José Antonio Piñero vuelca su 'radioactividad' en un podcast
- "Aquí estoy solo, sin injerencias, con la libertad que opina el taxista, el carnicero, el camarero en la barra o un amigo tuyo mientras tomas un café. Somos el tiempo que estamos aquí. Espero que nadie crea que lo pierde conmigo. Cada oyente fiel es un tesoro"
José Antonio Piñero se adentra en el podcasting (Fotografías Instagram J.A.Piñero) |
-Es mi asignatura pendiente. Hace poco más de un año decidí tomarme una excedencia de los Servicios Informativos de la Cadena SER para volcarme aún más en la docencia después de veinte años impartiendo clases de Radio. En mi facultad, la Universidad CEU San Pablo -donde estudié Periodismo-, esta asignatura ya se llama 'Radio y Pódcast', así que me tirado toda la pandemia buscando la manera de dar el salto. Ha tenido que ser una tragedia personal la que hiciera saltar la chispa. Mi padre falleció en febrero, hicimos radio juntos cuando yo era un chaval y me apetece dejar constancia de aquel recuerdo. A su memoria va dedicado el primer episodio.
"Soy carne de radio, como profesional y como oyente. Me temo que al principio habrá mucho de mi vocación y de mi devoción por la radio. Pero... ¡ya no hay límite! Algo habrá que escuche cada semana en la radio, vea en la tele o lea por ahí y se convierta en material radioactivo"
-¿Qué crees que aporta José Antonio Piñero al universo pódcast?
-Pues el tiempo lo dirá. Soy de pueblo. Nací en una villa de la Bahía de Cádiz que se llama Puerto Real, así que me he criado en la costa, mirando al Atlántico. Esto me va a quedar muy poético, pero que sepas que me lanzo al océano del podcasting como una gota de agua más. Vengo a mojarme. De momento, la llegada al 'universo pódcast' sólo me ha aportado alegrías, el reencuentro con muchos compañeros de profesión, y el regreso a los guiones, las músicas, los efectos y los cortes.
-En tu caso, ¿el pódcast representa la libertad creadora absoluta?
-Sí. Y no es que no haya libertad creadora absoluta en la radio. No hay más que escuchar las mañanas de Carlos Alsina en Onda Cero o mis añorados fines de semana con Javier del Pino en la SER, pero los pódcast nativos tienen el privilegio de partir sin límites convencionales: pueden ser muy cortitos o durar horas, personales o colectivos, y el oyente te puede escuchar cuando quiera y donde quiera, en cualquier parte del mundo. En lo personal, después de haber presentado noticias durante más de veinte años, me apetece mucho comentar la actualidad.
-¿Aportando tu análisis y opinión?
-Sí, todos tenemos una opinión sobre lo que pasa y todas las opiniones son muy respetables, así que me apetece explorar un género poco explotado en el podcasting: la columna, un espacio de opinión que, humildemente, sirva para abrir debate. Con este espíritu nació en 2007 mi blog radioactivo.es desde que estaba alojado en la web de la desaparecida Punto Radio (Vocento).
"Siempre me ha gustado leer columnas y artículos de todos los periódicos, sobre todo de los de tendencias contrarias a la mía. Si sólo he aprendido de los errores, sólo leyendo de todo se puede comprender el argumento del contrario. Sólo escuchando se puede cambiar de opinión"
-¿Cuáles son los temas que esperas analizar en tu pódcast ‘Radioactivo’?
-De todo y sin censura, ventajas de ser por primera vez mi propio jefe. Y sin autocensura, que es un lujo que no siempre se puede permitir un redactor que está en nómina de un medio de comunicación. Alguien dirá que son libres los tertulianos, sí, pero creo que hay que quitarse el corsé, que no se sepa lo que uno va a opinar antes de abrir la boca. La opinión tiene que estar fundada y si no sé de lo que voy a hablar, guardaré silencio (que también es un elemento del lenguaje sonoro) o le preguntaré a quien realmente sepa. Puesto a refundir géneros, quiero que en esta columna suene opinión, aunque no siempre sea la mía.
-¿Cómo nos llamaremos los integrantes de tu comunidad: ‘radioactivistas? ¿Es, o no, una contradicción respecto del pódcast? ¿Qué relación ves entre ellos?
-(Risas) ¡Me quedo con lo de 'radioactivistas'! Tiene nombre de grupo de WhatsApp. Bueno, en este caso, llamar al pódcast 'Radioactivo' es una amortización de ¿marca? (perdón por el pegote). El blog se llama así, también soy 'Radioactivo' en Instagram, en Twitter (@radioactivo_es)... Y aunque me lance ahora al podcasting, soy carne de radio, como profesional y como oyente. Me temo que al principio habrá mucho de mi vocación y de mi devoción por la radio. Pero... ¡ya no hay límite! Algo habrá que escuche cada semana en la radio, vea en la tele o lea por ahí y se convierta en material radioactivo.
-¿El pódcast es la evolución de la radio o su competidor?
-La radio está a punto de cumplir su centenario en España y no ha dejado de mudar la piel, pero la tele no se cargó la estrella de la radio ni tampoco internet. Como todo medio de comunicación, la radio tiene que adaptarse a la tecnología y este es el presente. Creo que la convivencia de la radio y el pódcast va a ser larga y fructífera, pero la radio tiene que corregir cuanto antes que las nuevas generaciones estén abandonando la FM en tropel para "consumir sonido" en Spotify y demás plataformas. Sin nuevos oyentes, ¿qué será de la radio?
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-¿A quién se dirige ‘Radioactivo’?
-Puede haber tantos oyentes (que entiendan el español) que digo yo que alguno habrá que comparta mis impresiones. Siempre me ha gustado leer columnas y artículos de todos los periódicos, sobre todo de los de tendencias contrarias a la mía. Si sólo he aprendido de los errores, sólo leyendo de todo se puede comprender el argumento del contrario. Sólo escuchando se puede cambiar de opinión. En la radio y en la televisión están opinando los grandes comunicadores, los tertulianos y, en ocasiones, los oyentes. Aquí estoy solo, sin injerencias, con la libertad que opina el taxista, el carnicero, el camarero en la barra o un amigo tuyo mientras tomas un café. Somos el tiempo que estamos aquí. Espero que nadie crea que lo pierde conmigo. Cada oyente fiel es un tesoro.
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