Daniel Galindo: "Hay más gente joven escuchando RNE de la que creemos”
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Entrevista al director de “La Sala”, en RNE (y II)
“No hubo un proceso lógico en el envejecimiento y rejuvenecimiento de la plantilla de RTVE”
- “Me tragaba ‘El Larguero’ en directo, para poder quedarme a ver cómo Gemma Nierga hacía el ‘Hablar por Hablar’, en la SER”
- “Llegó el año 2001, me seleccionaron en el Máster de RNE y el sueño se hizo tangible”
- "Poder hacer radio a partir del teatro y el cine es un sueño para mí”
- “Tenemos una buena brecha con la audiencia”
- “La radio es para mí casi una forma de vida, que en algún momento se aparcará para vivir otra”
Continúa…
-‘La Sala’ es un programa de
radio muy cuidado, en fondo y forma. ¿De dónde te viene la afición por el
medio? ¿Y ese afán por ofrecer tan buen producto, tan cuidado?
Daniel Galindo entrevistando al director de la Mostra Internacional de Teatro de Ribadavia, Roberto Pascual, el pasado verano en Orense (Fotografía Twitter) |
-Gracias por lo que dices, espero
que los oyentes lo perciban con el mismo cariño que tú. Creo que no podemos
olvidar que tenemos entre manos un medio que se apoya en la cercanía, en la
palabra, en la capacidad que tiene de hacernos imaginar, además de contar con
la posibilidad de ofrecer algo que los demás no pueden hacer: tiempo.
“No podemos olvidar que tenemos entre manos un medio que se apoya en la cercanía, en la palabra, en la capacidad que tiene de hacernos imaginar, además de contar con la posibilidad de ofrecer algo que los demás no pueden hacer: tiempo”
-Es que la radio discurre
acompasadamente con el reloj, minuto a minuto, de la mano. Por eso es el medio
más claramente vinculado con la vida.
-Podemos desarrollar temas,
deleitarnos en las charlas, escuchar fragmentos de obras o declaraciones más
largos, etc. Desde el principio concebí el programa como un lugar de encuentro,
con mucha gente, todos con algo que decir, de ahí que muchos cómplices parezcan
el Guadiana: asoman sus voces, luego pasan semanas o meses hasta que regresan en
algunos casos y creo que también es una forma de reflejar lo variado de este
campo de las artes escénicas, con el teatro, la danza, la ópera, la zarzuela,
los musicales, pero también el circo, el humor, la magia…
-¿Te consideras un
privilegiado por trabajar en RNE, la
radio pública?
-¡Absolutamente Gorka! Y, claro, con
esta bella y sustanciosa materia entre manos me parecería una osadía no
esforzarte en cuidar el sonido.
-Pero, ¿de dónde te venía la
afición -y el cariño, permíteme, porque se percibe- por la radio?
-La radio era para mí el sueño
inalcanzable, de ahí que me acercara todo lo posible a ella cuando se hacían
programas en directo en mi Málaga natal, yendo también a los Cursos de
Verano en San Lorenzo de El Escorial… La frustración por no hacer lo que a
otros le llegaba de manera sencilla me empujaba a hacer cosas como “tragarme” “El
Larguero” en directo, para poder quedarme a ver cómo Gemma Nierga
(en ocasiones desde Madrid) y su equipo hacían “Hablar por hablar”.
En 2012 le tocó ser protagonista involuntario de la tormenta 'Sandy' en Nueva York (Fotografía Archivo Privado) |
-¡No me digas que eras no solo
un friki de la radio, sino también, por lo que me cuentas, de la Cadena SER!
-¡Sí, sí, eso lo hacía yo! Y créeme
si te digo que cada día, cuando entro en la Casa de la Radio, soy consciente de
lo mucho que lo deseaba aquel chaval que estudiaba ‘Comunicación Audiovisual’
y al que vetaban en las prácticas por no estar matriculado en ‘Periodismo’.
Y llegó el año 2001, me seleccionaron en el Máster de RNE y el sueño se hizo tangible.
-Sí, me gusta esa frase, tan
española, de “el que resiste, gana”. Si no hicieras un programa sobre teatro, ¿a
qué te gustaría dedicar tus esfuerzos? ¿A un programa de viajes, tipo ‘Nómadas’?
