La radio, aliada contra la pandemia en África
Radio = Esperanza
- Se trata de proyectos alentadores en un contexto de creciente desigualdad social por culpa de la Covid-19
Unos niños escuchan un programa educativo en Radio Lego ti la Ouaka, en Bambari, República Centroafricana (Fotografía Servicio Jesuita al Refugiado) |
De 16.30 a 17.00 horas, de lunes a viernes, afina su voz
para impartir sus clases a través de la radio comunitaria Radio Lego ti la Ouaka con su programa La
escuela en la radio. Otros ocho profesores se alternan con ella para
llegar también a los alumnos de secundaria con canciones, lecturas y juegos
complementarios. En total, llegan a más de 13.000 de diferentes edades.
República Centroafricana, el cole en las ondas
“Su éxito nos ha sorprendido a todos”, asegura Irene Galera,
responsable de comunicación del Servicio Jesuita al Refugiado de África del
Oeste y Grandes Lagos, durante una entrevista por Skype. De ser un proyecto
experimental para reforzar aquellos casos que no pueden acudir a la escuela, a
convertirse en el principal medio de familias para mantener la escolarización
de los más pequeños. “Ya estamos diseñando junto con Mélani los nuevos
programas para continuar con el programa hasta diciembre abran o no los centros
educativos de nuevo estas semanas”, adelantan.
Junto los profesores como Mélani, la ONG Alboan, junto al
Servicio Jesuita al Refugiado en África, ha involucrado también a familias de las
diferentes aldeas para que compartan sus radios con los vecinos que no tengan.
Christian Marago es uno de ellos. A 37 kilómetros del colegio más cercano,
coloca todas las tardes junto a la puerta de su casa un viejo aparato de radio
del que estira al máximo la antena y rodea de sillas, taburetes y troncos para
acoger al máximo número de jóvenes, junto a sus dos hijos. “No solo aprendemos
cómo evitar los contagios de coronavirus, sino también cómo garantizar que
nuestros hijos no tengan que abandonar el colegio”, explica Marago.
Tanto en Basari, República Centroafricana, como en el resto de localidades en las que está presente Alboan, la escuela no solo garantiza el acceso a la educación sino también aporta un lugar seguro en contextos de desplazamiento y violencia. “Aquí aprenden a leer y a escribir, a la vez que cuidan sus heridas provocadas por los desplazamientos forzados y la violencia. No podíamos centrar toda nuestra actividad ahora en repartir kits higiénicos, nos pedían que siguiéramos con la actividad educativa”, enfatiza Galera.
Hay un ejemplo ilustrativo y cargado de evidencias... casi 50 años de historia, el de Radio Sutatenzahttps://t.co/hIHNvqLJbJ
— Chelo Sánchez (@Cheloradio) November 10, 2020