David de Jorge, la alegría de la huerta
- David de Jorge tiene duende, diríamos, de ser sevillanos; pero, al ser vasco, el adjetivo es otro, ¡qué jatorra es! “Esa clase de persona que siempre tiene una sonrisa en la cara, una palabra amable y está dispuesto a echarte una mano sin pedir nada a cambio”
David de Jorge despide simpatía borbotones (Fotografía Atresmedia) |
David de Jorge es David de Jorge, una marca indiscutible de cocinero cercano, con una enorme capacidad de comunicación, que contraviene ese principio de que los vascos no tenemos gracia, al menos no tanta como los andaluces
Reconozco que nunca le he buscado en la antena (aunque sí en
podcast), pero cuando me lo he encontrado, no he dejado de escucharle hasta el
final, hasta que le decía ‘agur’ a #Alsinamari, al que ha rebautizado/euskerizado
con cariño. Y el madrileño se deja, porque lo que le encanta es pasárselo bien
en directo, porque, perro viejo, sabe que los oyentes solo disfrutan si antes
lo hacen ‘los de la radio’. David de Jorge consigue que no salga del coche
hasta que dice adiós. Me tiene enganchado… Y lo de menos, si me apuran, es la
receta, que luego puede encontrarse en la web. La receta se convierte en un
extraordinario pretexto para una no menos extraordinaria sección. Yo, que me
autodefino como tiquismiquis a la hora de comer (y me llevé las tortas de la ama),
me dejaría convencer por este gran hombre que destila energía positiva allá por
donde pasa.
David de Jorge no solo charla con Alsina, charla también con
los oyentes (a quienes, a veces, vapulea dialécticamente, pero siempre con
gracia y ¿respeto?) y con otros colegas y colaboradores del programa, que se
consideran cocinillas, o no. Y en todos los entornos, de Jorge brilla como
hechicero y seductor. Y el interés, sin pretenderlo, se centra en él. En su
enorme y natural capacidad de comunicación. De los cocineros vascos, muchos de
los que han hecho además televisión, David de Jorge es, junto con el maestro Karlos
Argiñano, el más carismático y eficaz en medios. Los maestros (Juan
Mari) Arzak, (Pedro) Subijana o el propio (Martín) Berasategui,
tienen, sin ninguna duda, otros valores, representan la cumbre de la cocina de
autor, pero su nota como comunicadores, con diferencias y matices entre ellos,
no es tan alta como las de David y Karlos. Y entre ellos se quieren y se
admiran, y siguen aprendiendo unos de otros, con devoción. Insisto: jatorras.
Si está de acuerdo con el oyente, va todo bien; si no, es posible que te mande a freír espárragos (que por cierto están muy ricos) o, directamente, te atice un “¡vete de Europa!” por el sacrilegio que supone para él la afirmación que ha hecho
David de Jorge es un colaborador de lujo. No es casualidad
que, entre bromas y veras, Alsina incluyó en antena un sketch en el que
el científico loco de “Regreso al futuro”, Emmett Brown, viajaba
a 2018, fecha en la que el periodista madrileño entrevistó por primera vez en
el programa al cocinero de Hondarribia (Fuenterrabia), y advertía: “si
dejamos que siga hablando en esa entrevista los jefes se fijarán en él y lo
ficharán, y el futuro de esta radio estará marcado por las guarrindongadas y, lo peor de todo, por Barry
White”. De Jorge sonreía, por detrás, con la ocurrencia, al tiempo que
espetaba al “jefe”, “tú no tienes huevos de salir de aquí para ir a comer a Lesaka,
si no te ponen un coche y te llevan”.
David de Jorge es David de Jorge, una marca indiscutible de
cocinero cercano, con una enorme capacidad de comunicación, que contraviene ese
principio de que los vascos no tenemos gracia, al menos no tanta como los
andaluces. Muchos de los oyentes de esta mágica tierra andalusí que llaman al
programa se reconocen auténticos fans del cocinero, que está creando una
comunidad de seguidores que disfrutan con su ingenio. Son numerosos los que
envían sus notas de audio a David con sus opiniones y preguntas, y el cocinero
no espera a escuchar todo el ‘tren de llamadas de oyentes’, sino que va
respondiendo sobre la marcha, incluso impidiendo que se escuche bien la
siguiente llamada. Si está de acuerdo con el oyente, va todo bien; si no, es
posible que te mande a freír espárragos (que por cierto están muy ricos) o,
directamente, te atice un “¡vete de Europa!” por el sacrilegio que
supone para él la afirmación que ha hecho. Pero incluso este macroinsulto
geográfico se le perdona porque David es como es… y se hace querer, como
esas amoñas (abuelas) permanentemente quejosas, aparentemente broncas,
que en el fondo resultan entrañables, porque su actitud no deja de ser una
estrategia para hacerse notar. Este sukaldari (cocinero) es como
la radio. Mientras que a la prensa se la respeta, y a la televisión se la
admira, a la radio se la quiere.
David de Jorge protagoniza una de las secciones de la radio más vitalistas (Fotografía Atresmedia) |
Si alguien no ha tenido, todavía, la oportunidad de escuchar la sección de David de Jorge, Robin Food, con #Alsinamari en el “Más de Uno”, de Onda Cero, ya está tardando. Y no lo digo solo como prescriptor radiofónico, sino sobre todo como terapeuta aficionado y voluntarioso, porque escucharle resulta enormemente enriquecedor energéticamente. Así como hay personas tóxicas, que se adivinan y se perciben, y de las que conviene mantenerse alejado, las hay también como David de Jorge, vitalistas y positivas, a quien percibimos como el amigo que siempre está de buen humor, y pendiente de ti, sin resultar cargante. De Jorge es otro regalo de la radio de Alsina.
-Date una vuelta por los podcast de "Más de Uno" para disfrutar con David de Jorge y sus ocurrencias