Manolo Molés, más allá de los toros
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El periodista ha cerrado 49 años de relación profesional con la Cadena SER
Por la puerta grande
-Manolo Molés cierra ‘Los Toros’ en la Cadena SER
-Audio con la despedida del programa 'Los Toros', en la SER, 30.12.2019
Por la puerta grande
Este castellonense de Alquerías
del Niño Perdido, donde tiene una calle a su nombre, nacido un 2 de abril de
1940, próximo por tanto a ingresar en el club de los octogenarios, pero de
aspecto impecable, es un gentlemen del periodismo taurino. Sus influencias van mucho más allá de la Fiesta. Su modo de hablar, de comunicar,
su naturalidad ante el micrófono, su proximidad con el oyente, al que habla
igual que si estuviera a su lado, en una cafetería, ante una copa, cara a cara,
supuso en su momento una ruptura con la manera de hacer radio en los años en
que él se inició en el medio. Molés supuso un soplo de aire fresco frente al
indolente estilo impostado de los locutores clásicos que dictaban en lugar de
hablar. Él prefirió hablarle al oyente, de tú a tú, en un momento en que se hablaba
frente a las grandes audiencias que la radio del entretenimiento era capaz de
reunir en los hogares españoles. No fue un iconoclasta, pero sí adelantó nuevos
estilos y maneras de comunicar. Y hay un discípulo muy avanzado que comparte
diccionario con Molés, y expresiones, que se llama José Ramón de la Morena.
Y seguro que cada lector encuentra sus influencias en muchos otros colegas, sin
intención de copiar. Molés fue un adelantado a su época.
Manolo Molés, uno de los grandes referentes de la radio en España (Fotografía TauroCast) |
Es cierto que eligió el mundo
taurino para desarrollar su profesión, la de informar, pero sus orígenes están
en el periodismo, en una auténtica universidad como lo fue el diario ‘Pueblo’,
que vendía medio millón de ejemplares cada día, siendo un rotativo vespertino. “Se
cerraba a las 3 de la madrugada y llegaba a las provincias al mediodía
siguiente”, recordaba el propio Molés en una deliciosa entrevista realizada
por Roberto Marbán en Radio 4G en 2014. Estaba dirigido por una leyenda
como fue Emilio Romero, cuya sola presencia imponía, y Molés era un
pipiolo reportero al que no se le permitía leer los teletipos: “Con
Emilio Romero no comulgábamos ideológicamente pero lo primero que aprendí en la
redacción de ‘Pueblo’ es que los
reporteros no podíamos ver los teletipos. Así no sabíamos nada de lo que pasaba
en el mundo y teníamos que sacar todo desde cero. Romero se leía todo y te decía donde
habíamos fallado. A Raúl del Pozo siempre le decía las primeras 14 líneas muy
buenas, pero a partir de ahí…[risas]”, confesaba en la entrevista.
"A Manolo Molés le ha tocado trabajar en la última época de esplendor de la Fiesta. Hubo épocas en que su actividad profesional era frenética. Parecía que tuviera el don de la ubicuidad"
Manuel
Molés, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2007), e hijo honorífico
de Castellón de la Plana, decidió abandonar el periódico, aunque no del
todo, porque se asoció con la hija de su director, Mariví Romero, para
poner en marcha en TVE, el programa “Revista de Toros”, que se mantuvo
en antena durante una década (1973-1983). Entonces el programa se filmaba, no
se grababa, porque se producía en celuloide. El video llegó luego. Molés ya
empezaba a despuntar. Y había elegido el mundo taurino. Pero a comienzos de los
años 70 se le cruzó en el camino la Cadena
SER, Radio Madrid. Entonces ni se le esperaba a Polanco y a su imperio
Prisa. La radio estaba en manos de Eugenio Fontán, director general,
Franco no había muerto aún, y la radio era principalmente entretenimiento. No había
libertad informativa, aunque Antonio Calderón, el inventor de todo en la radio,
ya estaba dando algunas puntadas en el aire para crear espacios que en el futuro
se convertirían en auténticos púlpitos de la información, como “Matinal SER” y “Hora
25”, proyectos ambos en los que un tipo de gran talento, como Manuel Martín
Ferrand, tuvo mucho que ver.
