¿Quién decide cómo se mide la radio en España?
- El próximo martes 6 de julio se publicará la segunda ola del Estudio General de Medios, del que la industria de la radio tradicional española es claramente dependiente
- El EGM es una auténtica enciclopedia de hábitos de escucha de radio en España. Una encuesta aclamada en Europa, en el seno de la Unión Europea de Radiodifusión. Pionera en la introducción de la medición de podcast en el viejo continente. Pero que tiene que actualizarse con los nuevos tiempos
- Las agencias y los anunciantes tienen derecho a conocer, en su auténtica magnitud y volumen, la realidad del podcast en nuestro país y la AIMC tiene el prestigio, la trayectoria y la experiencia suficientes como para convertirse, si quieren sus socios, en la entidad que sitúe a cada canal en el lugar que le corresponde. Al tiempo.
La pelea por la audiencia supera los 50 años de historia del EGM (Gráfico Pixabay) |
AIMC tiene la oportunidad, en los próximos años, de convertirse en un actor principal en la carrera del audio en España (radio + podcast), pero para ello quienes deciden deben aportar los recursos necesarios para la reconversión necesaria e imprescindible que debe acometer
Y ahí sigue el EGM, que muchos quieren defenestrar porque ya
no aporta nada, mantienen, y sirve para poco. Evidentemente, no estoy de
acuerdo, aunque también pienso que debe reciclarse y actualizarse y empezar a
ofrecer datos que hasta ahora mantenía ocultos, como por ejemplo los referidos
al consumo de podcast de radio de los socios. El EGM aporta, lo he repetido a
menudo, no solo datos cuantitativos, que son los que ocupan las principales
portadas de los medios de comunicación el día de la publicación de la encuesta,
sino también importantes datos cualitativos que nos describen con detalle las
diferentes tipologías de oyentes, y los adjudican a tramos horarios que luego
se corresponden con programas. El perfil contempla las edades -dato crítico en
el caso de la radio, que envejece en cada encuesta-, el poder adquisitivo de
los oyentes, su nivel cultural, su nivel educativo. ¿Resultan o no interesantes
estos datos para cualquier director de programa? Durante mi tiempo al frente de
diferentes espacios de radio, me interesaba, cómo no, el dato de cuántos
oyentes se reunían habitualmente en torno a mi oferta, pero también me atraía
sobremanera conocer quiénes eran.
El EGM es una auténtica enciclopedia de
hábitos de consumo de radio en España. Una encuesta aclamada en Europa, en el
seno de la Unión Europea de Radiodifusión. Pionera en la introducción de la
medición de podcast en el viejo continente. Y a menudo criticamos su metodología
porque la consideramos anticuada y anacrónica con los tiempos que vivimos en
los que un servidor puede ofrecernos información mucho más ajustada al consumo real, y no basada en la capacidad memorística de los oyentes. En todo esto
hay medias verdades. Y medias mentiras. Es casi cierto lo de los servidores,
aunque todavía la medición digital plantee serios problemas de lectura, tantos
que varios países europeos han decidido suspender esta metodología, a la espera
de que se corrijan las desviaciones. Tampoco seríamos justos si acusáramos
gratuitamente a la AIMC de contar con un sistema de medición anacrónico. Es el
sistema del que han decidido proveerse las cadenas, las agencias y los
anunciantes que la financian. La AIMC es una empresa independiente en su
trabajo y medición de resultados, pero financiada por sus socios. Hace algunos
meses se desestimó una app. que servía para medir escuchas a través del smartphone.
Y antes se estudió la posibilidad de establecer audímetros, como en la
televisión, para medir la escucha real de radio. Pero resultaba tremendamente
caro. Y el sector no puede permitírselo. O sea, la AIMC trabaja con la tecnología
elegida por sus socios. Y sus profesionales saben mejor que nadie cuáles son
sus carencias y dónde deberían actualizarse. Pero casi siempre las mejoras
implican aumento de recursos, y los socios no están por la labor.
Momento de la entrevista realizada en 2020 a la presidenta de AIMC, Marga Ollero, por Eduardo Madinaveitia que publicamos en esta web (Fotografía Gorka Zumeta) |
AIMC estudió la posibilidad de establecer audímetros, como en la televisión, para medir la escucha real de radio. Pero resultaba tremendamente caro. Y el sector no puede permitírselo. O sea, la AIMC trabaja con la tecnología elegida por sus socios. Y sus profesionales saben mejor que nadie cuáles son sus carencias y dónde deberían actualizarse. Pero casi siempre las mejoras implican aumento de recursos
Sin embargo, la industria de la radio tradicional, la
envejecida industria de la radio tradicional, sigue mostrándose dependiente del
EGM cada trimestre y el próximo 6 de julio llegarán las notas que pasarán
fugaces por los medios, marcando una tensión momentánea que se extingue al día
siguiente, después del aluvión de cifras de audiencia. Y así, un trimestre tras
otro, sin grandes novedades que alteren significativamente el statu quo del
paisaje radiofónico patrio. Las cadenas publicarán sus grandes cifras de
oyentes a los cuatro vientos, y acto seguido, ya en silencio, y en ámbito
interno y silencioso, se dedicarán a analizar pormenorizadamente las otras
cifras, las cualitativas, que encierran tendencias, disrupciones, descubrimientos
y ruido difícilmente explicable.
