Las radios comerciales piden árnica financiera al Gobierno
https://www.gorkazumeta.com/2020/03/las-radios-comerciales-piden-arnica.html
El sector de la radio anuncia que ha sufrido un descenso publicitario en torno al 80 por ciento de la facturación habitual
La nota de la AERC alude al paquete de medidas aprobado el pasado 17 de marzo por el Gobierno, que sin embargo “no da respuesta a las necesidades de las radios comerciales”. Y explica las razones de su descontento: “la singularidad de este medio hace muy complicado a las empresas editoras acogerse a Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), toda vez que, sin el trabajo de los profesionales, sería imposible emitir una programación comprometida con el servicio público”. Ahora no es posible porque necesitan a todo el personal para garantizar la cobertura, lo cual no quiere decir que no hayan utilizado este recurso con anterioridad, en otras circunstancias. Y se deduce fácilmente de los precedentes que, si hubieran podido, se hubieran acogido al ERTE.
Pero, dicho esto, hay otro aspecto a tener en cuenta: en los concursos públicos en los que ha participado la industria radiofónica para optar a sus concesiones de emisoras, se reconoce expresamente en el caso de las radios su condición de ‘interés general’, del que se podría colegir un 'servicio público' implícito, si así fuera necesario o solicitado desde el poder público. En tanto en cuanto “servicio de interés general", el Estado debería ayudar, en la medida de sus posibilidades, a las radios. ¿De qué modo y manera? Habría que estudiarlo, pero el canal ya está abierto: la publicidad institucional.
No vamos a dejar de querer a la radio -porque la radio es el único medio al que se le quiere-, pero entenderíamos que se recortara programación, o se unificaran radiofórmulas por ejemplo, para hacer más llevadera la espera, intuyo que prolongada, que va a durar esta crisis sanitaria. En definitiva, que se adoptaran medidas para garantizar la supervivencia de las radios comerciales. Pero, en el peor de los casos, ante una decisión empresarial de cerrar un tramo horario, de recortar las parrillas, estoy seguro de que los profesionales decidirían continuar, incluso a costa de su propia retribución que, por cierto, ya ha sufrido lo indecible durante los años más duros de la crisis. El periodismo es una profesión que lleva muy interiorizado el concepto de servicio público. A las empresas les cuesta un poco más…
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- De continuar en el tiempo esta crisis sanitaria provocada por el coronavirus, la industria de la radio podría perder decenas de millones de euros por falta de publicidad
La Asociación Española de Radio Comercial (AERC ) que agrupa a la gran mayoría de cadenas y
emisoras comerciales de España ha hablado. No suele ser habitual escucharla.
Funciona más hacia dentro, que hacia afuera. Es la voz de la patronal de la
radio española. Lo que ha planteado tiene enjundia y provoca inquietud entre
quienes amamos la radio y la consideramos imprescindible en esta crisis
sanitaria sin precedentes.
La radio, siempre la radio (Fotografía Pixabay) |
Anuncia
en un comunicado que su facturación publicitaria ha sufrido “un descenso
que alcanza hasta el 80 por ciento en comparación con el mismo periodo” del
año 2019, lo “que pone en grave riesgo la continuidad de las emisiones”.
Se trata de una situación sin precedentes, inédita, como todo lo que nos está
ocurriendo. Nadie estaba preparado para esto, y quien lo diga, miente. El mercado publicitario de la radio es muy dinámico, vive al día, y por eso es muy sensible a los cambios. Se habla de decenas de millones de euros de pérdidas, de continuar la crisis mucho tiempo más.
Sin embargo, echo en falta en el comunicado de la AERC
otro tono, más positivo, en torno al compromiso de la radio, que subraye su
voluntad de seguir informando y acompañando a sus oyentes ‘hasta donde les sea
posible’, que apueste con determinación por cumplir con su misión, lo que no
les restaría fuerza para enumerar sus necesidades y peticiones; al contrario,
reforzaría sus argumentos. Pero partiendo de la promesa de hacer un gran
esfuerzo, como el que ya están haciendo. “Yo
solo puedo pensar en las personas”, decía Iñaki Gabilondo hoy lunes en su comentario en la SER, en la
semana en la que se esperan los peores augurios de la crisis. No han tardado ni una semana en emitir su comunicado de socorro.
