Por un futuro con escucha de radio libre y gratuita, por Javier Sánchez

Representante de Radio Nacional de España en el Comité de Radio de la Unión Europea de Radiodifusión

"Es totalmente incomprensible que en 20 años jamás se haya realizado ninguna campaña de DAB"

• "A partir del 21 de diciembre de 2020, todos los vehículos nuevos disponibles en el mercado para su venta o alquiler en la Unión Europea deberán incluir un receptor capaz de recibir y reproducir, DAB y DAB+"

La radio DAB tiene que extenderse en los coches (Fotografía Pixabay)

Dentro de un año, poco más o menos, entrará en vigor la legislación europea sobre la interoperabilidad de los receptores de servicios de radio para automóviles. Y con ella, la obligación de que, a partir del 21 de diciembre de 2020, todos los vehículos nuevos de la categoría M que estén disponibles en el mercado para su venta o alquiler en la Unión Europea incluyan un receptor capaz de recibir y reproducir, al menos, los servicios de radiodifusión ofrecidos a través de la radiodifusión digital terrestre.

"Cabría preguntarse si no hubiera sido deseable ir más allá y aplicar la obligación a todos los dispositivos nuevos capaces de recibir emisiones de radio que se pongan en el mercado a partir del 21 de diciembre de 2020"

La referida categoría M engloba a turismos, autobuses y autocares, estando también incluidos tanto los autobuses y autocares articulados como los de dos pisos. Asimismo, los servicios de radiodifusión digital terrestre a los que se alude son los emitidos en DAB y DAB+, que son las normas que utilizan las emisoras de radio nacionales, regionales y locales en la Unión Europea.

Esta obligación viene contemplada en la Directiva 2018/1972 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de diciembre de 2018, por la que se establece el Código Europeo de las Comunicaciones Electrónicas y se traspondrá al ordenamiento jurídico español con rango de ley. De cara a la elaboración de su anteproyecto, la Secretaría de Estado para el Avance Digital ya efectuó la correspondiente consulta pública hace algunos meses y cerró su plazo para aportaciones el 8 de abril de 2019.

Aunque en España sea algo prácticamente desconocido para el gran público, los receptores DAB/DAB+ se ofrecen en vehículos desde hace ya bastantes años. Pueden venir instalados de serie, incluidos en paquetes de equipamiento o existir la posibilidad de pedirlos como opción. Adicionalmente, existe una amplia gama de productos que permite la recepción en DAB/DAB+ en el parque de vehículos que no incorporan estos receptores. Desde antenas y autorradios de sustitución a kits que pueden conectarse al equipo de prácticamente cualquier vehículo. 

En particular, estos kits gozan de precios muy asequibles y son muy populares en mercados radiofónicos DAB/DAB+ desarrollados, entendiendo como tales aquellos en los que existen emisoras en DAB/DAB+ no disponibles en FM y coberturas muy elevadas, prácticamente equivalentes a las de la FM. Por ejemplo, en Reino Unido hay disponible producto a partir de 30 libras esterlinas, equivalentes a unos 35 euros. 

"El consumo de la OM está en claro declive desde hace ya muchos años. De hecho, 19 de los 58 países de la zona UER ya la han apagado. No deja de ser una medida más que sensata para evitar duplicidades e incluso triplicidades innecesarias"

En cuanto al porcentaje de vehículos nuevos que incorporan ya receptor DAB/DAB+ en la Unión Europea, podemos afirmar lo siguiente: 

-Aunque resulte obvio mencionarlo, los receptores de DAB/DAB+ están muy extendidos en los vehículos de todos aquellos países europeos en los que ya se ha implantado adecuadamente la radiodifusión digital terrestre. No podría ser de otra manera, con una escucha mayoritaria en vehículos y con tiempos de consumo en digital que superan a los del mundo analógico. De hecho, en Noruega, Reino Unido y Suiza el porcentaje vehículos nuevos que lo incorporan de serie supera el 90%. 

-A su vez, en aquellos países que han lanzado hace algún tiempo servicios nacionales de DAB+ con cobertura elevada y que continúan promocionando el servicio, el porcentaje es ya importante. Así, por ejemplo, tenemos casos como el italiano, el alemán o el holandés, cuyo despliegue efectivo comenzó hace aproximadamente hace un lustro y en los que la cifra se sitúa ya en el entorno del 40-45%. 