Y los medios, sobre todo los confidenciales, cada uno con
sus intereses, sus filias y sus fobias, se dedicarán a escribir titulares
acerca de la continuidad o no de Àngels Barceló en las mañanas de la SER, o de Manu Carreño al frente de
“El Larguero”, en la misma casa o si Carlos Herrera, desde Cope, le come terreno al “Hoy por Hoy”,
el espejo donde se mira desde hace años, y no consigue ni igualar ni superar o si está más o menos enfrentado a la Conferencia Episcopal que apuesta por un acercamiento a las tesis del gobierno en el tema catalán. O
si Carlos Alsina sigue aumentando poco a poco, en silencio, su parroquia.
Pero nadie abunda en razones como que el deporte en la radio nocturna ha
descendido en número de seguidores, no solo porque la radio pierde oyentes,
sino también porque ahora hay mucha más competencia por la misma audiencia desde
la televisión con “El Chiringuito
de Jugones” de Pedrerol, o el intento, fracasado esta temporada,
del “El
Desmarque” en Cuatro. La despedida de José Ramón de la
Morena, de “El Transistor”, anoche en Onda
Cero, estará haciendo pensar a más de uno (sobre todo las cadenas competidoras) hacia dónde se irá el público
del de Brunete, qué nuevos destinos buscará para su ocio deportivo nocturno en
la radio… o en la tele... o en los podcast. La cadena de Atresmedia tiene que decidirse sobre su
nueva oferta, si aspira a quedarse con esa audiencia o definitivamente renuncia
a pelearse por ella en un paisaje enormemente reñido entre la SER y la Cope,
con los mayores presupuestos en equipos deportivos, y eso se nota.
Como cada víspera del EGM, buscamos colocar las marcas en su lugar correspondiente y, a estas alturas, nadie espera movimientos sísmicos (Fotografía Pixabay) |
La SER está empeñada en que el podcast se convierta en una nueva unidad de negocio, que obtenga sus propios beneficios. ¡El podcast! ¡Quién lo iba a decir! No hace mucho, menos de lo que pensamos, se escuchaba en algún que otro despacho, que esto de los podcast es como el Caballo de Troya de la radio
Cope no va a cambiar de
estrategia: sus pilares son Carlos Herrera y el equipo de deportes, los que más
facturan, con un Ángel Expósito cada vez más afianzado en “La
Linterna” y una tarde que no deja de perder audiencia desde hace cinco
oleadas (484.000, 2ª ola 2019 a 400.000, 1ª 2021), y que está pidiendo a gritos
un lifting.
Onda Cero juega bien
sus cartas. Alsina está fuerte, aunque a distancia de la SER y de Cope,
pero sube enteros cada ola. Acumula cuatro oleadas de EGM subiendo, y en el
último año ha incorporado 135.000 oyentes nuevos, hasta situarse en 1.330.000
adeptos. El periodista madrileño gana en visibilidad con su trabajo y acumula
últimamente premios que reconocen su labor al frente de “Más de Uno”. Julia
Otero está atravesando un bache debido a su maltrecha salud, que la ha
alejado temporalmente de su programa, pero el equipo sigue haciendo un magnífico
trabajo de diversión y entretenimiento, basado en contenidos sólidos y solventes.
Y Juan Ramón Lucas acumula cuatro oleadas de pérdidas en “La Brújula”,
que se ha dejado en el acumulado anual casi cien mil oyentes (93.000). Los
resultados de esta ola, resolverán la duda de si frena su tendencia negativa y
recupera posiciones o si, por el contrario, continúa a la baja, lo que deberá
mover cuando menos a la reflexión y a los reajustes.
Por último, RNE, con
cambios en su estructura, y sinergias cuyo éxito está aún por ver, se mantiene
en cuarta posición en el pódium con unas marcas discretas. “Las Mañanas de
RNE”, por ejemplo, están lejos de recuperar cifras pasadas, como las logradas
por Alfredo Menéndez, ahora destinado a las noches, en “Gente
Despierta”, que sumó 1.053.000 oyentes (1ª ola 2018) cuando el programa se
emitía de 6 a 12 del mediodía, y ahora, con Íñigo Alfonso y Pepa
Fernández, suma 808.000 emitiéndose de 6 a 13 horas. Las tardes son el período
más errático de la emisora pública, en pocos años (9), han desfilado por ellas Toni
Garrido, Yolanda Flores, Ciudadano García, Amaya Prieto y Julio Valverde
y ahora la periodista gallega Julia Varela, la más joven de toda la
lista, por la que la anterior dirección apostó con enorme valentía y arrojo,
dispuesta a cambiar el chip de las tardes de la pública, y rejuvenecer el
equipo de producción y el público. Empezó mejorando la marca heredada (175.000
oyentes, 3ª ola 2020) y perdió casi cuarenta mil oyentes en la primera oleada
de este año (148.000). El tiempo y la paciencia dirán si se trata de una apuesta
firme o temeraria, porque la audiencia de RNE
es la más envejecida de toda la radio convencional. Algo hay que hacer, es
inapelable. Y el baile de nombres por las tardes no ayuda precisamente.
La competencia del día a día (aunque sea trimestral) establece el corto plazo como plan y estrategia a seguir por la radio, cuando debería poner el foco en el medio y en el largo |
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