Rafa Latorre: “Elegí la COPE, aunque no pagaban”
- Rafa Latorre tenía un añito cuando Felipe González ganó el gobierno de España para el PSOE. No vivió en primera persona La Transición, ni fue consciente de lo que supuso la llegada a la Moncloa de José María Aznar, en 1996, porque tenía quince años, y escaso interés todavía por la cosa pública
- En 2002, con veintiún años, comienza su recorrido profesional en la radio: hace la prueba como becario en COPE. Cuatro años atrás había muerto, en un accidente, el periodista Antonio Herrero, “todavía la Cadena estaba sumida en una crisis existencial por esta pérdida”
- Desde septiembre de 2022 dirige el informativo nocturno de Onda Cero “La Brújula”, un programa con más de treinta años de historia, que heredó de Juan Ramón Lucas
Rafa Latorre, en los estudios de Onda Cero en San Sebastián de los Reyes, durante la entrevista (Reportaje fotográfico Juan Carlos Gómez) |
-Es que el Diario de Pontevedra es un rito de paso para cualquier periodista pontevedrés. Ahí coincidí con Manuel Jabois, que dirigía un suplemento de verano. Es una escuela de periodismo fantástica.
"Creo que tiene que haber una vinculación muy fuerte entre los comunicadores -llámalos 'estrellas'- y la cadena. Creo que esto se ha logrado en Onda Cero, a pesar de las diferentes sensibilidades de los que trabajamos aquí. Hay identificación y respeto por la cadena"
-¿Allí aprendiste a buscar noticias debajo de las piedras?
-Es que es mucho más fácil hacer un programa cuando hay mucho material. Por el contrario, es mucho más difícil hacer un programa en verano, un programa sobre vacío.
-Y, como tantos otros, te decides por emigrar a Madrid,
en busca de mejores destinos profesionales. Y se te cruza la COPE en el camino.
-Pues mira, Gorka, aquí se produjo una decisión crucial en
mi vida que nunca la he contado.
-Pues ha llegado el momento.
-A través de la Bolsa de Trabajo de la universidad me entero
de las prácticas en COPE. Había un detalle no
menos importante, y es que no estaban remuneradas. Y me llamaron de
Radio Intereconomía, que sí pagaban, ¡y pagaban bastante bien! Y tuve que tomar
mi primera decisión profesional.
-Ya sabemos todos que optaste por la COPE, aunque no pagaran.
-Siempre me felicitaré por haber tomado esta decisión, claro.
"Hay un complejo que nos hemos sacudido, que tiene que ver con los errores. Al principio, en la radio, una equivocación era poco menos que un drama. Y hoy en día, el error se puede reconvertir en un recurso, que se integra en el programa. El ejemplo pueden ser los deportivos del fin de semana como 'Radioestadio', programas con una enorme complejidad técnica donde hoy el error se puede convertir en un prodigio. Es que hemos llegado a una situación en la que el programa perfecto no resulta tan creíble, no genera la atmósfera de complicidad con el oyente"
-Ahí conociste, tengo entendido, al gran José Miguel
Azpíroz, al que hoy es tu subdirector, ¡las vueltas que da la vida!
-Él me hizo la prueba de acceso como becario, sí. Luego tuve
una entrevista con Blanca María Pol, que era la jefe de informativos
entonces, y me preguntó en qué sección me gustaría trabajar. Le respondí que en
cultura, y me puso a las órdenes de Elsa González, y aprendí muchísimo
con ella.
-Elsa ha sido siempre muy exigente con su gente.
-Era un momento en que se tomaba muy en serio la formación
de los becarios. Recuerdo que a mí no me dejaron hacer antena hasta que pasaron
tres meses. Mientras, estuve en dique seco, por supuesto haciendo entrevistas y
redactando, pero nada de directo. Hasta que Elsa no me vio preparado, no me
soltó ante el micrófono. Fue un muy buen adiestramiento, aprendí mucho, como te
digo.
-¿Recuerdas tu primer encargo?
-¡Sí, claro! Lo primero que hice fue doblar (traducir) al
castellano en un corte a Michael Stipe, el cantante de REM, para Cadena 100. Y también recuerdo que cubrí
un homenaje a la soprano Montserrat Caballé.
-¿Cómo era aquella COPE
que te encontraste en 2002, cuando llegaste?
-Pues, cuatro años antes había muerto Antonio Herrero, en un
accidente mientras buceaba. Y todavía COPE estaba
sumida en una crisis existencial por esta pérdida. Cuando hay un liderazgo muy
fuerte, y desaparece, todo se convierte en incertidumbres. Y la radio es un
medio de liderazgos fuertes.
