La radio de nuestras vidas

Seis oyentes de radio recuperan y comparten sus mejores recuerdos del medio a través de Twitter

La radio, constructora de recuerdos

• La diferencia entre los humanos y los 'replicantes' de "Blade Runner" residía en la veracidad y solidez de sus recuerdos, y en esto la radio es enormemente eficaz e influyente, solo con la voz, o la música

Hacía tiempo que quería coescribir un post con los oyentes que me siguen a través de esta web y de mis redes sociales. La fortaleza de la radio es la de sus oyentes, las sugerencias, las evocaciones, los recuerdos que es capaz de despertar, y en numerosos casos, disparar, de sus respectivas biografías. Una voz que surge de la nada y se dirige a nosotros, contándonos una historia, que nos atañe, o no; que nos resulta curiosa; que nos provoca alarma o inquietud o, simplemente, que no es poco, que nos provoca bienestar, personal y/o colectivo.

Una familia reunida en torno a la radio (años 40-50)

Ellos, los oyentes, son la razón de la existencia de la radio, y la justificación del trabajo de sus profesionales. A continuación, seis oyentes comparten con nosotros sus recuerdos. No podemos olvidar que, gracias a su memoria, la radio es un medio poderoso para ellos. La radio forma parte de los recovecos del cerebro, de ese caprichoso y desconocido disco duro que administra nuestra vida, y nuestros pensamientos. La radio cuenta con la fortaleza necesaria como para penetrar en ese complejo mundo de datos neuronales y quedarse alojada para siempre. 

Por sus recuerdos de radio puedes echarles una edad... Pertenecen a una generación de oyentes cautivos, que escuchaban la radio porque sus padres o sus abuelos lo hacían. Pero se engancharon

La película de Ridley Scott, "Blade Runner" (1982) construía gran parte de la historia que la sustentaba con solidez en los recuerdos. Los replicantes, aquellos ciborg creados con pasado en su cerebros electrónicos y algorítmicos, contaban con recuerdos implantados. Y el personaje de Harrison Ford -Deckard- les detenía cuando descubría que esos recuerdos eran falsos, y respondían a un patrón común en muchos casos coincidente. La radio es, en comparación con esta historia, una constructora de recuerdos mentales, de un pasado enriquecido por sonidos de un enorme y singular poder evocador. 

Leer los recuerdos de estos seis oyentes despertará de inmediato los recuerdos de miles de personas que también los compartieron en la misma época, aunque con edades y percepciones diferentes. 

Moncho Lemos. Periodista cinematografico redactor y presentador TV. Editor de contenidos y formatos para emisiones y canales TVG. Autor programas de radio musical revival.

De niño escuchando de noche la onda media, moviendo el dial y oyendo esas emisoras lejanas que solo se escuchaban por las noches...radio España, Intercontinental,radio Miramar, radio Barcelona...y en Galicia emisoras como Radio Juventud de A Coruña y Radio Galicia de Santiago

— moncho lemos (@moncholemos) February 13, 2020

Y los sabados por la tarde llenos de musica con los 40 Principales, la lista de los Superventas, las votaciones de los oyentes y, los domingos por la mañana El Gran Musical.desde la discoteca Consulado y nombres como @pepe_canaveras y @pepedomingocas

— moncho lemos (@moncholemos) February 13, 2020

Radio CEV. Espacio sonoro creado para servir como guia de expresión y referencia para todos los alumnos de la Escuela CEV Emitiendo en http://media.cev.com:8000/directo

Varios, pero nuestro preferido es cuando escuchábamos a @Gomaespuma @fundaciongomaespuma @juanluiscano @guillermofesser #HappyWorldRadioDay

— RadioCEV (@RadioCEV) February 13, 2020

Mamen de Blas.  Periodista. Profesional de los medios.Primero radio, luego tv y ahora comunicación.

Míticos Porretas. Mi madre era muy fan.

