Andreu Buenafuente: “Antes del podcast, todo esto era radio”
- “A la radio no la va a matar el podcast, sino la tecnología, porque cada día hay menos radios. A no ser que les demos la idea a las plataformas para que emitan en directo” (Mía Font)
Mía Font, Andreu Buenafuente y Arturo González-Campos, en la Casa de América (Fotografía Estación Podcast Twitter) |
¿Cómo va a llevar la radio todo esto?, se preguntaba Buenafuente. “Yo estoy sufriendo un poquito, y creo que tú también, Arturo. Vemos a la radio como la gran dama a la que le van adelantando por el arcén y por la izquierda unos podcasters que hablan de muchos temas, sin tapujos, ni límites horarios”
El periodista catalán se hizo acompañar de una de sus manos
derechas en la productora, Mía Font, conocedor de los intríngulis y
movimientos del sector del audio (sumados radio y podcast) y del guionista,
locutor y humorista Arturo González-Campos, creador de programas míticos
como “La Parroquia” en las noches de Onda Cero, junto con Sergio
Fernández, alias “El Monaguillo” y, hoy, de podcast de éxito como “Todopoderosos”
y “Aquí hay
dragones”.
Con estos mimbres, estaba claro que las expectativas eran
altas, y los tres confirmaron que llevan muy dentro el oficio, conocen y viven
intensamente su presente, y atisban bien el futuro en lontananza. “Antes del
podcast, todo esto era radio”, comenzó sentenciando, entre bromas y veras, Buenafuente,
no sin razón, y justificó el acierto en la elección del título “Viajeros
rockeros del audio enamorados del podcast”, aunque también podría haberse
titulado “Viejos rockeros de la radio enamorados del podcast”, porque en
sus intervenciones la radio, como era más que previsible, estuvo muy presente.
El periodista catalán, que reconoció su “adicción” al
audio, a comunicar a través de la palabra, comenzó hablando de sus orígenes,
que se escribieron gracias a su “amigo Francisco”, que dio la casualidad
de que “tenía una doble pletina en su cadena de música, era la élite”,
subrayó. Así comenzaron “grabando podcast”, a finales de los años 70,
sin tener ni idea de lo que era esta palabra que nació décadas más tarde, pero
sí que reflejaba el mismo concepto: contar historias a través únicamente del
sonido. Arturo González-Campos recuperó uno de los capítulos de su biografía
profesional más originales, cuando, gracias a un Walkie Talkie, él comenzó a
hacer sus primeros programas de radio en directo, y cómo se encontró a un
camionero, al que acompañó en sus últimos cuarenta kilómetros de camino hacia
Madrid con un programa personalizado de música que intentó soslayar la amenaza
del sueño. “Pero no te valió de nada porque ya estaba Encarna Sánchez”,
cortó Buenafuente el relato, con gracia. El origen de Font fue más convencional,
él comenzó haciendo radio musical en Radio Mataró.
Los tres apostaron porque el sector en el futuro sea sostenible y que se retribuya a los podcasters con dignidad y correspondencia a su esfuerzo. Y González-Campos, aun asintiendo, añadió: “Pero eso ocurrirá cuando el podcast sea rentable, y hoy no lo es. ¿Cuándo las marcas fuertes, porque yo creo que de aquí va a venir la financiación, por el patrocinio, van a empezar a apostar en serio por el podcast?”
En el fondo, los tres coincidieron en que su interés estaba
en comunicar, y que la esencia, entre radio y podcast, se comparte. “Cambian
solo los formatos”, apuntó González-Campos. En realidad, prosiguió, “la
radio convencional nos atenaza”, afirmó. A los que somos “creativos
disparados, que tenemos ideas locas que poner en marcha”, el podcast es la
mejor solución, porque ningún directivo de la radio, vino a decir, va a apoyar “estas
mierdas que se nos ocurren”. El podcast ha facilitado y ha canalizado la
creatividad de aquellos que no encontraban espacio en la radio convencional,
entendiendo este último término en su sentido más peyorativo y previsible.
