"La generación Z no conecta (con) la radio”, por Maria Fitó-Carreras
- “Casi la mitad de los jóvenes no sintoniza la radio, pero el medio les espera para garantizar su supervivencia”
- “A pesar del giro digital de la radio, los contenidos que ofrece siguen siendo los mismos desde su nacimiento como medio de comunicación de masas hace poco más de un siglo”
- “Si la radio quiere mantenerse en forma debe reformular su modelo. Y no le queda demasiado tiempo para conectar con una generación con un gran potencial”
Los jóvenes no escuchan la radio convencional, ni se les espera (Fotografía Pixabay) |
"Los nuevos (jóvenes) oyentes se encuentran en el entorno digital. Les permite escuchar contenidos de audio cuando quieren y donde quieren, sin estar supeditados a un horario de escucha y a constantes intromisiones publicitarias. Allí se desenvuelven con comodidad y naturalidad, picoteando contenidos sonoros a sus anchas e interactuando con los medios y las marcas"
La Generación Z ha nacido con un móvil debajo del brazo y se
ha criado en las redes sociales. Además, como
apunta Carlos Scolari, se mueven en la denominada “cultura del snack”,
consumiendo formatos breves de comunicación y saltando de un contenido a otro.
En este escenario, ¿quién les pone un transistor en la oreja para que escuchen
un programa de radio de cuatro horas, plagado de publicidad, con señores y
señoras que hablan siempre de lo mismo y que, además, suenan a analógico?
¿La radio seguirá siendo radio después de la FM?
Algunos románticos seguimos escuchando la radio a través de
las ondas. El crujir del dial nos recuerda que el medio radiofónico sigue vivo
a pesar de la proliferación de pódcast, audiolibros o listas de reproducción.
Todo indica que consumir audio digital en pequeñas dosis es el futuro del medio
sonoro.
Pero empecemos por analizar el estado de la radio digital en
España. A pesar de haber sido uno de los primeros en desarrollar el sistema DAB
(Digital Audio Broadcasting), su implementación ha quedado abandonada
debido a la falta de infraestructuras y el poco interés de las instituciones y
empresas implicadas en realizar el pleno trasvase de la radio analógica a la
digital.
Lo cierto es que dos décadas después, el mercado global se
prepara para un inevitable apagón, que obligará a las radios a abandonar
gradualmente su emisión analógica. El sector automovilístico, por ejemplo,
siguiendo el Código
de Comunicaciones Eléctricas Europeas (EECC) indica a los fabricantes
que deben dotar los vehículos con receptores de audio digital de serie, sin ser
opcional. O en el ámbito de la telefonía móvil, los nuevos modelos de smartphones ya
no incorporan el chip de audio FM, por lo que escuchar la radio hertziana ya no
es compatible con los dispositivos de última generación.
"Igual que la materia, los medios de comunicación nunca mueren, solo se transforman. La primera y única gran transformación de la radio ha sido a nivel tecnológico como consecuencia del fenómeno de la digitalización. Este cambio coyuntural ha supuesto la ampliación de sus canales. Pero la digitalización también ha cambiado a los consumidores, especialmente a los más jóvenes, que han incorporado de forma natural nuevos hábitos de consumo"
La pregunta es cuándo va a suceder. Poner una fecha de
caducidad a la radio de las ondas es como intentar poner fecha al fin del
mundo. Y hacerlo en España aún resulta más complicado, ya que no gozamos de
infraestructuras suficientes para garantizar una cobertura total del territorio
nacional. La única certeza que tenemos es que la radio sigue siendo radio en
los países que han trasladado sus emisiones a través del sistema DAB, del mismo
modo que la televisión sigue siendo la misma tras su traspaso al sistema de la
TDT (Televisión Digital Terrestre). Solo cambia la forma de consumir el audio y
nace un colectivo perjudicado: el de los transistores, que van quedando
obsoletos en los cajones de nuestros hogares.
Lo que nos debería preocupar es la salud de la radio, no
la forma de consumirla
La emisión digital mejora la recepción y calidad sonora de
los contenidos y de algún modo contribuye a rejuvenecer la audiencia de la
radio por el mero hecho de llevar la etiqueta de “digital”.
Dejando aparcada la fracasada implementación del sistema DAB
en España, la radio ya ofrece desde hace años sus contenidos del directo en
calidad digital por streaming en internet, a través de la web
del medio o de aplicaciones. Incluso se va sumando progresivamente a la
producción de pódcast nativos que le permiten completar la programación que
ofrece en las ondas.
Pero, aunque la radio hertziana siga vigente y mantenga su
fiel audiencia, debe mirar con ojos digitales hacia el futuro. Es necesario
atraer a las nuevas generaciones para rejuvenecer su envejecida audiencia.
Los nuevos (jóvenes) oyentes se encuentran en el entorno
digital. Les permite escuchar contenidos de audio cuando quieren y donde
quieren, sin estar supeditados a un horario de escucha y a constantes
intromisiones publicitarias. Allí se desenvuelven con comodidad y naturalidad,
picoteando contenidos sonoros a sus anchas e interactuando con los medios y las
marcas.
Si la empresa radiofónica quiere mantener los resultados en
los estudios de audiencia y, como consecuencia, conservar su fuente de ingresos
publicitarios, sin duda debe estar donde está la nueva audiencia. Debe trabajar
para atrapar a los más jóvenes empleando estrategias transmedia que los
arrastren del medio digital hacia el dial. Pero para mantenerlos, la radio les
deberá dar algo más. Porque el modelo de radio tradicional no va con ellos.
La digitalización no solo ha ampliado los canales de distribución de audio, también ha modificado los hábitos de consumo de audio de los más jóvenes (Fotografía Pixabay) |
Igual que la materia, los medios de comunicación nunca
mueren, solo se transforman. La primera y única gran transformación de la radio
ha sido a nivel tecnológico como consecuencia del fenómeno de la
digitalización. Este cambio coyuntural ha permitido la escucha del medio en
calidad digital y ha supuesto la ampliación de sus canales. Pero no hay que
olvidar que la digitalización también ha cambiado a los consumidores,
especialmente a los más jóvenes, que han incorporado de forma natural nuevos
hábitos de consumo. Ahora es un nuevo oyente empoderado que busca contenidos de
audio bajo demanda, que decide qué, cuándo y dónde escuchar. Aunque, por
lo visto, está centrado en la música y los pódcast.
María Fitó-Carreras, autora de esta reflexión |
Quizás el futuro de la radio pase por ofrecer contenidos
rejuvenecidos que hablen en su idioma y por producir pequeñas dosis de radio
especializadas que puedan consumirse tanto en antena como en los repositorios
digitales. Sea como fuere, si la radio quiere mantenerse en forma debe
reformular su modelo. Ya no le queda demasiado tiempo para conectar con una
generación con un gran potencial. Ha de servirse del medio digital para
alimentar y rejuvenecer la audiencia.
En todo caso… el último que apague la radio.