La leyenda radiofónica que encumbró a Orson Welles
- Una encuesta realizada con posterioridad reveló que solo el 2% de la audiencia escuchó la representación del Teatro Mercurio que dirigió Welles
- Nadie murió ni se suicidó por la adaptación de la obra de H.G. Wells ni se provocó el pánico masivo en la sociedad americana
Orson Welles dirigiendo la emisión de "La Guerra de los Mundos" de la CBS, la noche del 30 de octubre de 1938 |
Nueve años antes de la presentación de la patente de
Marconi, el científico serbocroata Nikola Tesla (1856-1943) ya había inventado
un sistema para transmitir mensajes de voz sin hilos, no señales como Marconi. El
italiano, sin embargo, utilizó el invento de su colega en 1899 para presentar al
mundo la primera retransmisión sin cables, enviando un mensaje entre Dover
(Inglaterra) y Boulougne (Francia), a una distancia de 48 kilómetros.
“El Washington Post informó que un oyente de Baltimore murió de un ataque cardíaco durante el programa, pero desafortunadamente nadie hizo un seguimiento para confirmar la historia o proporcionar detalles que lo corroboraran"
Tesla llevó a los tribunales a Marconi por la usurpación de
las investigaciones, y se inició un proceso legal que culminó con el fallo a su
favor de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que le otorgó la condición del
inventor de la radio. El mismo año en que se le encontró muerto, como
consecuencia de un infarto agudo de miocardio, en una habitación del hotel New
Yorker, de Nueva York, además de abandonado y arruinado, con 86 años, el más
alto tribunal de los Estados Unidos de América le reconoció oficialmente la
paternidad de la radio.
En esta historia cabe un tercer nombre, un militar español
llamado Julio Cervera Baviera, reivindicado por el profesor e investigador
Ángel Faus, profesor emérito de radio de la Universidad de Navarra,
recientemente fallecido. En su magna obra “La Radio en España. 1896-1977”
se atribuye a Cervera la invención del primer sistema técnico de la radio.
Faus establece documentalmente que Cervera desarrolló la
radio once años antes que Guillermo Marconi. El militar español logró
transmitir la voz humana entre Jávea (Alicante) y la isla de Ibiza, en 1902, lo
que supuso la conexión de dos puntos alejados más de 150 kilómetros. A pesar de
la aportación de Julio Cervera Baviera, ahora reivindicada, Tesla se adelantó a
todos.
Vivimos en una permanente duda. Las redes sociales han
encumbrado la mentira, pura y dura, hasta el punto de que su credibilidad se
reduce progresivamente, frente a los medios tradicionales, especialmente la
radio, que sigue, con el Eurobarómetro en la mano, ostentando el primer puesto
en el ranquin de credibilidad de medios de comunicación en España. Y menos mal.
Este sigue siendo el gran patrimonio del medio que inventó, no hay duda, Nikola
Tesla.
Sin embargo, las ‘fake news’ se inventaron mucho antes de la llegada de las redes sociales. De hecho, la primera gran red social que se inventó fue la propia radio, como creadora de comunidades. El 30 de octubre de 1938, un joven de 23 años, nacido en la ciudad de Kenosha, en el estado de Wisconsin, situado al noreste de los Estados Unidos, dirigió un radioteatro emitido a través de las emisoras de la CBS para todo el país. Eligió como texto “La Guerra de los Mundos”, novela de ciencia ficción publicada en 1898 por el escritor británico Herbert George Wells. Lo que ocurrió aquella noche iba a constituir la segunda gran ‘fake news’ de la historia de la radio.
Al día siguiente de la emisión de esta adaptación de “La
Guerra de los Mundos”, a cargo de la compañía del Mercury Theatre, en la
que Wells, en el texto original, relataba la invasión de la tierra por naves
espaciales procedentes del planeta Marte, y que Orson Welles reprodujo con
fidelidad, en una adaptación radiofónica sin precedentes, en que se utilizaron
las mismas técnicas narrativas de los programas informativos, todos los
periódicos atacaron duramente la “irresponsabilidad” de la CBS y, por supuesto,
del joven, e “inexperto” Orson Welles.