La charla, dirigida por Buenafuente, derivó luego en los riesgos
y las amenazas del podcast. ¿La creciente industrialización del podcast, su
interés por serializar en exceso, le hace ser demasiado previsible y caer en
los mismos errores de la radio?, preguntó a la mesa. ¿Puede convertirse en una “amenaza”?
Mía Font respondió que “estamos yendo muy deprisa” y, al tiempo, que el
podcast “tiene que cumplir unas rutinas, unos plazos, pero no debe estar muy
atado, hay que darle tiempo de cocción hay que darle un respiro”.
Uno de los momentos más rotundos de la mesa ocurrió cuando
Andreu Buenafuente lanzó otra pregunta que buscaba respuesta, y desde luego se
la encontró en un monosílabo. En el intento de ser “críticos, que no es
sinónimo de negativos”, lanzó la pregunta: “Los actuales
operadores, ¿están receptivos al riesgo?”. Y la respuesta la dio Mía Font: “¡NO!”,
acompañado de un silencio prolongado, que añadió mayor determinación a la
respuesta. “Estamos en el momento, explicó después, en que las
plataformas necesitan formar su catálogo, buscan y rebuscan, pero van a lo seguro”.
Buenafuente intervino con otra pregunta que buscaba otro monolísabo: “¿Estamos
en la fase llenando tanques para que esto esté completo?”. Y de nuevo contestó
Font: “¡SÍ!”. Y a continuación explicó:
“Sí, para que tú acabes dedicando dos horas, como en Netflix, a elegir cuál
es el podcast que quieres escuchar...”, y le interrumpió Buenafuente: “...y
termines por no escuchar ninguno”. Los tres concluyeron que se trata de una
“fase irremediable”, que tiene que pasar, necesariamente, por la “construcción
del sector”. O sea, el podcast sigue en construcción.
Una mesa formada por viejos rockeros de la radio que hacen público su enamoramiento del podcast (Fotografía EP Twiter) |
“Cambian solo los formatos”, apuntó González-Campos. Para los que somos “creativos disparados, que tenemos ideas locas que poner en marcha, el podcast es la mejor solución, porque ningún directivo de la radio va a apoyar estas mierdas que se nos ocurren”
Buenafuente introdujo a continuación un nuevo tema de
discusión en torno a la ‘radio a la carta’ y el podcast, separando conceptos,
aunque compartan nombre, pese a la oposición de los podcaster nativos.
González-Campos sacó a relucir la dificultad de tipificar cada producto de una
sola manera, el podcast, el video-podcast, Twich, la radio a la carta. “Como
soy hijo de la radio, de la SER toda la vida, -terció Andreu Buenafuente- me
gusta mantener la ilusión de que nos necesitamos los dos campos”. E
insistió en la cohabitación entre radio y podcast, en la que cree firmemente. Tanto
es así que reveló que “Nadie sabe Nada”, el podcast semanal que realiza
conjuntamente con Berto Romero, y se emite los sábados en la parrilla de la Cadena SER, “se diseñó como un podcast en sus
principios”.
Llegado este punto de la mesa, casi al final, surgió otra pregunta que trasladó Buenafuente al resto de la mesa: “¿Cómo va a llevar la radio todo esto?”. Y adelantó: “Yo estoy sufriendo un poquito, y creo que tú también, Arturo”. “Vemos a la radio como la gran dama a la que le van adelantando por el arcén y por la izquierda unos podcasters que hablan de muchos temas, sin tapujos, ni límites horarios”, reconoció Buenafuente. González-Campos viajó en el tiempo, y recuperó el caso de ‘Gomaespuma’: “Juan Luis y Guillermo no sabían que estaban haciendo podcast, pero extraían de la realidad historias para darles una vuelta. Yo me grababa el programa para escucharlo en las tardes del sábado y el domingo cuando había fútbol, que a mí no me interesaba nada”. O sea, la radio hace mucho tiempo que trabaja el formato podcast, sin saberlo.
