La sombra de la ficha técnica en las métricas de audiencia
- Los estudios, las encuestas, los análisis, tienen la obligación de recoger la opinión pública de la manera más fiel posible, y absolutamente transparente
- Asistimos a una proliferación de todo tipo de estudios que señalan el crecimiento espectacular del consumo de podcast, con escaso sentido crítico sobre su base científica
Conocer lo que piensa realmente la audiencia es el gran reto de los profesionales de la medición (Fotografía Pixabay) |
La ficha técnica representa a las tripas del estudio, lo hace más o menos fiable, más o menos representativo, cuantifica el margen de error, dibuja el perfil de los encuestados, quienes han alimentado con sus respuestas el catálogo de datos, detalla la metodología empleada, presencial, online, telefónica, etc. En definitiva, en la ficha técnica de cualquier estudio analítico o métrica reside la validez de los datos. Su credibilidad. Y sus reservas
¿Dónde reside mi desconfianza? En la ficha técnica, que
algunos estudios escatiman. Sé que soy un pejiguero, pero no puedo -y creo que
no debo- evitarlo. La ficha técnica representa a las tripas del estudio, lo
hace más o menos fiable, más o menos representativo, cuantifica el margen de
error, dibuja el perfil de los encuestados, quienes han alimentado con sus
respuestas el catálogo de datos, detalla la metodología empleada, presencial,
online, telefónica, etc. En definitiva, en la ficha técnica de cualquier
estudio analítico o métrica reside la validez de los datos. Su credibilidad. Y
sus reservas.
En principio, no tengo por qué desconfiar de un estudio
firmado por cualquier plataforma de podcast. Pero resulta inevitable dudar de
cuáles son sus verdaderos intereses, por lo que representan, si se oculta la
ficha. ¿Qué parte corresponde a márketing y qué parte corresponde a auténtico
periodismo? Por eso creo que la ficha técnica resulta determinante.
Fundamental. Imprescindible. Y a menudo queda ensombrecida en puras vaguedades
y, en el peor de los casos, ni siquiera se incorpora al estudio. No nos dejemos
impresionar por la primera encuesta que nos llegue. Seamos críticos, busquemos
la ficha técnica y comprobemos cuál es, por ejemplo, su representatividad: no
es lo mismo construir un estudio sobre mil encuestas, que hacerlo, por ejemplo,
sobre 80.000, como solo hace en España el Estudio General de Medios, que
elabora trimestralmente la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación.
No pretendo ensalzar el EGM como el modelo infalible de
estudio y análisis de medios. También tiene sus sombras. Y a menudo
hablo de ellas aquí. Pero nadie puede negarle una representación en número de
personas consultadas de una enorme e indiscutible validez, con respecto al
universo que trata de fotografiar.
Un ejemplo. Estamos acostumbrados a consultar estudios
estadísticos cuyo trabajo de campo está basado en encuestas online, logradas a
través de la red, por un panel más o menos representativo de un universo,
global o nacional, determinado. Que a nadie se le escape que esa encuesta parte
de un sesgo evidente, marcado por el propio origen de los consultados. Procede
del mundo digital, y por tanto, no es exagerado deducir que quienes se manejen
con soltura en ese ámbito es más fácil que consuman productos digitales,
incluida la radio online y los podcast. Forma parte de su hábito, y de su hábitat.
Pero no puede ser tan representativo del mercado como una encuesta realizada
entre un panel mixto (face to face, telefónico y online).
El sistema de medición perfecto no existe. El modelo de medición digital, alejado del recuerdo en que se basa el EGM, plantea también numerosos problemas que hay que resolver. Por esto, países como el Reino Unido, Italia y Holanda han rechazado la métrica digital para controlar sus audiencias de radio
A estas alturas, todos hemos oído argumentos a favor,
algunos muy vehementes, ciertamente, de que las métricas de la radio en España,
fundamentalmente el EGM, introduzcan datos de consumo real recabados por los
mismos servidores que suministran el producto al usuario final. De esta manera,
evitaremos confiar, en el estudio de la AIMC, en la imperfecta memoria del
oyente en relación con lo que escuchó, en radio y en podcast (porque sobre
ambos se pregunta) el día anterior a la realización de la encuesta, como
establece la metodología del modelo declarativo que sirve de base al EGM
y a decenas de estudios europeos de similares características.
