"Si entiendes al oyente triunfas en radio", por Tito López
"No somos tan especiales como creemos"
- "La gente puede vivir sin radio. Nosotros no podemos vivir sin ellos"
Para entender al oyente de radio, debemos intentar salir de nuestra burbuja... (Fotografía Pixabay) |
"Los oyentes no están pendientes de lo que hacemos. Es un ‘ruido de fondo’ que acompaña y llena el ambiente. Y, sí: es un hábito. Muchas veces encendemos la radio y ni nos damos cuenta"
Son muchas las preguntas que aparecen de repente en nuestras
mentes educadas para escuchar radio de manera crítica. Sin embargo, ¿cómo
escucha radio un oyente normal?
Hagamos el siguiente ejercicio: Cuando alguien entra a su
habitación y está oscura, se dirige al interruptor y enciende la luz. No se
necesita ser muy inteligente para hacerlo. De hecho, lo hace de manera
automática y no se da cuenta. Es algo inconsciente. Ahora pensemos en una
persona que trabaja en una empresa de iluminación de espacios quien llega a su
habitación oscura y la luz está apagada. Seguramente tratará de activar el
interruptor, pero es posible que en ese momento piense: “No está bien ubicado.
A lo mejor debería estar en la otra pared, junto a la puerta”. También es
posible que se dé cuenta de que la intensidad de la luz no es la mejor.
“Debería poner una bombilla de 60 watts para iluminar mejor el rincón donde
está la mesa de noche”. Por ser una luz fluorescente se da cuenta de que
parpadea un poco y comienza a preguntarse si será que el tubo ya está a punto
de fundirse o si es un problema del cebador.
Podría seguir extendiéndome en este ejemplo, pero a esta
altura ya espero haber explicado mi punto. La gente, la mayor parte del tiempo,
no es consciente de que está escuchando radio. Ellos no piensan en radio todo
el tiempo, como nosotros.
Volviendo al primer ejemplo, la persona que entra a su
habitación es posible que además de encender la luz luego tome el control
remoto y encienda el televisor, o en lugar de ello encienda su radio. Pero no
se queda ahí, sino que abre su maletín, saca su portátil, lo enciende y empieza
a trabajar en su proyecto para el día siguiente.
"Creemos que porque trabajamos en radio, nuestro público está pendiente de participar. Pues no es así: mire a su alrededor. ¿Acaso ve a alguien llamando a una emisora? Claro que no. La gente tiene una vida"
La música comienza a sonar, entonces baja un poco el volumen
de la radio y se desentiende de ella, porque está concentrado en su trabajo. Con
todo lo anterior sólo quiero decirles que la gente no escucha radio como
nosotros. A ellos no les importa. No es una prioridad. No están pendientes de
lo que hacemos. Es un ‘ruido de fondo’ que acompaña y llena el ambiente. Y, sí:
es un hábito. Muchas veces encendemos la radio y ni nos damos cuenta.
Obvio, hay emisoras de noticias y opinión. Allí la gente sí
está atenta. Igual sucede con los programas de humor. Pero con las emisoras
musicales, el comportamiento del público es diferente. Por todo lo anterior, es
importante que aterricemos. No nos debemos molestar si alguien llama a la
emisora a pedir la canción que sonó hace sólo diez minutos, o que quiere saber
cómo participar en un concurso que ya pasó, o a quejarse porque a esta hora no
están pasando un programa de complacencias, o porque nos confundió con otra
emisora.
Pero lo más importante: ¿qué podemos aprender de todo esto?
-Tenemos que definir qué queremos que la gente espere de
nuestra emisora. ¿Es una emisora ‘ambiental’, para escuchar de fondo? ¿Es
una emisora de contenidos interesantes, que requieren atención? ¿Es una emisora
participativa, con gran interacción con el público?
-¿Qué estamos haciendo para llamar la atención?
Recordemos que la mayoría de las métricas de audiencia de radio en la actualidad
se basan en el recuerdo de escucha del día anterior, y si somos demasiado
pasivos, no nos van a reflejar en la encuesta. Esto no significa ‘marcar’ o
‘pisar’ cada canción cinco veces, sino producir contenidos relevantes.
-¿Estamos mostrando la marca adecuadamente? ¿Nos
estamos concentrando en una sola idea en cuanto a promoción, o estamos
entregando demasiados mensajes que pueden acabar de confundir al oyente? ¿Nos
estamos cansando demasiado pronto de la música que programamos? Claro, estamos
todo el día en la emisora, y cuando salimos la seguimos escuchando. Somos gente
de radio y nos cansamos muy pronto de las canciones. Pero el oyente sólo nos
escucha por un rato, y cambia de emisoras, así que no se cansa tan rápido de
las canciones que repetimos.
La radio forma parte de la vida de los oyentes, pero no viven para la radio como los profesionales (Fotografía Pixabay) |
-¿Nadie llama? ¿Nadie interactúa en redes? Creemos
que porque trabajamos en radio, nuestro público está pendiente de participar.
Pues no es así: si usted está en una oficina, en la universidad, en el
transporte o en la calle, mire a su alrededor. ¿Acaso ve a alguien llamando a
una emisora? Claro que no. Bueno, es que la gente tiene una vida.
-¿Llamamos la atención del oyente acerca de lo que viene
más adelante? ¿Nos aseguramos de que se den cuenta de que lo que viene es
entretenido, relevante, importante?
-¿Somos capaces de romper la rutina del oyente con
contenidos llamativos? ¿Podemos crear en ellos la sensación de que si no
nos escuchan con atención se pueden perder de algo importante?
Tito López en los estudios de Blu Radio |
-¿Estamos rotando la música correctamente? ¿Los
éxitos se repiten lo suficiente? ¿Nos aseguramos de que las canciones más viejitas
no suenen todos los días a la misma hora? Muchas veces la gente se queja de que
repetimos mucho las mismas canciones, y el problema puede estar en que suenan
siempre en la misma franja horaria.
Conclusiones
Lo normal es que les echemos la culpa a los oyentes. Decimos
que son brutos, tontos. Nos molesta que nos confundan con otros y que no
entiendan todo lo que hacemos en nuestra emisora. Pero ellos no tienen la
culpa. Ellos no trabajan en radio como nosotros. No les importa nuestro
trabajo, así como nosotros nunca nos preocupamos por la forma como hacen el
suyo los electricistas, los fontaneros o los arquitectos.
No somos tan especiales como creemos. La gente puede vivir
sin radio. Nosotros no podemos vivir sin ellos.