El EGM y el sorpasso Herrera (Cope) - Barceló (SER)
- Este es el horario de emisión más crítico, el que más oyentes concentra tradicionalmente, y el que, como consecuencia de esta circunstancia, donde más acude la inversión publicitaria y donde más está dispuesta a pagar, por el grado de concentración de impactos entre los oyentes
- La tendencia que marca el EGM sobre los dos grandes magacines de la mañana, el de la Cadena SER y el de su principal competidor y aspirante al liderazgo, la Cadena COPE, mostrada en el gráfico que acompaña a este post, contempla el sorpasso
Àngels Barceló y Carlos Herrera, hace unas horas, juntos en la Feria de abril de Sevilla, en una foto distribuida por Javier Visiers de COPE y que desató las inquinas de los haters en Twitter, y que sin embargo demuestra que es perfectamente posible la amistad con la sana competencia |
De los tres grandes pilares de COPE, la mañana, la noche y los deportes, Paco González, Manolo Lama y Pepe Domingo Castaño ya han superado al mítico "Carrusel Deportivo", de donde salieron, Juanma Castaño ya ha disfrutado del liderazgo, y ahora lo acaricia y Ángel Expósito ha logrado un empate técnico con la "Hora 25' de Aimar Bretos. Solo queda Herrera...
No es una cuestión baladí elegir el nombre del profesional
que se ocupe de este horario, y consiga atraer al mayor número posible de oyentes.
Cualquier cambio implica un severo riesgo que hay que asumir. El primer
objetivo es mantener la audiencia recibida y, en segundo lugar, atraer nuevos oyentes
o, como he comentado en más de una ocasión, porque los nuevos oyentes no
abundan, robárselos al de enfrente. En la actualidad, Àngels Barceló
porta el estandarte de la SER, mientras que su colega, y amigo, Carlos
Herrera, el eterno aspirante desde su llegada a COPE en 2015, encabeza las
legiones de COPE. Si el almeriense lograra el sorpasso a la catalana, la
cadena de los obispos estaría más cerca de batir a la invencible cadena
de Prisa. Es una condición sine qua non.
Pero las mañanas son muy duras y, como señalaba anteriormente,
en ellas se concentran las mayores presiones desde los despachos, porque saben la
repercusión que tiene el más mínimo desliz. Javier
Sardá me decía que “en las mañanas todo el
mundo se quema”. Por eso, se negó en varias ocasiones a
aceptar la oferta de RNE de asumir este tramo horario con “La Bisagra’,
hasta que ya no pudo resistir más y aceptó, pero fueron años de intenso
esfuerzo y éxito relativo y agridulce, que no compensaban el desgaste. Pese a
ello, llegar a lo más alto para un profesional ambicioso es aterrizar en las
mañanas de una gran cadena como la SER o la COPE.
Iñaki Gabilondo permaneció casi veinte años al frente
del “Hoy por Hoy” de la SER, el buque insignia de la cadena
amarilla de Prisa; Carles Francino, siete; Pepa Bueno, otros
siete y Àngels Barceló lleva tan solo tres. No creo que aguante hasta los
siete. No es previsible, por muchos motivos. Pero el principal es el gráfico
que apunta el EGM, basado en la medición de las audiencias. La paciencia se agota
mucho antes en la radio del siglo XXI. La estabilidad del siglo pasado pasó a
la historia con algunas excepciones como la de José Antonio Marcos, en “Hora
14” (SER), que le ha puesto
veinticinco velas a su tarta, gracias a la “veteranía, el rigor y la
sobriedad” que representa al frente del micrófono.
Gráfico comparativo de evolución entre el "Hoy por Hoy" de la SER y el "Herrera en COPE" (Fuente: elaboración propia) |
El gráfico nos muestra que “Herrera en COPE” podría cruzar perfectamente su curva de audiencia con la del “Hoy por Hoy” y, como consecuencia de ello, proclamarse auténtico líder de las mañanas y no como ahora, en que el marketing de COPE (y su impaciencia) se empeña en nombrarle líder del primer tramo (que lo es, con ventaja), aunque esto no valga para nada, porque hay que ganar el partido completo, y no solo la primera parte
COPE ha hecho un esfuerzo de marca importante, basado en Carlos Herrera, el equipo de deportes encabezado por Paco González y, en menor medida, Ángel Expósito, que está realizando un buen trabajo. González ya ha superado al mítico “Carrusel Deportivo” de la SER, de donde salió y Expósito ha logrado un empate técnico de “La Linterna” con el “Hora 25” de Aimar Bretos, recién incorporado al frente de su dirección, tras la salida de Pepa Bueno camino de El País. ¿Quién queda? Carlos Herrera, y el bastión de la mañana, el más complejo y el que, como hemos visto, representa el botín de mayor valor, prestigio y trascendencia.
Del triunvirato de los grandes comunicadores contemporáneos
de la radio española, el precursor Luis del Olmo, el sólido Iñaki Gabilondo y
el más versátil Carlos Herrera, este último, el único aún en ejercicio, no ha sido nunca líder de las mañanas de la radio
española (y eso que ha estado al frente de las de RNE, Onda Cero y, ahora, COPE).
Y cada EGM es más posible que consolide su triunfo. En 2016, prácticamente recién
llegado a COPE, Herrera -que se trajo consigo casi un millón de oyentes de Onda
Cero- estaba a 1.268.000 oyentes de distancia del “Hoy por Hoy”,
entonces en manos de Pepa Bueno. Acaba de quedarse, en el último EGM, a tan
solo 154.000 oyentes de la SER. Y no seré yo quien le reste mérito al maestro Carlorrera,
pero en su éxito también influye el demérito de la propia cadena amarilla.