No vamos a dejar de querer a la radio -porque la radio es el único medio al que se le quiere-, pero entenderíamos que se recortara programación, o se unificaran radiofórmulas por ejemplo, para hacer más llevadera la espera, intuyo que prolongada, que va a durar esta crisis sanitaria
Nadie pone en duda el papel de la radio. Nadie niega que la
radio es un “servicio público esencial, generador de empleo y contribuyente
de la pluralidad informativa en un Estado de Derecho”. Pero concluir que la actual situación “pone
en grave riesgo la continuidad de las emisiones” suena a intimidación, por
más que se apoye en la realidad tozuda de los hechos. Así lo han entendido en redes sociales, donde
se han podido escuchar, en el mejor de los casos, reacciones como “lo siento. La prioridad es la radio
pública. No hay dinero para todo. No lo hay. Hay que meterse eso en la cabeza.
Por favor” o “el Gobierno debe apoyar a los medios públicos. La empresa
privada, a las emisoras privadas. Todos son servicio. Pero con sus diferencias”.
En el fondo, no les falta razón. Los recursos públicos son
limitados, y más en una situación como ésta en la que el Banco Central y las
autoridades europeas se han olvidado del déficit y han priorizado el gasto
público en la solución a la crisis sanitaria galopante que padecemos. Todos
estamos haciendo un esfuerzo indecible, empezando por los más débiles, las
clases trabajadoras que viven al día y que han visto de repente recortados sus
ingresos, con la incertidumbre añadida de un final incierto en fecha.
Los medios de comunicación son fundamentales. Como
fundamental es el derecho a la información, representado por ellos. Sin
embargo, se aprecian contradicciones. Mientras que las radios piden ayuda –“urge
la adopción por parte del Gobierno de España de un plan
específico de ayudas e incentivos a este medio, que remedie su situación”-
algunos periódicos, entre los que se encuentra El
País, perteneciente al mismo grupo empresarial que la Cadena SER, han eliminado su muro de pago
en internet para facilitar el acceso a la información de sus lectores online.
Es decir, otro gran esfuerzo, que hay que alabar. Por esto hubiera agradecido
otro tono menos alarmista y más cómplice con la situación que padecemos. Pero
es que la propia Cadena SER está
emitiendo, actitud que aplaudo por supuesto, autopromociones de compromiso con
el oyente: “Hoy más que nunca vamos a seguir suministrándote información
veraz y contrastada (…) Estamos juntos
en esto. Cadena SER. Tu casa”.
En los concursos públicos en los que ha participado la industria radiofónica para optar a sus concesiones de emisoras, se reconoce expresamente en el caso de las radios su condición de ‘interés general’
El comunicado de la AERC
incorpora argumentos tan incontestables como innecesarios: “La compañía es
un valor consustancial al medio radio. Y ahora, más que nunca, este valor se
convierte en imprescindible para miles de personas (muchas de ellas
mayores) que viven en soledad el confinamiento”. Por esta misma razón
de ser, ante igual necesidad, la opción podría ser la radio pública, que para
eso se financia con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, en el caso
de RNE, y lo mismo ocurre con las
radios autonómicas, aunque en algunos casos utilicen la doble vía de
financiación: presupuestos (autonómicos en su caso) y publicidad, lo que también podría entenderse como
competencia desleal con los medios privados.
Me hubiera gustado encontrarme por parte de las empresas
privadas del sector de la radio con más empatía con el resto de los españoles,
con los demás afectados por esta crisis que nos ha pillado con el pie cambiado.
A todos. Y todos estamos haciendo nuestro pequeño gran esfuerzo. Y un
poco de mayor humildad, que nunca sobra. Y omito otra serie de reacciones en redes sociales
menos amigables, que recordaban actuaciones del sector empresarial poco
solidarias como el capítulo de los falsos autónomos, los despidos improcedentes
o las emisoras ilegales que pueblan los diales de toda España, y que tienen a las grandes cadenas como impulsoras en algunos casos declarados.
