9 de diciembre: Nuevo EGM, en busca de la audiencia de la radio
- Las tendencias establecen que la radiofórmula recuperará oyentes y volverá a superar en audiencia a la radio hablada
- La pandemia ha trastocado todos los parámetros respecto de la audiencia. Estos dos años han acelerado un cambio de hábitos de consumo del audio, en perjuicio de la radio lineal
- Más allá de las cifras de las grandes estrellas y programas, la radio se debate en torno a su tendencia a la baja en audiencia y a un más que incipiente trasvase de oyentes al streaming, en perjuicio de la amortizada FM
- Este EGM anunciará, por primera vez en la historia, que los consumidores de podcast diarios en nuestro país superan la cifra psicológica del millón de oyentes
La radio ya no es solo aire, como tampoco es solo directo, pero sigue siendo claramente mayoritaria en audiencia (Fotografía Pixabay) |
Las cifras del descenso de oyentes han sido espectaculares en las últimas olas. En la 3ª de 2020 (hace un año), la radio perdió 681.000 oyentes, casi dos puntos porcentuales de penetración. Terrible. Las caídas posteriores, las registradas por las olas 1ª y 2ª del 21, fueron de menores proporciones, pero no se han recuperado oyentes
Me reconozco fan del EGM que
firma la AIMC. Pero no hooligan. Tiene muchas carencias, y cada vez es
más difícil medir audiencias en la radio, porque están muy atomizadas. Ya no
solo se escuchan en las vetustas y amortizadas Onda Media y Frecuencia
Modulada; también en internet, y en los altavoces inteligentes... ¿Y qué pasa
con los oyentes que pillan cacho en Twitter, Facebook o Instagram, y
escuchan esos dos minutos de audio? Nos dicen que tal o cual cadena es líder en internet, que lo afirma y sostiene Comscore. Pero no, Comscore no mide
escucha de radio, señores, sino clics, los actuales dioses del Olimpo digital.
La radio se ha reconvertido, también, en clics. A mí me importa la radio, el
audio, aunque, con los pies en el suelo, tiene peor venta que el video, el
texto y las fotografías. Pero ha sido un buen negocio durante los últimos cien
años, y no tengo duda de que lo va a seguir siendo en los cien próximos. Mi
duda está en si la radio participará de ese negocio futuro. Lo deseo con todas
mis fuerzas, pero el EGM me dice otra cosa. A mí y a muchos más.
Cada vez me interesa menos el detalle, y pido disculpas a mis colegas, porque para ellos el dato del EGM sigue siendo crucial. En algunos casos tanto que la renovación depende de la cifra certificada por la AIMC. En los días previos a la publicación de un nuevo EGM, se hacen quinielas, se pregunta, se estima, se imagina, se desea. Y luego llega la encuesta y sorprende a todo el mundo. El objetivo primordial es saber dónde están los oyentes, dónde se esconden... porque cada vez hay menos. Y este es el drama, que la radio pierde apoyos en cada ola. Mi deseo, y tal vez ocurra, porque las cifras del descenso han sido espectaculares en las últimas olas, es que recupere fieles. En la 3ª de 2020, la radio perdió 681.000 oyentes, casi dos puntos porcentuales de penetración. Terrible. Las caídas posteriores, las registradas por las olas 1ª y 2ª del 21, fueron de menores proporciones, pero no se han recuperado oyentes. Los porcentajes no mienten. Hace cinco años, en 2016, la radio sumaba 25.208.000 oyentes, sobre un universo más reducido que el actual, la penetración era del 63,5 por ciento. La última ola, la 2ª de este año, contaba 23.178.000 oyentes, sobre un universo mayor, una penetración del 56,6 por ciento, casi 7 puntos menos (6,9%). En números, la radio ha perdido, en tan solo cinco años, 2.030.000 oyentes. Pero hay dos matices importantes: uno, es preferible quedarse con el porcentaje, porque el universo ha ido creciendo en estos años y dos, hemos sufrido una pandemia, y el Covid-19 todo lo ha trastocado. Pero, lo curioso es que no vuelve a números previos a la crisis sanitaria, que ha tenido otros efectos en las audiencias. Veamos el siguiente cuadro:
