Pues la radio puede confiar en grandes plataformas de terceros para la distribución por IP (internet) de sus contenidos lineales, con capacidad para poner y quitar radios lineales, con o sin licencia, junto a multitud de emisiones en streaming. O en gatekeepers (plataformas cerradas) en el coche, que pueden impedir la recepción por ondas de la radio e incluso querer cobrar a las radios por estar bien situadas en botones de la pantalla del vehículo con su imagen de marca. O incluso en gatekeerpers en altavoces inteligentes, en los que una emisora de radio está al mismo nivel del que trae la pizza a casa.
"La radio no puede perder el control ni la integridad de la distribución lineal de sus contenidos, que es la piedra angular en la que se sustenta. Ni tampoco puede seguir utilizando eternamente estándares analógicos de difusión de hace casi un siglo. Porque ahí fuera el mundo gira. Y en caso de los prestadores públicos del servicio audiovisual, el servicio tiene que seguir proporcionándose en abierto, en digital, con la máxima cobertura social y siendo accesible (y asequible) para toda la población, sin necesidad de estar abonado a ningún servicio o tener que pagar por una conexión"
-Y a todo esto, no puede olvidarse que la escucha de
radio (streaming más pódcast) por internet no representa ni el 12 por ciento
del consumo.
-Claro, por eso te decía que el negocio está, sigue estando,
y seguirá estando, en la FM.
-¿Y por qué ese furor por todo lo digital, incluso desde
la industria de la radio?
-No lo sé, pero te podría responder que, si se lo creen de
verdad, si creen a pies juntillas que el futuro de la distribución lineal es IP,
ya están tardando en devolver todas las licencias de OM, FM, DAB y DAB+.
-Y otra pregunta crucial: ¿la radio acabará siendo IP en
algún momento?
-Tarde o temprano, sí.
-Entonces, ¿por qué la pelea por la RDT, por qué toda
Europa y otros países del mundo, como Australia, por ejemplo, se están dejando
muchos recursos en DAB+?
-Pues muy sencillo, Gorka, porque, hoy por hoy, la realidad
de internet puede suponer una amenaza para la continuidad de la radio.
-¿Una amenaza?
-Exacto, primero te diré que, si hay algún movimiento en la
radio a nivel mundial es, precisamente, tendente a la digitalización de su
distribución masiva por radiodifusión en DAB+ para poder apagar la FM en el
futuro. ¿Y por qué? Pues porque sabemos que el DAB+ no es la garantía absoluta
del futuro de la radio en un mundo, como tampoco lo fue la onda corta, ni la
onda larga, ni la onda media, ni siquiera lo será la FM. Pero sabemos que ir a
un modelo IP tal y como el que conocemos, en el que la radio comparta escenario
con miles de emisiones en streaming controladas por gigantes tecnológicos, consumidas mayoritariamente en
plataformas de terceros o en dispositivos de gatekeepers que deciden
sobre los contenidos que ofrecen y ponen precio unilateralmente, llegando
incluso a impedir la prestación del servicio público audiovisual, supondrá su
desaparición a medio/largo plazo.
-¿Y dónde queda el pódcast en esta película?
-También sabemos el futuro de la radio no es el pódcast, sino la propia radio, Gorka. Y esto no se puede olvidar. Pero siempre y cuando la radio crea en sí misma y actúe. Porque si bien el contenido siempre seguirá siendo el rey, la distribución seguirá siendo la reina. Y la radio necesita seguir controlándola a largo plazo directamente y con integridad extremo a extremo, por su propia supervivencia y para que el acceso a sus contenidos lineales siga siendo universal, en abierto, gratuito, sin suscripciones, sencillo y para todos.
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