Jesús Melgar: "Más de una vez tuvimos que hacer de lazarillo del Loco"
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El periodista Jesús Melgar, subdirector y productor del mítico programa "El Loco de la Colina" presenta el libro "El Loco", dedicado a Jesús Quintero
"Este libro pretende ser un desagravio del acoso y derribo que ha sufrido"
- "Quintero tenía mucho de El Loco y viceversa. Y, creo que le habría encantado tener las virtudes de esa especie de mesías que anunciaba a través del micro"
- "¿Si Quintero alimentó el mito de El Loco? Posiblemente. Pero sinceramente no creo sea un ejercicio consciente por su parte. Aunque es posible..."
Los grandes genios lo han sido por sí mismos, pero también, en parte, porque supieron rodearse del mejor talento para brillar con luz propia. El caso de 'El Loco de la colina', llamado Jesús Quintero, periodista andaluz que se inventó un alter ego para ocupar otro espacio y personalidad frente al micrófono, tuvo la suerte de encontrarse con su tocayo Jesús Melgar, con el que no fue difícil congeniar. Y digo bien: con-geniar (de genio...). Porque ambos lo son, además de complementarios. Escribir para El Loco obligaba a conocerle muy bien: su forma de decir, sus silencios, su atmósfera. Melgar acaba de presentar en la Feria del Libro de Algeciras su libro "El Loco" (Editorial Círculo Rojo), en el que realiza un retrato en profundidad, desde la admiración, pero no desde la adulación. Merece la pena 'recuperar' al Loco y revivir, sin falsa nostalgia, los años -las noches- en que nos acompañó desde RNE, primero y la SER, después. He charlado un rato con Jesús Melgar sobre el libro y sobre El Loco, y merece la pena seguir la conversación. Es posible, muy posible, que el lector descubra aspectos de Quintero que desconocidos. De eso se trata, de redescubrirle...
El periodista Jesús Melgar con un micrófono delante (Fotografía cortesía de De la Fuente) |
-¿Por qué ahora, y no antes, o mañana, el libro sobre Jesús Quintero, “El Loco”?
-Creo que ese agujero de vacío había que hacerlo desaparecer. Y mejor ahora que después para que el genio acuse recibo de la importancia que tiene sus aportaciones para muchos estetas de los medios en general y de la radio en particular.
"No solo he escrito el libro para deleite de abuelitos canosos, sino también (posiblemente de manera ingenua) para despertar el interés en aquellos que no conocieron un antes y un después en el lenguaje radiofónico. En El Loco de la Colina creo que hay un buen almacén de Podcast muy ilustrativo y con sustancia"
-Fíjate, yo creo que tú le pegabas mucho a Quintero, Jesús, por tu forma de ser, por tu tolerancia a los retos, tu proverbial bonhomía, tu hedonismo militante, tu afición por la aventura... ¿me confirmas que había más compatibilidad que incompatibilidad entre vosotros?
-Gracias por ese caudal de facultades que me has descubierto. Pero es cierto que con Quintero me unió algo más que la profesión: la complicidad en el mensaje.
¿Fuisteis hasta... complementarios? ¿Tú, y el resto del equipo le devolvíais a la realidad después de cada programa?
-Había días y días. El clima creado en el programa a veces, traspasaba la geografía del estudio y el horario. Y sí. Más de una vez tuvimos que hacer de lazarillo...
-¿Realmente “El Loco de la colina” es el alter ego de Jesús Quintero o ambas personalidades se han fusionado, o difuminado en una sola? Tú mismo te lo preguntas en el libro: “¿Será el fruto de una mente atormentada o se representa a sí mismo? ¿Un caso claro de bipolaridad? ¿Ha desembocado la depresión en esquizofrenia?”. Pero tú le seguías viendo cuando se apagaba la luz roja del estudio...
-Jesús Quintero encarnaba al avatar de El Loco. Y, creo que le habría encantado tener las virtudes de ésa especie de mesías que anunciaba a través del micro. Quintero tenía mucho de El Loco y viceversa.
-Tener cerca, verle trabajar, verle, sin más, a Quintero, ¿ha sido una de las mejores cosas que te han pasado en la profesión?
