Àngels Barceló acusa a Carlos Alsina de ‘faltar a la verdad’
- La periodista catalana ha utilizado en su editorial términos como “soflamas” e “inquina” refiriéndose al trabajo de su colega y competidor en Onda Cero
- El director de “Más de Uno” le ha retado a un debate en directo en torno al periodismo y la desinformación con los dos públicos conectados, el de la SER y el de Onda Cero
Carlos Alsina en el momento en que da paso al corte de voz de Àngels Barceló (Captura video Onda Cero) |
Diatribas como estas no benefician a nadie, ni a uno, ni a otro, y no consiguen sino enturbiar la confianza en un medio que, por el momento, es el que genera más credibilidad, aunque ha perdido diez puntos en los últimos cinco años. Por si fuera poco, la acusación contribuye a enconar más las posturas del arco político, suficientemente polarizadas ya, y a poner en duda la honestidad de dos grandes y prestigiosos profesionales del medio
La pelea ideológica entre la izquierda y la derecha, dos
bloques claramente enfrentados y contaminados por los extremos, con el centro tradicional
comprometido, o inexistente, está desarrollándose de forma tan enconada que ha
afectado a los mensajeros: Àngels Barceló ha acusado a Carlos Alsina
de ‘atacar’ al presidente Sánchez con ‘soflamas’ e ‘inquina’
y, por si fuera poco, ‘faltando a la verdad’; o sea, mintiendo. Una
acusación en toda regla, que, de entrada, en este contexto tan vehemente, alimentado
por las redes, tan alejado de la serenidad, provoca un repliegue de filas y un
ataque directo a ambos comunicadores, desde sus trincheras contrarias. Barceló
es poco menos que una vendida a Sánchez y Alsina, el portavoz de la derecha franquista.
Y la realidad -siempre la realidad- poco tiene que ver con la exaltación del
odio como estrategia, que tan gratuitamente se está utilizando en esta campaña,
parece, a la desesperada.
Los oyentes, no solo en España, en todas partes, elegimos
aquellos medios que más se acercan a nuestro modo de pensar, de manera que lo
que hacemos, si solo vemos o escuchamos medios afines a nuestra línea de
pensamiento, es reafirmarnos y realimentarnos en nuestras posiciones, hasta
establecer un escudo 'protector' impenetrable a posturas contrarias a las nuestras, por más
que vengan apoyadas en ocasiones en argumentos sólidos o razonables. Por eso,
un periodista de la SER, del prestigio
de Javier del Pino, dijo aquello de: “Ojalá
los oyentes de la SER oyeran más la COPE y al revés”. No es muy
positivo, como personas, trabajar por la impermeabilidad militante ante las
ideas contrarias, porque esto conduce al enfrentamiento permanente.
Los hechos
Àngels Barceló, en su editorial del “Hoy por Hoy”, en la
Cadena SER, ha hecho este comentario: “Acude ahora el presidente del gobierno, y
candidato a la relección a aquellos platós de televisión y aquellos estudios de
radio, desde donde se le ha atacado con soflamas mañaneras, con cierta inquina
y, en algunos casos, faltando a la verdad. Durante toda la Legislatura, Pedro
Sánchez ha dejado que dijeran, aunque lo que dijeran no se correspondía
exactamente con la realidad. Eran los ministros y portavoces del partido los
encargados de intentar desmentir en territorio comanche aquello que se decía.
Pero ahora es el jefe el que se pone al frente, el único que tiene verdadera
autoridad para desmentir y plantear su punto de vista sobre las cosas y, cuidado, que le está saliendo bien”.
Àngels Barceló durante el "Hoy por Hoy", en la SER (Fotografía CadenaSER.com) |
¿Qué necesidad había de iniciar este partido, con tanta virulencia verbal? Solo me pregunto cuál hubiera sido la reacción de Àngels Barceló a un mensaje de Alsina en sentido contrario, acusándola de servir al Sanchismo a costa de cualquier precio. Además, cualquier acusación de esta naturaleza implica una negación al contrario: lo que yo hago está bien y lo que hacen los demás, mal. Yo hablo desde la verdad, y tú no
Las palabras
-Soflama: “Expresión
artificiosa con que alguien intenta engañar o chasquear” (RAE, tercera
acepción). “Discurso, alocución, perorata”. Utilízase también en sentido
despectivo (RAE, cuarta acepción).
