El éxito de “Estirando el chicle”, hito del pódcast
- El total de público que respondió a la llamada de Carolina Iglesias y Victoria Martín fue de 83.000 personas en toda la gira realizada por España, lo que demuestra irrefutablemente el éxito de “Estirando el chicle”, como pódcast creador e impulsor de una comunidad unida y cohesionada
Imagen del WiZink a rebosar con el show de "Estirando el chicle" (Fotografía Podium Podcast Twitter) |
Si establecemos la inevitable comparación con la radio, y acordamos que “Estirando el chicle” podría ser definido, en paralelo, como un ‘programa’, por tanto, de ‘radio hablada’, ¿cuántos programas de radio actuales serían capaces de reunir a 12.000 personas en un recinto como el WiZink de Madrid, sin contar con los escenarios locales a rebosar que han sumado en provincias?
Esta fotografía representa el acierto de los responsables de
Prisa a la hora de desdoblar su tradicional división de radio en dos
direcciones generales, con presupuestos y objetivos diferenciados y, desde
luego, creo, complementarios. Tan complementarios que puede que el declive de
una de ellas, lento pero inexorable, si la radio no sufre un revolcón que la
regenere e impulse, se compense con el ascenso incontestable del otro, porque
nadie cuestiona a estas alturas el futuro tan refulgente que le aguarda. Futuro
o presente... aunque todavía quede mucho por hacer, por ejemplo, consolidar
un concepto -llamado pódcast- que todavía no es tan conocido, tampoco nadie lo
niega, como el de la radio. Por eso llama tanto la atención que algunos de los
recién llegados a esta industria renieguen de la palabra para designar su
producto. Otros ya lo hicieron antes y tuvieron que recular rebautizando su
trabajo.
Carolina y Victoria están viviendo un sueño. Hace meses que
agotaron todas las entradas para este show en el WiZink. Y, desde 2020,
en que nacieron huérfanas de apoyos, aupadas solo por su talento y Youtube, han
visto crecer el pódcast hasta llegar a este momento feliz. Tan impactante se ha
vuelto su trabajo que han surgido varias imitadoras en fórmulas casi clónicas.
Si uno mira atrás, y no está tan lejos porque “Estirando el chicle”
nació en plena pandemia, recién salidos prácticamente del confinamiento al que
nos sometió el virus, el formato original es el de Carolina y Victoria. No
vienen mal, porque hasta que no tienes imitadores no eres tan consciente de tu
éxito...
Rigoberta Bandini, Henar Álvarez, Lalachus y Patricia
Espejo reforzaron a las titulares de “Estirando el chicle”, e
hicieron que brillaran más. Y la alfombra roja registró la presencia de una
vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, con atuendo juvenil,
enfrascada en plena campaña de imagen. También la pisaron otras
mujeres líderes en su ámbito, como Leticia Dolera, Toni Acosta, Mónica
Carrillo, Tania Llasera, Chelo García Cortés y el actor Antonio
Resines, entre otros, que quisieron apoyar con su presencia este show
feminista, que no deja de reivindicar constantemente, por derecho, la identidad
y la valía de las mujeres.
Imagen del Kursaal de San Sebastián, lleno hasta la bandera, durante el show de "Estirando el chicle" (Fotografía Podium Podcast Twitter) |
En las cuatro temporadas que han realizado hasta ahora han desfilado por el pódcast decenas de mujeres con nombre, como las cantantes Mónica Naranjo, Marí Peláe, Karina o Edurne; las actrices Ingrid García-Jonsson, Lola Herrera o Sara Sálamo; las humoristas Ana Morgade, Ana Milán o Llum Barrera; la escritora Elvira Lindo, o la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, entre otros muchos nombres. Todas mujeres, porque su público son mujeres, como ellas, modernas, descaradas y con pocos prejuicios. Unas mujeres que, con toda probabilidad, no tenían hueco en ninguna radio y que han demostrado que ya no la necesitan. Con el pódcast les vale y les sobra, con y sin imágenes de acompañamiento. A estas alturas reafirmarse en el argumento de que los hábitos de consumo de contenidos están cambiando con el pódcast se ha convertido en una redundancia prescindible, porque se trata, por si alguien todavía no se ha dado cuenta, de una evidencia constatable.El talento es la clave, de nuevo. El medio lo amplifica, pero ya no es protagonista. Bravo por quienes lo descubren y eligen. Veremos más. 🙌
— Juanma Ortega (@JuanmaPuntoCom) September 25, 2022
Tras el éxito de su 1ª temporada y coincidiendo con el estreno de la 2ª, nos llevamos a @SaldremosMejor (el #podcast de @PodiumPodcast con @InesRisotas y Nerea Pérez de las Heras) de gira por teatros de España. Empezamos en Vigo y Santiago de Compostela 🎧💜😎 https://t.co/z9oJSsJS9c
— María Jesús Espinosa de los Monteros (@mjesusespinosa) September 29, 2022
Imagen del equipo al terminar el show (Fotografía 'Estirando el chicle' Twitter) |
Avanzamos, y los avances en el mundo del audio se producen a través del pódcast, que no deja de moverse, de arriesgar, de experimentar, de equivocarse, y de triunfar, en definitiva, de aprender, justo lo que la radio rehúsa a afrontar, porque prefiere seguir viviendo de sus rentas que, cierto, siguen siendo millonarias, y a mucha distancia del pódcast. 22 millones de personas son muchos millones, y el atractivo del medio sigue inalterable, pero ¿para quién?
Y no puede olvidarse la nueva línea de negocio que abre “Estirando
el chicle”, y que seguro seguirán otros pódcast en el futuro inmediato (acaban de anunciar la gira del pódcast "Saldremos mejores"): la
línea de los eventos en directo cara al público. La venta de entradas y la
publicidad constituyen dos fuentes de financiación de enorme interés para la
marca que está detrás de este pódcast, Podium Podcast. Y no son tiempos para
desperdiciar nada, muy al contrario, para agradecer, como si de un regalo se
tratara, los nuevos negocios que internet ha traído consigo.
Pensemos lo mucho que ha logrado el pódcast en tan poco
tiempo. Es cierto que le queda trecho, mucho trecho, por recorrer y conquistar.
Pero la puerta está abierta de par en par, y disponible para quien se atreva a
retar al público. Hacen falta comunicadores, prescriptores, que sean capaces de
atraer al personal, de engancharles con buenas historias, y buen humor. Y, con
esas comunidades de oyentes consolidadas, ofrecerles un plus, como este tipo de
eventos, a los que, lo hemos visto, el público responde muy positivamente.
Avanzamos, y los avances en el mundo del audio se producen a
través del pódcast, que no deja de moverse, de arriesgar, de experimentar, de
equivocarse, y de triunfar, en definitiva, de aprender, justo lo que la radio
rehúsa a afrontar, porque prefiere seguir viviendo de sus rentas que, cierto,
siguen siendo millonarias, y a mucha distancia del pódcast. 22 millones de
personas son muchos millones, y el atractivo del medio sigue inalterable, pero
¿para quién? Asumamos que la audiencia de la radio envejece y que el pódcast la
está renovando, pero el canal es diferente, y hasta el concepto. Son vasos
comunicantes, pero no intercambiables. Mientras que el pódcast arriesga, la
radio sobrevive por inercia, despreocupada de su porvenir, que depende, por
lógica, de la renovación generacional de su audiencia, en la misma o similar proporción
que la actual, si es que aspira a continuar siendo relevante e influyente.