— Mamen de Blas (@mamendeblas) February 13, 2020

Juan Carlos Partal. Me gusta el cine y comentar lo que veo. La música variopinta sobre todo del siglo XX la considero terapéutica. A veces hago garabatos con un lápiz en un folio.

Mi madre me despertaba para ir al colegio y sonaban unas voces junto a la de un anciano con voz cascada. Creo que se llamaban "Los Porretas". Luego en casa de mis abuelos, mi abuela oía un espacio de dedicatorias con una sintonia mariachi "Las nochecitas". #DiaMundialDeLaRàdio

— Juan Carlos Partal (@JCPartal) February 13, 2020

JMB, Ingeniero Informático, no pico código. Ni blanco ni negro... gris. Concejal Cs en Valle De Egüés por #NavarraSuma. 

Pues yo, que vivía en Castro Urdiales de niño, recuerdo oír La Saga de los Porretas en la Onda Media de Radio Bilbao, que era la única emisora que se oía cuando aquello en Castro

— JMB 🖤🇪🇸 (@rumester) February 13, 2020

José Manuel Gómez. Trabajo de hermano mayor. Mi pasión es la radio,y la música. Soy “El Gómez”

Mi primer recuerdo es escuchar a Iñigo en Radio Intercontinental. Hacía concursos y yo siendo un niño de 8 o 9 años participaba por teléfono. Así gané un par de singles que tuve que pedir permiso para recoger. Ni siquiera tenía tocadiscos....😜

— José Manuel Gómez (@pepitomadri) February 13, 2020

Pepe Domingo Castaño, junto a Joaquín Luqui en "El Gran Musical" de Los 40 Principales, cuando era un programa de la SER que luego se convirtió en una cadena musical independiente en 1988 (Fotografía, archivo histórico Cadena SER)

Ganan "Los Porretas", por goleada. De los seis recuerdos, está presente en tres, un 50% de la muestra que, por supuesto no pretende de ninguna manera ser representativa, sino tan solo anecdótica. Un serial radiofónico, la comedia costumbrista de 'Los Porretas', constituye el nexo de unión de, probablemente, millones de españoles, bien los que hoy son abuelos, o hijos, porque ambas generaciones los escuchaban. Producidos por Radio Madrid, de la Cadena SER, durante doce años, al principio se distribuía en grandes tortas (cintas magnetofónicas) de aproximadamente media hora, que se distribuían a cada emisora, vía postal, para ser emitida a la misma hora en su programación local. Fue un auténtico hito en la época, y cerró prácticamente el género de los seriales en la radio. Empezaron a emitirse el 5 de enero de 1976 y concluyeron el 29 de junio de 1988, cercanos ya los años noventa.

Grabación de "Los Porretas"

Pero también entre los recuerdos surgen algunos nombres: Pepe Domingo Castaño y Pepe Cañaveras, asociados a "El Gran Musical" de Los 40 Principales; Juan Luis Cano y Guillermo Fesser, "Gomaespuma" y un icono de la radio de los 60, la televisión de los 80 y 90 y, de nuevo en la radio, en los 2000, José María Íñigo. Todos ellos forman parte de nuestra biografía, les recordamos, porque les oíamos habitualmente, y recurríamos a ellos, porque nos gustaba la radio que hacían, y su universo coincidía con el nuestro: ideología, gustos, pensamientos, etc. Como estos, otros numerosos e inolvidables nombres de radio conforman nuestros recuerdos del medio. Y a todos recordamos con cariño, porque formaron parte de nuestra 'familia' de la radio.