Molés vivía en aquella radio que empezaba a asomar la patita de la libertad informativa, entre toque y retoque de la siempre impertinente censura que todo intentaba controlarlo, aunque en Gran Vía 32 lograban colarles muchos sapos. Manolo Molés ya había elegido los toros. “El que mejor veía el toro era Antoñete. Además, se vino conmigo y por eso lo tuve. Un torero te puede gustar más o menos, pero con el toro no se puede mentir. Mi apoyo grande fue él cuando me di cuenta de que ya no podía hacer otra cosa más que periodismo taurino”, recuerda en la entrevista con Marbán. La radio, tras su salida de ‘Pueblo’, le atrapó. A lo largo de los años, volvió a la televisión -en el 89 volvió a trabajar con Mariví Romero en “De Toros”- pero nunca abandonó la SER y, como él mismo reconoce en su tuit de despedida del programa “Los Toros”, “no fallé ni un día”, ni siquiera el día en que falleció su madre.@ManoloMoles no hacia información taurina...
— Manolo Lama (@lamacope) December 30, 2019
Moles hacia RADIO CON MAYUSCULAS.
Era un periodista como la copa de un pino.
Cada domingo , te gustasen o no los toros,daba una lección magistral de información y radio
Aquí siempre tendrá un fiel seguidor.
SUERTE MAESTRO
"Me habría encantado que me hubiera llamado ‘El País’ para poder escribir aparte de salir en la tele y hablar por la radio pero nunca lo hicieron"
En el 82 puso
la primera piedra de “Los Toros”, hasta hoy, en que ha bajado la
persiana, como él mismo diría. “Vamos a tomar un poco el aire”, dijo
anoche, al despedirse, típica expresión de Molés, para describir el cambio de
aires de un programa que dudo que regrese, no solo por la longeva edad del
propio Molés, eso sí, cuidado a la perfección -la salud siempre ha sido una de
sus prioridades- sino porque con el final de “Los Toros” culmina una
época. De mayoritario, ha pasado a ser minoritario, y con cargas emocionales
contradictorias y enfrentadas en muchos casos, en torno a lo políticamente
correcto de una Fiesta que se basa en la lucha de un toro y un torero, a
muerte. En la mayoría de los casos, por ventaja, triunfa el hombre frente a la
bestia. Pero más de uno se ha llevado por delante el astado. Y lo ha convertido
en leyenda.
Continuemos,
sin embargo, con el flashback. “Polanco,
el fundador (de Prisa), que era muy aficionado (a los toros), fue el que me
preguntó si era capaz de hacer algo de categoría con los toros cuando nació Canal
Plus. Él quería algo distinto. Hasta entonces TVE solo echaba dos corridas de
San Isidro. Recuerdo aquella reunión con los hermanos Lozano [empresarios de
Las Ventas] que consiguieron firmar un documento de lucro cesante por si la
gente no iba a la plaza que la televisión pagara aquello. Pasó lo contrario”,
recuerda Molés en Radio 4G, cuando le preguntaron por los orígenes de los
toros en el recién nacido Canal Plus, importado de Francia. Y suma otro hito a
estas espectaculares retransmisiones, que lograron, en su día, hacer más
atractiva la oferta de pago del Plus entre los aficionados taurinos: “Todas
esas innovaciones técnicas que introdujimos en las retransmisiones: las cámaras
superlentas, el HD… mil cosas, todo se ha estrenado antes en toros que en
deportes en la casa”, sentencia.