Fuente Estudio General de Medios (AIMC) |
La radio en OM y FM sigue siendo la más escuchada, aunque aprecia un progresivo desgaste (Fotografía Pixabay) |
En estos dos últimos años, la situación ha conducido a un cambio de hábitos en el consumo, con un claro aumento de contenidos bajo demanda, frente al directo, incluso en el coche, donde la tecnología se ha simplificado mucho con el bluetooth y el smartphone. Y otro dato importante: aumentan progresivamente las tarifas planas de datos móviles, que se nota especialmente en el consumo en los coches
Aquí quería llegar: en un
artículo publicado en octubre pasado, titulado “El
trasvase radio-podcast”, destacaba que en la última ola del EGM
publicada, la 2ª de 2021 en aquel momento, el número de consumidores habituales
de podcast, de lunes a viernes, mayores de catorce años, se situaba en 914.000,
lo que había supuesto un crecimiento interanual del 26,4 por ciento. Y adelantaba
otro movimiento esperable: que resultaba muy probable que en esta 3ª ola de
2021 el número de oyentes de podcast en España llegara o superara la cifra
psicológica de un millón de consumidores habituales. Me reafirmo en ello. Pero
tampoco comporta mucho riesgo, porque la tendencia está
clarísima y el crecimiento porcentual muestra un vigor incontestable. No tengo
mucho mérito, si llega la cifra.
Aunque lento, el EGM está
avanzando un giro en el consumo de audio: mientras que la radio pierde oyentes,
el podcast los gana, ni en la misma proporción, ni al mismo ritmo, cierto, pero
existe un trasvase que, en pocos años, será mucho más evidente y obligará a
las grandes cadenas que aún no lo han hecho, que siguen reacias a dar el paso,
porque no lo ven claro, a hacer movimientos, para no perder cuota de mercado. El
ejemplo de Prisa, con la creación de una división de Prisa Audio, constituye el
movimiento de mayor trascendencia que se ha producido en la historia de la
radio, y del audio de nuestro país en los últimos años. Se trata de un
movimiento estructural que no persigue más que equilibrar, en un futuro casi
inmediato, los ingresos de este grupo: lo perdido en la radio con lo ganado en
el podcast.
Durante mucho tiempo, sobre todo
en los comienzos, como afirmaba algún directivo de la radio española, ‘la
fiesta’ del podcast la pagaba la radio, que era la que daba dinero. Con el paso
de los años, el podcast, si bien todavía no ha eclosionado como un negocio tan
próspero como el de la radio, todavía, sí está arrojando cifras de ingresos más que
significativas que hacen entrever que la situación ya ha cambiado, de manera
que apoyarse en la frase “el podcast empieza a dar dinero”, ya no resulta, de ninguna
manera, una entelequia.
Cada marca lucha en su batalla por la audiencia, pero no son capaces de unirse para defender e impulsar la radio juntas (Fotografía Cadena SER.com) |
El día 9, a la vuelta de la esquina, descubriremos cómo han avanzado todos estos movimientos, si ha crecido o no la audiencia neta; si, al contrario, ha vuelto a descender; si la radio musical toma ventaja respecto de la hablada, y recupera posiciones perdidas, si aumenta la escucha de radio por streaming (en detrimento de la FM) y si el podcast llega al millón de oyentes diarios en España. Creo que son suficientes razones como para estar atentos a los datos tabulados por los investigadores de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC). En el camino, no creo que nos sorprendan con que la SER ha perdido el liderazgo, u Onda Cero ha superado a Cope (no tiene tantos postes), mientras sigan teniendo con ellos a Carlos Herrera, el único rey Midas de la radio española, que se pasea de un lado a otro con sus oyentes. El statu quo se seguirá manteniendo, a mi entender. Pero la radio, en general, como sector, no deja de evolucionar, de moverse, en varios sentidos, y quien no quiera verlo, y empezar a tomar decisiones en consecuencia, incurrirá en uno de sus más graves errores, quién sabe si en el último.