-Depende del modelo. Elsa González ha titulado su libro
sobre la historia de COPE, precisamente, “La
Radio de las estrellas”. Pero el modelo de la Cadena SER, por ejemplo, es diferente, prevalece la
identidad de la marca, la idea de equipo...
-Cierto, aunque la SER
también sufrió cuando se fue Iñaki Gabilondo o cuando murió Carlos
Llamas... El resto de cadenas son mucho más deudoras de la personalidad de
sus estrellas.
-Es muy difícil que las estrellas dejen de ser islas para
asumir la idea de equipo.
Latorre en el estudio principal de Onda Cero, fotografiado tras la entrevista |
"He tenido muchísima suerte en la vida. Miro hacia atrás y me doy cuenta de que llegué al sitio perfecto, en el momento perfecto. Ser fundador de una nueva cadena de radio -Punto Radio-, siendo tan joven, en la que puedes hacer todo tipo de ensayos, porque no hay tanta presión, es un lujo. En los inicios, los errores estaban mucho menos penalizados y se abrió un campo experimental muy atractivo profesionalmente hablando"
-Pero las estrellas se juegan todo en este modelo. No sirve
la frase de Napoleón ‘el fracaso tiene muchos padres, mientras que el éxito
es huérfano’. La estrella tiene que triunfar, de lo contrario, ahí tiene la
puerta. La presión es excesiva...
-¡Es que he visto a tanta gente creerse por encima de las
empresas, Gorka! Y luego parecer un náufrago cuando te quedas solo. Hay que
reconocer que la vanidad es nuestro gran enemigo. Tú necesitas una estructura
que te sostenga. Luis del Olmo, por ejemplo, sufrió mucho en Punto
Radio, cuando comprobó que no tenía detrás la misma estructura de COPE u Onda
Cero.
-Pero él puso en el mapa COPE, que no era nada cuando llegó, solo medio centenar de emisoras provinciales -Radio Popular- donde mandaban los obispos y no sabían qué era eso de emitir en cadena. A muchos no les gustó la idea de perder poder mediático en favor de Madrid. Pero, volvamos al relato de tu recorrido profesional. Abandonas COPE porque te vas a Punto Radio.
-Sí, José Miguel Azpíroz estaba entonces de jefe en la
sección de internacional, y le llaman para ser subdirector de informativos de
Punto Radio, una nueva cadena que iba a poner en marcha el grupo Vocento. Había
muchos rumores, se comentaba incluso que Luis del Olmo iba a entrar en el
accionariado. Estábamos al tanto de los pasos que se iban dando. Pero lo
decisivo fue la llamada a Azpíroz, porque él nos llevó a unos cuantos de COPE,
de su confianza. Todos éramos becarios, y nos hizo nuestro primer contrato.
-¡Tu primer contrato! Recuerdo bien cómo te sientes en ese
momento. Y el grupo Vocento detrás. La sede estaba en el edificio de ABC.
-Bueno, cuando yo llegué a Punto Radio no había ni estudios,
Gorka. Porque, además, se habían fijado unos plazos para la puesta en marcha
suicidas. Luego aprendí que, para salir adelante, las formas de hacer las cosas
hay que forzarlas ¡y todo lo que puedas! En su momento, si es necesario, ya
harás las correcciones debidas. Pero, si estás demasiado tiempo especulando,
los proyectos no salen adelante.
Un momento de la charla entre el editor y el director de "La Brújula", de Onda Cero, Rafa Latorre |
-¡Desde la Biblioteca de ABC! No teníamos muchos equipos, ni
sistema de edición. Era todo muy artesanal, pero está claro que la precariedad
de medios te enseña. Trabajábamos horas y horas y al final nos convertimos en
un equipo multidisciplinar, te hacías autocontrol, pasabas por la edición,
porque no había tanto personal como para repartir las funciones...
"El humor es, sobre todo, distancia con los temas de los que hablas. Antes, parecía que el locutor estaba urgido con una especie de apostolado... Si no eres capaz de tomar una mínima distancia respecto de los temas de los que hablas, te conviertes en un fanático. Y los oyentes terminan huyendo de los fanatismos"
-...así te conviertes en un periodista-orquesta, en un
todoterreno.
-Yo he tenido muchísima suerte en la vida, insisto. Miro hacia atrás
y me doy cuenta de que llegué al sitio perfecto, en el momento perfecto. Ser
fundador de una nueva cadena de radio, siendo tan joven, en la que puedes hacer
todo tipo de ensayos, porque no hay tanta presión, es un lujo. En los inicios,
los errores estaban mucho menos penalizados y se abrió un campo experimental
muy atractivo profesionalmente hablando.
