15 junio: “Julia en la Onda”, 3.000 programas
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El programa vespertino de Onda Cero, dirigido por Julia Otero, celebra este lunes 3.000 ediciones con un especial en el que participará Joan Manuel Serrat, primer entrevistado en 2007
“Hemos vivido seis elecciones generales, un crack financiero, la llegada del primer negro a la Casa Blanca, el procés, hemos sobrevivido a tres presidentes del Gobierno, a dos papas, a dos reyes, y hemos asistido al nacimiento de tres partidos políticos, hasta hemos ganado un Mundial de fútbol”. Así recuerda en la autopromoción Julia Otero el camino recorrido en estos 3.000 programas, trece años (un mal número para los supersticiosos) en ‘Julia en la Onda’, en su segunda etapa en Onda Cero, hoy propiedad de Atresmedia.
Esta periodista, nacida en Monforte de Lemos (Lugo) el 6 de
mayo de 1959, de signo zodiacal Tauro, tenaz como ella sola, habla cada tarde
para más de medio millón de oyentes (553.000, 1ª ola 2020, EGM). Y así lo ha
hecho, de manera ininterrumpida desde 2007, año en el que dos tipos geniales, Guillermo
Fesser y Juan Luis Cano, le pasaron los bártulos de las tardes de la
cadena verde. Otero regresaba así a la misma casa en la que ya trabajó de 1991 a
1999, en que fue expulsada del templo por los nuevos propietarios de Onda Cero que la ONCE vendió a Telefónica
Media, en lo que fue, según el propio equipo de Julia Otero, una "depuración
política". Una hora antes de salir al aire “La radio de Julia”,
en aquella Onda Cero, fue sustituida por un programa de Radio Voz, emisora
asociada a la nueva empresa propietaria de la cadena. Aquello fue muy sonado, y
conviene no olvidarlo del todo, para saber cómo se las gastaban algunos
empresarios, alentados
desde el Gobierno de José María Aznar.
La radio y la perrita Lúa, trece años de amores correspondidos
- Otero estuvo en Onda Cero con 'La Radio de Julia' entre 1991 y 1999, en que la despidieron los nuevos dueños de la cadena. Y solo pudo regresar cuando Telefónica Media vendió la cadena a sus actuales propietarios, Atresmedia, del Grupo Planeta
“Hemos vivido seis elecciones generales, un crack financiero, la llegada del primer negro a la Casa Blanca, el procés, hemos sobrevivido a tres presidentes del Gobierno, a dos papas, a dos reyes, y hemos asistido al nacimiento de tres partidos políticos, hasta hemos ganado un Mundial de fútbol”. Así recuerda en la autopromoción Julia Otero el camino recorrido en estos 3.000 programas, trece años (un mal número para los supersticiosos) en ‘Julia en la Onda’, en su segunda etapa en Onda Cero, hoy propiedad de Atresmedia.
Parte del equipo de 'JELO' celebrando el Ondas en 2018 (Fotografía Onda Cero) |
Trece años de la vida de Julia Otero, ha coincidido así, en la que ha tenido una acompañante excepcional: una perrita, de nombre Lúa, a la que ha tenido que despedir hace poco tiempo
Aquella misma empresa, Telefónica Media, llegó a un acuerdo
para que Luis del Olmo asociara sus catorce emisoras al nuevo proyecto radiofónico
de Onda Cero, lo que le garantizaba indirectamente su permanencia en antena con
“Protagonistas” durante las siguientes tres temporadas. Pero a Julia
Otero la enviaron a galeras, a pesar de tener un contrato en vigor por un año
más.
Atrás quedaba el éxito de “La Radio de Julia”, que
empezó siendo nocturno y pasó a ser vespertino, los reconocimientos como la
Antena de Oro y el premio Ondas de 1994, y sobre todo la audiencia. Según
datos de ICP-Radio, en julio de 1994 el programa reunía 1.068.000 oyentes cada
tarde, lo que le proporcionó el liderazgo de la radio vespertina española.
Había conseguido batir a la Cope, con su lugarteniente
Encarna Sánchez, que contaba con 959.000 y a ‘La Ventana’ de Javier
Sardá, en la Cadena SER, que sumaba
800.000 almas. Luego, el alter ego del señor Casamajor,
logró el liderazgo en 1997, año en que decidió abandonar la radio para inaugurar
en Tele 5 ‘Crónicas Marcianas’. Pero ésta es otra historia.
