La transformación digital de la radio, un proceso continuo
https://www.gorkazumeta.com/2020/04/la-transformacion-digital-de-la-radio.html
Una reflexión de José María García-Lastra, publicada en la revista 'Telos' de la Fundación Telefónica
El triunfo del sonido en la batalla de la atención
Este artículo en la revista 'Telos' de la Fundación Telefónica, escrito por Chema García-Lastra, Socio director de desarrollo de negocio y consultor en 'Cristaliza'
-Entrevista a Chema García-Lastra: “El Smartphone es el transistor del siglo XXI”
El triunfo del sonido en la batalla de la atención
Revista Telos, Fundación Telefónica, José María García-Lastra, 10.03.2020. La capacidad que tiene el sonido de provocar imágenes subjetivas en nuestra mente, de estimular la imaginación, como explica la psicoacústica, no solo está hoy más vigente que nunca sino que además explica la posición tan relevante que tiene el sonido en nuestras vidas. La radio y las plataformas de audio han sabido comprenderlo a la hora de afrontar la gran transformación en la que se encuentran inmersas.
"El smartphone es el transistor del siglo XXI", afirmó Chema García-Lastra en 2013, en entrevista en esta web (Fotografía Pixabay) |
El brillante momento por el que pasa la radio, su posición
en el universo de los medios, el claro interés que suscita hoy el audio y su
triunfo en la denominada economía de la atención, tienen mucho que ver con la
capacidad que tiene el sonido de incidir psicológicamente en nuestra mente.
"Debemos acudir a lo que se conoce como psicofísica para explicar la relación que hay entre el estímulo sonoro y la respuesta psicológica que nos provoca"
La radio nacía como medio hace ahora un siglo. Hasta
entonces, era un poderosísimo instrumento de comunicación de punto a punto que
facilitaba la navegación marítima o una herramienta potente para conflictos
bélicos y que aportaba velocidad a la transmisión de hechos relevantes de
persona a persona. Pero hacia 1920, en varios rincones del planeta, se fueron
produciendo distintos hechos paralelos. Quizás el más significativo tuvo lugar
en Pittsburg, donde Frank Conrad, un ingeniero electricista de la Westinghouse
Electric, tuvo la osadía de emitir un embrión de programación radiofónica a la
ciudadanía de aquel núcleo conocido entonces como la ciudad del acero – por ser
centro industrial de primera magnitud–.
Conrad, ya en octubre de 1919, había emitido desde su casa
una incipiente lista musical, que llegó a acompañar de comerciales de negocios
locales y de información de servicio sobre la propia ciudad. Era, quizás, la
primera emisión de radio convencional. Nacía un medio que, a lo largo del
siglo, experimentaría distintos cambios, mejoras y adaptaciones pero que
durante décadas, no sufrió ninguna revolución realmente impactante.
La radio fue el primer medio audiovisual, que se basó en el
envío de señales de audio a través de las ondas hertzianas; es decir, que
mezclaba el canal de transmisión con el propio medio, algo que provocó un siglo
más tarde un sinfín de confusiones a profesionales, empresas y académicos. La
radio se emitió inicialmente por onda corta, después por onda media, hasta que
en los sesenta se hizo portátil con la aparición de la frecuencia modulada y
los pequeños transistores; pero, siempre, a través de las ondas hertzianas que
deben su nombre al físico alemán Heinrich Rudolf Hertz. Es decir, era uno de
los medios protagonistas de aquella denominada “era de la sencillez”, en la que
cada uno de esos medios – prensa, televisión y radio – tenía un único canal
para llegar a la audiencia. Una época que se extendió, prácticamente, durante
todo el siglo XX y que dio paso a un tiempo apasionante, la “era de la
complejidad”, en la que los medios ocupan los nuevos canales que aparecen y
tratan de adaptarse a la nueva realidad multidispositivo.
Pero, ¿cuáles son razones reales del éxito de un producto
sonoro? Debemos acudir a lo que se conoce como psicofísica para explicar la
relación que hay entre el estímulo sonoro y la respuesta psicológica que nos
provoca. La música es el producto más fácil para hacernos entender esa cadena
de respuestas, ya que un tema musical puede provocarnos alegría, tristeza,
risas o hasta una clara depresión. Se suele decir que la música es emoción,
pero podríamos decir que el sonido es realmente el provocador de muchas de
nuestras emociones.
