Avance: Los dos mil piratas de las ondas
Los diales de la FM en España están saturados de emisoras ilegales contra las que no se actúa
- Las cadenas prefieren arriesgarse a la sanción, en lugar de perder un mercado local destacado, o no poder ofrecer una cobertura nacional a sus grandes clientes
- La impunidad de la situación ha hecho que las frecuencias ilegales devalúen el mercado de las legales, que resultan más caras
- En 2020, el grupo valenciano Compromís promovió una moción en el Senado para eliminar las emisoras ilegales del espectro radioeléctrico, ante la 'dejadez' del Gobierno
La radio necesita emisoras para difundirse, pero la propiedad del espectro es pública. Por eso hay que repartirla mediante concesiones administrativas (Fotografía Gorka Zumeta) |
El círculo vicioso al que nos ha conducido el amiguismo político en la concesión administrativa de frecuencias de radio ha emponzoñado el sector, hasta convertir los diales, sobre todo de las grandes ciudades, en una maraña ingobernable de frecuencias de orígenes cuando menos sospechosos
Ante la falta de frecuencias en determinados territorios clave, ¿qué decisión toman las grandes cadenas en plazas con potencialidad comercial? En estos casos, recurren, a sabiendas, a postes ilegales. Salvaguardan su operatividad, garantizan sus ingresos, pero están expuestos a posibles acciones de la administración, en dos niveles: autonómica y nacional. La ausencia de esos mercados locales les empobrece, y prefieren arriesgarse a la multa que perder ingresos. No puede venderse, por otra parte, a un gran cliente una difusión nacional si no se cuenta con una red completa de todo el territorio, lo que obliga prácticamente a buscarse las artimañas necesarias para alcanzar la cobertura. De nuevo el refranero español cuenta con una sentencia para explicar esta situación irregular: “más vale pedir perdón, que pedir permiso”. Carecer de título habilitante para emitir en FM equivale a carecer de permiso. Pero, por lo visto en España, esto no es un problema, puesto que existen -se compran y se venden, algo inaudito- frecuencias ilegales. La situación ha llegado a tal punto de surrealismo que el mercado de emisoras ilegales ha devaluado el de los postes que cuentan con título habilitante que, a la postre, sí, evita los problemas, pero son sensiblemente más caros. ¿Por qué gastar más dinero, si puedo emitir por una FM ilegal, que nadie me va a cerrar...? La impunidad convierte le ley en papel mojado.
La situación, propia más de una república bananera, puede empeorar todavía más cuando nos encontramos con vueltas de tuerca de calibre, como que el EGM contemple la audiencia procedente de un poste ilegal (con lo que está legalizando tácitamente la frecuencia), se concedan ayudas públicas a emisoras ilegales o, lo más sangrante, que el propio colectivo de emisoras privadas denuncie la existencia de competidores desleales que utilizan frecuencias fraudulentas, cuando ellos mismos lo hacen habitualmente, en un ejercicio impresentable de cinismo. El círculo vicioso al que nos ha conducido el amiguismo político en la concesión administrativa de frecuencias de radio ha emponzoñado el sector, hasta convertir los diales, sobre todo de las grandes ciudades, en una maraña ingobernable de frecuencias de orígenes cuando menos sospechosos.
Escribía en esta web, en 2018, un artículo titulado “La quiebra de la industria radiofónica española”, en el que mantenía la tesis de que el sector pasaría por muy graves problemas de viabilidad económica si las autoridades, autonómicas y nacionales, se decidieran a ordenar el panorama, porque las multas contempladas en la vigente Ley General de Telecomunicaciones de 9/2014, establece multas de “hasta 20 millones de euros” por emitir desde un poste ilegal, y son miles las emisoras ilegales. Juan de Dios Rodríguez Pariente, ex DirCom de la Cadena SER, escribía en 2016 que “a principios de los 2000, había en España 2.928 emisoras ilegales frente a 1.191 legales”. Los números son desorbitados. Claramente, este tema se le ha ido de las manos a la administración, hace ya mucho tiempo.
ESTE JUEVES 9 DE JUNIO, LOS DOS MIL PIRATAS DE LAS ONDAS. LOS DIALES DE LA FM EN ESPAÑA ESTÁN SATURADOS DE EMISORAS ILEGALES CONTRA LAS QUE NO SE ACTÚA. LA ADMINISTRACIÓN SE REPARTE LAS COMPETENCIAS, Y SE PASA LA PELOTA
Cope en Andalucía perdió todos los postes de Cope+, menos en Sevilla y Málaga. El resto de emisoras que tenían de Cope+ las suprimieron en 2019, reabrieron en 2020 durante un par de meses, y volvieron a cerrar. Y desde entonces, COPE+ no existe en Córdoba, Granada y Marbella, entre otras. Al igual que muchas de las frecuencias de RockFM en Andalucía.
ResponderEliminarEstaré pendiente de leer este artículo el jueves.
Saludos.
Todas no. De hecho, permanecen emitiendo muchas de COPE en Andalucia, y también de SER y Onda Cero que no tienen licencia, mas otro buen puñado que emiten lejos de donde les dieron la licencia y a mucha más potencia de la autorizada
ResponderEliminarCreo que se debería de recordar lo que dice la Constitución en su artículo 20 de la Constitución en su punto 1. "Se reconocen y protegen los derechos:
Eliminara) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.
c) A la libertad de cátedra.
d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades." La radio es uno de esos medios, y está claro que, hasta hace cuatro días, la técnica limitaba la capacidad de la fm a unos pocos medios. En la actualidad la radio DAB+ permitiría (como ya sucede en algunas ciudades del norte de Italia, en lo que se llama la Italia Continental), disponer del equivalente a más de cien emisoras de fm. Eso trasladado a España, permitiría una pluralidad ahora imposible. Es decir, no solo que aparecieran nuevas empresas de la radio, sino que las que ya existen pudieran emitir en toda la nación, o en todo el territorio de una autonomía. Pero se pretende mantener artificialmente ese espacio reducido ¿Puede imaginar alguien el escándalo que se montaría, si una empresa anunciara que puede vender por 18.000 euros un utilitario eléctríco (que en su versión de gasolina costase 12.000 euros), y que tuviera no solo las mismas prestaciones de velocidad y comodidad que el utilitario, sino que se pudiera recargar en 15 minutos, para tener una autonomía de 1000Km y que el coste de este repostaje fuera la décima parte del equivalente del utilitario en gasolina?¿Puede imaginarse alguien el escándalo que se formaría, si se ocultase al público la existencia de ese utilitario con tales ventajas, apenas algo más caro que su gemelo de gasolina? Pues bien, esa tecnología a día de hoy no está disponible para el automóvil, pero en la radio tenemos algo equivalente y esa información ha sido ocultada por políticos y medios de comunicación, a la ciudadanía.
Eduardo Martínez.