No está tan claro. Partamos de la base de que el sistema de
medición perfecto no existe. Y, por tanto, volvamos a introducir un
imprescindible tono crítico para analizar lo que nos ofrecen. El modelo de
control digital plantea numerosos problemas de tipo técnico, de los que se
derivan evidentes problemas de imprecisión. Una misma persona puede convertirse
en varios oyentes, en función del dispositivo que emplee para conectarse a la
fuente medida. Este es solo uno de los numerosos problemas que plantea la
metodología de control digital, a pesar de que sigamos manteniendo que en este
caso se trata de datos reales de consumo, y no recuerdos. Por estos problemas,
y otros, países como el Reino Unido, Italia y Holanda han rechazado la métrica
digital para controlar las audiencias de radio en sus respectivos entornos. Y también por sus costes. Tampoco es perfecta.
Suma y sigue. Frente al podcast, la radio continúa siendo
mayoritariamente analógica, en una proporción media europea que se sitúa en un
amplio 90-10 por ciento. 90 por ciento de consumo de radio por Onda Media, en
menor proporción (pero todavía importante) y FM (todavía un verdadero rodillo).
En España, la audiencia de radio online no llega siquiera a ese 10 por ciento.
¿Cómo, entonces, a la vista de este paisaje claramente analógico, pretendemos
medir la radio a través de métricas digitales, si solo representa al 8 por
ciento de la audiencia? Lo que ocurre es que queda muy bien, y resulta muy
moderno, apostar por la nueva metodología digital y, una vez más, la enésima, denigrar
al EGM. Ni una cosa, ni la otra. Tratemos de ser rigurosos. Por eso, el secreto
de un estudio está en su ficha técnica. Por eso, todo estudio que se
precie deberá destacar convenientemente cómo y entre quiénes se ha hecho el
análisis. Y aquellos que no lo incorporen, proporcionarán argumentos
para la desconfianza.
Es imprescindible para el futuro del podcast contar con unas buenas métricas que cuantifiquen sus apoyos (Fotografía Pixabay) |
Todo estudio que se precie deberá destacar convenientemente cómo y entre quiénes se ha hecho el análisis. Y aquellos que no incorporen una completa ficha técnica proporcionarán argumentos para la desconfianza
El último EGM (3ª ola 2020) certificó una pérdida enorme de
oyentes, casi 700.000, que engrosaron las pérdidas acumuladas por la radio
española, en clara regresión de audiencia. Y eran pérdidas asociadas
fundamentalmente a la radio temática musical. Si nos quedamos solo con este
dato, es posible que tendamos a tergiversar la realidad. ¿Es un dato objetivo?
Sí, lo es. Es producto de una foto finish de un trimestre obtenido sobre
la base de una encuesta de, aproximadamente, 25.000 consultas. Pero hay que
tratar de ir más al fondo. El mayor consumo de la radio musical en España se
produce en movilidad, por la mañana y por la tarde de ida, y la vuelta, del
trabajo. Con la pandemia, al reducirse la movilidad, esta manera de consumir
radio se ha visto afectada hasta los límites que ha reflejado el EGM. Por
tanto, ¿es un dato objetivo? Por supuesto. Pero tan objetivo como, creo,
coyuntural. Recuperada la normalidad -y confiemos que sea cuanto antes- las
aguas volverán a su cauce, y las audiencias volverán a recuperar sus rutinas de
consumo de radio. O no.
La audiencia, en la radio, y en cualquier otro medio, es algo vivo, cambiante, que evoluciona. Y toma sus decisiones, y elige. Los estudios, las encuestas, los análisis tienen la obligación de recoger esa opinión pública de la manera más fiel posible, de manera absolutamente transparente. Y en este juego de transparencia, la ficha técnica es imprescindible para trasladar a quien consulta los resultados de un estudio que lo que está leyendo responde a la realidad, y no es producto de una suma de intereses, bajo presupuesto y escasa pericia profesional para tabular los resultados de las encuestas.
Sr. Gorka.
ResponderEliminarEstoy viendo como las plataformas, por decir un nombre citaré a comScore, se encargan de hacer los estudios de audiencia de las emisoras en internet, pero los datos que ofrecen hay que creerlos simplemente porque sí. Dan datos que a veces parecen propios del estudio EGM que de un estudio estadístico en internet.
Es muy fácil hacer público un enlace a los datos oficiales de los buscadores y a las métricas del servidor de streaming, pero nadie lo hace ¿porqué será?.
Parece que esto no interesa a las emisoras y dan datos que hay que creer simplemente porque lo dice tal o cual empresa de prestigio.
Sintiéndolo mucho esos datos yo personalmente, desde mi experiencia no puedo creerlos, pero lo que yo crea o no, a nadie le importa, lo importante es que lo crean las agencias y centrales de compra.
¿Porqué las emisoras no dan acceso a las estadísticas reales que proceden directamente de sus servidores de streaming y de sus cuentas de estadísticas en los principales buscadores?.
No pongo en duda la veracidad de los datos que las emisoras y sus empresas de medición ofrecen, pero a mi me cuesta mucho creerlo.