"Clubhouse es un sindiós", por José Antonio Piñero
https://www.gorkazumeta.com/2021/05/clubhouse-es-un-sindios-por-jose.html
Periodista, profesor de radio y podcast en el CEU San Pablo y en la Escuela CES
"He visto suflés que han tardado más tiempo en subir y bajar"
- "Creo que nos estamos precipitando porque la fiesta no ha hecho más que empezar. El mérito de Clubhouse está en el formato, que ha abierto brecha y ya están copiando"
Quizá me esté precipitando, pero he visto suflés que han tardado más tiempo en subir y bajar que la curva de usuarios de Clubhouse en España. Apúntenme en la lista de defraudados. Le ha pasado lo mismo a casi toda la gente que conozco del mundo de la radio. Quizá ese sea el primer error, creer que Clubhouse tiene que ver con la radio. Estamos ante una red social que sólo suena, sí, pero el pueblo es soberano. La audiencia sabe lo que quiere. O no. Quizá, simplemente, me esté precipitando…
Un cuñado fue el primero que me invitó a participar en esta app de audio el pasado 8 de febrero. Aquel correo electrónico me recordó a otros inicios, los de Facebook y Twitter hace ya más de una década, que también eran por recomendación. Como en toda red social, las salas con participantes que aparecen en pantalla dependen de tu seguimiento de usuarios. En definitiva, que quizá te estés perdiendo la mejor oferta del momento. Falta una parrilla de programación. O quizá no, claro. Que no es una radio, que es una red social…
"La primera impresión que ha dejado Clubhouse en España es que es un sindiós que se ha llenado a toda velocidad de vendehumos, salas para ligar y comentar 'Supervivientes' en directo. Todo lo que no se hace en la radio porque no lo es"
En estos tres meses he accedido a infinidad de salas y habré participado en muy pocas. Como periodista, me llamaba también la atención crear salas y ver qué pasaba. La primera fue el sábado 13 de febrero, el Día Mundial de la Radio, por hacer el guiño y en pleno boom de la aplicación en España. Fue, como lo denominaron los propios participantes, todo un éxito. Fuimos más de un centenar charlando de las posibilidades que abría Clubhouse. En aquel debut me llevé más de un baño de realidad: primero (como me contaron) porque aquello parecía un hotel lleno de salas de conferencias, en el que tú cotilleas y participas donde quieres. Y segundo (como me espetaron), porque ni aquello era un programa de radio ni nos encontrábamos ante un nuevo medio de comunicación. Aquí cabemos todos, pero es el territorio de la audiencia y no (sólo) de los profesionales.
La segunda sala que monté fue a la semana siguiente. Fuimos más periodistas convocados que oyentes, pero comprobé que con una veintena de conectados era más fácil seguir la conversación y dar la palabra, que cuando accedes tienes el micro silenciado y uno tiene que levantar la mano. Tardé en organizar la tercera, más ambiciosa, bien anunciada por las redes durante dos semanas, con un panel de periodistas y amigos para debatir la noche electoral del 4 de mayo. Fue una conexión conjunta con Twitter Spaces. Estuvimos un par de horas. En el minuto de oro tendríamos 10 oyentes.
Compruebo que le está pasando lo mismo a otros compañeros, infinitamente más populares que yo, que montan salas de ocio y música (menos sesudas que un coloquio político) y no pasan de la treintena de seguidores. Ellos no lo cuentan, el número de asistentes es público y a mí no se me caen los anillos por explicar mi experiencia, que es lo que me pide Gorka Zumeta para todos sus lectores.
Evolución del tirón de Clubhouse en España (Fuente Inside.com) |
Lo escribo en plural: creo que nos estamos precipitando porque la fiesta no ha hecho más que empezar. El mérito de Clubhouse está en el formato, que ha abierto brecha y ya están copiando Twitter, Facebook e Instagram: sólo sonidos, sin poder llenar la pantalla de fotos ni emoticonos. Por más listas de salas que se organicen, por más patrocinios que se puedan crear (todo está por amortizar) y por más rápido que vayan entrando los usuarios de Android (de momento sólo funciona en los iPhone, craso error), la primera impresión que ha dejado Clubhouse en España es que es un sindiós que se ha llenado a toda velocidad de vendehumos, salas para ligar y comentar 'Supervivientes' en directo. Todo lo que no se hace en la radio porque no lo es.