-Además, en aquellos países que comenzaron recientemente su despliegue de DAB+ y se está llevando a cabo una promoción apropiada, el porcentaje comienza a ser significativo. Es el caso de Francia, cuyo inicio oficial de emisiones a gran escala tuvo lugar el 19 de junio de 2018 y en donde el receptor DAB+ ya forma parte del equipo de serie en el 21% de los vehículos nuevos que se comercializan.

Porcentaje de vehículos nuevos que incorporan receptor DAB/DAB+ (Fuente: WorldDAB Forum)

A pesar de todo, quizá cabría preguntarse si no hubiera sido deseable ir más allá y aplicar la obligación a todos los dispositivos nuevos capaces de recibir emisiones de radio que se pongan en el mercado a partir del 21 de diciembre de 2020. Pues bien, si atendemos a criterios económicos y de viabilidad, la respuesta podría ser afirmativa, puesto que existen bastantes chipsets en el mercado y a precios mucho más económicos que en el pasado debido a que hay patentes que han expirado. En concreto, la del DAB expiró en enero de 2013 y en DAB+ actualmente tan sólo se paga licencia por el decodificador de audio empleado (HE-AAC v2). Por ello, un fabricante de receptores paga la misma licencia por un receptor DAB+ que por un receptor de radio online. Y si el receptor incorpora ambas modalidades, tan sólo paga una licencia.

Tampoco olvidemos que la industria está preparada para poder aumentar su producción de chipsets a tal punto de cubrir la demanda de fabricación de los dispositivos que se pueden llegar a poner en el mercado de la Unión Europea. Incluso existe hasta una norma europea, la ETSI TS 103 461, que define los requisitos mínimos para todo tipo de receptores DAB/DAB+, tanto domésticos como en vehículos, así como las pruebas necesarias para verificar su cumplimiento. Ello permite poder lanzar en toda la UE esquemas voluntarios de certificación y marcado armonizados ante comercializaciones masivas. Un ejemplo de ello es que ya posee el Reino Unido, el Digital Radio Tick Mark. Este marcado ofrece confianza al consumidor al garantizar una escucha sin problemas en DAB y DAB+ frente a otros productos de muy baja calidad, que frustran expectativas y generan experiencias negativas al presentar acusados problemas de recepción y de funcionamiento.

Receptor DAB/DAB+ aftermarket de Kenwood marcado con el Digital Radio Tick Mark en Reino Unido

Por todo lo anterior, llama poderosamente la atención que el legislador nunca haya contemplado la opción de incluir en el ámbito de aplicación a todos los dispositivos, si de verdad pretendía facilitar al máximo la introducción del DAB+. En cualquier caso y sea como fuere, el hecho fundamental es que los europeos escuchamos mayoritariamente la radio en vehículos, por más que una gran parte del resto del consumo tenga lugar en la cocina y en los cuartos de baño de los hogares. De ahí la relevancia de esta nueva legislación. 

"Si el escenario de la radio por aire desapareciera, los ciudadanos tendrían que incurrir no sólo en gastos de conexión a internet para escuchar la radio lineal en vehículos, sino posiblemente también en gastos de suscripción a plataformas de audio"

También es importante mencionar que este nuevo marco legal no impide en absoluto que los vehículos nuevos afectados incorporen recepción de FM. Cosa bien distinta es que no incorporen la de Onda Media, aunque no por razones legislativas, sino de mercado. No en vano, su consumo está en claro declive desde hace ya muchos años y, de hecho, 19 de los 58 países de la zona UER ya la han apagado. Dadas las coberturas prácticamente universales de las que goza la FM en los países de la Unión Europea, este apagado de la Onda Media no deja de ser una medida más que sensata para evitar duplicidades e incluso triplicidades innecesarias, caso de existir DAB/DAB+ desplegado. Entre estos países que ya abandonaron sus emisiones se encuentran Alemania, Suiza, Austria, Irlanda, Holanda o Luxemburgo.

Por lo que se refiere a la valoración de la entrada en vigor de la medida legislativa, el sector radiofónico encuadrado en la UER entiende que puede ayudar a garantizar que la radiodifusión digital terrestre pueda permanecer presente en los vehículos conectados a largo plazo, lo cual es muy favorable tanto para los ciudadanos europeos como para los radiodifusores públicos, tal y como veremos más adelante. Sin embargo, ello no deja de ser un elemento necesario, pero no suficiente, para facilitar la transición a la radio digital en toda Europa. 

