"¿Y qué hay del futuro de la radio en los coches?", por Javier Sánchez
- El autor denuncia que Google está planificando el futuro sistema de entretenimiento de los coches sin contar con el sector de la radio, que no son clientes del gigante global estadounidense
- Google y su "tendencia a generar monopolios u oligopolios de facto allá donde entra", margina en los salpicaderos del futuro, repletos de pantallas, la radio broadcast (OM, FM, DAB+) preinstalada en el coche y prioriza en su sistema operativo la radio online, con pago por conexión y rastreo de actividad (controlado por Google, por supuesto)
- "Android Automotive no oculta sus pretensiones de ser a los coches lo que fue Android a los smartphones hace una década. Incluso se manejan previsiones tales como que más de la mitad de los coches que comercialicen en el mundo en 2025 incorporarán Android Automotive"
Mercedes MBUX Hyperscreen instalado en EQS. Fuente: Mercedes Benz |
"En Android Automotive no hay pantalla de radio, sino múltiples botones en el área de Media. Y uno de esos botones es el de la radio, compartiendo zona con agregadores. Con suerte, pulsando el botón de radio se accede al botón del grupo de radio deseado -si tiene acuerdos para estar ahí- y luego, pulsándolo varias veces, se accede secuencialmente a la emisión online de sus cadenas de radio"
No debe extrañar, por tanto, que
los fabricantes de automóviles lleven ya año y pico incorporando de serie receptores
de DAB+ no sólo en los Estados miembros de la Unión Europea, sino también en
otros países europeos como Suiza o Reino Unido. Es así como los coches nuevos comercializados
en España comenzaron a traer de serie receptores DAB+, mientras que los agentes
españoles que debían estar involucrados en su implantación continuaban al pairo
y en silencio, como manda la tradición y las buenas costumbres.
Porque aquí no sorprende a nadie
que los únicos parcialmente interesados en la radio en los coches hayan sido
los propietarios de radios piratas que ya emiten en DAB+, sabedores de que
pueden multiplicarse a sus anchas y emitir impunemente por los siglos de los
siglos. Aunque, en el otro extremo, también son dignos de mención los
escopetazos sueltos en forma de concursos autonómicos en los que han sacado al
DAB del tarro de formol. Un disparate mayúsculo ligado a condiciones
rocambolescas, en los que el coche tampoco pintaba nada. ¿Qué podría salir de
ahí, salvo tiros por la culata?
Así que, vistos los antecedentes
y sin temor alguno a equivocarnos, podemos afirmar que el futuro de la radio en
los coches importa un bledo en España. Ni tan siquiera se está informando a los
compradores de automóviles nuevos sobre las dieciocho emisoras en DAB que
pueden escuchar en las zonas metropolitanas de Madrid y Barcelona, con campañas
muy dirigidas y de perfil bajo. Porque romper ahora con la tradición patria
iría contra natura.
A fin de cuentas, España lleva 22
años emitiendo en DAB de cachondeo y sin informar a los ciudadanos. Una plusmarca
mundial que ostenta en solitario y con un amplio margen de mejora por delante,
a la que urge erigir un monolito conmemorativo para mejor lección de todos.
En cualquier caso, cabría pensar
que, una vez sorteado el escollo de la incorporación de receptores de DAB/DAB+
de serie, ya estaría garantizado a futuro el acceso a la RDT libre y gratuita
en los coches, como hasta ahora lo estaba con la FM y la OM fundamentalmente. A
mayores, también podría elucubrarse que serán las propias fuerzas del mercado
las que lo garanticen, gracias a las economías de escala derivadas de una
creciente implantación mundial del DAB+. Pero tan sólo a las tres de la mañana,
mirando a la media distancia por la ventana, pegando largas caladas a un
cigarro y con un whisky en la mano. Mi J&B y yo.
Pantalla trasera con resolución de 8K instalada en BMW i7. Fuente: BMW |
"Es muy probable que la radio española se siga afanando en cumplir a rajatabla con su arraigada tradición, mejorando año tras año la plusmarca –ya va quedando menos para celebrar la mágica cifra de los 25 años emitiendo DAB para nadie- y demostrando lo poco que le importa perder su relevancia en el automóvil"
Y si esto ya resultaba
preocupante hace ya casi una década, ¿qué podría llegar a ocurrir si el futuro
de la radio en los coches acabase dependiendo exclusivamente de Google, en
forma de Android Automotive? (Spoiler: nada bueno).
A pesar de que el nombre pueda inducir a confusión, Android Automotive no es Android Auto ni tiene que ver con él. Simplificando casi en exceso, Android Auto es una app que se instala y funciona en el smartphone, se visualiza en la pantalla del coche y reproduce su audio a través del sistema de amplificación y altavoces embarcado. Por el contrario, Android Automotive es un sistema operativo completo que va instalado en el automóvil y que no depende de ningún smartphone para funcionar. Tiene asistente y gestiona -de momento- llamadas, mensajería, navegación, reproducción de media y climatización.