Los vaivenes que refleja el gráfico, sus caídas, su desorientación, sus
cambios, sus inspiraciones y estrategias, están haciendo mella en los resultados,
a lo que hay que sumar la polarización política a la que se ha llegado en
nuestro país, alentada de manera interesada, desde la propia clase política, y,
no lo olvidemos, también mediática.
De alguna manera, la retirada de Gabilondo en la SER, y en
la COPE de Federico Jiménez Losantos, ambos en las
antípodas ideológicas, pero ambos poseedores de una fuerte personalidad y presencia
ante el micrófono, sumió a sus respectivas casas en una desorientación evidente,
si nos remitimos a los hechos. Salvada, en la SER, la etapa de Francino, que
llegó incluso a superar al vasco en audiencia, la partición de la mañana con Pepa
Bueno y Gemma Nierga primero, luego Toni Garrido, estilos y tonos radicalmente
diferentes, discutiblemente complementarios; luego Barceló reunificando, introdujo una confusión
entre los oyentes de la SER, que solo contrapesó la incuestionable fortaleza de
la marca. Durante un período, incluso, la SER traicionó su inspiración
progresista de centro izquierda, cautiva de la condescendencia y apoyos del
gobierno de Mariano Rajoy que intercedió para aupar a una Prisa al borde del
abismo financiero.
Los dos pilares de COPE: Carlos Herrera y el equipo de deportes, ex de la SER, porque los dejaron escapar, Paco, Pepe, Juanma y Lama (Fotografía COPE.es) |
No es una cuestión baladí elegir el nombre del profesional que se ocupe de este horario, y consiga atraer al mayor número posible de oyentes. Cualquier cambio implica un severo riesgo que hay que asumir. El primer objetivo es mantener la audiencia recibida y, en segundo lugar, atraer nuevos oyentes o, como he comentado en más de una ocasión, porque los nuevos oyentes no abundan, ‘robárselos’ al de enfrente
En esa desorientación que ha marcado a ambas casas en sus
últimos años, la SER con su trasatlántico, y la COPE ahora con Carlos Herrera y
el equipo de deportes, paradójicamente, salido de la SER, han intentado
centrarse lo más posible, en medio de dos grandes crisis sobrevenidas, de muy
distinta inspiración, financiera la primera, sanitaria la segunda. El que más solidez
ha demostrado en este contexto ha sido Carlos Herrera, que se ha convertido en
el adalid de la recuperación de COPE, como demuestran tanto la audiencia como
los ingresos. Por su parte, la SER, pese a mantener su liderazgo y una aparentemente
cómoda distancia con COPE de 723.000 oyentes (en 2016 la distancia era de 1.973.000) cada ola es un poco más débil, aunque, no lo olvidemos, sin
dejar nunca de ser la SER, con todo lo que esto implica.
El contexto ideológico, y la polarización política, no le
ayuda tampoco a la emisora de Prisa. El Partido Socialista de Pedro Sánchez
acusa un desgaste evidente, que se manifiesta en las encuestas. Los últimos
comicios autonómicos adelantan el giro político del país hacia un Partido
Popular reinventado con Alberto Núñez Feijóo a la cabeza. Y es mucho más
rentable jugar a la oposición (COPE) que a favor (SER). Por eso, soy de la
opinión de que, con el cambio que se avecina en Moncloa en 2023, la cadena de
los obispos perderá chance para jugar sus cartas y no le quedarán más que los
órdagos para intentar ganar la partida. La fecha del final del contrato de
Herrera (2025) también estará más cerca y en Alfonso XI volverán a estar preocupados
por el día después de la marcha de Herrera, aunque tengan a un Expósito
más consolidado, o piensen, una vez más, en lugar de crear talento propio, en
tirar de talonario y fichar a quien puede aspirar a ese trono, y pienso en
Carlos Alsina, otra cosa es que el madrileño quiera hacer las maletas, pero poderoso
caballero es don dinero...
El gráfico nos muestra que “Herrera en COPE” podría cruzar perfectamente su curva de audiencia con la del “Hoy por Hoy” y, como consecuencia de ello, proclamarse auténtico líder de las mañanas y no como ahora, en que el marketing de COPE, muy impaciente, se empeña en nombrarle líder del primer tramo (que lo es, con ventaja), aunque esto no valga para nada, porque hay que ganar el partido completo, y no solo la primera parte. Herrera tiene a Pedro Sánchez en la diana, cada mañana; no hay día que no lo ponga como chupa de dómine, recurriendo a todo tipo de descalificaciones, y donde el intercambio de siglas del CIS con la propuesta de Herrera, “Centro de Intoxicaciones Sanchistas”, resulta casi infantil, y hasta ocurrente, al lado de otros insultos que a mí, como oyente me sonrojan, con independencia de mi simpatía o antipatía por Sánchez. En el lado contrario, Barceló, que lucha por su independencia, carece de argumentos tan vehementes como los del almeriense para atraer público ante una sociedad cada vez más dividida por arte y parte de nuestro complejo mapa electoral, influido ahora por la fiebre ultraconservadora que nos llega de nuestros vecinos europeos.
¿Por qué acude Sánchez a la llamada de la SER y ni aparece, ni se le espera, por COPE? (Fotografía CadenaSER.com) |