Temporada 2023-2024: Solo La Pública mueve ficha
- La radio resiste, pero vive de los oyentes más antiguos, los que siguen manteniendo su fidelidad a la marca. El Estudio General de Medios es el que establece, cada tres meses, el lugar que ocupa cada una en el pódium, pero no deja de constituir también un gran lastre que obliga a la industria a acumular horas para sumar audiencia
- En este escenario, tan cerca de la rutina y de la previsibilidad, más allá de algunos versos libres que insuflan creatividad y originalidad a la antena, cualquier movimiento, por pequeño que sea, acapara los titulares de los medios y realimenta la esperanza de renovar y reforzar los oasis
Ángel Carmona en el programa "Lo Siguiente" (Captura video TVE) |
Carmona asume por fin la mudanza de Radio 3 a Radio Nacional, después de varias intentonas fallidas. Como fallida resultó la opción, la temporada pasada, de que Iñigo Alfonso asumiera toda la mañana, al estilo de Barceló, Herrera y Alsina. Esto sí hubiera supuesto una estrategia de construir un nuevo primer espada de la radio española, perteneciente a otra generación más joven y por tanto con más recorrido, a partir de un profesional como Alfonso, con una proyección fuera de toda duda
Mientras que la SER
está por encima de sus comunicadores, no pueden decir lo mismo otras cadenas
que sufren, por sus propias estructuras, una dependencia peligrosa de sus
principales voces. Como
señala en la portada de su magnífico libro la periodista Elsa González,
que nació profesionalmente en la SER,
pero desarrolló su carrera radiofónica en COPE,
la radio de los obispos españoles es una “radio
de estrellas”. Para bien, y para mal. Ahí están las cifras de negocio
de COPE para certificar la mejoría de sus
ingresos con el fichaje millonario de Carlos Herrera o el equipo de
deportes de Paco González, despedido de la SER por discrepancias insalvables con la
dirección. En un solo EGM, COPE pasó del
tercer puerto en el ranquin de audiencia de la radio española a segundo. Y la
fórmula de éxito se apellida ‘Herrera’.
La salida de Carlos Herrera de Onda Cero en 2015 tuvo una cara y una cruz.
La cruz fue que la cadena verde pasó a ocupar el tercer puesto de la
clasificación de la radio en España, después de COPE,
y antes de RNE. La cara, que saneó sus
cuentas y mejorara su ratio de rentabilidad, tal era el peso de su retribución
en las cuentas de Atresmedia Radio. Las ‘estrellas’ no son baratas, ni
pretenden serlo. Son conscientes de lo que aportan y ejercen su poder. ¿Qué
estrellas le quedan a la radio española? No muchas. Pero ya hay un nombre que se
atisba en lontananza como posible alternativa a Herrera, cuando este decida
poner fin a su segunda etapa en COPE. Hablo de
Carlos Alsina, al que ha blindado en su último contrato Onda Cero, con razón. Pero ya se sabe cómo de
espléndida es la chequera de los obispos cuando se proponen algo. A Iñaki
Gabilondo le pusieron delante mil millones de las antiguas pesetas para robárselo
a la SER. Ya conocemos cuál fue su
decisión. Lo cuenta Elsa González en el libro citado.
En
2022 el mercado radiofónico español ingresó 447,2 millones de euros en inversión publicitaria (Fuente: InfoAdex). En
2007 esta misma cifra fue de 678,1 millones de euros. Fue el mayor pico
registrado en la década de 2000 a 2010. Los números son suficientemente
gráficos para darse cuenta del contexto que vive la radio española. Si añadimos
que el 90 por ciento de esos ingresos se los llevan, por este orden, la SER, COPE,
Onda Cero y RAC1,
añadiremos otra variable en el actual cuadro económico: el evidente
desequilibrio de ingresos publicitarios por marcas del mercado.