-Inquina: “Aversión,
mala voluntad” (RAE). “Antipatía o aversión que se experimenta contra
una persona o una cosa y que impulsa a tratarla de forma negativa o injusta, o
a apartarse de ella”.
Los gestos
La radio no tiene gestos, se basa solo en palabras. Pero
desde Onda Cero acostumbran a pasear los
editoriales de Alsina con video por las redes sociales, para, entre otras
cosas, desvelar algunos de los secretos de la radio, como que el periodista
madrileño no habla, sino que lee o, mejor dicho, que lee con impecable
sensación de que habla. El caso es que, mientras oíamos las palabras de Barceló
reproducidas en el programa “Más de Uno”, la comunicación no verbal desprendida
por Carlos Alsina no era la más apropiada y respetuosa con lo dicho por su
colega de la SER, aunque no estuviera
de acuerdo con ella. Jugar con un rotulador en la boca, o sonreír en el mismo
momento en que la periodista catalana se refiere a Sánchez como ‘el jefe’, no
parece la mejor actitud ante la crítica ni allana el camino para el
entendimiento. Atribuyo los gestos de Alsina a la naturalidad del momento, olvidada
la cámara (mal hecho porque desde su incorporación a los estudios se convierte
en un inflexible Gran Hermano, nos guste o no), e incluso a las reacciones que
le provocaban los gestos de sus compañeros desde el otro lado de la pecera.
La reacción
“Bueno, yo de esto -comenta Carlos Alsina refiriéndose a las declaraciones
de su competidora en la SER- no hablaría, salvo por una circunstancia, explica
Alsina. El presidente del gobierno ha ido a dos programas matinales en estas
últimas semanas. El plató (de televisión) al que ha ido es el de Ana Rosa
(Quintana), y el estudio de radio al que ha ido es este; o sea, es el mío. No
hay más opciones. ‘Soflamas mañaneras’, con ‘inquina’ y ‘faltando
a la verdad’” -repite Alsina, enfatizando, las palabras más duras de Barceló-.
“Para evitar malas interpretaciones, he consultado a mi admirada Àngels Barceló si se estaba refiriendo a mí, y me lo ha confirmado”, subraya. “Y por eso está invitada, a conversar sobre el periodismo, las mentiras, las soflamas, la relación del presidente con los medios de comunicación, cuando ella quiera, ante los oyentes de este programa, y también ante los oyentes de su programa, todos juntos. Lo hacemos esta misma mañana. Si es muy fácil, enlazamos los dos estudios de radio, el de la SER y este, y conversamos sobre el periodismo, el aleccionamiento, sobre las mentiras. ¡Hagámoslo hoy mismo, en amor, inquina y buena compañía!”, concluye.
Los tres grandes comunicadores de la radio privada, Alsina, Barceló y Herrera, juntos el pasado Día Mundial de la Radio, con Juan Carlos Ortega (Fotografía Gorka Zumeta) |
¿Qué necesidad había de iniciar este partido, con tanta virulencia verbal? Solo me pregunto cuál hubiera sido la reacción de Àngels Barceló a un mensaje de contenido similar de Alsina pero en sentido contrario, acusándola a ella de servir al Sanchismo a costa de cualquier precio. Además, cualquier acusación de esta naturaleza implica una negación al contrario: lo que yo hago está bien y lo que hacen los demás, mal. Yo hablo desde la verdad, y tú no. No estoy de acuerdo en esta simplificación, porque no se ajusta a la realidad. Es un juego reduccionista que, inevitablemente, apela al enfrentamiento emocional, en el que todos pierden. La radio también. La credibilidad de la radio sobre todo.
A mí me gusta escuchar las entrevistas a los políticos de una y otro, y agradezco sobremanera que el sentido crítico del profesional quede de manifiesto y comprometa el argumentario y hasta la compostura del invitado que, por lo general, lleva bastante bien preparada la entrevista, hasta que el profesional logra desbaratar su estrategia. Esta es la obligación del periodista, siempre desde el respeto a las formas. Y cada uno lo hace a su manera. Àngels Barceló pregunta muy bien, mirando a los ojos. El estilo de Alsina es más tranquilo en las formas, pero letal para quien no sepa estar a la altura
El error de estrategia de Sánchez
Se deduce de las palabras de Barceló que Sánchez debía haber
acudido más a menudo al programa de Carlos Alsina en Onda Cero, en lugar de negarse en repetidas
ocasiones a aceptar sus invitaciones. Sin embargo, hay otras dos cadenas de radio
nacionales en las que Sánchez ni ha pisado sus estudios desde hace años: la COPE y EsRadio, desde las que le
dedican epítetos que, eufemísticamente, podríamos encuadrar como poco
edificantes. El propio Carlos Herrera, en el encuentro, en este caso
feliz, que mantuvieron los tres primeros espadas de la radio comercial
española, el Día Mundial de la Radio, en febrero pasado, en las
instalaciones de la Fundación Telefónica, reconocía que él ya no quiere
entrevistar a Sánchez, después de las reiteradas negativas a sus peticiones. Gracias
a Bertín
Osborne, y su programa en Tele 5, supimos también que Herrera invitó a
comer a su casa a Sánchez antes de que este iniciara su carrera al frente de la
secretaría general del PSOE. Pero se ve que no caló la relación.
