José Ignacio López Vigil: “Para innovar la radio hay que romperla”
- Pocos profesionales existen en el medio con la fuerza y la autoridad moral de López Vigil, con más de medio siglo de trayectoria radiofónica en Latinoamérica. “En la radio descubrí el valor tremendo de la palabra pública, y la importancia de que la radio se vuelva participativa para devolverle la voz a un pueblo silenciado”, declaró
José Ignacio López Vigil (Captura teleconferencia Fundación Periodismo.org) |
“La radio siempre fue enamoradiza. Se enamoró del teatro, del teléfono, de la música y de la prensa escrita. Por eso la radio debe enamorarse con la tecnología moderna que tanto nos facilita la producción"
López Vigil descubrió su vocación religiosa en España,
cuando viajó con su familia desde tierras cubanas, tras el triunfo de la
revolución castrista. Su condición de misionero le permitió viajar por
Latinoamérica y descubrir este medio maravilloso como es la radio, que le atrapó
de inmediato. En la República Dominicana vive su primer contacto con la radio,
y ya sería el principio de un enamoramiento permanente. Las clases a las que
asistía le aburrían y como alternativa se acercó, para probar, a una emisora
comercial. “Es ahí donde descubro el valor tremendo de la palabra pública a
través de la radio. La importancia de que la radio se vuelva participativa para
devolverle la voz a un pueblo tanto tiempo silenciado”, recuerda emocionado.
López Vigil entiende que su enamoramiento responde a la
propia condición de la radio, poque “la radio siempre fue enamoradiza. Se
enamoró del teatro, del teléfono, de la música y de la prensa escrita. Por eso
la radio debe enamorarse con la tecnología moderna que tanto nos facilita la
producción”, comentó el exjesuita en Media Lab.
López Vigil recordó que un buen colega suyo en Ecuador le
dijo que en la actualidad no debía hacerse radio, sino “redio”, la
mezcla de la radio con las redes, porque los productos más consumidos eran
multimedia y se localizaban en este nuevo entorno digital.
López Vigil se ha inventado el “radioclip”, un formato que “permite contar mucho en poco tiempo. Programas cortos, muy ágiles, con muchos efectos de sonido y música para un público acostumbrado, como está hoy en día, a la agilidad de los mensajes”
A finales de los años setenta abandona la compañía de Jesús
y asume el reto de liderar una pequeña emisora ubicada en el sur de la
República Dominicana, llamada Radio Enriquillo. Para López Vigil, fue el mejor
lugar de experimentación gracias al realismo mágico que todo lo contagiaba por
esos años y, por supuesto, coincidente también con la radio. Era la época
dorada de las radios comunitarias en Latinoamérica, los tiempos de la Teología
de la Liberación, y el momento en que López Vigil produce junto con su hermana
la serie “Un tal Jesús”, que a nadie dejó indiferente, pero la poderosa Iglesia
Católica terminó por cerrar la productora y silenciar la serie.
Por eso, hoy López Vigil sigue participando de una forma de
ver la radio mucho más cercana a los oyentes que a las empresas. “La buena
radio hoy día es un chairo (*). La radio es
transmedia, multifacética: usa texto, fotografías, audios fríos y calientes,
utiliza video también”, indicó.
El mejor camino para innovar en radio, según López Vigil,
era cometer errores y divertirse. “Es mejor pedir perdón que permiso. Hagan
eso en radio, inventen, hagan locuras. Pidan visa para un sueño, como diría
Juan Luis Guerra”.
López Vigíl ha recorrido toda América Latina, impartiendo cursos, participando o propulsando proyectos populares de comunicación con el foco puesto en la radio. En ese caminar llegó a la convulsa Nicaragua en los ochenta para participar en las radios sandinistas, y así descubrió la mítica Radio Venceremos, de El Salvador. “La radio más heroica que ha tenido la historia de la comunicación radiofónica de América Latina”, según sus propias palabras.
López Vigilen una imagen en República Dominicana (Fotografía DiarioDigital.com)
En épocas pasadas, las coberturas, comentaba en el taller
para Media Lab Bolivia, eran un reto mayor para las radios, pues implicaba la
movilización de una unidad móvil y la búsqueda de una limitada señal de radio.
En la actualidad, existen más posibilidades de practicar el oficio. Lo
paradójico, es que las radioemisoras actuales no salen a las calles y prefieren
la comodidad de las cabinas. “Y se conforman con transmitir por Facebook
Live. Lo que te permite la tecnología moderna es hacer una radio callejera. Una
radio que sale de la cabina, esa es la mejor radio”, defendió. Hoy en día
la tecnología facilita mucho las cosas en materia de comunicaciones, la radio
tiene más posibilidades de llegar hasta lugares desde los que antes no podía
emitir.
“Es mejor pedir perdón que permiso. Hagan eso en radio, inventen, hagan locuras. Pidan visa para un sueño, como diría Juan Luis Guerra”
López Vigil se muestra muy orgulloso de su proyecto más personal
y ambicioso: “Radialistas Apasionadas y Apasionados”, una plataforma de producción
de contenidos para toda América Latina. Desde el portal www.radialistas.net se ofrecen unos
dos mil clips producidos sobre temas tan diferentes como los derechos humanos,
la ecología, género y cultura. Bajo el paraguas de Cultura Libre, toda
esta producción es de libre acceso, descarga y difusión para cualquier radio o
persona que así lo desee. “Y en una época marcada por la mercantilización y la
mediocridad en la producción radiofónica, este trabajo es una bocanada de aire
fresco para la comunicación alternativa”, escriben en Media Lab, Nueva
Generación sobre su gran obra.
López Vigil se ha inventado el “radioclip”, un formato, dice, que “permite contar mucho en poco tiempo. Programas cortos, muy ágiles, con muchos efectos de sonido y música para un público acostumbrado, como está hoy en día, a la agilidad de los mensajes”. Por eso, no duda, cuando le preguntan sobre qué hay que hacer con la radio para adaptarla a las nuevas narrativas y a los nuevos tiempos, y responde, contundente: “Para innovar la radio hay que romperla”.
(*) Chairo: Simpatizante de ideas progresistas, en
su inmensa mayoría joven y/o universitario, extremadamente idealista, muchas
veces radical, lleno de resentimientos sociales, y ansioso de protestar por
cualquier cosa aunque no sepa de qué se trata. Equivale a los hippies.
Para la elaboración de este post se han utilizado dos
fuentes de información:
-Entrevista
en Fundación Periodismo.org
-Biografía
de López Vigil en CubanosFamosos.com
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