Retratado el escenario comercial, la fuente de ingresos de
la radio comercial española, concluiremos que contar con las estrellas
adecuadas que te permitan llevarte la mayor porción de esa ‘tarta publicitaria’
es vital para la supervivencia de una compañía, sobre todo si hablamos de las
dimensiones (y los costes estructurales) de las tres grandes cadenas comerciales de ámbito nacional. Sin
embargo, y aunque el mercado se ha recuperado tras el bache de la pandemia, los
números no van a recuperar cifras históricas como las mencionadas, por lo que
es de prever que el mercado se ajustará por sí solo a este nuevo escenario, menos expansivo
en contratos millonarios a las estrellas...
Carmona asume "Las Mañanas de Radio Nacional" a partir de septiembre (Fotografía RTVE) |
En la indiscutible proyección mediática que tuvieron los dos debates electorales de RTVE, la radio pública estuvo ausente. Ninguno de sus profesionales asumió en pantalla ningún rol, ni entrevistas a pie de calle, ni postdebates, lo que demuestra que no existe una estrategia conjunta de la Corporación por apoyar no solo a sus marcas, sino también, y sobre todo, a sus profesionales. RNE debe contar con el apoyo de TVE, igual que ocurre al revés. No hay día en que la radio pública no hable en sus programas de los contenidos de su hermana televisiva
En esta posición especial que mantiene RNE frente a su competencia, su nivel de
riesgo se reduce muchos enteros respecto de la SER, COPE
u Onda Cero. Y lo cierto es que no
aprovecha esta circunstancia. Como me reconoció el periodista Antonio
Delgado en una entrevista, "La
radio pública debe buscar la excelencia". Y el exdirector de RNE, Benigno Moreno, me comentó,
convencido, “La
radio pública debería ser como la Seguridad Social, todos la podemos criticar,
pero nos sentimos orgullosos de ella”. Este desiderátum no siempre se
cumple, pero hay voluntad, y, sobre todo, conciencia, por parte de los
profesionales de la radio pública, de trabajar por la excelencia y esforzarse
por constituir el orgullo de los españoles. Medios, tanto humanos como
técnicos, no les faltan. Pero el tamiz de la injerencia política en su día a
día resulta vergonzoso, y vergonzante. Descalificador.
La propia Corporación RTVE ha vuelto a demostrar lo que
valora su marca RNE en los pasados
debates electorales. La presencia de la radio pública se limitó a un escueto
quitavientos de RNE en las entrevistas
a pie de calle a los candidatos, al llegar a Prado del Rey. No seré yo quien
critique la labor, muy complicada, y salvada con nota alta, de Xabier Fortes
en la moderación. Pero, ¿por qué no había presencia de profesionales de la
radio, como Iñigo Alfonso, en el previo o en el postdebate? Hubiera trasladado
la voluntad y la vocación de los directivos de la Corporación por defender sus
marcas más potentes. Pero no como cuota, sino como orgullo. Y como estrategia. Su ausencia, por
desgracia, debe entenderse en el sentido justamente contrario. El apoyo, la
estrategia, respecto de la radio pública, están ausentes.
El año pasado titulé uno de mis post: “RNE
pierde el impulso y la iniciativa”, y apelaba en él a tiempos y
gestas pretéritas de la radio pública, cuando lideraba la audiencia radiofónica
en España. En países de nuestro entorno, como Reino Unido, Alemania o Francia,
la radio pública mantiene el liderazgo de sus respectivos mercados. España es
otro mundo, también en esto. No se entienden así los bandazos de la
programación, en los últimos años. El único acierto ha sido mantener a Íñigo
Alfonso (la radio es una carrera de fondo), y eso que ha habido momentos en que
estaba fuera. Pero trasladar a Pepa Fernández a las mañanas de entre
semana (desnudando el fin de semana), o sucederla con Carlos Santos y Samanta
Villar, sin darles más tiempo que una temporada para demostrar de lo que
son capaces (su profesionalidad no está en discusión) no han resultado buenas opciones. A partir de septiembre, se anuncia un nuevo tándem, Iñigo Alfonso en la
parte informativa y Ángel Carmona en la parte del entretenimiento.
