Kiko Novoa: "El oyente, si no eres honesto, lo percibe"
- "Hablamos en gallego, sin prejuicios, con orgullo, sin sectarismos y con naturalidad"
- "Cada vez que termino el programa me formulo la misma pregunta: ¿hemos sido útiles?"
Kiko Novoa, en directo, en su programa "Galicia por diante" (Captura video CRTVG) |
"Creo en la vocación de servicio público. Claro que son importantes las audiencias, quien diga que, estando en este circo, no le importan, miente. Si nadie nos escucha nuestro trabajo no tiene sentido. Pero debemos saber frenar delante del micro antes de salirnos por la tangente"
-La verdad, estoy en una edad en la que me cuesta hasta recordar
qué he dicho. ¿Será porque hablo de más?
-No creo, Kiko. Con los años escuchas más…
-Ahora en serio. Puede parecer algo presuntuoso, pero el
hecho de tener la suerte de compartir cada día lo que uno piensa, y hacerlo con
la palabra, es un privilegio sobre el que prefiero no meditar demasiado porque
me da cierto vértigo. Dicen que a veces los sueños se cumplen.
-¿Y tú cumpliste el tuyo?
-Yo (debo admitirlo) he tenido esa gran suerte, Gorka. No
hablo de capacidad o de formación, sino de suerte. Suerte de, aún no sé por
qué extraña razón, recibir la propuesta, hace ya más de una década de dirigir
el programa bandera de la radio pública de mi país, esa de la que yo antes era
"escuchante", que diría la colega Pepa Fernández, y ahora soy
"hablante". Un lujo.
-¡Y en gallego!
-Sí, mi lengua materna, el idioma en el que estamos en el mundo,
sin prejuicios, con orgullo, sin sectarismos y con naturalidad. Esa es la radio
en la que quiero estar.
-Trabajas en una radio pública de proximidad…
¿Cuanto más cerca del oyente, mejor?
-La Radio Galega transita entre dos espacios: lo local y lo
universal. Somos más de dos millones y medio de habitantes que compartimos
espacio en la comunidad autónoma.
-Pero hay muchísimos más gallegos que los que viven en
España…
-Exacto, Gorka, ahí quería llegar. Son millones de gallegos
o descendientes de gallegos los que nos escuchan desde todas las partes del mundo.
Somos pocos y al mismo tiempo muchísimos. Los gallegos hemos roto la línea de
espacio-tiempo hasta convertir la radio en una paradoja en sí misma: una
audiencia potencial que se multiplica como círculos concéntricos.
"No pretendo dirigirme a una masa indefinida, como si la audiencia fuese una entelequia que se reduce a valores de los estudios demoscópicos. Quiero hablarle al oyente, a ese que tiene la infinita generosidad de habernos elegido a nosotros para informarse y divertirse"
-¿Y cómo entiendes tu responsabilidad, la de la radio
pública gallega?
-Nuestra obligación es hablar con el oyente como si fuese
único y contar la vida con proximidad y rigor, sin olvidar nunca
que estamos, como recuerdas bien, en una radio pública, sin tampoco por ello
ponernos límites. Mi obsesión es lograr contar las cosas al minuto, sea un
accidente en un pueblo de la montaña de Lugo, sea una manifestación en el
centro de Vigo, sea la historia de un ourensano que vive en Japón tras un
terremoto o sea el descubrimiento de una nueva vacuna en Estados Unidos gracias
a un laboratorio con un becario coruñés.
-Si estás ahora en la Radio Galega… ¿se entienden mejor
tus comienzos en Radio Culleredo, la emisora municipal de un pueblo de 30.000
habitantes de A Coruña…? Y después también colaboraste con Radio Nacional de
España, desde Escandinavia… ¿Cuál es la mayor satisfacción que te proporciona
trabajar en un medio público?
-La vocación de servicio público. Claro que son importantes
las audiencias, quien diga que, estando en este circo, no le importan, miente.
Si nadie nos escucha nuestro trabajo no tiene sentido. Pero debemos saber
frenar delante del micro antes de salirnos por la tangente. No podemos
especular, debemos ser reiterativos, contar las cosas con claridad, dejar las
opiniones para Twitter y poner micrófono a quien realmente tenga argumentos
interesantes para compartir con los demás. Sea en Radio Culleredo, RNE o la Radio
Galega al final el objetivo es el mismo: el servicio público.
-¿Y tu autoevaluación?
-Pues, Gorka, cada vez que termino el programa me formulo la
misma pregunta: ¿hemos sido útiles? Si la respuesta es no, yo, como responsable
del programa, he fracasado.
-Hace poco más de seis años te licenciaste en Historia y
para el Trabajo fin de Grado elegiste un tema en el que veo una relación
directa con la radio: el Foro de Lugo, el Lucus Augusti, el centro de la
vida urbana en la ciudad romana, donde básicamente se hablaba mucho…
especialmente de lo público: justicia, religión, comercio y hasta la
parte lúdica y del entretenimiento… ¿Eras consciente, cuando elegiste este tema
para tu TFG, del parecido enorme con la radio?
Kiko Novoa en medio de uno de sus programas (Fotografía CRTVG) |
-Es un buen tema este que planteas: el pasado ‘escrito’…
-Pues fíjate, me sorprende lo que me formulas. Tienes toda
la razón. No había caído. Quería realizar un trabajo sobre una de las grandes
incógnitas de la historia romana de Lugo y me decidí por el foro. Es muy
curioso. Al final, la palabra lo abarca todo, incluso inconscientemente.
