¿Cómo se transforma un podcast en un formato televisivo? El caso de ‘Mi año favorito’
- Socio fundador de Lacoproductora (y profesional con una dilatada experiencia en compañías como Canal+, Globomedia, La Sexta o Atresmedia), aborda la nueva forma de entender la producción televisiva partiendo del ejemplo de "Mi año favorito", producción original de Movistar Plus+ basada en el podcast homónimo de Podium Podcast (PRISA)
“Antes era muy sencillo: si tenías un programa de televisión y tenía mucha audiencia, es que había ido bien y ganabas dinero. Esto se ha roto y no se sabe muy bien por qué”. Entre las causas, que suman pero no llegan a ser determinantes, Contreras identifica las figuras de streamers o Tiktokers, los cuales manejan unas cifras “completamente enloquecidas”
Un proyecto “original y distinto”
Desde su nacimiento, Lacoproductora nace
como una iniciativa “completamente original” que buscaba “no tener nada que ver
con el concepto tradicional de las productoras para las televisiones”, según
subraya Contreras. Este movimiento industrial responde a la
identificación de que las productoras se encontraban en una fase de
transformación (y de declive “para aquellos que no se
transformen”). Ya no tendría sentido realizar formatos de entretenimiento o de
ficción especialmente definidos. Al contrario, para Contreras el
futuro era “lo híbrido, un mestizaje tecnológico, creativo y de
ventanas que en ese momento éramos incapaces de vislumbrar”.
Partiendo de esa mentalidad abierta, eje de la
transformación digital tan deseada por cientos de corporaciones, Lacoproductora
comenzó a realizar y “experimentar” con numerosos proyectos. Como bien reconoce
el socio fundador de la compañía, “algunos han salido y muchos otros
no”. La reina del pueblo, El cielo puede esperar, Por
H o por B, Las cosas claras o El condensador de Fluzo son
algunos de los nombres propios que sí que han visto la luz de la mano de
destacados agentes como HBO, Netflix, Atresmedia, Telemadrid, RTVE o
la propia Movistar Plus+.
La transversalidad como eje
Este cambio de enfoque nace de la observación de tres
claves que han conducido a un cambio en el paradigma televisivo. En
primer lugar, un cambio tecnológico transversal, lo que ha
generado, a su vez, un cambio de consumo: “La aparición de nuevas
ventanas, sobre todo provocadas por el estallido de la disrupción digital, ha
explotado los métodos tradicionales de transmisión de contenidos y ha abierto
multitud de nuevas ventanas”. Esta revolución tecnológica y de consumo dirige,
inevitablemente, hacia la tercera clave: una revolución económica.
Para Contreras, los modelos de negocio históricos que
han acompañado a la producción audiovisual de entretenimiento y ficción para
televisión han “estallado y quebrado”. Para muestra, un botón: “Antes
era muy sencillo: si tenías un programa de televisión y tenía mucho audiencia,
es que había ido bien y ganabas dinero. Esto se ha rodo y no se sabe muy bien
por qué”. Entre las causas, que suman pero no llegan a ser determinantes,
Contreras identifica las figuras de streamers o Tiktokers,
los cuales manejan unas cifras “completamente enloquecidas”, o la proliferación
de creadores de contenidos que cuentan con múltiples
plataformas de distribución para dar a conocer sus proyectos.
“Esta curiosísima mezcla de tres elementos, revolución
tecnológica, revolución absoluta de consumo y revolución de los métodos de
negocio está provocando un nuevo mundo en eclosión. De ninguna
manera esto ha terminado. Lo que sí ha terminado es el pasado”,
sentencia Contreras.