"Los sonidos, primero alteran nuestra bioquímica, que gestiona parte de nuestras emociones y, después, además, provocan respuestas diferentes en cada individuo"
Aristóteles en el siglo IV A.C. comprendió el poder de esa
comunicación oral cuando en la Retórica explicaba los tres
componentes de la comunicación: orador, discurso y auditorio. En 1947, Claude
Shannon y Warren Weaver, desde el Laboratorio Telefónico Bell, actualizaban la
cadena mencionada por el filósofo griego a lo que se denominó comunicación
electrónica, en la que los elementos se convertían en fuente, transmisor,
señal, receptor y destino. Ahora bien, llevando este mencionado contexto a lo
que la radio realmente representa, podemos subrayar la importancia que tiene en
todo el proceso primero el sonido – como efecto de una vibración en un medio
elástico – y después y sobre todo el audio, que no es otra cosa que el sonido
procesado en una grabación, transmisión o reproducción. Por tanto el audio,
pero desde que inicialmente existe como sonido, tiene esa enorme capacidad
psicofísica de construir emociones en nuestro cerebro.
Esta es una de las claves del éxito que tiene cualquier
mensaje sonoro bien construido, y del que tuvo desde el principio el medio
radio. Además tiene especial relevancia la capacidad que posee el propio sonido
de provocar imágenes subjetivas en nuestra mente. Unas imágenes que amalgaman
casi mágicamente la intención del que nos las envía con el contexto del que
recibe ese sonido.
"Hoy ya, algunos de los medios más innovadores del mundo – entre ellos RTVE – trabajan con Inteligencia Artificial para rastrear ese patio de vecindad inmenso que en algún modo son las redes sociales"
Todo ello desde un enfoque en el que juegan un papel
protagonista tanto la física como la psicología. Hemos de tener en cuenta los
parámetros psicoacústicos más relevantes – sonoridad, altura, timbre y
duración. La propia psicacústica nos dice que esos cuatro factores se influyen
mutuamente y por tanto si se modifica alguno de ellos la percepción final del
sonido también cambiará. Así, si llegamos a cambiar el timbre – de un
instrumento musical a otro o de una voz a otra – veremos cómo las sensaciones
que se provocan también serán diferentes.
Es decir, los sonidos – y entre ellos la música, como un
sonido trabajado y refinado – primero alteran nuestra bioquímica, que gestiona
parte de nuestras emociones y, después, además, provocan respuestas diferentes
en cada individuo, en función de los genes de cada uno de ellos. Esto fue
demostrado en 2017 en los laboratorios de las universidades de Bari (Italia) y
Helsinki (Finlandia). Es, por tanto, el sonido el más subjetivo de los
elementos, el de más poder evocador y el que más alimenta nuestra capacidad de
ensoñación. Un relato sonoro, una música determinada conlleva una reacción muy
personal en cada uno de los individuos que la recibe. De ahí el enorme poder
que la radio tiene y que el sonido – y en este caso el audio– seguirá teniendo,
transmítase como se transmita. Ejemplos de todo ello los encontramos cada día
en nuestras escuchas: cuando consumimos un podcast de un serial sonoro que
evoca miedo, risas, ánimo o tristeza; cuando nos cuenta un programa informativo
el último hecho relevante que provocará interés o pasión, o cuando una música
en una plataforma digital nos relaja y tranquiliza en una mañana camino a
nuestro trabajo.
Pero además el medio radio, como producto empaquetado y
capaz de llegar ya hoy a la audiencia por cualquier canal, se ha visto muy impactado
por la nueva visión del hombre como cíborg. Román Gubern hablaba en su
libro El simio informatizado sobre cómo este individuo moderno
surge de aquella “hipótesis del lago” que se da cuando el hombre se reconoce a
sí mismo en una extrapolación de la denominada fase del espejo. Dice este
catedrático de Comunicación Audiovisual de la facultad de Ciencias de la
Información de Barcelona que la superficie reflectante de aquel lago remoto
acabaría por constituirse, en nuestra cultura, en la pantalla/espejo en que se
agitan las imágenes electrónicas de nuestros televisores, en el caso de la
radio en las imágenes subjetivas que se reflejan y construyen en nuestra mente.