"Las poses en la radio duran poco. Puedes realizar un formato muy cuidado en lo estético, paladeando las sílabas, adornando las vocales, colocando unos fondos clavados al milímetro, pero si tras todo ello no hay nada, el castillo de naipes se desploma"
-A Iñaki Gabilondo no le ha gustado nunca leer ante el
micrófono, porque entendía que el papel ejercía de filtro interpuesto en la
comunicación directa que se debe establecer entre el presentador y su público…
¿Por eso tú dices que en “Galicia
por diante no leéis historias”, sino que “las
susurráis al oído”?
-Hay que hablar bajito, que no podemos sobresaltar a la
parroquia. Como te contaba antes no pretendo dirigirme a una masa indefinida,
como si la audiencia fuese una entelequia que se reduce a valores de los
estudios demoscópicos. Quiero hablarle al oyente, a ese que tiene la infinita
generosidad de habernos elegido a nosotros para informarse y divertirse, ¿por
qué hemos convertido estos dos verbos en antónimos?
-Tienes toda la razón, hasta el sistema educativo ha
renunciado al final de la Primaria a la diversión en la transmisión de
conocimientos. Y la radio a menudo lo olvida…
-No podemos fallar al oyente, Gorka. Sabemos que cualquier metedura de pata implica que se nos vaya ese amigo desconocido que había confiado en nosotros. El último EGM nos ha dado unos resultados históricos, en medio de la pandemia, y nuestra obligación es mantener el nivel. Si creemos que un oyente está dispuesto a tragar todo lo que le contemos por un criterio de supuesta fidelidad eterna estamos muy equivocados.
-La radio, frente al podcast, cuenta con un valor diferencial único, que es el directo. ¿Te gusta enfrentarte todos los días a un guion inestable, a un programa de seis horas imprevisible, sin saber, como dices, “qué pasará al minuto siguiente”? ¿No te provoca excesiva tensión o la gestionas bien?
-No fumo, pero tengo las uñas hechas trizas. Así se resumen
mis directos.
-No eres el único. ¿Crees que gestionas bien el estrés
provocado por la luz roja encendida?
-Sinceramente, creo que sí, Gorka.
"Todos los días partes con una idea, un esquema perfilado, unas entrevistas pactadas, pero la magia de todo este negocio surge cuando, ¡zas!, algo pasa ahí fuera que lo rompe todo. Y empiezan a correr los compañeros, a recibir mil mensajes por whatsapp y a iniciar entrevistas sin saber muy bien cómo va a acabar el día"
-Y ahora es cuando hablas del equipo, ¡a que sí!
-Justo. ¡Es que el mío es maravilloso! Es capaz de
naturalizar todas las situaciones, incluso aquellas más estresantes. Eso es
clave. Y forma parte también del oficio: ser capaz de mantener la tranquilidad,
aunque sepas que estás dando una noticia de especial trascendencia o estás
narrando un episodio histórico, sea positivo o negativo.
-¿Qué es lo que más te atrae de "Galicia por
Diante", Kiko?
- El minuto cinco.
-¿Cómo?
-Sí, el minuto cinco, cuando sabes que buena parte del guion
ya no vale para nada. Todos los días partes con una idea, un esquema perfilado,
unas entrevistas pactadas, pero la magia de todo este negocio surge cuando, ¡zas!,
algo pasa ahí fuera que lo rompe todo. Y empiezan a correr los compañeros, a
recibir mil mensajes por whatsapp y a iniciar entrevistas sin saber muy bien
cómo va a acabar el día. Cuando finaliza el programa notas la adrenalina…
-…y te vienes abajo, hecho polvo, como si hubieras
descargado un camión de fruta…
-¡Totalmente! La adrenalina que había permanecido durante
horas de hombros hacia arriba, se despeña de golpe hacia la punta de los pies.
-¿Aporta placer?
-Pues no lo sé. A mí me gusta.
-Escribía el comunicador Luis Fraga en su blog que
en “Galicia por diante” trabajáis “con
guion, contenidos muy elaborados, un alto sentido de la estética
radiofónica y, por encima de todo, con cercanía e intención de ser un
servicio público”… me voy a centrar en la ‘estética
radiofónica’… ¿qué entiendes tú por este concepto? ¿Se pueden cuidar tanto las
formas en un formato diario que está condicionado por el minuto a minuto?
Kiko Novoa es la imagen de la Radio Galega |
-Vaya por delante que todo lo que diga Luis Fraga está bien dicho, es uno de los mejores tipos que me he encontrado en este patio. Y, en relación a tu pregunta, sí, se puede y se deben cuidar las formas en un formato diario. Ahora bien, ¿qué entendemos por cuidar las formas? A mi juicio no se trata tanto de un aspecto meramente estético, sino también y, sobre todo, ético. La honestidad y la naturalidad creo que son básicas.
-¿Trascienden el micrófono, lo crees?
-Estoy seguro de que el oyente, si no eres honesto, lo
percibe. Las poses en la radio duran poco. Puedes realizar un formato muy
cuidado en lo estético, paladeando las sílabas, adornando las vocales,
colocando unos fondos clavados al milímetro, pero si tras todo ello no hay nada,
el castillo de naipes se desploma, y mucho más en un formato diario de tantas
horas de duración ante el micrófono.
(Continúa)