"Una profesional siempre pegada a la cotidianeidad", por Andrés Aberasturi
- La directora del programa 'NEUDC', de las mañanas del fin de semana de la radio pública, Pepa Fernández, recibió el pasado jueves uno de los más prestigiosos reconocimientos que puede dedicarse a un periodista: el premio que lleva el nombre del periodista y político aragonés Antonio Mompeón Motos, vinculado durante toda su vida al decano de la prensa zaragozana, "El Heraldo"
La ministra en funciones Pilar Alegría y Fernando de Yarza entregaron a la periodista Pepa Fernández el Premio Mompeón-Motos de Periodismo.(Fotografía Duch/Marco/Mestre, Heraldo) |
"No hay ni una pizca de pose en la cotidianeidad de Pepa sino todo lo contrario: vive así porque ella es así, porque ama y disfruta ese mundo con idéntica pasión que ama la horchata, la sandía, los cefalópodos o comprar zapatos. Y lo bueno de Pepa Fernández es que va justo de eso: de Pepa y de Fernández, un nombre y un apellido absolutamente normales como es ella pese a todo. No hay ni una mota de divismo en esta periodista a la que siguen sus ‘escuchantes’ de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo con una devoción que no es reverencial sino familiar"
No es fácil que algo ocurra en el mundo de la cultura que
coja de sorpresa a Pepa Fernández: si hablas de una película recién estrenada,
ella ya la había visto; si un libro se pone a la venta a las 11 de la mañana,
ella ya lo tiene leído –y señalado– a las 12. Va a la ópera con regularidad y
devoción y le da tiempo –y ganas– de ver todo el teatro del mundo, desde los
grandes estrenos a las obras más o menos marginales.
Todo lo que he dicho podría dar la imagen de una intelectual
pasada de revoluciones; no es el caso. No hay ni una pizca de pose en la
cotidianeidad de Pepa sino todo lo contrario: vive así porque ella es así,
porque ama y disfruta ese mundo con idéntica pasión que ama la horchata, la
sandía, los cefalópodos o comprar zapatos. (Aún recuerdo cómo en Milán nos dejó
al siempre añorado José María Íñigo y a un servidor sentados ni sé cuántas
horas en una cafetería de la Galería Vittorio Emanuele II mientras ella,
acompañada por el siempre caballero José Ramón Pardo buscaba por las calles una
zapatería que había visto de pasada).
Y lo bueno de Pepa Fernández es que va justo de eso: de Pepa
y de Fernández, un nombre y un apellido absolutamente normales como es ella
pese a todo. No hay ni una mota de divismo en esta periodista a la que siguen
sus ‘escuchantes’ de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo con una devoción
que no es reverencial sino familiar. Es ‘la Pepa’. Esa Pepa que no puede evitar
–ni quiere– el ataque de risa delante de un micrófono o que se le llenen de
lágrimas los ojos cuando la emoción se desborda. (He vivido muchos momentos
junto a ella y el resto de los compañeros, pero creo que ninguno tan duro como
aquel programa que tuvimos que empezar unos minutos después de que nos llegara
la noticia de la muerte de Íñigo. Sirvan estas líneas como homenaje a su
memoria).
Pero volvamos a Pepa y sobre todo a sus liturgias. De
entrada debo señalar que es, en general, una persona bastante opuesta a mí. Le
gusta –casi lo necesita– tener todo controlado en un mundo tan poco seguro como
es la radio aunque luego disfruta improvisando y nos abandona –y lo dice por
antena sin el menor rubor– porque tiene la necesidad de ir al servicio. Son
demasiadas horas sentada y todos somos humanos.
Pepa no toma café; de hecho ni siquiera toma té con limón sino todo lo contrario: toma limón con té en una desproporción evidente.
Pepa, 'la viajera' de RNE |
En su discurso de agradecimiento por el Premio
Mompeón Motos, Pepa Fernández habló del síndrome del impostor: “A menudo nos
resulta difícil expresar con palabras los sentimientos o explicar lo que nos
pasa. Pienso que tal vez no merezco este premio. Solo soy una profesional de la
radio que se dedica a ella desde hace 40 años. Tuve la suerte de recalar en Radio
Nacional y conocer a gente como Andrés Aberasturi o (José Antonio) Labordeta y
sigo teniendo la suerte de estar al lado de unos compañeros maravillosos. Todos
somos igual de importantes en el equipo", afirmó. En su recuerdo siempre
Luis del Olmo, como su referente iniciático y definió la radio como "el
medio más directo y sincero. La voz no miente. Es el reflejo de los millones de
oyentes que la escuchan. Y es una muestra de la función social que encierra el
periodismo". El tramo final de su intervención lo consagró a su visión del
papel de los medios de comunicación. "La estabilidad es un valor
fundamental. Como me dijo Julio César Iglesias, uno de mis maestros en la
radio, 'los programas no duran por ser buenos, son buenos porque duran'”.
Cuando salimos los fines de semana, Pepa viaja con una
maleta que es la madre de todas las maletas. Son dos noches y tres días pero
parece que se dispone a dar la vuelta al mundo. Y si preguntas a qué viene ese
volumen siempre te contesta poniendo como ejemplo un neceser.
No es raro que, como en el romance de (Federico García) Lorca, las vea
caminando a buen paso por las altas barandas de los hoteles. Seguramente más de
un cliente habrá creído ver un fantasma; no, es Pepa que no se queda tranquila
hasta no completar sus diez mil pasos diarios. Entre las misteriosas cosas que
llenan a rebosar su maleta –neceser aparte– está también una cajita pequeña con
clips que van viajando de ciudad en ciudad y que utiliza para ordenar sus
papeles.
Pepa, además de sumar los números de las matrículas de los
coches como diversión, sabe decir sin pensarlo cualquier cifra en números
ordinales.
Pepa Fernández entre José Luis Melero (a su derecha), Premio Valores Humanos y Conocimiento y Fernando de Yarza, presidente del Grupo Henneo (Fotografía Heraldo) |
El autor del texto, Aberas (Fotografía RNE) |
Termino ya este cotilleo sobre una gran profesional de la
comunicación y me emociona especialmente que el premio que lleva el nombre de
Antonio Mompeón Motos, que en su tiempo impulsó la modernidad y dignificó este
oficio, se le entregue en la planta de impresión del periódico donde aún debe
sobrevolar el dulce olor de las bobinas de papel y el aroma negro de la tinta.
-Este
retrato de Pepa Fernández escrito por Andrés Aberasturi en Heraldo.es
-Pepa Fernández: "La radio es el medio más directo y sincero que existe; la voz no miente"
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