Aimar Bretos: "Estoy aprendiendo a hacer contenidos para gente que está en modo desconexión"
- "Si alguien te habla apasionadamente sobre un tema, el que sea, te contagia y hace que te interese de inmediato. Y en ese momento pensé que en "Hora 25" quería una colección de gente apasionada que nos hablara de los temas más variados, ya sea política o vulcanología"
-Sobre esto leí una reflexión en
verano que decía que, si alguien te habla apasionadamente sobre un tema, el que
sea, te contagia y hace que te interese de inmediato. Y en ese momento pensé
que en "Hora 25" quería una colección de gente apasionada que
nos hablara de los temas más variados, ya sea política o vulcanología.
"La radio exige tomar cientos de decisiones pequeñitas cada día y ver en qué basaban esas decisiones que tomaban me ha enseñado mucho. Porque si tienes unos criterios y unos principios periodísticos y éticos importantes, al final aplicas un mismo patrón a la hora de tomarlas, a decir sí o no, ver desde dónde, obviar el ruido"
-Hora 25 nació hace 50 años con la intención
de ganarle al final del día esa hora imposible… ¿es también la suya?
-Es un concepto precioso, atrevido y pionero. Pero,
para mí el objetivo, más que irte a la cama con esa sensación del dicho de
‘aprender algo nuevo’, es que algo te haya sorprendido, que descubras un punto
de vista nuevo o una idea te haya puesto patas arriba una convicción.
-Y que sea fácil.
-Tampoco necesariamente, a veces las cuestiones
complejas son complejas. Sólo quiero que, si hablamos de algo, se entienda, y
que se entienda la importancia de por qué te estoy robando estos siete minutos
para explicarte algo. Si te quito siete minutos de tu vida y a los cuatro te
aburro o te decepciono, es que algo no estoy haciendo bien. Mi reto es hacerlo
de una manera verídica y atractiva. Si cuento algo leído sin ninguna intención,
con un lenguaje muy técnico o no pensado para radio, posiblemente me oigas,
pero no me escuches. Yo tengo que contarte lo que sea de una manera que se
entienda, que te enganche, que me sigas, que te interese. Por eso para mí es
muy importante el casting, la composición de las mesas de
análisis, que no sean plurales sólo porque tengan que serlo, sino porque van a
aportar perspectivas nuevas, puntos de vista que tal vez no habías concebido y
que, cuando termine ese programa, te haya merecido la pena haberlo escuchado.
-El casting de su mesa de debate, El
ágora, es interesante: Carmen Calvo, Juan Manuel García-Margallo y
Pablo Iglesias, quien, por cierto, en ocasiones le ha dado algún zasca…
-Es cierto que en su momento tuvimos algún momento
tenso, pero siempre con respeto. Pero me parece fascinante el papel que está
jugando Pablo ahora. Creo que es una persona que podría dedicarse
exclusivamente a emitir contenido hacia su parroquia y ser en sí mismo un think
tank para los suyos. Pero los tres han venido aquí no a combatir, sino
a compartir argumentos, a dialogar. Esa es la actitud de los tres en El
ágora.
"Si te quito siete minutos de tu vida y a los cuatro te aburro o te decepciono, es que algo no estoy haciendo bien. Mi reto es hacerlo de una manera verídica y atractiva. Si cuento algo leído sin ninguna intención, con un lenguaje muy técnico o no pensado para radio, posiblemente me oigas, pero no me escuches"
-Usted pasó muchos años despertándonos por las mañana
en Hoy por Hoy, pero ¿cómo lleva esto de que nos vayamos con
usted a la cama?
-Cuando hacía radio de mañana, las amigas de mi madre
bromeaban con frases como «aquí estoy, contigo en la ducha» (se ríe)…
Pero es curioso, porque es muy distinto hacer radio de día y de noche. Ahora
estoy aprendiendo a hacer contenidos, y sobre todo la forma en que das esos
contenidos para gente que ya está en modo desconexión, cuando baja la marcha
del día. Y es precioso acompañar a la gente en ese momento.
-¿Cómo cambia?
-Con el tono, con el tempo. Por las
mañanas tienes la responsabilidad de contarle a la gente lo que va a pasar y a
la vez trabajas con contenido «muerto» —que ya ha sucedido— y que has tenido
tiempo de deglutir y analizar. Sin embargo, por la noche trabajas con lo que ha
pasado durante el día, pero sin mucho tiempo para hacer el primer análisis. Y
ahí es donde prima tu intuición. Tienes que tratar de que sea certero y que no
caduque.
-Cita la intuición, en un momento en el que los datos
priman más que nunca. ¿Cómo combinar ambos?