Orson Welles tuvo que responder a las preguntas de los periodistas por el gran revuelo que se armó tras la emisión del radioteatro |
"Era un mito demasiado hermoso como para destruirlo. Ningún creador tan hambriento como Welles dejaría escapar esta oportunidad: el hombre que engañó por una noche a una nación. Su respuesta inmediata fue pedir disculpas públicamente, pero ayudó subrepticiamente a alimentar el fuego de la controversia”
Los académicos Jefferson Pooley, profesor asociado de
medios y comunicación en el Muhlenberg Collegey de Pennsylvania, y Michael
J. Socolow, profesor asociado en el Departamento de Comunicación y
Periodismo de la Universidad de Maine, desarrollaron una profunda investigación
sobre esta leyenda, que echó por tierra el mito de “La Guerra de los Mundos”
de Orson Welles y relativizó sus efectos pretendidamente perversos, tan publicitados por los
periódicos de la época.
La histeria colectiva que se supone produjo la obra de Orson
Welles nunca existió. “A
pesar de las repetidas afirmaciones en sentido contrario en los programas de
PBS y NPR, casi nadie se dejó engañar por la transmisión de Welles”,
afirman Pooley y Socolow. Los profesores aportan un dato de audiencia significativo.
“La noche en que se emitió el programa, el servicio de calificaciones CE
Hooper telefoneó a 5.000 hogares para su encuesta nacional de calificaciones.
"¿Qué programa estás escuchando?" el servicio preguntó a los
encuestados. Sólo el 2 por ciento respondió una "obra" de radio o
"el programa de Orson Welles", o algo similar que remitiera a la
emisión de CBS. Ninguno dijo una "transmisión de noticias", según un
resumen publicado en Broadcasting”, concluyen. El programa de Orson Welles
compitió con el líder de audiencia a esa hora en la radio estadounidense: el show
de humor de Chase y Sanborn Hour del ventrílocuo Edgar Bergen, un
programa de variedades.
Si casi nadie había oído la versión radiofónica de “La Guerra de los Mundos” de Orson Welles, ¿cuál es el origen de semejante campaña de desprestigio de la aportación de aquel joven que no daba crédito a lo que sucedía a su alrededor? Pooley y Socolow aportan en su investigación otro dato concluyente: “En 1954, Ben Gross, editor de radio del New York Daily News, publicó unas memorias en las que recordaba que las calles de Manhattan estaban desiertas mientras su taxi se dirigía a toda velocidad a la sede de CBS justo cuando terminaba la emisión de la CBS. Pues bien, esta confesión, realizada dieciséis años después, no evitó que el Daily News difundiera la historia de pánico en esta legendaria portada unas horas más tarde”.
Portada del Daily News |
Hay otro detalle, de sentido común, que aclara más aún la
situación. Si el ataque alienígena de Orson Welles hubiera provocado el tan cacareado
pánico colectivo en todo el país, el organismo que controla los medios de
comunicación -la Comisión Federal de Comunicaciones- hubiera sancionado debidamente
a la CBS. Y esto no ocurrió. Pooley y Socolow muestran, sin embargo, que el
presidente de esta comisión, Fank McNinch, logró un “acuerdo informal”
con las cadenas de radio por el que estas se comprometían a no utilizar “flashes”
informativos a partir de noticias ficticias. Con todo, “ni CBS ni Welles
fueron sancionados de ninguna manera”, concluyen los académicos en sus
investigaciones.
Producción de la Academia Española de la Radio en colaboración con las principales cadenas de radio españolas el 30 de octubre de 2008 en el Teatro MIRA de Pozuelo de Alarcón en Madrid
Pooley y Socolow citan expresamente la obra “The Invasion From Mars”, publicada en 1940, en la que un prestigioso académico, Hadley Cantril, consolidó la idea del mito del radioteatro de la CBS, a partir de datos erróneos. “Este conjunto de datos cuidadosamente seleccionados estaba claramente contaminado por la publicidad sensacionalista en los periódicos que siguió a la transmisión (una posibilidad que Cantril también admitió). Peor aún, Cantril cometió un error categórico obvio al combinar estar ‘asustado’, ‘perturbado’ o ‘emocionado’ por el programa con ‘entrar en pánico’”, aseguran los investigadores. “Le dio crédito académico al pánico y le asignó cifras supuestamente reales. Sigue siendo la única fuente con legitimidad académica que afirma que hubo un pánico considerable. Sin esta validación, el mito probablemente no estaría en los libros de texto de psicología social y comunicación masiva, como todavía lo está hoy: casi todos los estudiantes de secundaria y estudiantes de artes liberales se encuentran con él en algún momento”, denuncian.