"La radio es un medio que vivirá en cambio permanente y que pondrá a prueba el poder demostrado del audio, como sonido transformado y su capacidad de hacernos disfrutar de esa alquimia que provoca en nuestra mente. La aventura del sonido continúa"
Es, en cierta forma, la consecuencia de lo que Amber Case ha
denominado Homo Connectus. Case cree que ya en el momento mismo en
que los seres humanos empezaron a utilizar herramientas se convirtieron en
cíborgs. No olvidemos que el audio ha conquistado el principal apéndice
electrónico que en este tiempo tiene el hombre: el teléfono inteligente. Este
se ha convertido en un transistor transmudado como parte real de nosotros
mismos, en una herramienta portátil, ligera y ubicua que hace que podamos
consumir el producto radiofónico en cualquier circunstancia. De hecho estamos a
un paso de integrar algunas de las principales funcionalidades de la
radio-teléfono inteligente en nuestro propio cuerpo. Un reciente estudio
titulado Y después de los Smartphone, ¿qué? Ciudadano Cyborg, se
señala que hasta un 20 por ciento de españoles estarían dispuestos a implantarse
en su cuerpo alguna de las capacidades que ahora llevamos en nuestro móvil. De
esa forma la portabilidad del medio habría sido maximizada y se incorporaría
casi como un elemento más de nuestro propio cuerpo.
El teléfono inteligente ha tomado un especial protagonismo
en la denominada revolución del audio digital. Este año 2020 se producirá en
Estados Unidos el sorpaso de la escucha del audio digital sobre la radio
tradicional. Una circunstancia histórica, medida por EMarketer, que se venía
anunciando pero que solo ahora ratificará el creciente dominio de los nuevos
canales y los nuevos productos basados en audio.
Solo entendiendo el poder real del audio, por tanto, es
posible entender el apasionante momento que vive hoy la radio. Por delante, en
estos incipientes años veinte, la radio tiene el reto de integrar metodologías
y tecnologías que la harán más potente si cabe. La inteligencia artificial hará
que sea más ágil y reactiva a las necesidades y a los impulsos de los
ciudadanos. Hará que se conecte todavía mejor con los hechos informativos más o
menos relevantes. Hoy ya, algunos de los medios más innovadores del mundo –
entre ellos RTVE – trabajan con IA para rastrear ese patio de vecindad inmenso
que en algún modo son las redes sociales y descubrir qué ocurre en cada esquina
del globo.
Un 20 por ciento de españoles estaría dispuesto a implantarse en su cuerpo alguna de las capacidades que ahora llevamos en nuestro móvil (Fotograma de la película "El hombre bicentenario") |
Después vendrán otros pasos no menos interesantes que
pondrán en manos de los creadores de contenidos unas herramientas que
potenciarán su creatividad y su saber periodístico. Y además asistiremos al uso
de la data para trazar, dibujar y reconocer cómo es la
audiencia del medio y la audiencia potencial. Las distintas plataformas y software de business
intelligence que hay en el mercado ayudan no solo a perfilar a las
audiencias, sino también a saber qué están realmente haciendo cuando consumen
un contenido determinado.
Es el paso que los medios en general, y la radio en
particular, necesitaban. De la data sociodemográfica a
la data comportamental o, lo que es lo mismo, del retrato que
se obtiene de nuestro comportamiento digital – por dónde navegamos en la red –
a la foto más auténtica de cómo somos en la vida real. La radio desde el
principio ha sido un medio centrado en la audiencia – audience-centric –
pero hoy tiene la oportunidad de demostrar esa conexión perenne con las
personas mediante metodologías que harán que el criterio del programador se
enriquezca con una visión real de lo que esa audiencia necesita.
Chema García-Lastra, el autor de esta reflexión |
La transformación digital de la radio es un proceso abierto.
La radio es un medio que vivirá en cambio permanente y que pondrá a prueba el
poder demostrado del audio, como sonido transformado y su capacidad de hacernos
disfrutar de esa alquimia que provoca en nuestra mente. La aventura del sonido
continúa.
Bibliografía:
Pedrero, L. M., García- Lastra, J.M. y otros (2019). La
Transformación Digital de la Radio. Diez claves para su comprensión profesional
y académica. Valencia, Tirant Humanidades.
Gubern, R. (1987). El Simio
Informatizado. Fundación para el Desarrollo de la Función Social de las
Comunicaciones.
Córdoba, X. “Psicoacústica. La ilusión de la
certeza” en Vicious Magazine, 2015. Disponible aquí.
Zafra, J.M. “Amber Case: Los robots sirven para
que podamos ser más humanos” en Telos nº 108, 2017.
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