La radio ya se está adaptando a la nueva realidad de cápsulas sonoras consumidas bajo demanda. González-Campos avanzó que “hay partes en los programas, ‘pildoritas,’ que se van introduciendo con la idea de que pueden transformarse luego en podcast’. SER Podcast, por ejemplo, sigue al milímetro este principio, una gran mayoría de su catálogo se basa en secciones de programas que cobran, segmentados, su propia autonomía como productos sonoros, desgajados de los programas donde se ubican. ¿Qué le quedará a la radio, pues, en este nuevo contexto en el que el podcast no va a dejar de desarrollarse? Respondió González-Campos: “La radio será estrella cuando ocurra algo que imponga la actualidad”. O sea, la radio será imprescindible cuando el directo imponga un acontecimiento o una noticia.
Era una de las mesas más esperadas de las programadas en "Estación Podcast" (Fotografía EP Twitter) |
“Hay un momento en el que el consumidor tiene que hacer un trabajo, y piensa que no, que tiene que sentarse en la piscina y que le ofrezcan cosas. Este es el momento del que se aprovechan para colarte productos de mala calidad, porque ¡como me lo van a comprar! Yo quiero pensar que el consumidor de podcast se muestra proactivo, y tiene criterio para buscar y elegir lo que realmente más le gusta” (Arturo González-Campos)
Ningún viejo rockero de la radio podrá pensar nunca en la desaparición
de este medio tan maravilloso como absorbente. Y ninguno de los tres
integrantes de la mesa opinaron lo contrario, pero Mía Font introdujo un debate
que llamó la atención de Buenafuente, por lo disruptivo del planteamiento: “A
la radio no la va a matar el podcast, sino la tecnología, porque cada día hay
menos radios. A no ser -añadió- que les demos la idea a la plataformas
para que emitan en directo”. Si Spotify, Audible, Podimo, Podium Podcast o
Ivoox se sumaran a las emisiones lineales, la industria de la radio se
encontraría con unos competidores con un enorme catálogo de contenidos que, no
hay duda, muchos consumidores elegirían para dejarse llevar por el efecto
sorpresa, al tiempo que descubrirían, estoy seguro, contenidos a los que, de
otra forma, nunca se acercarían, ¡y al contrario! Me consta que alguna de las marcas citadas
piensa en una alternativa basada en la emisión lineal, por qué no.
Buenafuente se alegró en público de estar viviendo un
momento histórico en torno al nacimiento y desarrollo del podcast, basado en un
gran porcentaje, en el método ‘prueba-error-éxito’. El podcast, dijo, está en
permanente “ebullición”, lo que me lleva a decir que algún día
contaremos “yo estaba allí en esa época...”.
El final tuvo un apartado dedicado al público y a su actitud
ante el podcast. Si antes comentaba que la escucha lineal nos permite descubrir
contenidos que nunca demandaríamos motu proprio, el podcast también exige un esfuerzo
añadido. González-Campos opinó que “hay un momento en el que el consumidor
tiene que hacer un trabajo, y el consumidor piensa que no tiene que hacer nada,
tiene que sentarse en la piscina y que le ofrezcan cosas. Es un momento del que
se aprovechan para colarte productos de mala calidad, porque ¡como me lo van
a comprar! Yo quiero pensar que el consumidor de podcast se muestra proactivo,
y tiene criterio para buscar y elegir lo que realmente más le gusta”,
concluyó.
La mesa concluyó con un deseo: que el sector en el futuro sea sostenible y que se retribuya a los podcasters con dignidad y correspondencia a su esfuerzo. Y González-Campos, aun asintiendo, añadió: “Pero eso ocurrirá cuando el podcast sea rentable, y hoy no lo es. Podemos hacernos la fantasía de pensar que sí, pero no lo es”, comentó. Y reforzó su argumento preguntándose “¿Cuándo las marcas fuertes, porque yo creo que de aquí va a venir la financiación, por el patrocinio, van a empezar a apostar en serio por el podcast?”. Este, probablemente, será uno de los caminos naturales del crecimiento de la financiación del podcast, y de su refuerzo futuro, sumado al modelo Premium de pago, y generará no pocos problemas a la industria de la radio, que verá reducida su tarta de inversión publicitaria. Según datos de Infoadex, la inversión en Digital ya ha superado a la de la televisión, que era la más cuantiosa. Televisión y Radio, y no digamos prensa diaria, revistas o suplementos, están sufriendo descensos paulatinos de sus cifras, mientras Digital no deja de crecer. Esta es la verdadera #Digitalización: la del dinero.