El EGM, de la AIMC |
La gran paradoja: más audiencia, menos ingresos
El próximo 1 de abril, en pleno confinamiento, se publicarán los resultados de
la primera ola del Estudio General de Medios. El
trabajo de campo se cerró el pasado 17 de marzo, con los españoles ya metidos
en sus casas. Es de prever que el consumo de radio hablada experimente un
aumento sensible, debido a la mayor demanda de información provocada por la
crisis del coronavirus. Pero esta situación no va en consonancia con los
ingresos publicitarios, que se han replegado, a la espera de un panorama más
despejado. Hasta
la AIMC, la asociación encargada de realizar el EGM ha emitido un comunicado en
que decide retrasar sine die el comienzo del trabajo de campo de la segunda
ola, que debería comenzar este próximo miércoles. Corren tiempos difíciles
para las radios. Pero no mucho más que para el resto de sectores que mueven
la economía del país.
La nota de la AERC alude al paquete de medidas aprobado el pasado 17 de marzo por el Gobierno, que sin embargo “no da respuesta a las necesidades de las radios comerciales”. Y explica las razones de su descontento: “la singularidad de este medio hace muy complicado a las empresas editoras acogerse a Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), toda vez que, sin el trabajo de los profesionales, sería imposible emitir una programación comprometida con el servicio público”. Ahora no es posible porque necesitan a todo el personal para garantizar la cobertura, lo cual no quiere decir que no hayan utilizado este recurso con anterioridad, en otras circunstancias. Y se deduce fácilmente de los precedentes que, si hubieran podido, se hubieran acogido al ERTE.
La radio vuelve a ser el centro informativo de las familias en los hogares de los españoles (Fotografía Pixabay) |
Y hay un aspecto que no se nos puede escapar, y es que la AERC representa la voz de las empresas, pero no la
de sus trabajadores, que nos están dando un ejemplo más, enorme, de dedicación
y amor por su oficio. Una gran mayoría de profesionales se han ido a sus casas,
desde donde siguen interviniendo en la antena, incluso fuera de su horario
laboral, sin mirar el reloj, solo respondiendo a lo que cada uno de ellos
entiende como verdadero servicio público. Y no es la primera vez -ni será la
última- que se sacrifican en pro de esta filosofía que rodea el ejercicio del
periodismo allá donde es especialmente necesario y sensible. Va para ellos toda
mi admiración y mi agradecimiento.
Me hubiera gustado encontrarme por parte de las empresas privadas del sector de la radio con más empatía con el resto de los españoles, con los demás afectados por esta crisis que nos ha pillado con el pie cambiado. A todos. Y todos estamos haciendo nuestro pequeño gran esfuerzo. Y un poco de mayor humildad
Pero, dicho esto, hay otro aspecto a tener en cuenta: en los concursos públicos en los que ha participado la industria radiofónica para optar a sus concesiones de emisoras, se reconoce expresamente en el caso de las radios su condición de ‘interés general’, del que se podría colegir un 'servicio público' implícito, si así fuera necesario o solicitado desde el poder público. En tanto en cuanto “servicio de interés general", el Estado debería ayudar, en la medida de sus posibilidades, a las radios. ¿De qué modo y manera? Habría que estudiarlo, pero el canal ya está abierto: la publicidad institucional.
Es momento de que los diferentes gobiernos, nacional,
autonómicos y locales, difundan sus respectivos mensajes a la ciudadanía. Y las
radios constituyen, como ya sabemos, un canal privilegiado, por su cercanía,
acceso y eficacia, para hacérselos llegar. Desconozco a que “plan específico
de ayudas e incentivos” aspira la AERC. Tal
vez hubieran debido concretar sus necesidades y aspiraciones, para completar su
comunicado. Pero está claro que las limitaciones son evidentes.
