Obituario María Teresa Campos (1941-2023)
- Una de las grandes. Así la han definido a menudo sus propios compañeros
- Mujer de carácter, exigente, consigo misma y con los demás, profesional hasta la extenuación, era consciente del precio que suponía mantenerse en la primera fila y nunca dio muestras de fatiga
- Una insuficiencia respiratoria ha acabado con su vida
Una jovencísima María Teresa Campos en los estudios de Radio Popular de Málaga (Foto extraída del libro: 'Radio Juventud, la emisora de referencia en Málaga desde mediados del siglo XX y en la Transción (1954-1979)', de Juan Tomás Luengo Benedicto) |
María Teresa Campos fue una resistente. Una profesional perseverante, convencida de sus objetivos y del esfuerzo y el trabajo que tenía que realizar para alcanzar sus metas. De sus éxitos obtenía la energía para continuar y de sus fracasos, que también los cosechó, la enseñanza y el aprendizaje correspondiente en torno al camino que no debía repetir. Siendo octogenaria se esforzó por seguir en activo, delante de las cámaras o los micrófonos, porque necesitaba la adrenalina para vivir. La Campos estaba literalmente enganchada al trabajo. Y vivió para triunfar. Lo logró. Con creces
Estaban claras la postura, y las ideas, de la periodista y
locutora María Teresa Campos: compartía las ansias de libertad de los
cantautores que entrevistaba en su programa y promovía, en primera persona,
programas donde se reivindicaba el feminismo, que ella siempre abanderó, sobre
todo en los tiempos difíciles donde hacerlo constituía delito. Lo hizo allá
donde pudo, en programas como “Mujeres 72”, que presentó hasta 1980 en
Radio Juventud. Sin embargo, hay un detalle que siempre llamó la atención: se
negó a militar en ningún partido político. Era una mujer comprometida, pero
independiente, lo que no le libró de ser objeto de amenazas provenientes de
sectores extremistas durante La Transición española, que no la amedrentaron. En
1981 fue la encargada de leer en Málaga el Manifiesto en contra del golpe de Estado
del 23-F. Su compromiso personal con las libertades y la democracia era
incondicional.
Con la democracia recién nacida, las emisoras del antiguo
régimen franquista se unificaron en la nueva cadena pública Radio Cadena
Española y ella fue nombrada directora de Informativos de Andalucía de esta
nueva red de emisoras. Corría el año 1980. Por esta labor informativa obtuvo su
primer Premio Ondas, sin haber salido nunca de Málaga. Sus reconocimientos, en
forma de premios y galardones, no quedaron aquí. Obtuvo un segundo Ondas, en
este caso por su labor en televisión, en el año 2003, además de una Antena de
Oro (1994) y un TP de Oro a la ‘Mejor presentadora de Magacines’.
El Ondas la aúpa. Su prestigio iba in crescendo. En 1981 da
el salto a Madrid tras ser nombrada directora de Informativos de Radio Cadena
Española (RCE). La distancia complica su relación matrimonial, hasta que
finalmente se separa de José María Borrego, que se suicidará tres años más tarde
de su marcha a la capital. Fue uno de los golpes más duros que recibió.
Estuvieron casado veinte años, y tuvieron dos hijas, Teresa y Carmen, que
siguieron los pasos de sus padres.
En Madrid se le presenta la oportunidad de tomar contacto
con la televisión, el otro medio en que desarrolló su profesión, y no
desaprovecha la ocasión. Comenzó siendo colaboradora de la actriz Carmen
Maura, que ejercía de presentadora del programa de TVE “Esta noche”,
que dirigía Fernando García Tola. A partir de aquí, no dejó de lado la
televisión, consciente de la enorme popularidad que reportaba. Programas como “Estudio
directo”, “La Tarde” o “Diario de Sesiones”, en TVE
representan las primeras referencias de su trayectoria profesional en
televisión, aunque ella siempre aspiró a presentar el Telediario. Hablamos de
principios de los años 80 en España. La Campos no abandonó la radio, y
continuaba presentando “Apueste por una” en RNE. También probó fortuna
en el mundo de la publicidad y el doblaje, con escasos resultados.
María Teresa Campos en los micrófonos de 'Protagonistas', en Punto Radio (Fotografía archivo Punto Radio) |
Radio Juventud, Radio Cadena Española, Radio Nacional de España, Cadena SER, COPE y Punto Radio, este fue su recorrido profesional y cronológico por las principales cadenas de radio del país. En unos casos se dedicó en exclusiva a la radio, y en otros compaginó televisión y radio, como en "Las Tardes de COPE", que tuvo que abandonar porque el ritmo de trabajo le impedía asumir ambos compromisos
En 1989 abre un paréntesis en su colaboración con Hermida.