Porque una de tus pasiones es viajar, tengo entendido...
-Dices bien. Me encanta viajar y
en algún momento lo he visto hasta como una (sana) adicción, pero creo que a
estas alturas no mezclaría más pasiones y, además, ya tenemos a Álvaro Soto.
En serio, antes te hablaba de cumplir un sueño, así veo también poder hacer
radio a partir del teatro y el cine, al que volvería a dedicarme en exclusiva,
porque nunca me desligué del todo.
“Desde el principio concebí el programa como un lugar de encuentro, con mucha gente, todos con algo que decir”
-En
2006, tras el ERE de RTVE que terminó con las viejas glorias en la calle,
entró una nueva generación de periodistas en la casa, a la que tú perteneces, y
le dio un soplo de aire fresco a RNE.
Sin embargo, la audiencia no respondió de la misma manera… ¿Quiénes son tus oyentes? ¿Eres consciente de
que la edad media del oyente de la radio pública supera los 55 años? ¿Al teatro
no le pasa lo mismo: que acuden pocos jóvenes a las representaciones?
-¡Ay, el ERE, Gorka! ¿Sabes? Una
de las cosas que me han servido para ver la radio de forma distinta fue el
aprender de tantos compañeros que se marcharon en 2006. Somos unos afortunados
los mayores de mi generación en RNE por
haber convivido con ellos. Por desgracia no hubo un proceso lógico en el
envejecimiento y rejuvenecimiento de la plantilla y, aunque no esté relacionado,
o sí, tenemos una buena brecha en cuanto a la audiencia.
-Pero, ¿te crees los datos del
EGM?
-Yo creo que no es del todo
cierto: hay más gente joven escuchando RNE
de la que creemos. En cuanto a los espectadores hay un problema en algunos
segmentos de edad: mucho teatro infantil y luego, los adolescentes, están
olvidados por muchos programadores. Pero sí que veo público diverso en las
salas, sobre todo en las ciudades con mayor número de población.
Es la voz de las "Ficciones Sonoras", en la antena de RNE, no se pierde una, y se encarga de la presentación y la despedida, echando alma y complicidad (Fotografía RNE) |
-Decía Iñaki Gabilondo
que nunca comió (ni ha comido) con políticos, para no perder independencia
crítica con su gestión. En tu caso, me consta que eres no solo un profesional,
sino también una persona muy cercana a la gente del teatro… ¿Dices claramente
cuando no te gusta algo, incluso siendo amigo, o directamente no hablas de su
trabajo?
-Algunos llevamos ya unos cuantos
años en este negocio: a un lado figuran los que hacen teatro y al otro los que
hablamos de lo que sucede cerca del escenario y sobre él. Yo no marco distancia
con ellos ni con los oyentes (la radio y el teatro se parecen mucho), no
podría. También es verdad que evito ir a los estrenos multitudinarios. Mis
conocidos no suelen preguntarme de manera directa qué me han parecido sus
montajes y me cuido de no hacer crítica, sino información.
Daniel Galindo, un periodista que comparte la misión de una radio pública |
-¿Crítica-Información? Pero,
en el fondo, la objetividad no existe. La simple selección de los temas ya es un
acto que pertenece a la esfera subjetiva.
-Totalmente de acuerdo, Gorka. En
la selección de lo que incluyes en el programa, y sobre todo de lo que dejas
fuera, ya queda reflejada esa ‘no objetividad’ y hasta, si me apuras, cierta
crítica.
-Vamos terminando, si te parece.
Para alcanzar el maridaje perfecto entre radio y teatro ¿falta algún elemento
más?
-Compañeros y oyentes con los que
festejar esa unión. Pero creo que vamos por buen camino, apoyándonos en la confianza
y el respeto.
-Y, por último, completa esta
frase: “La radio es para mí…”
-Casi una forma de vida, que en
algún momento se aparcará para vivir otra.
"Hay más gente joven escuchando RNE de la que creemos." Sera para autoconsolarse pero sólo hay que preguntar a la gente joven para darse cuenta de que RNE no se encuentra entre sus preferencias.
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