Es cierto, y así lo he defendido en todos los foros donde he
podido hacerlo, que la labor profesional de mis compañeros de la radio es
encomiable, frente a otros canales no tan fiables como las redes sociales,
contaminadas de fake news. Como se dice en el comunicado, y subrayo, las
radios están haciendo un enorme esfuerzo, contrarreloj, por difundir “información
precisa, veraz y contrastada”, y esto es muy de agradecer, y de apoyar. Pero
también es su trabajo, y responsabilidad. Día a día hay que ganarse la confianza de los oyentes. Y esto es algo que la radio española ha sabido hacer muy bien, gracias a sus profesionales.
No estamos solos: nos queda la radio, que no puede apagarse (Fotografía Pixabay) |
Por eso creo que las radios sí tienen derecho a que el
Estado vele por su situación financiera, a través de los cauces habituales,
como servicio público que son, “desde sus respectivas líneas editoriales”,
como precisan en el comunicado. Pero, si todos estamos haciendo nuestro
esfuerzo, no entiendo por qué las radios, como unas empresas privadas más, no
pueden también mostrar el suyo, y apoyar a la ciudadanía manteniéndonos informados
con calidad, igual que otras se han decidido a fabricar mascarillas de forma
solidaria, o a resignarse
a que este mes muchas familias españolas no van a poder pagar la factura de la
luz o del gas, y no por ello les van a cortar el suministro. En el ámbito
de los medios de comunicación, diarios como “Marca” o “As” han
sufrido un desplome de ventas por la falta de deporte, pero están difundiendo
información sobre la crisis, algo inaudito en su historia.
El Corte Inglés sigue presente |
Marcas que siguen apostando por la radio
Bankia, La Caixa, Securitas Direct, Línea Directa,
Once, Iberdrola, Bodegas Protos, Cafés Marcilla, Orange, Verti Seguros, Rastreator,
El Corte Inglés, son solo algunas de las empresas que, a pesar de la situación,
han decidido mantener su presencia en las radios comerciales españolas, y que permiten,
en definitiva, que su actividad empresarial -informar y entretener- pueda
mantenerse en el tiempo. Es otra forma de ayudar y colaborar en esta crisis
sanitaria. Con su decisión, están apoyando directamente la necesidad de contar
con un medio como es la radio, tan fiable y tan creíble. Gracias.
No vamos a dejar de querer a la radio -porque la radio es el único medio al que se le quiere-, pero entenderíamos que se recortara programación, o se unificaran radiofórmulas por ejemplo, para hacer más llevadera la espera, intuyo que prolongada, que va a durar esta crisis sanitaria. En definitiva, que se adoptaran medidas para garantizar la supervivencia de las radios comerciales. Pero, en el peor de los casos, ante una decisión empresarial de cerrar un tramo horario, de recortar las parrillas, estoy seguro de que los profesionales decidirían continuar, incluso a costa de su propia retribución que, por cierto, ya ha sufrido lo indecible durante los años más duros de la crisis. El periodismo es una profesión que lleva muy interiorizado el concepto de servicio público. A las empresas les cuesta un poco más…
Relacionado:
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Ya pienso en esta paradoja en los últimos días. La radio aumenta el número de oyentes y las horas por oyente pero qué sentido tiene anunciar productos que no podemos consumir... ahora es impensable comprar un coche, visitar una empresa de muebles, hacer viajes,... entonces solo veo posibilidades de anunciantes de cadenas de alimentación, seguros y otros bienes cuya adquisición sean factibles en estos momentos. Me doy cuenta, por ejemplo, como el Corte Inglés ha encauzado su publicidad precisamente al único producto que puede ofrecer, la alimentación, y casi con carácter más informativo que publicitario - que evidentemente lo tiene -.
ResponderEliminarTambién las emisoras italianas deben verse en estas. En RTL102.5, por ejemplo, ponen una cuña en la que agradecen expresamente a sus "sostenitori" por el apoyo en estas especiales circunstancias.
Cierto, no nos puede fallar la radio en estos momentos.
PODI-.
Gracias por compartir tu reflexión Carlos, y elegir esta web para hacerlo!
EliminarEl medio radio y Prensa tiene todo el derecho a pedir un trato especial.
ResponderEliminarLa tv actualmente,es un medio off. Le sobra dinero y le falta.....
Adelante la radio.
España será mejor si oye la radio y Lee la prensa.