Los primeros coches en incorporar Android Automotive fueron modelos de Polestar (la marca de coches eléctricos de Volvo) durante 2020 y 2021, si bien ha habido anuncios de futura incorporación por parte de Ford, General Motors, Stellantis, Honda o la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi.
Android Automotive no oculta sus pretensiones de ser a los coches lo que fue Android a los smartphones hace una década. Incluso se manejan previsiones tales como que más de la mitad de los coches que comercialicen en el mundo en 2025 incorporarán Android Automotive. Previsiones y profecías aparte, lo que es innegable es la capacidad inversora de Google y la tendencia a generar monopolios u oligopolios de facto allá donde entra.
"Aquí no sorprende a nadie que los únicos parcialmente interesados en la radio RDT en los coches hayan sido los propietarios de radios piratas que ya emiten en DAB+, sabedores de que pueden multiplicarse a sus anchas y emitir impunemente por los siglos de los siglos. Aunque, en el otro extremo, también son dignos de mención los escopetazos sueltos en forma de concursos autonómicos en los que han sacado al DAB del tarro de formol"
¿Y cómo queda la radio en Android Automotive? Pues malamente. Porque en Android Automotive no hay pantalla de radio, sino múltiples botones en el área de Media. Y uno de esos botones es el de la radio, compartiendo zona con agregadores. Con suerte, pulsando el botón de radio se accede al botón del grupo de radio deseado -si tiene acuerdos para estar ahí- y luego, pulsándolo varias veces, se accede secuencialmente a la emisión online de sus cadenas de radio, pero sólo al audio. Por tanto, adiós al acceso a la radio lineal de manera anónima y sin pago por conexión. Bienvenido el pago por conexión con rastreo de actividad. Y controlado por Google en los términos unilaterales que establezca, tanto para radiodifusores como para oyentes.
Así, en el hipotético caso de que
RNE estuviese en Android Automotive, existiría un único botón de RNE en el que
se iría pasando por la emisión online de Radio Nacional, Radio Clásica, Radio
3, Ràdio 4, Radio 5 y Radio Exterior por medio de pulsaciones repetidas. Y se
acabó. Ni rastro de FM o de DAB. Ni tampoco de DAB+ o de RadioDNS, por más que
existiese implantación nacional.
¿Cómo es esto posible y cómo
hemos llegado hasta aquí? Para poder responder esa pregunta, es necesario
responder antes a otra más más básica: ¿cómo se controla desde Android
Automotive el receptor de FM, el de DAB+ o las funcionalidades de RadioDNS? Pues
bien, no hay nada que controlar porque nadie ha planteado a Google el caso de
uso para la radio lineal por broadcast
ni para la radio híbrida. Ello confirma que nunca debe atribuirse a la
conspiración lo que bien podría explicarse mediante la incompetencia, tal y como
parece que pudo decir un tal Napoleón Bonaparte.
Desde la noche de los tiempos hasta hace poco más de un lustro, los terrenos clásicos en donde se han librado las grandes batallas en el mundo del automóvil han sido en el de la potencia, el comportamiento, las prestaciones, el equipamiento o el consumo. A partir de ahora, aparte de la obvia electrificación total, la gran batalla se va a librar en los salpicaderos y en las plazas traseras, con la radio y el audio perdiendo fuste ante la implantación de salpicaderos-pantalla o pantallas traseras que incluso descienden del techo.
Interfaz de Android Automotive. Fuente: Arstechnica.com |
En cualquier caso, en tanto en
cuanto se perfilan acciones a nivel europeo como las que pretende iniciar la
UER, es muy probable que la radio española se siga afanando en cumplir a
rajatabla con su arraigada tradición, mejorando año tras año la plusmarca –ya
va quedando menos para celebrar la mágica cifra de los 25 años- y demostrando lo
poco que le importa perder su relevancia en el automóvil. Porque lo de asegurar
presencia en la pantalla de Android Automotive, en su App Store o a través de
agregadores controlados por la propia radio -tales como Radioplayer- se
considerará, a lo sumo, una marcianada. Importará poco que las cañas puedan
volverse lanzas algún día. Llegado el momento, la radio entonará el “Nadie lo
vio”, el “Quién iba a pensar” o algún otro de sus grandes éxitos. Y a correr.
Interfaz de Android Automotive. Fuente: Arstechnica.com |
En el fondo, lo del futuro de la radio en los coches da igual en España porque no hay nadie al volante. Que inventen ellos. Y que, de paso, defiendan a la radio también.
-Javier Sánchez es miembro del Comité de Radio de la Unión Europea de Radiodifusión (UER).
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