-Creo que los datos son la base sobre la que tenemos
que construir, y cuando un dato te dice que tu intuición está mal encaminada
poco más hay que decir. Pero también hay que mantener desplegadas muchas otras
antenas. Eso es básico para una redacción como la de la SER, que
lleva con las antenas instaladas en distintos puntos de la geografía desde hace
mucho tiempo y percibe los movimientos que hay en cada campo. Mirar y advertir
lo que está pasando es nuestro gran reto.
-Hace poco realizó la última entrevista a Iñaki
Gabilondo. Fue un emocionante adiós y también una simbólica forma de tomar el
testigo de uno de los grandes referentes del periodismo en España. ¿Qué ha
hecho usted para merecer esto?
Aimar Bretos (Fotografía Javier Jiménez Bas, CadenaSER.com) |
"Lo que dicen los datos es que nuestro público tiene una media de 50 y pico años, que es un poco más masculino que femenino… pero yo no me dirijo sólo a un hombre de 55"
-En su primer día de programa lanzó un mensaje a la audiencia: «Su complicidad nos hará felices, pero su exigencia nos hará mejores». ¿Y cómo de exigente es con su equipo?
-El equipo es grande. Dedicados sólo a "Hora
25" somos ocho personas, pero este programa no sería posible sin todo
el equipo de redacción de la cadena. Y a ellos procuro tratarlo con mucho
cariño, con paciencia, explicando por qué tomo las decisiones y pidiéndoles que
me las discutan permanentemente. Lo único que hago es aplicar lo que he
aprendido de mis referentes. Es ridículo pensar que sólo mi criterio es válido,
si entre todo lo podemos mejorar permanentemente. Por lo demás, creo que hay
que ser honesto con la gente y también agradecido.
-Sus predecesores también son historia de la radio:
Carlos Llamas, Pepa Bueno, Martín Ferrand, Angels Barceló…
-Yo lo descubrí con Llamas, que estuvo muchos años, y
con él me enamoré de la radio. Pero dirigir esta temporada es un bombón, porque
para celebrar el 50 aniversario estamos preparando algo muy bonito con todos
los que lo han hecho posible, a un lado y al otro de la radio. Porque un
programa de radio es sobre todo quien lo escucha.
-Y sabe quién le escucha?
-¡Me lo pregunto cada día!… Nosotros tenemos datos
claros del Estudio General de Medios (EGM), que nos indica quién nos escucha, pero al
mismo tiempo, el feedback que recibo es tan variopinto que me
lleva a pensar que hay un universo de gente muy distinta entre sí y a las que
los une querer cerrar el día con un análisis honesto de lo que ha pasado.
"Creo que (los podcast) para la radio son una bendición, y una fabulosa vía de entrada a nuevos públicos. Nosotros al final somos productores de audio, e información en mi caso. Así que me da igual si me escuchan en directo o a las cuatro de la mañana en un podcast: lo que quiero es que me escuchen"
-¿No tiene usted un único escuchante, como un retrato
robot?
-No, o es que en realidad aún no lo he descubierto.
Lo que dicen los datos es que nuestro público tiene una media de 50 y pico
años, que es un poco más masculino que femenino… pero yo no me dirijo sólo a un
hombre de 55.
-Una de sus pasiones es el reporterismo radiofónico.
Usted firmó junto a Víctor Olazábal uno soberbio sobre el GEO Francisco Javier
Torronteras (que murió en el atentado suicida de Leganés tras el
11-M). ¿Cómo compaginar esto con la velocidad y la urgencia del periodismo
diario?
-Yo creo que tenemos la obligación y la
responsabilidad de compaginar bien el análisis diario y la información con
historias elaboradas con más profundidad y con una calidad sonora exquisita. No
podemos pensar que la investigación en audio con buena factura sea solo para
los podcast especializados o para programas en paralelo, creo
que hay que mezclarlo e incorporarlo a nuestros programas, trabajos muy
perfilados con dedicación y grandes historias detrás.
-El vídeo no mató a la estrella de la radio. ¿Lo harán
los podcast?
-Para nada, creo que para la radio son una bendición, y una fabulosa vía de entrada a nuevos públicos. Nosotros al final somos productores de audio, e información en mi caso. Así que me da igual si me escuchan en directo o a las cuatro de la mañana en un podcast: lo que quiero es que me escuchen. Y si, por las dinámicas de la vida, podemos conseguir que determinados contenidos estén disponibles en otro momento, me parece imposible verle una pega. Y sobre los podcast, ese contenido creado específicamente para escucharlo bajo demanda y que no sea una segunda vida del audio de la antena, creo que nos van a llevar a otros públicos que no nos tenían en su mapa y que se van a convertir en una vía de entrada a la radio. Y ya lo estamos notando.
-Sigue leyendo esta entrevista en Forbes.es.
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