Aquella espina clavada Julia Otero logró arrancársela en 2007,
cuando la cadena verde había vuelto a cambiar de dueños, pasa pasar a ser
propiedad del Grupo Planeta. Aquí la amistad de Otero con el editor José
Manuel Lara resultó decisiva. La gallega afincada en Barcelona recogía los
trastos en Punto Radio, donde había hecho ‘Protagonistas’ con el maestro
del Olmo, y se dispuso a ocupar de nuevo las tardes con “Julia en la Onda”. Decidieron cambiar el nombre del programa para romper drásticamente con la anterior
etapa, cuyo final no fue muy ejemplarizante.
Desde 2007 Julia Otero ha saludado cada tarde a sus oyentes
planteándoles mil y una historias, arropada por un equipo de colaboradores de
primerísima fila, que han fidelizado a una audiencia que la sigue, atraída no
solo por los temas abordados, sino por el foco de Otero: los oyentes son
inteligentes, y tienen criterio. Démosles material para que piensen y que sean
ellos los que se creen su opinión, a partir de los hechos.
Julia Otero celebrando los 3.000 programas en los estudios de Onda Cero (Fotografía Twitter) |
Guillermo Fesser y Juan Luis Cano le pasaron los bártulos de las tardes de la cadena verde. Otero regresaba así a la misma casa en la que ya trabajó de 1991 a 1999, en que fue expulsada del templo por los nuevos propietarios de Onda Cero que la ONCE vendió a Telefónica Media
Cuando llegó Julia Otero de nuevo a Onda Cero ya reinaba en las tardes, en las
mañanas y en las noches la omnipotente Cadena
SER, hasta ahora imbatible e imbatida. La gallega luchaba en el EGM primero
contra Gemma Nierga, y luego contra Carles Francino. Los tres representantes
de la mejor escuela de radio española: la catalana. Es un duelo al sol
marcado por el ‘seny’ catalán. Otero y Francino, Francino y Otero, ambos se
respetan e incluso se admiran mutuamente. No será la primera vez que se oye el
nombre de Julia Otero como fichaje millonario de la SER. Podría encajar perfectamente en la
cadena de Prisa.
En esta segunda etapa de Julia Otero al frente de “Julia
en la Onda”, que todavía continúa para alegría de sus oyentes, la
periodista gallega ha invertido trece años de su vida, los mismos que, en
muchos casos, ha invertido una gran parte de sus oyentes, que acostumbran a ser
fieles a una voz, un nombre, una persona en quien confían. Trece años de la vida de Julia Otero, ha coincidido así, en la que ha tenido una acompañante excepcional: una perrita, de nombre
Lúa, a la que ha tenido que despedir hace poco tiempo, según
publica la revista ‘Hola’. “Los mimos que nos hemos dado una a la otra
durante 13 años jamás volarán de mi memoria. Ella era una más de la familia. Su
amor incondicional fue un regalo".
Julia Otero abrazando a Lúa (Fotografía archivo personal, publicada en 'Hola') |
Así es la vida, y la radio. Julia Otero volvió a Onda Cero cuando llegó Lúa, y en 2020 le ha
tocado despedirla. Somos humanos, y no existe ningún otro medio que recoja con
más fidelidad e intensidad esta nuestra condición. La pérdida de un ser querido,
aunque tenga cuatro patas, es un jirón que nos dejamos en el camino, que nos
hace más fuertes para sobrellevar lo que nos depare el futuro. La radio no solo
es un destino profesional para Julia Otero, también actúa de refugio, y hasta
de catarsis. Solo así, a través de las vivencias personales de cada uno, puede
entenderse la conexión tan íntima que un profesional alcanza con su audiencia.
Es curioso comprobar cómo muchos periodistas populares, como
la propia Julia Otero, mantienen su vida privada en un discreto segundo o
tercer plano en las revistas del corazón y, sin embargo, no tienen pudor alguno en
compartirlo con sus oyentes. Así, Otero ha hablado de su hija en la antena, de su marido, médico, de
sus gustos, de sus guisos preferidos, de… Lúa… sin proponérselo, simplemente
compartiendo tertulia y vida con sus colaboradores e incluso con sus oyentes,
los mismos que la han acompañado en estos últimos trece años en que todos nos
hemos hecho un poco más viejos. La radio también. Y éste es su problema. GZ.