La razón hay que encontrarla de nuevo en la radio. Le ofrecen ser subdirectora
del “Hoy por Hoy”, que dirige Iñaki Gabilondo en la Cadena SER. Y
ella quiere más radio. No fue sin embargo fácil su estancia en la cadena de PRISA,
no consiguió adaptarse a los ritmos de trabajo y a la empresa, y los compañeros
tampoco se mostraron todo lo colaborativos como podía esperarse. Al año
siguiente, regresa a la televisión, en esta ocasión para sustituir a su
maestro, Jesús Hermida, que pasaba a presentar el telediario de la noche en
TVE. No solo mantiene los registros de audiencia, sino que los supera. María Teresa
Campos ya cuenta con un nombre y un prestigio en la profesión.
Con el tiempo, y el esfuerzo continuado de esta malagueña de
adopción, y los sucesivos programas que presentó en TVE, “Esta es su casa”,
“Pasa la vida”, se ganó el título de “reina de las mañanas”. Ocupó,
con éxito siempre, esta franja horaria hasta 1996. A partir de esta fecha, TVE
intentó aprovechar la popularidad y el tirón de La Campos en diferentes proyectos,
unos lograron convertirse en éxitos y otros, sin embargo, confirmaron que no
era infalible. Pero todo le servía para aprehender la experiencia y seguir
adelante. Aunque nadie le negaba el éxito en la televisión pública, María Teresa
Campos volvió a lanzarse al vacío y abandonó TVE para firmar con Telecinco uno
de los contratos más millonarios de la historia: 500 millones de pesetas (3
millones de euros) por temporada (200 programas). Son los tiempos del magacine
matinal “Día a Día”. La Campos se superó a sí misma. En 2003, una
encuesta de Gallup la situaba como la tercera periodista española con mayor
credibilidad. En los dos primeros puestos estaban: Iñaki Gabilondo y Luis
del Olmo. Fueron ocho temporadas en el “Día a Día”, de Telecinco,
con índices de audiencia que oscilaban entre el 25 y el 32% de cuota de
pantalla.
En 1998 la radio de nuevo se le cruzó en el camino. En este
caso fue la Cadena COPE la que la reclamaba. Firma para presentar las tardes,
sin abandonar su programa matinal en Telecinco. “La tarde de COPE”, con
María Teresa Campos duró dos temporadas, y tuvo que abandonar porque el ritmo
de trabajo no le permitía asumir las dos tareas con su nivel de autoexigencia.
Tampoco su labor en COPE obtuvo el reconocimiento mayoritario de la audiencia.
María Teresa Campos ante los micrófonos de Radio Cadena Española, que terminó integrándose en la red de emisoras de RNE (Fotografía RTVE) |
De nuevo la radio llega en su rescate. En esta ocasión Punto
Radio, la nueva cadena creada por Vocento. En 2007 La Campos ficha para
sustituir a Julia Otero al frente de la segunda parte del “Protagonistas”,
de Luis del Olmo, que ocupaba la franja matinal de la emisora. Menos de un año
después, al finalizar la temporada, decide rescindir el contrato con la cadena.
Ese mismo año, 2007, fichó, de nuevo, por Telecinco, y resurgió
la María Teresa Campos más mediática. Llegaron programas como “El Laberinto
de la memoria”, “La mirada crítica”, especiales dedicados a indagar
en la vida de personajes populares, hasta que en 2010 volvieron a dar con el
formato que mejor se adaptaba a su perfil y condiciones: “¡Qué tiempo tan
feliz!”, su último gran éxito de audiencia. Su despedida dorada.
Su último proyecto, "La Campos móvil", en Telecinco, con Isabel Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid (Fotografía Telecinco) |
María Teresa Campos fue una resistente. Una profesional perseverante,
convencida de sus objetivos y del esfuerzo y el trabajo que tenía que realizar
para alcanzar sus metas. De sus éxitos obtenía la energía para continuar y de
sus fracasos, que también los cosechó, la enseñanza correspondiente en torno al
camino que no debía repetir. Siendo octogenaria se esforzó por seguir en
activo, delante de las cámaras o los micrófonos, porque necesitaba la adrenalina
para vivir. La Campos estaba literalmente enganchada al trabajo. Y vivió para
triunfar. Lo logró. Con creces.