Carmona asume por fin la mudanza de Radio 3 a Radio Nacional, después de varias
intentonas fallidas. Como fallida resultó la opción, la temporada pasada, de que
Iñigo Alfonso asumiera toda la mañana, al estilo de Barceló, Herrera y Alsina.
Esto sí hubiera supuesto una estrategia de construir un nuevo primer espada de
la radio española, perteneciente a otra generación más joven y por tanto con
más recorrido, a partir de un profesional como Alfonso, con una proyección
fuera de toda duda.
Carmona no puede sentirse presionado, porque RNE juega en otra liga, la de la ‘excelencia’. Tiene todos los boletos para hacerlo bien. En su día, hablé en esta web de sus magníficas condiciones para hacer una radio atractiva y emocionante, y hasta le comparé con otro grande entre los grandes, también perteneciente a la nómina de la radio pública, y de Radio 3, el tan arrollador y verborreico Manolo Ferreras. Pero necesita apoyos, visibilidad, equipo, libertad y tiempo para demostrar de lo que es capaz
Carmona no puede sentirse presionado, porque RNE juega en otra liga, la de la
‘excelencia’, como me apuntaba Delgado. Y no puede ocultarse la valentía de la
decisión del exdirector ya de “Hoy empieza todo” en Radio 3. Porque,
antes de las elecciones generales, algunos ya se estaban repartiendo despachos
en Prado del Rey, convencidos como estaban de que el Partido Popular se iba a
alzar con una incontestable victoria. Al final, victoria sí, pero no
incontestable. A todas luces insuficiente para gobernar. De momento, pues, la
Corporación se sitúa en ‘modo stand by’, a la espera de que la
gobernabilidad se aclare. Pero las cuotas del reparto de poder también se
notarán en la Corporación. Y ya se sabe que lo primero que hace el PP cuando
llega a RNE (y viceversa) es cuestionar
las voces elegidas por el PSOE (y viceversa). Ante un cambio político en la
dirección del país, todos se echan a temblar en Prado del Rey. La única
superviviente en puestos clave de la programación, en más de dos décadas, ha
sido la gran Pepa Fernández, que prefiere obviar la política como contenido de
su programa y adoptar un tono amable, ajeno a las cansinas peleas ideológicas.
Carmona tiene todos los boletos para hacerlo bien. En su día, hablé en esta web de sus magníficas condiciones para hacer una radio atractiva y emocionante, y hasta le comparé con otro grande entre los grandes, también perteneciente a la nómina de la radio pública, y de Radio 3, el tan arrollador y verborreico, como él, Manolo Ferreras.
La oferta de la radio pública será la que contará con los profesionales más
jóvenes de ese tramo horario. Y es para celebrarlo, porque RNE se ha atrevido a acometer la
renovación generacional, con Iñigo Alfonso y Ángel Carmona. Y no es fácil el
reto, porque la edad promedio de los oyentes de la antigua Radio Uno se mueve en torno a la
sesentena. Los mundos, los universos de los dos jóvenes profesionales, los
referentes de unos y otros, son diferentes. Pero solo hay un camino para
regenerar la antena: modernizar sus voces y sus contenidos, buscar estrategias
que remuevan el statu quo de las audiencias y justifiquen su mudanza en el dial. Ese es el
reto de Carmona, pero no olvidemos que, en cuestión de EGM, este hereda las
cifras que le deje Alfonso. Y no hay nuevos oyentes en la radio española, solo
cabe robárselos a la competencia o fagocitarlos de tus propias cadenas, que es
lo que puede ocurrir entre Radio 3 y Radio Nacional, que Carmona se lleve a
parte de su audiencia, para hacer algo completamente distinto en contenidos,
aunque no en estilo.
Carmona a la izquierda y Manolo Ferreras a la derecha (Captura "Abierto hasta las 2", de RTVE, y archivo RNE, edición GZ) |
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