"Jamás he encontrado una sintonía más redonda que Shine On Your Crazy Diamond, de Pink Floyd que, además estaba dedicada a un ex miembro del grupo que se quedó colgado con un ácido. O sea, loco. Cuando la oigo me despierta inmediatamente las mariposas en el estómago momentos antes de abrir micrófono. Ya, con sus primeros segundos de audición, estaba el clima creado"
-Definitivamente sí. Fue una enseñanza continua en la forma de hacer comunicación. Fue estar receptivo a la sensibilidad de un heterodoxo en tiempos de excesiva ortodoxia. Acceso a una manera inusual de afrontar lo cotidiano en un entorno excitante con músicas, personajes, estrategias y lenguajes personalísimos”.
-No todo fue un camino de rosas, lo pasasteis mal, incluso todo el equipo estuvisteis varios meses sin cobrar por problemas burocráticos en RNE... ¿Este fue el principal obstáculo que le hizo a Quintero forzar su salida de la radio pública y aceptar la oferta de la SER?
-Estábamos tan embebidos en lo que hacíamos y cómo lo hacíamos que no entendíamos cómo debíamos rellenar formularios simplemente para que los auriculares sonaran sin romper el clima o que la burocracia estuviera siempre por encima de la creatividad. Fue decisiva esta cuestión en el cambio de cadena.
-Todavía hoy, ¿escuchas el “Shine On Your Crazy Diamond”, de Pink Floyd para resetearte? ¿A dónde viaja tu cabeza cuando suena cerca de ti? ¿Pink Floyd perdió la autoría del tema cuando lo adoptó Quintero para saludar desde su colina?
-Después de más de 50 años de profesión en la radio (empecé a los catorce) jamás he encontrado una sintonía más redonda que este tema de Pink Floyd que, además estaba dedicado a un ex miembro del grupo que se quedó colgado con un ácido. O sea, loco. Cuando la oigo me despierta inmediatamente las mariposas en el estómago momentos antes de abrir micrófono. Ya, con sus primeros segundos de audición, estaba el clima creado.
-Escribes en tu libro: “somos expertos fabricando juguetes rotos mirando las pajas en el ojo ajeno, enterrando carreras y sepultando currículos por brillantes que sean”. ¡Esto es España! Si estuviéramos en Francia, o en EE.UU., ¿habría un día al año dedicado al Loco?
-Evidentemente. Pero no renuncio a que algún día lo tengamos aquí también.
-En el libro renuncias a hacer una hagiografía del Loco, elevarlo a los altares de manera acrítica, y prefieres, desde la evidente admiración, enumerar también los que han sido sus principales defectos, o directamente errores, como la gestión y la administración de sus bienes o negocios. ¿Sus traspiés le restan genialidad? ¿Sus virtudes no son del mundo terrenal?
Jesús Melgar fue testigo directo de la genialidad de Quintero (Fotografía cortesía De la Fuente) |
-Entiendo que si te cogió por medio en una gestión empresarial, la cornada podía ser de femoral y, por lo tanto, grave. Pero ese Jesús Quintero meditativo, grave, solemne, riguroso, esteta, a la hora de transmutarse en empresario, no tenía los códigos ni los recursos de un lobo de Wall Street precisamente. Y sus proyectos artísticos desmesurados tropezaban con su inmadurez de espíritu para lo material. Creo que él siempre pensó que la sociedad debía ser mecenas de sus creaciones.
"'El Loco' fue un iniciador del movimiento 'anti-sistema'. Un hervidero de ansias de libertad tras el corsé de la dictadura franquista y toda una generación estaba deseosa de cambios sociales y en sus vidas cotidianas. Y ese soplo el personal lo percibía cada madrugada con cierto aire hippy, contracultural e inusual entonces. Algo parecido a las flores en el pelo en San Francisco o el concierto de Woodstock pero con sevillanas maneras"
-Sobre este tema, escribes sobre El Loco: “Comenzaba a considerarse más árabe —del esplendoroso reino Andalusí, o sea, creativo, mecenas, soñador, con proyectos eternos en su mente— que fenicio —así llamaría más tarde a un productor televisivo solo pendiente de las alforjas de sus beneficios”. Muy poco se sabe también, lo apuntas, del Quintero más solidario y benefactor de causas sociales... ¿Cuántos vértices desconocidos tiene en realidad, Jesús?
-Muchos. Generalmente se mostraba solidario y, como Quijote, defensor de causas dudosamente conseguibles. Y además, no lo simulaba, especialmente, al entrevistar y mostrar su admiración por los ángeles caídos que subían a la colina. Más de una caja de resistencia en huelga obrera ha conocido su aportación”
-¿No le ha venido muy bien alimentar el mito de el Loco, frente a lo prosaico de Jesús Quintero?
