Javier Gallego ‘Crudo’: “El podcast no viene a sustituir a la radio, sino a potenciarla”
https://www.gorkazumeta.com/2019/11/javier-gallego-crudo-el-podcast-no.html?m=0
El director de ‘Carne Cruda’ es entrevistado por Silvia Llorente, de ValenciaPlaza.com
“En España, la radio generalista es muy pobre, plana y monocorde”
- "Los podcast son un buen gancho para las generaciones más jóvenes que no están acostumbradas a la radio convencional"
- "No creo en la neutralidad informativa"
ValenciaPlaza.com,
Silvia Llorente. 24.11.2019. Extracto. Si al periodista Javier
Gallego (1975, Madrid) le preguntaran cómo prefiere la carne, puede
que su respuesta inmediata fuera “cruda”. Es solo una suposición, pero
nada descabellada teniendo en cuenta que este adjetivo le acompaña desde hace
la friolera de diez años. Incluso a veces se ha convertido en parte de su
identidad: en su segundo apellido.
Javier Gallego en una de sus salidas con el programa |
"Carne cruda", el programa que le ha valido tal sobrenombre y
que capitanea con firmeza, es un formato radiofónico que inició su andadura en
el año 2009 y que, tras un accidentado camino (primero en RNE y después en la
SER), hoy se emite de forma independiente y asociado a eldiario.es gracias
a la financiación de sus oyentes. Es el primer programa de carácter profesional
que se nutrió, a través de crowdfunding, de las aportaciones de sus
seguidores (o, mejor dicho, sus oficialmente “productores”).
“Te debes a los oyentes. Son ellos los que establecen una especie de contrato con nosotros, los que nos sostienen y nos protegen frente a las injerencias del poder, una de las grandes amenazas del periodismo”
Ganador de un Premio Ondas en 2012 por el programa, Gallego
no cree que los oyentes financien el programa porque quieran “exclusividad”,
como sí prometen otras plataformas periodísticas que han nacido con el apoyo de
la ciudadanía, sino porque “quieren que el medio exista”. El también músico y
poeta admite la responsabilidad que ello conlleva: “Te debes a los oyentes. Son
ellos los que establecen una especie de contrato con nosotros, los que nos
sostienen y nos protegen frente a las injerencias del poder, una de las grandes
amenazas del periodismo”.
-Carne cruda es solo uno de los formatos que está
funcionando gracias a las contribuciones de sus oyentes (eldiario.es, infoLibre y
otros medios también están apostando por este modelo). Parece impensable que
esto esté sucediendo en España, donde hace unos años nos vanagloriábamos de
bajarnos contenidos de Internet y no pagarlos. ¿Qué (nos) ha pasado?
-Ha habido un cambio de mentalidad en la ciudadanía, y no
solo a nivel periodístico, sino también social, de toma de conciencia. Si uno
quiere que la sociedad sea de una manera, tiene que implicarse, debe
responsabilizarse también de ello. Los políticos, al fin y al cabo, los escoges
tú; la vida social de tu país depende tu acción. Y los medios de comunicación
serán mejores si tú exiges que así lo sean. Si te comprometes en la medida de
tus posibilidades. Es cierto que en España hemos sido el país de la piratería,
pero, a partir de cierto momento, ciudadanos, consumidores, clientes y lectores
se han dado cuenta de que la información cuesta; de que la cultura tiene un
valor. Algunas de estas fórmulas de financiación permiten que la gente ponga el
precio que quiera pagar, el que considere; eso también ha facilitado el
intercambio entre productores y receptores.
La radio cara al público ya no necesita una gran empresa para sostenerse |
-¿El futuro de la radio es el podcast?
-El directo seguirá existiendo. En cuanto a inmediatez, la
radio es el medio que responde con mayor velocidad. Si sucede algo rápido e
importante, acudes a la radio. Es cierto que la prensa digital también está
ocupando este espectro; pero, además, la radio tiene esa cercanía tan viva que
la hará perdurar siempre. El podcast no viene a sustituirla, sino a
potenciarla, pues es un formato que permite un mayor sosiego, y da lugar a
contenidos que no están tan pegados a la urgencia de las noticias. Por eso
están resucitando o renovándose géneros que dábamos por desaparecidos:
documental, ficción sonora, debates especializados… En España, la radio
generalista es muy pobre, plana y monocorde. Tenemos parrillas clónicas que
reproducen información deportiva, política y social, y magazines de contenidos
variados. Sin embargo, no hay programas especializados en ciencia, literatura,
deportes de motor, ciencia ficción… Hay una paleta enorme de temas que tienen
cabida en los podcasts, que precisamente están ampliando la oferta y las
posibilidades radiofónicas. Además, creo que son un buen gancho para las
generaciones más jóvenes que no están acostumbradas a la radio
convencional.
-¿Información y entretenimiento se distinguen cada vez
menos?
-Sí. No sé si es ahora cuando ocurre con más fuerza, pero sí
venimos padeciéndolo desde hace mucho tiempo: ese género que convierte la
noticia en espectáculo que los norteamericanos han potenciado tanto. Y la
espectacularización de la noticia lleva al morbo y la pornomiseria; a una serie
de fenómenos que se alejan del periodismo y se acercan al negocio. Lo
vemos en los debates políticos. Enturbia la discusión pública porque no son
realmente debates de ideas o de profundidad: son debates emocionales, de
enfrentamiento. Y eso es caldo de cultivo para los fenómenos políticos más
ultra y fanáticos que estamos viendo; para el regreso de los fascismos y estos
nuevos populismos que buscan ideas muy simples y soluciones fáciles a problemas
muy complejos.
El equipo es fundamental para construir un buen producto, imprescindible |
-La periodista y presentadora María Rey, que ha recibido
recientemente un premio Iris, señalaba en su discurso: “No es verdad que los
periodistas debamos tener un posicionamiento ideológico y estar en la
trinchera”. ¿Hasta qué punto se puede pronunciar el periodismo sobre ciertos
temas? ¿Te has autocensurado en alguna ocasión?
-Cada
periodista debe tomar su decisión en su forma de entender la profesión. Respeto
que cada uno se coloque en el lugar que cree que debe ocupar. Dicho eso,
no estoy a favor de las trincheras… pero tampoco creo en la neutralidad
informativa. Cada uno tenemos una mirada subjetiva, una posición como
ciudadano. Yo, como periodista, he asumido ciertas responsabilidades que creo
que me corresponden, y me gusta hacerlo expreso porque defiendo posiciones que
me parecen muchas veces minoritarias y necesitan voz. Pienso que esta sociedad
necesita cambios radicales y, a veces, hay que serlo e ir a la raíz de los
problemas y buscar soluciones atrevidas y audaces. Eso sí, eso no afecta
(y, de hecho, intento que no afecte) a mi pluralidad a la hora de mirar la
realidad; por eso invito a voces ideológicamente distintas a las mismas, sobre
todo cuando hacemos debates políticos, donde intentamos que todo el arco
político esté representado (excepto la extrema derecha). Respecto a si me
he autocensurado alguna vez… a la vista está que no [ríe] dadas las
consecuencias que he sufrido por no hacerlo.