Con el equipo de 'Revista de Toros', en TVE, en los años 70 (Fotografía Madrigal) |
Los toros
en el Plus rompieron fronteras, no solo estéticas. 1991 fue el año en que
comenzaron. Además de la retransmisión de las corridas, acompañado de su
inseparable Antonio Chenel Albadalejo, Antoñete, condujo varios
espacios dedicados, cómo no, a los toros: “En todo lo alto” (1992-1993)
y “El planeta de los toros” (1995). Con posterioridad, desde la
puesta en marcha de Canal+ Toros (2011) se convirtió en la principal estrella
de esta cadena.
Y en
paralelo, seguía en la radio, no solo en “Los Toros”, sino interviniendo
en todos los programas de la cadena durante las diferentes Ferias taurinas de
toda España, que cubría como enviado especial -su presencia engrandecía el
festejo- y en los boletines informativos correspondientes, cuando los toros
eran noticia en la SER, y en todas
partes. Molés era colaborador fijo del “Hoy por Hoy” de Iñaki
Gabilondo cuando los toros no eran tan cuestionados como lo son ahora. Y
con Sardá en “La Ventana”. Y en “Hora 25”, con Charly
Llamas. En los 80 nadie denunciaba
la Fiesta como una barbarie
animalista. El escenario ha cambiado. Hoy, se han cerrado plazas de toros,
y se ha prohibido esta actividad en varios municipios. La industria del toreo
no languidece, pero indudablemente, se ha resentido. Está tocada, pero no hundida.
En la plaza del Chofre, en San Sebastián, con empresarios taurinos (Fotografía Cerdá, también torero) |
A Manolo Molés le ha tocado trabajar en la última época del esplendor de la Fiesta. No
solo se ocupaba de las necesidades informativas de la SER relativas a los toros, sino que lideraba
las tertulias taurinas de las principales ferias y emisoras de la cadena. Así,
Radio Sevilla, Radio Bilbao, Radio San Sebastián, o Radio Madrid, entre decenas, contaban con él
para producir unas tertulias locales que suponían pingües beneficios para sus respectivas
carteras. Pero esto también se fue apagando. Inexorablemente.
Por
fortuna, a distancia, Manolo Molés descubrió una mina taurina que se
llamó América del Sur, donde amaban la Fiesta de los toros y le rendían
pleitesía. Molés encajó desde el primer momento. “La
primera vez que hice un invierno en América no tenía ganas de ir. Hasta que fui
y me enganché de tal manera que ahora no sabría pasar sin ir una vez al año,
sobre todo a Colombia”, recordaba así sus primeros viajes al cono sur
americano en Radio 4G. Hoy, en ese punto del planeta, los toros cuentan con
millones de seguidores, con plazas auténticamente volcadas en el arte de Cúchares,
como “La Monumental” en México D.F. o “La Santamaría” de Bogotá (Colombia).
Todavía…
Hubo épocas
en que la actividad profesional de Manolo Molés era frenética. Verle en la redacción
era excepcional, porque su programa se emitía de madrugada los fines de semana
y no requería su presencia entre semana. El teléfono le permitía estar allá
donde se le necesitaba. Pero, con cierta frecuencia, también se dejaba ver por Gran
Vía 32 para participar en algún programa en concreto que le invitaban porque la
actualidad taurina lo exigía. Eran otros tiempos. Ya lejanos. Manolo siempre estaba
dispuesto.
"Manolo Molés es uno de los más grandes periodistas que ha dado la radio española. No me cabe duda. Un referente. No solo de la información taurina, a la que se consagró con devoción, sino del propio oficio de informar, y hacerlo a través de un medio que él redescubrió de manera absolutamente natural"
En más de 60
años de profesión, Manolo Molés se ha ocupado no solo de la información
taurina, como hemos visto, sino también de información general. La vida le ha
llevado por derroteros que él, probablemente, ni imaginaba cuando comenzó como
reportero en el diario ‘Pueblo’. Su recorrido se ha desarrollado en paralelo a
la trayectoria de cientos de otros nombres que han trabajado junto a él -en ‘Pueblo’,
en TVE, en Canal Plus, o en la SER-, o
se han relacionado con él en el ámbito taurino, a los que no ha dejado indiferentes.