Los pies en la tierra

Radio: arte y negocio

Nunca dejaré de sufrir el hechizo de la radio, sus efluvios románticos y, sin duda, mágicos; de emocionarme en modo Kleenex con sus historias y, sobre todo, con las personas que las protagonizan; de contestar a mis compañeros, cuando me hablan a mí, y solo a mí, y de creerme lo que me cuenten, en función de quién me lo diga, cómo y dónde. Pero la radio es un negocio. De no existir las cuentas de resultados y la industria de la radio, nada de esto hubiera existido. De no concurrir la publicidad, la radio no hubiera sobrevivido. Y esto es lo que ahora está en juego: la publicidad se ha retraído ante la pandemia del coronavirus y la radio debe seguir existiendo. ¿Cómo se conjugan ambos intereses? Complicado. Podemos prescindir de unos zapatos nuevos, de un colchón, incluso de un abrigo o un pantalón, tirando con lo viejo. Pero necesitamos despertarnos con la radio, reconectarnos a la vida con ella, y ponernos al corriente de lo último que ocurre en nuestro entorno. Ya han cerrado algunas emisoras. El coronavirus va a cambiar muchas cosas. Confiemos en que la radio salga fortalecida. Saldremos de ésta, magullados, pero saldremos. 

Por sus recuerdos de radio puedes echarles una edad... No es necesario más que situar el recuerdo que se rememora en el calendario y echar cuentas con el año que vivimos. Pertenecen a una generación de oyentes cautivos, que escuchaban la radio porque no les quedaba otra, sus padres, o sus abuelos, la tenían permanentemente encendida y quedaban expuestos a sus efectos. Y cuajaron en ellos. Se engancharon. Y por eso continuaron siendo oyentes de radio, por eso el hábito de escucha de la radio se transmitió de padres a hijos. Una cadena que en algún momento cercano en el tiempo se perdió... cuando la radio abandonó a su suerte la programación infantil, donde nacen y se forjan los primeros recuerdos, y se olvidó de los jóvenes.

Me entristece pensar en la idea de que se han perdido tal vez varias generaciones de jóvenes -de la Generación Y, la Z va camino...- que, cuando crezcan, carecerán de recuerdos de radio, más allá de esas escuchas forzadas por sus padres en el coche, en el viaje de vacaciones. Cada vez más, los jóvenes viajeros se aíslan con sus auriculares y su música de lo que se escucha en el vehículo, que ya no ejerce, a través de la radio ese 'efecto' provocador del interés colectivo. 

Andreu Buenafuente y Berto Romero se han convertido en todo un fenómeno en podcast, mientras que sus cifras de audiencia en radio lineal, en la SER, no son en absoluto compañarables

Lograr un contenido intergeneracional, que interese a padres e hijos, que consiga aglutinar las atenciones de todos ellos en el coche, y provoque comentarios que cohesionen a la familia es muy difícil. En mi caso, hay uno, clarísimo: "Nadie sabe nada", de Andreu Buenafuente y Berto Romero, que acaba de cumplir 7 años ininterrumpidos en antena. Cuando suenan en el coche, por supuesto en podcast, todos nos callamos, y nos dejamos llevar por su surrealismo contagioso. Ojalá mis hijos y, como ellos, millones de jóvenes en el futuro, ya maduros, recuerden el humor inteligente de Andreu y Berto y revivan momentos felices compartidos con sus padres. Pero fíjense en un dato que he comentado, y que puede pasar inadvertido: lo que escuchamos son podcast, no radio. 

Sin embargo, la radio conserva indemnes sus cualidades, pero le hacen falta oyentes comprometidos, convencidos, militantes, como estos seis que han hecho el ejercicio de revivir sus recuerdos y compartirlos con mis lectores. Necesita ganarse oyentes para apoyarse en ellos y reeditar un medio fuerte y sólido, creíble, y de permanente referencia, sobre todo ante catástrofes, como se ha vuelto a poner de manifiesto en esta pandemia. Pero para eso, la radio debe prestar atención a todas las generaciones, con independencia de que estén o no incluidas en el EGM. La radio infantil, que tantos oyentes forjó otrora, desapareció en los 80, cuando la información lo invadió todo. La radio es sin duda una constructora de recuerdos. El podcast, en cambio, es un transmisor de sensaciones. Como la radio no espabile, le comerá la tostada y la convertirá en un medio irrelevante. No desaparecerá. Pero poco importará. 

Relacionado:

-La Radio como negocio, y arte (I)

-La Radio como negocio, y arte (y II)