Fallece la locutora María Elena Domenech
María Elena Domenech en su juventud |
Su carrera comenzó, siendo una jovencita veinteañera, en los 50, cuando un amigo de la familia, Ángel Jordán, vio en ella madera de locutora y le invitó a hacer una prueba de lectura para Radio Intercontinental de Madrid. Tan solo catorce o quince palabras sirvieron para darle entrada en un mundo que, sin ella saberlo entonces, la iba a acompañar durante seis décadas ininterrumpidas en activo en la radio, que amó sin fisuras.
Careta del programa "Punto y seguido" (Radio Inter, 1976) y homenaje de la Academia de la Radio leído por Primitivo Rojas, en 2011
A lo largo de su carrera, practicó todos los palos, desde los magacines, los programas infantiles, por supuesto la publicidad, pero también -y sobre todo- las radionovelas de los sesenta y setenta, y los programas cara al público. En 1959, la Cadena SER le concedió su máximo reconocimiento, a través de un Premio Ondas “a la mejor actriz radiofónica”. Domenech entonces representaba a la competencia de la SER, pero aun así se ganó el caballo alado, por sus propios e indiscutibles méritos.
Años después, en 1989 se le concedió, por su trayectoria, la
Antena de Oro, otro de los galardones que rubricaron su vida profesional,
aunque para ella, en su propia descripción como mujer, muy sencilla, prefirió
este retrato: “me casé, tuve un hijo, dos nietos y un precioso biznieto
llamado Samuel, y he sido, y soy, muy muy feliz”.
El periodista Emilio Javier compartió con ella quince años, nada menos, al frente de “Las Mañanas de la Inter”, en Radio Intercontinental, y la define como “una Reina del micrófono y una buena amiga”. Otro periodista, Guillermo Orduna, subraya en su blog que poseía “una voz de una elegancia y timbre singular”. Su carrera se desarrolló íntegramente en Madrid, en Radio Intercontinental, “cantera de tantas voces irrepetibles”, destaca Orduna. Y añade: “formó pareja con Fernando Forner en la etapa de los dramáticos”. Guillermo Orduna recuerda, por último, que María Elena Domenech fue precisamente la encargada de grabar la careta del programa “Punto y aparte”, en el que participaban alumnos de la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense de Madrid, ahí “participé en mis inicios en la Inter en 1976”.
María Elena Domenech, nadie lo discute, fue una de las grandes voces de la radio española, de la antigua escuela que respondía a la perfección y con inusitada profesionalidad, ante cualquier reto que el micrófono quisiera plantearle, y en todas las situaciones demostraba la solidez, humildad y sencillez de su voz y personalidad.