A día de hoy, también podemos afirmar que supone una oportunidad para promocionar la oferta digital de la que disponen los radiodifusores públicos y aprovechar la ocasión para comenzar a prestar determinados servicios en vehículos (léase, por ejemplo, todos los que permite RadioDNS). Eso sí, siempre que exista un mercado DAB+ desarrollado, con nuevas emisoras no disponibles en los diales analógicos y con coberturas tanto territoriales como poblacionales equivalentes a los de la actual FM.

"La radio de gran parte de los países de nuestro entorno está intentando garantizar su futuro mediante la implantación de un modelo de radio digital horizontal y abierto como el DAB+, frente a la alternativa del 5G que, de momento, ni está ni se le espera en radio"

Es más, esta legislación también puede influir en la industria de automoción a la hora de configurar el equipamiento de serie de sus vehículos incluso en aquellos países que no forman parte de la Unión Europea. De hecho, puede que a los fabricantes de sistemas electrónicos para automoción no les compense fabricar receptores distintos a los de la UE, sino incluir en sus productos las modalidades más extendidas de recepción globales y habilitarlas según mercado.

Lo que es innegable es que las plataformas y servicios de audio se están desarrollando rápidamente a nivel mundial, ofreciendo nuevas oportunidades y desafíos complejos. Por ello, tener la garantía de que la radio lineal se podrá seguir recibiendo en vehículos de manera libre y gratuita es algo francamente positivo para los radiodifusores públicos, teniendo en cuenta que estos viven en un ecosistema en donde los gigantes tecnológicos están consiguiendo avances sustanciales en el terreno natural de los contenidos que tradicionalmente venían produciendo.

Sin embargo, si este escenario cambiase a futuro, los ciudadanos tendrían que incurrir no sólo en gastos de conexión a internet para escuchar la radio lineal en vehículos, sino posiblemente también en gastos de suscripción a plataformas que monitorizarán, entre otras cosas, sus hábitos de escucha y los comentarios que viertan sobre los contenidos. Con ello generarán un conjunto de valiosa información del que, además, podrán obtener un sustancial beneficio económico mediante su comercialización a terceros. La pregunta es evidente: ¿por qué tendrían que comenzar a pagar los ciudadanos por algo que reciben gratis y, por añadidura, por qué tendrían que pagar a un tercero que, a su vez, puede obtener rentabilidad económica de sus datos?

Si en algún momento la radio acaba toda en internet y estas plataformas llegasen a ser dominantes en la distribución de contenido de radio lineal, sería necesario disponer de un nuevo marco regulatorio adecuado ante el cambio en el modelo de negocio. Nótese además que, salvo imposición legal, las mencionadas plataformas tendrían capacidad de decidir qué emisoras ofrecen a sus suscriptores, justificándolo en términos de audiencia y de rentabilidad económica. 

"Si en algún momento la radio acaba toda en internet y las plataformas de audio llegasen a ser dominantes en la distribución de contenido de radio lineal, sería necesario disponer de un nuevo marco regulatorio adecuado ante el cambio en el modelo de negocio"

De esta manera, podrían fácilmente quedar al margen aspectos tales como atender a la más amplia audiencia, asegurando la máxima cobertura geográfica y social. O, por qué no, el ofrecer acceso a los distintos géneros de programación y a los acontecimientos institucionales, sociales, culturales y deportivos, dirigidos a todos los sectores de la audiencia, prestando atención a aquellos temas de especial interés público. Entre otros, estos objetivos suelen ir ligados a las encomiendas establecidas en las leyes que regulan a los radiodifusores públicos, por lo que hay dudas razonables de que pudieran seguir cumpliéndolas. Además, y siguiendo en el terreno legal, la concesión de licencias de radio siempre ha estado en manos de los poderes públicos. Por todo ello, si son las plataformas de audio se convierten en dominantes en un escenario futuro de radio exclusivamente difundida por internet, podríamos llegar a asistir a un cambio radical de modelo con consecuencias totalmente inciertas para la radiodifusión pública europea.