-Recuerdo de mi breve -y feliz- paso por Punto Radio dos
cosas: la precariedad de medios, pero, al mismo tiempo, el aprovechamiento al
200 por ciento de los pocos recursos... ¡Hacíais verdadera artesanía, Rafa!
-¡Esa es la palabra: ‘artesanía’. Había mucha hambre del
medio, y un equipo muy joven, arrollador. Era una radio de poca crónica y mucha
espontaneidad.
-¡Y tú fuiste el jefe de una supersección!
-Sí, sí (sonríe). Me encargan primero la sección de ‘sociedad-cultura’,
y luego me cayó ‘Internacional’. Me llamaban el jefe de ‘Interciedad’ (más
risas). La ‘supersección’ de ‘Interciedad’, pero no te creas, solo tenía
a mi cargo a dos redactores.
-Al indagar un poco en aquella etapa, Rafa, todas las fuentes consultadas han coincidido en señalar como uno de tus hitos profesionales la cobertura de las Elecciones Americanas que ganó Barack Obama, en 2008.
Rafa Latorre, en diferentes momentos de la entrevista, captados por Juan Carlos Gómez |
"José Miguel Azpíroz me hizo la prueba de acceso como becario en COPE. Luego tuve una entrevista con Blanca María Pol, que era la jefe de informativos de entonces, y me preguntó en qué sección me gustaría trabajar. Le respondí que en cultura, y me puso a las órdenes de Elsa González, y aprendí muchísimo con ella. Eran tiempos en que se tomaba muy en serio la formación de los becarios. Yo estuve tres meses trabajando en la sombra, sin hacer directos, hasta que Elsa consideró que ya estaba preparado"
-No pasó inadvertido el capítulo técnico, el de la
extraordinaria calidad de sonido que lograsteis desde Estados Unidos.
-Estábamos probando los primeros equipos (audiocódecs) que
funcionaban a través de internet. Fuimos pioneros en el empleo de esta
tecnología. El sonido era tan limpio, que yo pensé entonces en ‘ensuciarlo’ un
poco, porque no daba sensación de desplazamiento. Se lo comenté incluso a (Josep)
Pedrerol, que hacía los deportes.
-Perdóname, pero esa forma de pensar respecto al sonido
limpio que se empezó a escuchar con las primeras RDSI y después los
audiocódecs, es de ’viejunos’...
-Totalmente. De gente que no se cree que el sonido en la
radio, cuando estás desplazado de los estudios, pueda sonar tan limpio y nítido.
Y hoy nos hemos pasado al otro extremo, porque hasta nos molesta el sonido
telefónico, es insoportable.
-Y cada vez hay más herramientas para evitarlo, sí.
-También hemos aprendido que no pasa nada si se corta una
comunicación, y actuamos en la antena con mayor naturalidad. Pero la radio
tiene que sonar bien.
-¿Tú crees que todo esto lo valora el oyente en todo lo
que supone?
-Hubo un momento en que nos creímos que los oyentes se daban
cuenta de todo el proceso de producción de la radio, de si, no sé, teníamos que
atravesar un puente para poder hacer una conexión. Recuerdo cuando viajábamos
con el teléfono-satélite en algunas coberturas internacionales, y aquello era
un horror. No, señores, el oyente lo que quiere es que le cuentes una buena
historia, bien contada. El cómo no es tan relevante.
-Hemos aprendido también a convivir con la imperfección.
-Es que hay otro complejo que nos hemos sacudido, que tiene que ver con los errores. Al principio, en la radio, una equivocación era poco menos que un drama. Y hoy en día, el error se puede reconvertir en un recurso, que se integra en el programa. El ejemplo pueden ser los programas deportivos del fin de semana “Tiempo de Juego” o “Radioestadio”, programas con una enorme complejidad técnica donde hoy el error se puede convertir en un prodigio. Es que hemos llegado a una situación en la que el programa perfecto no resulta tan creíble, no genera la atmósfera de complicidad con el oyente.
Latorre posa en el acceso al estudio principal de Onda Cero, y acceso a la redacción de informativos y programas, para la cámara de Juan Carlos Gómez |
-¡El mejor! El humor es, sobre todo, distancia con los temas de los que hablas. Antes, parecía que el locutor estaba urgido con una especie de apostolado... Si no eres capaz de tomar una mínima distancia respecto de los temas de los que hablas, te conviertes en un fanático. Y los oyentes terminan huyendo de los fanatismos.
-Continúa leyendo la segunda parte de la entrevista: Rafa Latorre,“La línea editorial de Onda Cero va por programas”