El periodista de RTVE Murcia, Manuel Segura Verdú, le dedica esta columna en ElDiario.es (Murcia)
"Un ejercicio de desinhibición"
- "Coincido con Santiago Peláez en que querer a alguien no significa ser incondicional y obviar sus defectos y en que por RTVE han desfilado, a lo largo de su historia, grandes profesionales, tan admirables como admirados, así como también mediocres zánganos oportunistas"
ElDiario.es, Murcia, Manuel Segura Verdú, 17.10.2021. Una de las grandezas de este oficio ha sido poder conocer, incluso compartiendo mesa y mantel en ocasiones, a aquellos profesionales que uno admiró desde pequeño. Es el caso, por ejemplo, de Joaquín Soler Serrano, Emilio Romero, Juan Luis Cebrián, Juan Manuel Gozalo y, por supuesto, Santiago Peláez. A este último, le agradezco su generosidad pensando en mí para colaborar en la presentación el pasado viernes de su libro, "Así, como suena. Memorias desvergonzadas de un periodista de RTVE". Santiago Peláez es parte de la historia de “nuestra casa”, como él la define en la dedicatoria que de su puño y letra me ha brindado de forma entrañable. A ella llegó en 1973, procedente de la revista "La Actualidad Española". Pronto saltó a la pequeña pantalla presentando la información deportiva en los Telediarios, como aquel de Lalo Azcona. Otro grande, José Antonio Plaza, le dio el testigo para dirigir y presentar "625 líneas", espacio emblemático de TVE. En RNE ostentó jefatura, con la inolvidable Pilar Miró, y presentó los legendarios "Radiogaceta de los deportes" y "Tablero deportivo", así como también otros programas de información general. Ha estado presente en varios Juegos Olímpicos y Mundiales de fútbol o atletismo, con distintas responsabilidades.
Peláez conserva esa voz inconfundible de los buenos
profesionales de la casa, como fueron Matías Prats, Juan Antonio Fernández
Abajo, Joaquín Díaz Palacios o Joaquín Ramos, verdaderos maestros de la
palabra. “Grave, bien timbrada, modulada y llena de matices”, como
acertadamente la define el periodista Carlos Toro en el prólogo de estas
memorias. Siempre ha sido Peláez un periodista riguroso, para el que la
objetividad es fundamental en el oficio. Y un pozo sin fondo de anécdotas, a
cuál más original y sorprendente.
“Penalti en El Plantío”, la reconciliación
Santiago Peláez recuerda uno de los mejores gazapos
de la historia y pide disculpas por provocarlo
Yo siempre he tenido una gran confianza en las
mujeres cuando he tenido que trabajar con ellas. Son muy perseverantes, muy
ordenadas, audaces, aunque a veces sean excesivamente trepadoras. No todas,
claro. Pero sí muchas de ellas. Las que tratan de arrebatar el trono a los hombres.
Margarita Váscones se puso muy nerviosa cuando le
dije que tenía que cubrir la información del partido que se jugaba el domingo
siguiente en el Plantío de Burgos, entre el Burgos y el Recreativo de Huelva. La
verdad es que la embarqué en una aventura, porque jamás había hecho deportes, y
menos fútbol. Ella muy sincera me avisó muy claramente que no se sentía capaz,
porque a ella el fútbol no le gustaba ni había acudido nunca a ningún partido.
Fue una anécdota que nunca le hizo gracia a
Margarita. Lleva prendido en el alma este gazapo y no le gusta recordarlo. Yo
le mando desde aquí un beso muy grande y mi deseo de que me perdone por haberla
obligado a hacer algo para lo que me dijo que no estaba preparada. Fue mi
culpa, si hay que culpar a alguien. No de ella. Sigue
leyendo su comentario aquí.
Hay un recuerdo que tengo de él, y que le mencioné hace poco, independientemente de sus intervenciones en los programas deportivos de RNE, que yo solía seguir como fiel aficionado al fútbol y otras disciplinas. Fue una tarde de sábado, viajando con mi padre en nuestro coche; sería a finales de los 70 o principios de los 80, escuchando una entrevista telefónica de Santiago al gran Jesús Hermida, que entonces veraneaba en el Puerto de Mazarrón. Era un programa vespertino en el que ambos repasaron la trayectoria del periodista onubense. Al concluir la charla, Peláez lo despidió agradeciéndole que le hubiera atendido solícito, en medio de sus vacaciones, viejos amigos como eran de los tiempos como reporteros en "La Actualidad Española". Nunca olvidaré la respuesta de Hermida, alguien que ya lo había sido casi todo en los diarios "Pueblo" e "Informaciones" o en RNE y TVE desde la corresponsalía de Nueva York: “Gracias a ti por la oportunidad”, contestó, en un gesto de modestia que a mí me impactó bastante.
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Fragmento de la portada del libro |
Peláez es también un tipo modesto, a pesar de subtitular
estas memorias de 'desvergonzadas', en algo que yo interpreto como un ejercicio
de desinhibición tras su alejamiento forzoso de la empresa por el ERE de 2007.
Coincido con él en que querer a alguien no significa ser incondicional y obviar
sus defectos y en que por RTVE han desfilado, a lo largo de su historia,
grandes profesionales, tan admirables como admirados, así como también
mediocres zánganos oportunistas. Ello no implica que le agradezcamos, como
empresa que un día nos acogió en su plantilla, ser lo que somos y cómo somos. Y
que sigamos defendiendo una radiotelevisión pública libre, independiente y
plural, sin ataduras al poder político de turno, algo que, en este país,
siempre a algunos se les antojó acaso una quimera.
-Esta
información en ElDiario.es (Murcia).
Santiago Peláez esta publicando en un blog del diario La Opinión de Murcia memorias de sus años de radio y televisión. La dirección es esta:
ResponderEliminarhttps://blogs.laopiniondemurcia.es/santiago-pelaez/