Por el lado de Federico Jiménez Losantos, y sus
furibundos editoriales, nadie se sorprende a estas alturas de sus simpatías y
antipatías, de quiénes son diana de sus dardos y objetivo de sus comentarios.
Pero los calificativos elegidos para referirse a la clase política, a diestra y
siniestra, le descalifican para recibirles luego como anfitrión. ¿Se acude a
una casa en la que te insultan y vilipendian?
Me parece injusto incluir a Carlos Alsina en el mismo club
de Herrera o Jiménez Losantos. El madrileño de Onda
Cero no insulta, no denigra. Aporta datos, los enlaza y los interpreta. Pregunta,
cuestiona, repregunta y descoloca a sus invitados, sean de izquierdas o de derechas.
Es cierto que ha criticado mucho a Sánchez (que dirige el gobierno de España), y que su entrevista (que se adjunta) no fue un camino de rosas, pero lejos de mostrarse condescendiente y
comprensible con los errores de la derecha, invitados como Casado, Rajoy
o el mismo Feijóo también han salido escaldados de sus entrevistas con
él. Sánchez debía haber atendido las invitaciones de Alsina. Pero no veo inquina por ningún lado.
Dos escuelas, dos profesionales
A mí me gusta escuchar las entrevistas a los políticos de una y otro, y agradezco sobremanera que el sentido crítico del profesional aflore y comprometa el argumentario y hasta la compostura del invitado que, por lo general, lleva bastante bien preparada la entrevista, hasta que el profesional logra desbaratar su estrategia. Esta es la obligación del periodista, siempre desde el respeto a las formas. Y cada uno lo hace a su manera. Cada uno tiene su estilo, Àngels Barceló pregunta muy bien mirando a los ojos, su antecesora, Pepa Bueno, era tal vez más temperamental. El estilo de Alsina es más tranquilo en las formas, pero letal para quien no sepa estar a la altura.
⏩ Ayer @AngelsBarcelo hablaba en @HoyPorHoy de esos "estudios de radio" desde donde se ataca a Pedro Sánchez con "soflamas mañaneras, inquinas y faltando a la verdad"
— Más De Uno (@MasDeUno) July 6, 2023
👉 Alsina responde y le reta a conversar sobre el periodismo y las mentiras. Hoy mismo. Si ella quiere. pic.twitter.com/CDXoLw8934
El reto
Alsina ha contado hasta cien, y se ha mordido la lengua varias veces, antes de mostrar su lado más combativo ante las acusaciones de Àngels Barceló. Por eso ha preferido lanzarle el reto con una sonrisa: debatir en directo, ante los oyentes de la SER y de Onda Cero, en torno al periodismo y la desinformación. ¿De verdad sería una buena idea? ¿No alimentaría más los desencuentros y contribuiría a enconar las posturas? ¿No serviría para airear las miserias de unos y otros? Porque, como dijo el gran Billy Wilder, "Nobody's perfect" (Nadie es perfecto).
Esta es la entrevista cuestionada
El perdedor
Sin duda el perdedor, en esta ocasión, es perdedora: la radio. La credibilidad del medio. En los últimos cinco años en España ha perdido diez puntos de confianza entre los españoles. A pesar de ello, sigue siendo el medio más creíble. Sin embargo, episodios como estos en los que se enfrentan dos comunicadores no contribuyen, precisamente, a reforzar la idea de que tenemos que escuchar la radio porque recibimos de ella la mejor información. Luchemos porque la confianza en la radio no responda a una cuestión de fe, sino a una narración honesta de los hechos. Y aquí no dudo ni de Àngels, ni de Alsina.
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