La caricia auditiva, por Chelo Sánchez Serrano
https://www.gorkazumeta.com/2020/04/la-caricia-auditiva-por-chelo-sanchez.html
Una reflexión firmada por la profesora de radio de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) en Medium.com
“El reino de las voces ante el coronavirus”
“El reino de las voces ante el coronavirus”
- "No le quito mérito a ningún medio, pero ninguno me ha dado nunca todo lo que me ha dado la radio"
- "Un amigo me decía esta semana que si cada mañana enciende la radio y suena su Cadena SER y la voz de Angels Barceló, amanece un poco más tranquilo"
- "A pesar de la capacidad mucho mayor de penetración de otros medios, pocas veces se escuchan valoraciones de sus consumidores y usuarios con el cariño, la cercanía y el reconocimiento que los oyentes manifiestan por la radio y por los radiofonistas"
Querida Chelo:
Nunca pensé -con lo que me costó en su día aquel trabajo
de clase- que me volvería a ver haciendo yo un radiodiaria… Y te escribo solo
para contártelo, y para compartir contigo lo mucho que entiendo ahora tu manera
de enseñar radio -no solo como proceso de formación- sino casi como proceso de
educación en la vida de una persona. Recuerdo que decías que la radio era una
parte de tu vida, algo esencial para ti y ha tenido que llegar este virus, casi
apocalíptico, para que yo no entienda mis días encerrada en casa sin esa
compañía del “reino de las mil voces”… No, esa frase, que no recuerdo de quién
era, tampoco la he olvidado. En mi radiodiaria, muevo el dial de acá para allá,
me conecto al ordenador o escucho desde alguna de las aplicaciones mientras
hago bicicleta (en casa, claro). No me pierdo a (Carlos) Alsina, porque es
como si cada mañana me ayudara a enderezar un poco la brújula de esta vida a la
deriva. Luego escucho a (Carles) Francino, porque es como el ratito previo,
asomada a La Ventana de la radio, antes de salir a aplaudir al balcón. El
Faro ha sido un descubrimiento… Ese programa no lo tenía controlado, y
¡vaya descubrimiento! En Radio 3 escucho música, poesía o
lecturas que encuentro por las redes… El otro día, hasta escuché Tiempo
de juego, porque mi hermano, que es oyente habitual, empezó a decirme por
Whatsapp que no dejara de escucharlo, que era otro programa… En fin, que la
radio se ha convertido para mi en una rutina -casi como aquella que nos
obligabas a hacer con el radiodiaria, a modo de “gimnasia radiofónica”- y
¡bendita rutina! en estos tiempos de planes fugados y fugaces…
Recibo este mensaje de una antigua alumna y pienso en una
amiga, que vive sola, y que cada vez que hablo con ella me dice: ¡qué vida me
da la radio! Y en aquella otra, que asegura que vivimos un momento histórico,
del que estamos siendo protagonistas, y donde la radio no deja de demostrar su
capacidad de penetración y de acompañamiento en tiempos de vulnerabilidad.
Pienso en cómo escuchamos en mi casa el primer capítulo del diario de una
pandemia de Carlos Alsina, sé cómo lo seguimos escuchando cada día y me
confirma mi absoluta devoción por la radio como medio de comunicación, como
vehículo de comunicación humana. No soy objetiva, lo sé. Yo soy una convencida
de la radio, convencida y militante. No le quito mérito a ningún medio, pero
ninguno me ha dado nunca todo lo que me ha dado la radio.
Chelo Sánchez Serrano |
A pesar de la capacidad mucho mayor de penetración de otros
medios, pocas veces se escuchan valoraciones de sus consumidores y usuarios con
el cariño, la cercanía y el reconocimiento que los oyentes manifiestan
por la radio y por los radiofonistas. Por algo será. La relación que se
establece entre los actores de la radio es muy distinta. Estos días hay
manifestaciones en cascada en todas las emisoras de radio. Si las escuchan, me
entenderán.
Recuerdo que cuando Gabilondo se despidió
del Hoy por Hoy, una oyente le dijo algo así (no recuerdo las palabras
exactas): con quién voy a desayunar yo ahora, si desde que murió mi
marido todos los días me despertaba y desayunaba con usted… Un amigo me
decía esta semana que si cada mañana enciende la radio y suena su Cadena SER y
la voz de Angels Barceló, amanece un poco más tranquilo y hasta se
queda un rato más en la cama… Relativa normalidad. Mi alumna me contaba que se
pone a Alsina como brújula y estoy segura de que hasta tararea el Facciamo
Finta Che… Son los poderes de la radio. La radio como caricia
auditiva, que decía Marina Zucchi. Más, si cabe, en tiempos de fragilidad.