Pero, ¿qué ocurrió? ¿Cuáles fueron los efectos que provocaron Welles y la compañía Mercurio? En realidad, muy pocos, enumera Esther Miguel Trula, de Xataka.com. Un grupo de vecinos de Grover's Mill, disparó con sus escopetas a un tanque de agua de la ciudad creyéndola una "máquina de guerra marciana gigante". “Hubo al menos una mujer que denunció a Welles y a su equipo por haberle causado un ataque de pánico y un hombre recibió una indemnización directa del futuro director de cine que costeó los zapatos a los que un oyente dijo que había renunciado para costearse el billete de tren que necesitaba para huir de la hecatombe alienígena”. Y también hubo llamadas de oyentes, a las comisarías del área de Nueva Yersey, para verificar si se trataba de una falsa alarma, y llamadas a la CBS para felicitarles por la idea y para protestar por la emisión, que nunca ocultó que se tratara de una ficción (lo hace en tres momentos de la narración, al comienzo, en el medio y al final). “También se incrementaron las llamadas a los hospitales de personas diciendo dónde podían acercarse para donar sangre”, apunta Miguel Trula.
El éxito, desde luego inesperado, le sobrevino con 23 años. La radio mitificó la figura de Orson Welles |
Por tanto, nada de accidentes de tráfico, disturbios, hordas de personas aterrorizadas por las calles… ¿Dónde estaba la ‘irresponsabilidad’ de la radio provocando todo aquel (supuesto) caos? Pooley y Socolow lo explican de esta manera: “la radio había absorbido una buena parte de los ingresos publicitarios de la prensa escrita durante la Depresión (1929), dañando a la industria de los periódicos. Así que estos vieron en el programa de Welles una oportunidad para desacreditar a la radio como fuente de noticias. La industria de la prensa exageró el pánico para demostrar a anunciantes y reguladores que la radio era un medio irresponsable y no merecía confianza”. Lo que había descubierto la radio es a la competencia. La prensa, decididamente, no era su amiga, sino su enemiga comercial.
"La radio había absorbido una buena parte de los ingresos publicitarios de la prensa escrita durante la Depresión (1929), dañando a la industria de los periódicos. Así que estos vieron en el programa de Welles una oportunidad para desacreditar a la radio como fuente de noticias. La industria de la prensa exageró el pánico para demostrar a anunciantes y reguladores que la radio era un medio irresponsable y no merecía confianza”
¿Y por qué la CBS, ni siquiera el propio Welles, que vio
llegarle la popularidad de sopetón con 23 años, aunque hablaran mal de él, no
hicieron nada, ni desmintieron las acusaciones?. La periodista Esther Miguel
Trula lo explica: “porque era un mito demasiado hermoso como para
destruirlo. Ningún creador tan hambriento como Welles dejaría escapar esta
oportunidad para portar un distintivo tan llamativo: el hombre que engañó por
una noche a una nación. Su respuesta inmediata fue pedir disculpas
públicamente, pero en cuanto vio que su rostro estaba en la portada de los periódicos,
que se estaba convirtiendo en un rostro conocido a nivel internacional, ayudó
subrepticiamente a alimentar el fuego de la controversia”.
Tras la polémica interesada, la CBS y Welles salieron
fortalecidos. Gracias a la mala prensa, el Mercury Theatre se ganó la atención
de la Campbell Soup Company, que les patrocinó un nuevo programa llamado “The
Campbell Playhouse”. Así que todos contentos: los periódicos con su ataque
demoledor, pero falso, a la radio y esta fortalecida por la enorme campaña
mediática “a la contra”, pero campaña al fin y al cabo. Sin pretenderlo, los
periódicos le regalaron a la radio -el medio que había irrumpido en el paisaje
mediático de la época y amenazaba sus ingresos publicitarios como competidora- la
mejor campaña de promoción que podía imaginarse.
Pero no podemos seguir manteniendo que “La Guerra de los
Mundos” de Orson Welles supuso el primer gran ejemplo de penetración masiva
de la radio, como nuevo medio, entre la audiencia y que provocó unos efectos desconocidos
hasta entonces. Todo en realidad contribuyó al mito, que alimentaron unos y
otros, por diferentes intereses. Como mantiene el célebre dicho en italiano “se
non é vero, é ben trovato” (‘si no es verdad, está bien encontrado’). Orson
Welles hizo bien su trabajo. Lo demás, vino solo. Era el momento.
-“Fotografía de los combatientes de Welles
(I)”
-“Fotografía
de los combatientes de Welles (II)”
-“Fotografía
de los combatientes de Welles (y III)”