Algunos destacan sus sombras, porque les fue mal. Otros, se sitúan abiertamente
frente a él, discrepantes. Miguel Ángel Moncholi, subdirector de “Los
Toros”, durante décadas, y su mano derecha hasta que cayó en desgracia en
la SER, reconoce en su tuit que “algún día
los taurinos que ahora callan (e incluso alguno se alegra) se darán cuenta de
lo que ha supuesto el programa Los Toros en la radio para la Fiesta”. Manolo
Molés es un referente en el mundo taurino, nadie lo niega, pero tiene enemigos
en un sector en que la vehemencia atropella. Pues incluso sus más acérrimos enemigos
reconocen su enorme valía como profesional de la información, y su gran capacidad de
trabajo.
El periodista Roberto Marbán, en
esta entrevista a Manolo Molés realizada en Radio 4G en 2014 descubrió una de
sus espinitas: "Me
habría encantado que me hubiera llamado ‘El País’ para poder escribir aparte de
salir en la tele y hablar por la radio pero nunca lo hicieron". Es
cierto, lo de las sinergias en Prisa no han funcionado bien. A menudo,
contábamos más enfrentamientos que alianzas. Y Manolo Molés se quedó sin
escribir en el diario de Polanco, donde otro enorme profesional, Joaquín
Vidal, ejerció durante muchos años, como excepcional
crítico taurino. Sus crónicas, tanto en forma como en fondo, brillantes,
trascendían lo taurino, hasta convertirse en artículos de culto entre sus
fieles lectores. No llamaron a Molés para sucederle, cuando
Vidal falleció en 2002.
Manolo Molés en acción, junto al micrófono amarillo que le ha acompañado durante casi 50 años de su vida (Fotografía Cadena SER.com) |
En la recta final de este retrato
profesional de Manolo Molés, no quiero silenciar el nombre de la persona que
más elogios recibió en su despedida de anoche, en la SER: María José Ruiz, su productora-talismán,
y actual pareja sentimental. La dulzura hecha persona. Eficaz, trabajadora y
positiva. “Yo no sabría hacer nada sin María José”, reconocía Molés en
su despedida, expresamente. Y no era un elogio de cortesía. Era, literalmente,
la verdad. María José lleva su agenda. Si alguien necesitaba algo de Manolo, y
se le ocurría llamarle a él, directamente, es posible que se olvidara, pero si
lo controlaba María José, su labor de intercesión era siempre garantía de
éxito. Fue siempre un placer trabajar con ella cuando nuestros caminos se
cruzaron y recordaré siempre su excelente disposición al trabajo en equipo.
Con María José Ruiz |
Manolo Molés es uno de los más
grandes periodistas que ha dado la radio española. No me cabe duda. Un
referente. No solo de la información taurina, a la que se consagró con
devoción, sino del propio oficio de informar, y hacerlo a través de un medio
que él redescubrió de manera absolutamente natural. El cierre de “Los Toros”
es sin duda doloroso para quien lo parió, y también para los miles de oyentes
(millones en otra época ya remota) que lo seguían. Pero, hoy en día, no supone
solo el cierre de un programa de radio, sino que, al contrario, se ha
convertido en un hito de la historia reciente de la radio contemporánea, porque
cierra un capítulo en el que los toros formaban parte del universo cultural de
los españoles, al igual que el cine, el fútbol o el flamenco. Una disciplina
más, que nadie cuestionaba. Hoy los toros siguen atrayendo a miles de aficionados,
no seré yo quien lo niegue; pero ya ejercen como minoría, e incluso se mueven
con discreción en un ambiente declarado hostil por quienes solo ven sangre y
dolor, allá donde otros ven una bella y enérgica lucha de titanes.
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-Audio con la despedida del programa 'Los Toros', en la SER, 30.12.2019