-Posiblemente. Pero sinceramente no creo sea un ejercicio consciente por su parte. Aunque es posible...
-Me interesa profundizar en la carga ideológica del programa, o de Jesús, directamente. ¿Había una intencionalidad deliberada de orientarla hacia una opción política, el PSOE de Felipe González, o incluso el de Alfonso Guerra, y de atacar a la derecha de Fraga? ¿El Loco era progubernamental por militancia o por convencimiento?
-Era más bien un iniciador del movimiento 'anti-sistema'. Fueron años aquellos de El Loco un hervidero de ansias de libertad tras el corsé de la dictadura franquista y toda una generación estaba deseosa de cambios sociales y en sus vidas cotidianas. Y ese soplo el personal lo percibía cada madrugada con cierto aire hippy, contracultural e inusual entonces. Algo parecido a las flores en el pelo en San Francisco o el concierto de Woodstock pero con sevillanas maneras.
Portada del libro |
-Sin pretender ser nostálgico, ¿qué echas de menos de aquella época con El Loco en la radio?
-Un equipo muy compacto y cómplice. Unas músicas enervantes y evocadoras. Unos textos muy bien escritos y dichos. La ilusión de unos oyentes muy receptivos. El descubrimiento de universos ricos a través del confort de los invitados…
-También revelas su ‘truco’ para lograr buenas entrevistas: "Conducir al otro gentilmente hacia lo que el otro es, ni interrogatorio policial ni pirotecnia intelectual". O sea, el lado radicalmente contrario a emplear la agresividad y la impaciencia frente al entrevistado, que no logra más que el invitado se encierre y refugie en su concha...
-Así es. Y a lo largo de otros escenarios mediáticos, he comprobado cuánto de razón tiene esa filosofía del encuentro con el entrevistado.
-¿Cómo fue deciros adiós, cuando se bajó de la colina y todo terminó?
-En mi caso, hubo un buen paracaídas: el programa de televisión “El Perro Verde” (que, como demuestro en el libro, ni era perro, ni era verde) que suavizó la bajada de la colina. La subida a otro medio como la TVE me hizo cambiar el registro en otro equipo más complejo que el radiofónico.
-¿Cómo has vivido, ya desde fuera, el declive de la figura de Quintero? Tú mismo denuncias en el libro la ‘caza y captura’ que ha sufrido por parte de algunos sectores de la mal llamada ‘prensa’.
-No ha sido agradable, pero, por otro lado, conociendo el actual mercado de los medios, lo entiendo. Pero creo que Jesús ha sabido entrar una vez más en su concha y protegerse del chaparrón. Este libro pretende ser un poco desagravio de ese 'acoso y derribo'.
El autor mostrando el libro |
-¿Por qué no podemos volver a escuchar las entrevistas del Loco ahora en podcast? RNE y la SER apuntan a problemas de autoría para rescatarlas. ¿Las tiene todas en su museo?
-En su pueblo, San Juan del Puerto, está la fundación en la que podemos encontrar todo ese material. Creo personalmente que debería liberarse el derecho de libre emisión, especialmente para que los más jóvenes disfruten de esos programas. Pero, ¡ay, poderoso caballero es don dinero! y de ahí, posiblemente, vengan los desacuerdos.
-Si volviéramos a escucharlas, ¿no crees que, para las nuevas generaciones, resultaría muy afectado, artificial, y a nosotros nos parecía justo todo lo contrario: la voz surgida del alma?
-Puede ser. Pero el contenido global (mensaje, tono, música, intencionalidad, confesionalidad, personajes, etc.) no creo que resulte almibarado, sino potente y atractivo.
-¿A quién va dirigido el libro? Porque eres consciente de que el recuerdo de lo que supuso “El Loco de la colina” está en posesión solo de las generaciones más veteranas...
-Naturalmente. Y no sólo lo escribí para deleite de abuelitos canosos, sino también (posiblemente de manera ingenua) para despertar el interés en aquellos que no conocieron un antes y un después en el lenguaje radiofónico. En El Loco de la Colina creo que hay un buen almacén de Podcast muy ilustrativo y con sustancia.
Conversación de Carlos Herrera con Jesús Melgar en "Herrera en Cope"
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