Por otro lado, en lo que se refiere al corto plazo, será difícil explicar algunas cosas a los flamantes poseedores de nuevos vehículos en aquellos países en los que no haya emisiones en DAB/DAB+ o en los que haya una oferta limitada, con escasa cobertura y su población no tenga conocimiento de ello. La pregunta más repetida será por qué no se escucha nada en DAB/DAB+ en sus vehículos. Y en caso de que la oferta se limite a un simulcast en DAB/DAB+ de algunas emisoras presentes en analógico con coberturas testimoniales, también habrá que explicar por qué no se pueden recibir todas las emisoras que hay en FM, por qué no hay emisoras nuevas en DAB/DAB+ o por qué no hay cobertura de DAB/DAB+ en todos lados, tal y como sucede con la FM.

Javier Sánchez, autor del texto

Ese es el caso de España, en donde tan sólo se pueden escuchar 18 emisoras en DAB en las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona y de las que tan sólo una, Radio Exterior de España, no se emite en FM. A estas alturas de la película, resulta totalmente incomprensible que en veinte años jamás se haya efectuado ninguna campaña de promoción y que, además, se continúe con las mismas e insuficientes ofertas de contenidos y coberturas. Una evolución neta nula en audiencia, contenidos y cobertura en... ¡veinte años! no admite explicación racional que valga, como tampoco la admite que se continúe emitiendo en DAB en una Europa que ya ha migrado a DAB+, con la notable excepción del Reino Unido.

También es preciso señalar que Europa está avanzando para compensar el abandono lento pero constante de oyentes en analógico desde hace tiempo. Pero en el caso de España, debemos ir tan sobrados que no parece importarnos mucho que la radio se haya dejado por el camino casi dos millones de oyentes en los últimos ocho años. Aquí la creación de nueva audiencia en digital mediante la radiodifusión terrestre no es prioritaria, al contrario de lo que sucede en el resto de los países de nuestro entorno y por mucho que existan velocidades de implantación muy diferentes entre todos ellos.

Grado de desarrollo de la radiodifusión digital terrestre en DAB/DAB+ en los países de la zona UER (Fuente: UER)

En resumen, de no cambiar a corto plazo la situación con respecto a la implantación del DAB+, España podría no estar en disposición de garantizar a sus ciudadanos la escucha libre y gratuita de sus cadenas de radio a largo plazo. Ello podría comprometer seriamente la relevancia e incluso la continuidad de la radio tal y como hoy la conocemos frente al avance de plataformas, con modelos de negocio verticales y radicalmente distintos. 

"Europa sigue siendo referencia mundial en lo que respecta a derechos, libertades o coberturas sociales y que la radio forma parte de ese modelo de vertebración de la sociedad desde que se popularizó"

Por este motivo, la radio de gran parte de los países de nuestro entorno está intentando garantizar su futuro mediante la implantación de un modelo de radio digital horizontal y abierto como el DAB+. El más adecuado para consumo lineal masivo de radio en movilidad, frente a un 5G que, en lo que conocemos hasta el momento de sus especificaciones, sigue sin responder a las necesidades de una distribución masiva de radio. Recordemos que, a día de hoy, aproximadamente un 90% del tiempo de consumo en el entorno UER procede de las plataformas de radiodifusión sonora terrestre (OM, FM, DAB y DAB+) y que, hasta el momento, no hay ni chipsets, ni dispositivos, ni redes, ni servicios de “radiodifusión” masiva en 5G. Tan sólo promesas de algo que no acaba de llegar y prototipos basados en especificaciones ya conocidas, puesto que el 5G no ha terminado de definir aún su segundo y último conjunto de especificaciones originales (Release 16).

Para concluir, quizá convenga recordar que Europa sigue siendo referencia mundial en lo que respecta a derechos, libertades o coberturas sociales y que la radio forma parte de ese modelo de vertebración de la sociedad desde que se popularizó. Por ello, y gracias a que su credibilidad está hoy más que nunca muy por encima de la del resto de los medios de comunicación, la radio continuará siendo un instrumento muy eficaz en la preservación de la salud democrática de todos los europeos, siempre y cuando le permitamos que evolucione conservando su identidad. Si ello se logra, los europeos seguiremos disponiendo de un medio que continuará proporcionando entretenimiento y que mantendrá su carácter de poderoso antídoto contra la mal llamada posverdad, en tiempos en que las fake news y el deepfake campan a sus anchas en ese mundo de la desinformación en el que ya nada es cierto… y todo es verdad.

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